Imágenes de página
PDF
ePub

pectivos gobiernos. Unos y otros podian influir para que se cerrase á la España el mercado de París y aun el de Londres que era y es el mercado del Universo. Y ya se comprende cuán funesto hubiera sido esto en vísperas de contraerse un nuevo empréstito, y un empréstito mas considerable que la mayor parte de los anteriores.

Semejante peligro amagaba de cerca si al no reconocimiento del empréstito de Guebhard seguia la aprobacion del proyecto del gobierno y especialmente de los artículos 2.° y 3.o, por los cuales no solo se privaba de interés á la mitad de la deuda, sino que se sujetaba esta á una liquidacion que debia ser requisito indispensable para el pago de los réditos, dejándose así entrever la necesidad de entrar en composicion y arreglo con los prestamistas ó tenedores del papel. El gobierno, pues, si consentia en lo acordado por el estamento sobre el empréstito de Guebhard, estaba en el caso de modificar su primitivo proyecto: si consideraba injusta la resolucion adoptada, debia decirlo francamente, debia presentar la cuestion como de gabinete, y obrar en consecuencia de la manera que las prácticas parlamentarias aconsejan en los paises constitucionalmente regidos.

Pero el gobierno carecia de valor, ó no se sentia con fuerzas para arrostrar los peligros de una política franca y decidida. Contentóse, como siempre le sucedia, con transigir y ceder, abandonó la iniciativa en los debates y se dejó conducir por la mayoría en vez de dirigirla como era deber suyo y deber de todo gobierno que quiere ser fuerte y respetado. El conde de Toreno se levantó para pronunciar algunas palabras vagas que poco ó nada querían decir si no eran una significacion de la debilidad del ministerio.

Dijo el conde, que su proyecto le habia parecido y aun le parecia el mejor, pero que desaprobado en una de sus partes podia convertirse en perjudicial, y era por tanto conveniente modificarlo. Abandonaba, pues, el ministerio su pensamiento, no por conviccion sino por necesidad, no porque le hubiesen convencido sus adversarios, sino porque sus adversarios no se habian dejado convencer. Esta situacion no podia menos de ser desventajosa para el gabinete.

Los artículos 2.o y 3.° del proyecto cuya modificacion aconsejaba de mala gana el ministro de Hacienda, volvieron á la comision para que los redactase de nuevo, como en efecto lo verificó suprimiendo en el uno algunas frases que tenian por objeto aplazar el pago de los intereses de la deuda hasta que esta se liquidase, y alterando radicalmente el otro. Aprobado aquel sin dificultad, suscitáronse respecto de este no pocas dificultades. La misma comision estaba dividida. Los señores Crespo de Tejada, Someruelos, Aguirre Solarte, Fontagud Gargollo y García Carrasco, opinaban que toda la deuda reconocida devengase interés. El marqués de Montevirgen, y el señor Florez Estrada, querían que se hiciese la division de deuda activa y pasiva, pero en la proporcion no de una mitad de cada una como en un principio habia propuesto el gobierno, sino de dos terceras partes en deuda activa, y una tercera parte en deuda pasiva. El primer dictámen era indudablemente el mas favorable á los acreedores extranjeros; pero era tambien el que mayor gravamen imponia al Erario, pues importaban, segun él, los intereses de la deuda 153 millones de reales, y segun el dictámen de la minoría no llegaban mas que á 120 millones. Sin embargo, no podia perder

se de vista que iba á verificarse un empréstito de 400 millones y que sus condiciones serían tanto mas ventajosas, cuanto mas grandes fuesen las concesiones que el gobierno y las córtes hicieran á los acreedores del Estado. Temian algunos, y así se dijo en la

[merged small][ocr errors][ocr errors][merged small][ocr errors][merged small][merged small][ocr errors][ocr errors]
[ocr errors]
[graphic]

discusion, que el empréstito no pudiera realizarse á mas de 33 113 por 100 si se aprohaha el parecer de la minoría, y que en el caso de adoptarse el de la mayoría, habria medios de contratarlo á 75. En el primer caso los intereses y amortizacion anual de

los 400 millones costarían 82: en el segundo no pasaría el costo de 48 millones: resultaba, pues, en aquel caso hipotético, un aumento al presupuesto de 38 millones que compensaba superabundantemente el alivio que por otra parte se obtenia.

La cuestion fué debatida ampliamente. El ministerio sostuvo el dictámen de la mayoría de la comision con razones tales que no dejaban la menor duda de su aislamiento y desamparo. Cosas dijo á este propósito el conde de Toreno que podian ser verdad y lo eran sin duda en mucha parte, pero que no sentaban bien en los lábios de un ministro de la corona. Cuanto mas se adelanta en esta discusion (copiamos »un pasage de su discurso), mas se vé lo justo que sera el proyecto del gobierno, proyecto bien meditado y que la discusion ha hecho ver lo convenienste que habría sido el aprobarlo. El gobierno que ha »tenido que modificar este sistema lo ha hecho en >> consecuencia del abandono en que ha estado en un principio... La mayoría y la minoría de la comision »compuestas una y otra de personas respetabilisimas, todos ellos unánimemente desecharon el proyecto y hasta la opinion pública dentro como fuera de España se manifestó contra él. Envolvian estas palabras una amarga reconvencion al estamento, pe ro una reconvencion que no favorecia al ministerio. Este debió, antes de someter su obra á la aprobación de las córtes, calcular hasta que punto podia contar con el apoyo de la opinion pública: debió desistir de su propósito si la opinion no le era favorable; pero despues de presentado el proyecto, si realmente estaba convencido de su utilidad, no le quedaba que tomar otro partido honroso que sostenerlo á todo trance ó abandonar el poder. Esto es lo que hacen los gobiernos que saben y quieren gobernar. Así de

[ocr errors]

bió obrar el ministerio de Hacienda ya que no todos los individuos del gabinete. Pero el conde no solo vió desechados sus planes como él mismo confesaba, no solo abandonó sin conviccion su primitivo proyecto para ampararse al de la mayoría, sino que pasó por la doble humillacion de que el estamento desaprobase tambien este último. Y eso que el conde decia entre otras cosas en su discurso:-«Estas va»riaciones, estos cambios, estas oscilaciones en el rumbo que se trata de adoptar, han producido un »efecto contrario al que se debia apetecer, y el go>>bierno español se ve hoy en circunstancias tales que no puede asegurar al estamento que se llegue »á realizar el empréstito que se propone, si no se >> reconoce toda la deuda extranjera con el interés »á que fué contratada. » A pesar de la especie de amenaza que el ministro hacia, la mayoría del estamento desatendió, como hemos dicho, sus indicaciones, y el parecer de la mayoría fué desechado aprobándose el de la minoría que clasificaba la deuda extranjera en activa y pasiva.

Los demas artículos del proyecto fueron aprobados con ligeras alteraciones segun habian sido redactados en el primitivo plan del gobierno. La discusion que sobre cada uno de ellos se promovió no tuvo apenas interés, escepto la del artículo relativo á la autorizacion pedida para contraer el empréstito de los 400 millones. A cerca de este punto se pronunciaron varios discursos que mas tenian por objeto combatir la política general del ministerio y hacerle responsable de la prolongacion de la guerra civil, que oponer sólidas razones á las que el gobierno manifestaba para justificar la necesidad de aquel recurso estraordinario. Tan convencido estaba el estamento de que era ya indispensable conceder al go

« AnteriorContinuar »