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y,

lo muestran los refranes que dicen: Guárdate de mujer latina y de moza adevina; y, A escudero pobre, mozo adevino; al mozo malo, ponedle la mesa y enviadlo al mandado. Que sean nombres de edad tambien se ve en este refran : Moza, guárdate del mozo cuando le salle el bozo. Tambien cuento es equívoco, porque decimos cuento de lanza, y cuento de maravedis, y cuento por novela. Tacha es lo mesmo en castellano que en italiano; y tachas llamamos los clavicos que ponen en los cofres encorados.

MARCIO. No me place tanto ensartar de vocablos; más quisiera que prosiguiérades como habiais comenzado.

VALDÉS. Dejadme por vuestra vida, que otro dia yo os cansaré contándoos estos contezuelos. Hacha llamamos á la que por otro nombre llamamos antorcha, y hacha llamamos tambien á la segur. Servidor, aliende de su propia sinificacion, que es comun á las tres lenguas de que platicamos, tiene otra deshonesta.

MARCIO. No la digais, que ya lo sé.

VALDÉS. De mancebo hacemos tambien manceba, que quiere decir mujer moza, y quiere decir concubina. Otros hay, á quien la semejanza solamente hace equívocos; así como capon, que por la semejanza hacemos que sinifique eunuco. Sobre lo cual se celebra un dicho de una dama, que habiendo despues de viuda tomado otro marido, del cual no se podia aprovechar, por quitárselo delante le dió quinientos ducados con que se viniese á Italia. El dicho es éste: que estando en un banquete, alababan todos ciertos capones que allí se comian; y diciendo que valian caros, porque costaban un ducado, luego respondió la dama: ¿A eso llamais caro? Pues yo compré uno por quinientos ducados, y nogocé dél. TORRES. Concluid con eso por vuestra vida, porque tengamos tiempo para lo demas.

VALDÉS. En merced os tengo que me hayais atajado; y vos ved si teneis más que preguntar.

MARCIO. Pues no nos quereis decir más equívocos, porque me acuerdo algunas veces oiros decir que deseais introducir ciertos vocablos en la lengua castellana, ántes que pasemos adelante, nos decid: ¿qué vocablos son éstos?

VALDÉS. De buena voluntad os diré todos los que me vernán á la memoria. De la lengua griega deseo introducir estos que están medio usados, paradoja, tiranizar, idiota, ortografia.

TORRES. Larga nos la levantaríades á los que no sabemos griego ni latin, si por introducirnos nuevos vocablos, nos pusiésedes necesidad de aprenderlos.

VALDÉS. Por vuestra vida que me consintais usar destos vocablos; pues si bien mirais en ello, fácilmente los entenderéis.

TORRES. El tiranizar y la ortografía bien los entiendo, pero los otros no sé qué quieren decir.

VALDÉS. Pues yo os lo diré ahora; y tenedlo por dicho para siempre paradoja quiere decir cosa que viene sin pensarla. Idiota sinifica hombre privado y sin letras. ¿Entendeislos?

TORRES. Sí, muy bien, decid adelante.

VALDÉS. De la lengua latina querría tomar estos vocablos ambicion, excepcion, dócil, supersticion, obyeccion; del cual vocablo usó bien el autor de Celestina: La vista á quien obyecto no se pone; y digo que lo usó bien, porque queriendo decir aquella sentencia, no hallaria vocablo castellano con que decirla; y así fué mejor usar de aquel vocablo latino que dejar de decir la sentencia, ó para decirla usar rodeos de palabras. Tomaria tambien decoro.

TORRES. ¿Qué quiere decir decoro?

VALDÉS. Cuando queremos decir que uno se gobierna en su manera de vivir conforme al estado y condicion que tiene, decimos que guarda el decoro. Es propio este vocablo de los representadores de las comedias, los cuales entónces se

decia, que guardaban bien el decoro, cuando guardaban lo que convenia á las personas que representaban. TORRES. Bien lo entiendo; decid adelante.

VALDÉS. Querría introducir más : paréntesis, insolencia, jubilar, temeridad, profesion.

TORRES. ¿Qué decís? ¿Profesion no es castellano?

VALDÉS. Sí que es castellano; pero hanse alzado con él los frailes, y yo querría que lo usásemos como lo usa hoy el latin y el toscano, diciendo: Juan hace profesion de loco, y Pedro hace profesion de sabio. Persuadir y persuasion, estilo, y observar y observacion.

TORRES. Estos tres postreros quiero que me declareis.

