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antiguos germanos (1); á todos admiró con ese descubrimiento y el de las minas, dando á los españoles una fama que todos envidiaban en Europa (2).

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El Gran Capitan, que mejor que nadie podia apreciar el mérito de Navarro, ya referimos haber sido quien insinuó al cardenal Jimenez de Cisneros que le tomase por general para la guerra de Oran (3). "Con este conde, ⚫ dice el contemporáneo Pedro de Torres, era el Rey te» mido é Señor del mar y de las Italias, é temido por » todo el mundo é afamado é honrado é servido... mien» tras estuvo preso ninguna cosa buena hizo la gente española en las Italias... é cuando el Gran Capitan murió, • esclamó el Rey, ya no nos queda con quien amenace» mos á nuestros enemigos, aludiendo á que habia per. dido por seguir el consejo del duque de Alba á los capitanes muertos en Ravena, al conde Pedro Navarro y » al Gran Capitan (4).”

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Hernan Perez del Pulgar en la carta que escribió á Navarro antes de embarcarse para ir á Oran no temió comenzarla con que asi como á Roma iban muchos mas por ver á Tito Livio que por mirar la ciudad, asi todos debiamos de facer ir solo á mirar á vuestra señoria (5); elogio del mayor mérito por salir del gran coronista de los Reyes Católicos; que es lastima no aclarase en aque

(1) Tácito, De moribus Germanorum........ In universum æstimant plus penes peditem roboris.

(2) Jovio, De vita Ferdinandi Davali etc. pág. 623........ nam hispani ex Navarri Ducis disciplina in magna erat opinione singularis scientiæ et mirabilis artificii arcibus expugnandis.

(3) Véase la pág. 113 y el documento núm. 23.

(4) Crónica de Pedro de Torres.-V. Documento núm. 23. (5) Ibid.

lla ocasion, si fué ó no nuestro Pedro Navarro el que asistió á la toma de Bentomiz (1). En el mismo año y pocos dias despues de expresarse Pulgar en los términos que dejamos referidos, tratando Pedro Mártir en una carta al conde de Tendilla de la misma expedicion de Oran, calificaba á Navarro de hombre ilustre por sus acciones así por mar como por tierra (2); calificacion que con estas ó semejantes palabras repitió en otras ocasiones Marineo Siculo que vivió en su tiempo y que escribiendo en nuestra patria, con sumo conocimiento de sus hombres de sus cosas, apellidó á Navarro y á D. Hugo de Moncada duo fulmina belli, los dos rayos de la guerra (3), y podia haber añadido que los dos fueron corsarios, aunque con suerte en todo mas dichosa D. Hugo que Pedro Navarro (4). Paulo Jovio que tanto conato puso en darle fama así con la empresa ó divisa que le arregló, como con la relacion histórica de sus proezas, no contento con referir que fué artifice de obras maravillosas, y que por el modo con que derribaba con sus minas los cimientos de las fortalezas, fué afamado en toda la redondez de la tierra (5), añadió en otro lugar que de cuantos españo

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(4) Véase la pag. 22 y sig.

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(2) Epistola 413, lib. 22. En Vallaaolid á 29 de abril de 1509... Primarius est ei Ductor Petrus ille Navarrus Comes, mari et terris bellica gloriæ fama illustris.

(3) L. Marinaus Siculus.

(4) Jovio en el elogio de D. Hugo: Y acabada la guerra de Italia, D. Hugo se dió á andar por la mar y

viniendo á ser nombrado y famoso por algunas jornadas que contra moros hizo, llegó á tanto la fama de su nombre que mereció una rica encomienda de la órden de San Juan en Calabria. Traduccion de Baeza.-Zurita lib. 5, cap. 48, del Rey D. Fernando.

(5) En su elogio

TOMO XXV.

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» les pasaron en su tiempo à Italia y despues del Gran Capitan consiguieron ilustrar su nombre, ninguno ex» cedió á Antonio de Leiva; porque fácilmente le daria » la preferencia Navarro tan famoso por su desdichado » fin (1);" lo que equivale á decir que Navarro sin esa circunstancia hubiera sobrepasado á Leiva.

El mismo Jovio en otra parte decia que por la grandeza de su rarisimo valor, antes de pasarse á los franceses, era espanto de estos y muy querido del Gran Capitan (2). Por ser acaso muy comun y bien recibida de las gentes la opinion de lo mucho que aquel insigne caudillo le estimaba, se creia que dos estatuas que adornaban su sepulcro representaban á los dos mas famosos capitanes de su tiempo, Diego Garcia de Paredes y Pedro Navarro (3); y si fuéramos á referir todos los elogios que así los nacionales como los extranjeros sus coetáneos le prodigaron

(1) En el elogio de Antonio de Leiva

(2) En el de Navarro. Et Consalvo imperatori apprimè carus ab efficatia inusitatæ virtutis

(3) Tratado de las Estatuas dirigido al Gran Príncipe de las Españas D. Philippe Nuestro Señor, por Diego de Villalta. Biblioteca nacional MS. 184, G. pág. 29 vuelto, cuenta que en el sepulcro del Gran Capitan en la capilla mayor del monasterio de San Gerónimo de Granada habia "pendientes mucho número de ban» deras y estandartes ganados en batallas de franceses, de turcos, >> de moros y de otras naciones como testigos verdaderos de sus triunfos y victorias, y por ornamento á los lados del crucero de » la capilla están dos grandes escudos con las armas del Gran Capitan y en cada escudo dos hermosas estatuas asidas dellos que » los tienen en medio, esculpidas en piedra de varones armados de » todas armas de aquellos mas famosos y valientes capitanes de su » tiempo que le siguieron y acompañaron en todas sus conquistas, » que el uno es aquel fortisimo Diego Garcia de Paredes, y el otro el capitan Navarro."

apenas nos quedaria duda de la admiracion que á todos causaba y ninguno logró en sus dias (1).

En el progreso de esta historia hemos indicado con repeticion el ingenio de Navarro en inventar medios de ofender al enemigo y triunfar; señal cierta de que tenia amor á su oficio y se ocupaba de sus adelantamientos. