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LIBRO SÈTIMO.

Situacion del ejército del Norte en junio de 1834.-Marchan á reforzarlo las tropas de Rodil.-Espedicion de Cuevillas y D. Basilio Garcia.-Rodil se encarga del mando del ejército.-Alocucion que dirige á los sublevados.-Otras medidas que adopta.-Ansiedad de los carlistas.-Proclama de Zumalacárregui.-Aparicion de D. Carlos en Navarra.-Rodil empieza las operaciones.-D. Carlos marcha á las provincias Vascongadas.-Los carlistas se baten con Rodil en Ciordia.Rodil invade la Amezcoa.-Persigue el ejército á D. Carlos: medidas de Rodil.— Operaciones en Vizcaya.-Sorpresas que intenta Zumalacárregui.-Sorpresa de Carondelet.-Continúa la persecucion contra D. Carlos.-Accion desgraciada de Viana.-Ataque de Lequeitio y Bermeo.-Ataque de Vergara.-Invasion de Cuevillas en Castilla.-Los carlistas invaden tambien la provincia de Santander.Resultado de ambas espediciones.-Nuevas operaciones de Rodil.-Tentativa contra el fuerte de Echarri-Aranaz.-Nombramiento del general Mina para mandar el ejército.-Deja el mando Rodil.-Zumalacárregui pasa el Ebro.-Sorpresa de un convoy.-Ataque de Cenicero.-Movimientos de Espartero.-Desastrosa accion de Alegría y derrota, del general Osma.-Impresion que causan estos sucesos en Madrid.-Nombramiento de nuevo ministro de la Guerra.-Ampliacion del tratado de la cuádruple alianza.-Llega Mina al ejército.-Júbilo de los carlistas por sus recientes victorias.-Accion de Sesma.-Tentativa contra el fuerte de Peralta.-Artillería de los carlistas.-Muerte del cabecilla Mancho.-Encuentros parciales.-Accion de Arquijas.-D. Carlos invade con sus tropas los pueblos de la Rivera de Navarra.-Sucesos de Villafranca.-Batalla de Asarta y Mendaza.-Accion de Unzue.-Ataque del puente de Arquijas.-Accion de Ormaistegui.-Retirada de Carratalá y Espartero.-Invasion de Eraso en Castilla.-Accion de Orbico.-Ataque de Maestu.-Los carlistas atacan otros fuertes-Segundo ataque del puente Arquijas.-Operaciones en el valle de Bastan.-Encuentro en Ciga.-Sale Mina para el Bastan.-Zumalacárregui se apodera de los Arcos.Accion del puente de Lárraga.-Mina castiga terriblemente al pueblo de Lecaroz.-Toma de Echarri-Aranaz por los carlistas.-Dimision de Mina.-Sitio de Olazagoitia.-Modificacion del ministerio.-Valdés ministro de la Guerra.-Ejército de reserva.-Se aumentan las fuerzas del ejército del Norte.-Accion de Arroniz.-Córdoba salva á la guarnicion de Maestú.-Invasion en las Amezcoas. -Accion de Villaro.-Nombramiento de Valdés para mandar el ejército.-Primeras operaciones del general-ministro.-Disposiciones tomadas en Vitoria.Se pone en marcha el ejército.-Batalla de Artaza.-El ejército se retira en desörden á Estella.-Cambio de ministerio en Inglaterra.-Negociaciones para regularizar la guerra.-Mision de lord Elliot.-Estipulacion para el cange de prisioneros.-Valdés abandona algunos puntos fortificados y retira el grueso del ejército al Ebro.

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Situacion

cito del

Norte en

4834.

UANDO en el mes de junio de 1834, el general Quesada, despues de una campaña poco afortunada, determi- junio de nó suspender las operaciones militares hasta la llegada del nuevo general en jefe del ejército, la situacion de las tropas de su mando dejaba mucho que desear. La disciplina se habia relajado algun tanto, las marchas y contramarchas diarias, las fatigas y privaciones de toda especie habian abatido al soldado cuanto pueden abatir al soldado español, valiente y sufrido siempre, los trabajos y penalidades de la guerra. Aun así, era admirable como aquellas tropas no se desmoralizaban de dia en dia careciendo como carecian de descanso, viviendo en un pais enemigo, encontrando los pueblos desiertos, con escasos medios de subsistencia, y viendo y tocando la ineficacia de sus esfuerzos, á despecho de los cua

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á refor

tropas de

Rodil.

les los carlistas se engrosaban y hacian cada vez mas formidable la insurreccion.

Marchan Afortunadamente el feliz desenlace de los aconzarlo las tecimientos de Portugal daba esperanzas consoladoras al ejército de la reina. Los diez mil hombres que mandaba el general Rodil iban á pisar las provincias del Norte, y este refuerzo era bastante considerable para hacer creer que la guerra terminaría en breve. Momentos hubo en que hasta los mismos carlistas desmayaron juzgando que su causa estaba casi perdida.

El gobierno por su parte nada omitió (es preciso hacerle esta justicia) para que la acumulacion de tropas en las provincias sublevadas produjese el resultado apetecido. La division de Rodil fué provista de cuanto podia necesitar para presentarse en una actitud respetable é imponente. Al pasar por las inmediaciones de Madrid detúvose algunos dias con objeto de que la reina gobernadora la revistase. Rodil, á quien animaba entonces un ardiente deseo de distinguirse, y una escesiva confianza en sus fuerzas ó en su fortuna, tuvo varias conferencias con los ministros y en ellas hubo de hacer promesas halagüeñas, contribuyendo no poco á que se generalizase la esperanza de ver terminada pronto la lucha.

El gobierno, como íbamos diciendo, en medio de sus apuros pecuniarios no escaseó ningun género de recursos al nuevo general en jefe ; las tropas iban en un pie brillante: los nombres de Anleo, Córdova, Sanjuanena, Figueras y Carondelet figuraban en el número de los generales y jefes que las mandaban. Un convoy de mas de mil carros y mayor número de acémilas acompañaba al ejército, lo cual, junto con los trenes de artillería, causaba la admiracion de los pueblos por donde pasaban aquellas

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