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ble cayó sobre los enemigos de la cruz, y tanto espiritu descendió del Señor en sus cristianos, que no solo aquella cibdad, mas todo el mundo no bastaba para lo resistir aquella hora. Lo otro ha de notar Vm. es, y esto se predique y tenga por evangelio, que es notorio que Dios alargó aquel dia, así como en el tiempo de Josué, tanto que los moros mismos lo confiesan que lo vieron claramente. E á esta causa algunos pidieron baptismo. Item sepa Vm. que el primero que entró en la ciudad y la primera bandera, fué la del cardenal nuestro Señor; é mas sepa Vm. que cuando allá decia al cardenal nuestro Señor de Oran y sus fuerzas, era burla; porque si su reverendísima señoría supiera lo que es, como agora que lo ha visto y follado, acá no viniera ni emprendiera tan gran cosa que parece imposible á todos los Príncipes cris tianos podella expugnar si dentro hubiese 2,000 personas de pelea é hombres de buen recabdo. Tenian los moros dentro mas de 60 piezas de artillería y dos artilleros cris tianos que tenian para quemar, porque no habian fecho bien unas piezas. Soltáronse cativos cristianos fasta 300. Alcrebite y municion de artilleria que tenian, dicen que vale mas de 3,000 ducados. Hay en la ciudad muy buenas casas y paresce á Toledo: hay puerto y playa; hay 6 paradas de molizas en un arroyo que corre alrededor de la ciudad. Es un paraiso de huertas y tiene campiña y sierra la mejor que tiene ciudad de España. Y sepa Vm. que segun el celo del cardenal nuestro Señor y los miłagros manifiestos que Dios aqui ha querido mostrar, es claro que presto quiere que toda Africa sea nuestra: y esta es la causa que tan presto fizo volver al cardenal nuestro Señor á dar órden con S. A. y con los Grandes, encomendándoles para que vayan á cosa tan aparejada. Ya tenia

mos lengua de Tremecen que tiemblan, porque el miedo de los moros es tanto que fasta Fez van ya fuyendo. Espero en Dios que antes de 20 dias oirémos nuevas de One y de otras fuerzas que serán tomadas. Y porque presto es pero ver á Vm. aquí, no digo mas; y esto poco que he di cho, es para que Vm. y esos señores den loores á Dios, que tal obra y tan súpito quiso obrar. Y lo dicho en comparacion de lo que se habia de decir, téngalo por casi nada; ca mejor pudiera yo en este caso decir lo que dijo Salustio de Cartago, que mejor es callar que decir pocas cosas. Bendito sea el Señor Dios nuestro, que enseñó las manos de nuestro prelado para la guerra, y sus dedos á la batalla; porque el mismo Dios Jesucristo, pastor de todos y redemptor, peleó desde el cielo por su iglesia. Vuestra dignidad quede con el mismo Jesucristo, al cual sea alabanza, honra, gloria, imperio, por todos los siglos de los siglos, amen. Perdone Vm. la priesa de la carta, á cuya causa no va tan ordenada como fuera razon. Item sepa Vm. que el teniente de alcaide que estaba dentro de la fortaleza por mandado de su amo, cerró las puertas con las llaves; é cuando quiso abrir á su amo, que venia fuyendo, nunca las pudo fallar. De Cartagena jueves 24 de mayo de 1509 años. Servidor y capellan de vuesa merced, el maestro de Cazalla.

NÚM. 13.

Carla que Fernan Perez del Pulgar escribió á Pedro Navarro desde el Salar, ántes de que se embarcase para

Oran, elogiandole y dándole consejos.

Fol. 252.

Cuando el conde D. Pedro Navarro pasó á Africa con el cardenal de España, Fernando del Pulgar le envió esta

carta.

