Obras completas de Diego Barros Arana ...Imprenta Cervantes, 1910 |
Índice
193 | |
195 | |
198 | |
199 | |
200 | |
202 | |
203 | |
206 | |
207 | |
209 | |
213 | |
215 | |
217 | |
220 | |
223 | |
226 | |
238 | |
239 | |
241 | |
242 | |
243 | |
245 | |
246 | |
248 | |
249 | |
250 | |
251 | |
252 | |
254 | |
256 | |
257 | |
259 | |
260 | |
262 | |
263 | |
265 | |
266 | |
268 | |
269 | |
276 | |
278 | |
281 | |
282 | |
284 | |
285 | |
286 | |
289 | |
290 | |
302 | |
303 | |
306 | |
308 | |
309 | |
311 | |
312 | |
314 | |
317 | |
320 | |
323 | |
327 | |
328 | |
351 | |
352 | |
354 | |
355 | |
357 | |
359 | |
361 | |
367 | |
369 | |
372 | |
376 | |
382 | |
384 | |
390 | |
397 | |
398 | |
402 | |
406 | |
408 | |
411 | |
413 | |
415 | |
423 | |
426 | |
428 | |
430 | |
433 | |
438 | |
443 | |
445 | |
447 | |
451 | |
454 | |
456 | |
457 | |
459 | |
462 | |
464 | |
466 | |
467 | |
470 | |
471 | |
472 | |
477 | |
478 | |
479 | |
481 | |
483 | |
484 | |
487 | |
489 | |
526 | |
529 | |
Otras ediciones - Ver todo
Términos y frases comunes
ademas admirable agua aire Alejandro alguno-en alma amor Andrómaca antiguos autor brillo cabeza carácter Cárlos XII Cartago célebre cielo ciencia cion combate conocer corazon creia cuya debe debia decir deja desgracia despues diálogo dice dirije ejército embargo enemigo eran escribir escritor espantosa esperanza espresion estaba estilo estremo estudio Euríalo FENELON frances gloria grandes griegos guerra gusto habeis habia hablar habria hijo hist historia Homero ideas imajinacion injenio intelijencia interes jamas jeneral jénero jenio jente jóvenes Júpiter lago Erie lijero literarios llora Luis XIV manos medio menester muerte mundo Neron Niso noche nubes obras ojos padre palabras parece pasa patria Pisistrato podia poesía poeta primera príncipe pueblo queria Quijote reina retratos rodaballo Roma romanos rútulos sabia siglo siglo XVII Sócrates talento tambien tenia terrible Tiberio tierra Tito Livio toma trabajo Tucídides Véanse las Noc verdad Virjilio
Pasajes populares
Página 368 - Despiértenme las aves con su cantar sabroso no aprendido; no los cuidados graves de que es siempre seguido el que al ajeno arbitrio está atenido. Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo.
Página 367 - ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruido, y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado.
Página 51 - ... tiñe con enfermiza palidez. Mas yo la vida por mi mal conozco, conozco el mundo y sé su alevosía; y tal vez de mi boca oirás un día lo que valen las dichas que nos da; y sabrás lo que guarda a los que rifan riquezas y poder, la urna aleatoria, y que tal vez la senda que a la gloria guiar parece, a la miseria va.
Página 33 - Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuan presto se va el placer, cómo después de acordado da dolor, cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor.
Página 367 - Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado. No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera.
Página 389 - ... templo: de todo apenas quedan las señales. Del gimnasio y las termas regaladas leves vuelan cenizas desdichadas; las torres que desprecio al aire fueron a su gran pesadumbre se rindieron.
Página 371 - ¡Ay triste! ¿y aun te tiene el mal dulce regazo? ¿ni llamado al mal que sobreviene no acorres? ¿ocupado, no ves ya el puerto a Hércules sagrado? Acude, corre, vuela, traspasa el alta sierra, ocupa el llano, no perdones la espuela, no des paz a la mano, menea fulminando el hierro insano.
Página 84 - ... las estratagemas, las dificultades, el prevenir los daños que se temen; que todas estas cosas son acciones del entendimiento, en quien no tiene parte alguna el cuerpo.
Página 383 - Más precia el ruiseñor su pobre nido De pluma y leves pajas, más sus quejas En el bosque repuesto y escondido, Que halagar lisonjero las orejas De algún príncipe insigne, aprisionado En el metal de las doradas rejas. Triste de aquel que vive destinado A esa antigua colonia de los vicios, Augur de los semblantes del privado. Cese el ansia y la sed de los oficios; Que acepta el don y burla del intento El ídolo a quien haces sacrificios.
Página 36 - ¿Qué se hicieron las damas, sus tocados, sus vestidos, sus olores? ¿Qué se hicieron las llamas de los fuegos encendidos de amadores? ¿Qué se hizo aquel trovar, las músicas acordadas que tañían? ¿Qué se hizo aquel danzar, aquellas ropas chapadas que traían?