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pegadizo idioma, el propio y congénito de cada raza. Ello es verdad que el de los vencedores fué usado como habla comun desde las columnas de Hércules á las cumbres del Pirineo: en latin se pusieron las inscripciones de los monumentos públicos, de la moneda y lápidas tumulares; en latin escribieron españoles que ocupan distinguido lugar en la numerosa galería de la romana literatura; en latin están las leyes de los visigodos, dueños tambien de España, posteriores á los romanos; en latin los Concilios de la Iglesia española y los fueros y cartas-pueblas de villas fundadas ó restauradas despues de la irrupcion sarracénica; en latin hay, por último, cartas de reyes godos, prelados y monjes. Pero esta soberana y prolongadísima dominacion oral no pudo ser completa ni uniforme en todo lugar ni en todos los tiempos : los idiomas, como el hombre y cuanto le pertenece, gozan de una duracion limitada: nacen, crecen, flaquean y acaban, trasformándose á veces en otros, y nunca pueden extenderse en una forma fija, sino á un grupo de la familia humana, poco dilatado. Muchos siglos há que existe una lengua con el nombre de idioma italiano, y jamas ha sido general en Italia: uno es el lenguaje de Roma, y otros son el de Nápoles y Venecia, parecidos y diferentes; los patois del reciente vecino Imperio se desvian mucho del habla de Massillon y Racine; y en nuestra España, el catalan, el valenciano, el asturiano y el gallego, forman lenguas, diferentes del idioma peculiar de Castilla, que se llaman dialectos, por la analogía que entre sí tienen; pero son verdaderos idiomas, porque se formaron y se hablan con independencia unos de otros, y no hay habla que los abrace todos, disponiendo ella sola del caudal comun como propio. Estrechando el círculo más, vemos en las Provincias Vascongadas que el éuscaro varía y se subdivide tambien en dialectos distintos; y si en aquella reducida extension de terreno, habitada por un pueblo casi sin mezcla, con las mismas costumbres, la misma fe y organizacion política, no ha podido haber una lengua invariable, ¿cómo habia de ser una la del vasto imperio romano (1), confusa agregacion de castas y lenguas,

(1) En la misma Roma, harto tiempo ántes del siglo VIII, se grabaron inscripciones que se pueden ver en la obra de Mr. Perret, titulada Les

violenta Babel, ansiosa de sobrepujar á todas las eminencias del mundo! La cual, más infeliz en su suerte que la fábrica de Nembrot, no fué abandonada por sus obreros; demolida y arrasada fué por esclavos rebeldes, que no osaban un dia poner los piés donde alcanzaba la sombra de sus almenas, descansadero á la vez y estorbo para las nubes. Y si toda lengua lleva en sí el gérmen de su desorganizacion y á la par el principio de un desarrollo nuevo, & cómo habia de eludir esta ley de la naturaleza el latin, forzadamente articulado en tantos países, á tanta distancia unos de otros! Así, los primeros que lo alteraron fueron los que más y mejor lo usaban: los romanos mismos, entre quienes, á vueltas del lenguaje usado por la clase instruida, sonaba ruda y tosca la voz de la plebe, voz desatendida al principio, tolerada despues y triunfante al cabo, como irresistible querer de una gran muchedumbre.

'Para terminar mis observaciones, diré que si la opinion del Sr. Monlau, que es tambien la de los eruditos de nota más alta, no queda suficientemente justificada, culpa mia es, y no falta de razones con qué defenderla. Desentendiéndome completamente (porque no es asunto para mí) de la parte que han tenido en la organizacion del romance nuestro la lengua hebraica, el celta, el éuscaro, el fenicio, el griego y algun otro idioma, creo que éste que lleva hoy el nombre de castellano (castellano y aragones en verdad), se formó principal y directamente de la lengua latina clásica y rústica, empezando á recoger caudal así que se introdujo el latin en España: conserva pocos elementos conocidos de las lenguas primitivas de la Península; recibió de los godos algo, mucho más de los árabes; y ya formado, tomó del provenzal y del

Catacombes de Reme, donde se lee filias y filies, por filiæ; filiem por filiam; vites por vita; mensorum por mensium; meses y mesis por menses; diorum por dierum; vivas por vivens; vivati por viventi; bibi y bibu por vivo; bigenti nobe por viginti novem; bise por vixit; da por ab; y ademas, in orationis tuis, in paci, in pacis, pos morte, propio nomen, propter una filia, septe, centu, locu, idus febrarias, septembres, octobres, novembres, decembres. En una corona se halló este letrero, notable por lo irregular de la ortografía: Qui se coronaberin biban.