Muy magnifico Señor: A Roma iban muchos mas por ver á Tito Livio que por mirar la ciudad: é así todos debiamos de facer, ir solo á ver à vuestra señoria. E con efecto yo así ficiera en esta santa é buena jornada, si con mi soledad y edad se acabára. Porque segun el aficion tengo al servicio de vuestra señoría, mejor paresciera ille á servir que no screbir. Acá, Señor, se reza de la guerra que el Rey nuestro Señor manda facer á los moros de Africa y claro paresce que Dios le hace caudillo della, pues le concluyó la paz que debe tener con los Reyes cristianos, sus parientes y vecinos, y le acarreó guerra justa á que es obligado, en que se gana honra en esta vida y gloria en la otra: á la cual solo el emprender falta que ella se seguirá con buen principio. Hoy que mayor bien pueden sus súbditos tener que guerra buena en que entiendan y se ejerciten, y ejercicio muy necesario para atajar las guerras que nascen en los reinos y crian los pueblos, cuanto mas estando tanta parte de la jornada andada, conviene á saber, tener á España: porque los Reyes que señorearon primero, la procuraron de la ganar. Que si Anibal fizo guerra á los romanos, primero

señoreó á España; si Cipion pasó á Africa y cercó á Cartago primero teniendo á España; si Pompeyo determinó de ser dictador de Roma, ántes se apoderó de España, conosciendo la gente que en ella mora, son tales é de tantas fuerzas y esfuerzo, que otra ninguna nacion les semeja en esto, y nunca tales como hoy. Porque entónces solos los oficiales de la guerra la usaban; agora todo género de gentes las sabe, y muy obedientes á su Rey, diligentes á los mandamientos de su capitan, trabajadores y valientes varones en ella, segun paresce en las prós peras guerras de Granada y Nápoles. ¿Qué falta sino ponella en obra, que Dios es el que guía todas las cosas, en especial las suyas propias como esta? que el tiempo, ministro y maestro dellas, muestra como se deben seguir. Cipion un hombre fué y sin corona, y cuanto menos quisierdes de estado, y con asaz quiebra emprendió de conquistar lo que ganó, que fué mas de lo que pensó, que con solo echar á Anibal de Italia y aun con harto menos se contentára; y en breve tiempo señoreó á Cartago, no teniendo los aparejos que dicen tener el cardenal para esta honrada y próspera pasada que face; é la ocupacion é diligencia que pone todas horas é todo tiempo en ella. E como sé es su servidor é amigo que le ayuda en esta conquista, no sin causa quiso Dios fuese nacido este arzobispo, á fin que su virtud se mostrase á los hombres en todas las cosas, así espirituales como temporales, que juzgadas sin odio, ira ni aficion, las ternémos mas por divinas que humanas. E porque si de la bondad de su señoría fablamos, ántes faltaria tiempo que della decir; y aunque por ventura aquella contar fariamos menos de lo que es, no me detengo; y paso á suplicar á vuestra señoría al tiempo que se ficiere nómina de

la gente que en buena hora han de pasar en Africa, no se olvide de mandar buscar y poner en ella los mas adalides y hombres del campo que se pudieren haber, en especial aquellos que siguieron la guerra pasada deste reino de Granada: porque estos como quier que los moros son astutos en la guerra y diligentes en ella los que han sido en los guerrear los conoscen bien y saben armalles, conoscen á que tiempo y en que lugar se ha de poner la guarda, do conviene la escucha, adonde es necesario el atalaya, á que parte el excusaña, por do se fará el atajo mas seguro y que mas descubra, conosce el espía, sabrála ser, tiene conocimiento de los polvos si son gente de á pie, y cual de á caballo ó de ganado, y cual es torbellino, y cual humo de carboneros y cual ahumada,

y

y

la diferencia que hay de almenara á la candela de los ganaderos tiene conocimiento de los padrones en la tierra, y á que parte los toma y á que mano los deja: sabe poner la celada y do irán los corredores y ceballos si les es menester: tiene conocimiento del rebato fechizo cual es el verdadero: dan avisos: su pensar continuo es ardides y engaños y guardarse de aquellos: saben tomar rastro y conocer de que gente y á cual seguir: sentarán pasos é vados, é dañallos ó adoballos segun fuere menester y guian la hueste, buscan pastos y aguas para ella, y montañas ó llanos para aposentallas: conoscen la dispusicion para asentar mas seguro el real, tentarán el de los enemigos, irán á buscar y traer lengua dellos que es muy necesaria tienen continuo cuidado de mirar el campo, de noche los oidos descolvados, de dia los ojos no cerrados, porque así es debajo de la pestaña del atalaya, está la guarda del pueblo, gente y hueste. Enxemplo en Alcalá la Real despues de atajado y dado seguro

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