Baján se llaman, y allí concurren por fuerza los hombres hechos esponjas, con sus instintos de bestias. Unas derruidas paredes de adobe, toscas y aviesas, con troneras por ventanas, faltas de techo y de puertas, son las únicas guaridas en que gente... El romancero nacional - Página 166 de Guillermo Prieto - 1885 - 811 páginas Vista completa -
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