frances antiguo ciertas locuciones y voces, unas que subsistieron, y otras que no pudieron arraigarse profundamente. Venidas parecen de Francia, y quizá partieron de más allá, las palabras aliur, argente, asaz, glande, jamais y mayson, usadas en nuestro lenguaje antiguo, que proceden sin duda de aliorsum, argentum, ad satis, glans, jam magis y mansio: más propias de los franceses parecen las de afer, apres, domage, encara, estui, laido, nombre en la significacion de número, orage, repaire, sire y otras, que les fueron ya restituídas, borrándolas de su Diccionario Castilla al inventariar su tesoro lingüístico en el siglo XVI; pero una docena de frases y un ciento de voces no forman un idioma, que indudablemente estaba ya hecho al mediar el octavo siglo.

> De uno y medio á esta parte es cuando el frances ha invadido nuestra literatura y nuestra lengua; no así mil años há: no habia entonces en cada rincon de Castilla un libro ó papel impreso por españoles, que enseñara y propagase las voces y locuciones transpirenáicas. El frances que venía entónces á España, ora hablase la lengua de oc, ora la de oil, no podia hacer lo que hacen hoy el periódico y el libro, compuestos en no buen castellano: el advenedizo, fuese capitan ó mercader, sacerdote ú obrero, tenía que aprender nuestro idioma en lo que se apartara del suyo; y si lo aprendia bien, lo hablaria como los del país; y si lo aprendia mal, no habian de ser sus equivocaciones modelo para los castellanos y regla de castizo lenguaje: sucederia entónces aquí lo que hoy nos acontece á nosotros en tierra extranjera, y les pasa en Madrid á esos buenos hombres que anuncian en el Diario de Avisos tener de venta sillerías de madera escultada y mirlos cantando. Los franceses han formado los diferentes dialectos ó idiomas de su nacion, y nosotros los nuestros; hemos tomado unos de otros, porque somos vecinos, y áun á veces hermanos; pero la lengua en general, es obra de casa. El latin oral no podia vivir siempre: tan viejo se hubo de hacer de allá como de esta parte del Pirineo. Si convertirlo en nuestro romance fué elaborar una lengua nueva, nadie podrá negar á los españoles la facultad de hablar, concedida por Dios al primer hombre, áun ántes que le diese una compañera; si fué corromperlo, ciento cincuenta años há que en

prosa y en verso estamos dando muchos españoles pruebas diarias de que no necesitamos ajeno auxilio para lastimar y desfigurar un idioma: no me lo podréis negar los que veis una prueba más en el desaliñado lenguaje de este pobre discurso..

Las notas que para la presente edicion ha escrito mi buen amigo, el señor don Eduardo de Mier, indispensables las más, útiles, oportunas, discretísimas todas, la enriquecen brillantemente, y la hacen acreedora á una acogida en que el Público, áun otorgándola muy benévola, no por eso traspasará los límites de la justicia.

JUAN EUGENIO HARTZENBUSCH.

AL SEÑOR

DON BLAS ANTONIO NASSARRE Y FERRIZ,

DOCTOR EN AMBOS DERECHOS, PERITÍSIMO EN ELLOS, Y DIEZ Y NUEVE AÑOS PROFESOR INSIGNE DEL CANÓNICO EN LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA; ACADÉMICO DE LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, ILUSTRADOR DEL LENGUAJE MODERNO Y ANTIGUO: BIBLIOTECARIO MAYOR DEL REY NUESTRO SEÑOR DON FELIPE V, Y RECOJEDOR INTELIGENTÍSIMO DE PRECIOSOS Y SINGULARES LIBROS, IMPRESOS Y MANUSCRITOS; DEL CONSEJO DE SU MAJESTAD EN LA REAL JUNTA DEL PATRONATO DE LA CORONA, Y DEFENSOR ACÉRRIMO DE SUS ANTIGUOS DERECHOS; PRELADO CONSISTORIAL DEL REAL MONASTERIO DE SAN MARTIN DE ACOBA, DIGNIDAD DE LA SANTA IGLESIA DE LUGO, DILIGENTE PROPAGADOR DE LA DISCIPLINA ECLESIÁSTICA

D. GREGORIO MAYANS Y SISCAR

OFRECE ESTOS TRATADOS

DE LOS ORÍGENES DE LA LENGUA ESPAÑOLA,

uno de ellos propio, para lograr la censura de tan gran maestro, y los demas ajenos, para verlos dignamente estimados.

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