VALDÉS. Estilo llamamos á la manera de decir, buena ó mala, áspera ó dura. Observar vale tanto como notar, sino que sirve para más cosas. Lo mesmo digo de observacion; y porque me he visto en aprieto queriendo exprimir en castellano lo que sinifican obnoxius y abuti, los introduciria si me atreviese; pero son tan remotos del hablar castellano, que de ninguna manera me atreveria á usarlos; holgaría que otros los usasen por poderlos usar tambien yo. De la lengua italiana deseo poderme aprovechar por la lengua castellana destos vocablos, facilitar, fantasía en la sinificacion que lo tomais acá; aspirar por tener ojo, como quien dice: Cada cardenal aspira al Papado; dinar, entretener, discurrir, discurso, manejar y manejo, deseñar y deseño, ingeniar por inventar con el ingenio, servidumbre, novela y novelar, cómodo y incómodo, commodidad, solacio, martelo, porque no parezca que es lo mesmo que zelos, pedante y asasinar.

CORIOLANO. ¿Quereis que os diga la verdad? No me place que seais tan liberal en acrecentar vocablos en vuestra lengua, mayormente si os podeis pasar sin ellos, como se han pasado vuestros antepasados sin ellos hasta agora; y si quereis ver que tengo razon, acordaos cuán atentamente y con cuánta modestia acrescienta Ciceron en la lengua lati

na algunos vocablos, como son qualitas, phantasia, que sinifica visum y comprehensibile, aunque sin ellos no podia exprimir bien el concepto de su ánimo en aquella materia de que hablaba, que es, si bien me acuerdo, en las Cuestiones que llama Académicas.

VALDÉS. Toda esta atencion y toda esta modestia, que decís, tiene Ciceron con mucha razon, cuando introduce en la lengua latina esos vocablos que él componia; pero si bien os acordais, cuando usa y se aprovecha de los vocablos griegos en el mesmo libro que vos habeis dicho y alegado, no cura de demandar perdon; ántes él mesmo se da licencia para usar dellos, como veis que usa no solamente escritos con letras griegas, pero con latinas, como son asotos, idea, atomus; de manera que pues yo no compongo vocablos nuevos, sino me quiero aprovechar de los que hallo en las otras lenguas, con las cuales la mia tiene alguna semejanza, no sé por qué no os ha de contentar (1).

MARCIO. Decís muy gran verdad; y vos, señor Torres, nos decid ¿qué sentís destos vocablos añadidos?

TORRES. Que para todos ellos yo de muy buena gana daré mi voto siempre que me será demandado; aunque al

(1) Ciceron introdujo esas voces nuevas, tomadas del griego y de su lenguaje filosófico, obedeciendo el precepto horaciano, si fortè necesse est indiciis monstrare recentibus abdita rerum, porque entónces, como añade el mismo Horacio, dabitur licentia sumpta pudenter. La filosofía griega era una planta exótica en Roma, y tambien su especial tecnicismo, y de aquí, que para expresar ideas y cosas nuevas, usase de palabras que lo eran. Como la razon es la misma en nuestro idioma, nada tiene de extraño que con la difusion y vulgarizacion de muchos conocimientos, se hayan introducido en el lenguaje vulgar muchedumbre de palabras ántes desconocidas, y que indudablemente obtendrán en ella con el tiempo carta de naturaleza, como ha sucedido con la mayor parte de las indicadas por el autor. Recordando la de la licencia sumpta pudenter, se puede acaso evitar el defecto de la pedantería y del culteranismo, á que es propensa esta libertad.

gunos se me hacen durillos; pero conosciendo que con ellos se ilustra y enriquece mi lengua, todavía los admitiré; y usándolos mucho, poco á poco los ablandaré.

MARCIO. Esto es verdad, que ninguna lengua hay en el mundo, á la cual no estuviese bien que le fuesen añadidos algunos vocablos; pero el negocio está en saber si queríades introducir éstos por ornamento de la lengua, ó por necesidad que tenía dellos.

VALDÉS. Por lo uno y por lo otro.

CORIOLANO. Pues os faltan vocablos con que exprimir los concetos de vuestros ánimos, ¿por qué haceis tantos fieros con esta vuestra lengua castellana?

VALDÉS. Ni nos faltan vocablos con que exprimir los concetos de nuestros ánimos, porque si algunas cosas no las podemos explicar con una palabra, explicámoslas con dos ó tres, como mejor podemos, ni tampoco hacemos fieros con nuestra lengua, aunque si quisiésemos podríamos salir con ello, porque me bastaría el ánimo á daros dos vocablos castellanos, para los cuales vosotros no teneis correspondientes, por uno que me diésedes toscano, para el cual yo no os diese otro castellano que le respondiese.

CORIOLANO. Esta bravería española no la aprendistes de San Pablo.

VALDÉS. Basta que la aprendí de San Pedro, y en Roma. Pues más quiero decir, porque veais quién son los Chacones, que haré lo mesmo con la lengua latina.

CORIOLANO. Nunca os ví tan bravoso; ea, quebradme el ojo con media docena de vocablos españoles que no tengan latinos que les correspondan.

VALDÉS. No os quebraré el ojo; pero daros he dos docenas de vocablos por media que me demandeis.

CORIOLANO. Esos serán plebeyos.

VALDÉS. No serán sino hidalgos de las migajas del Rey de Portugal, y porque veais si decir y hacer comen á mi

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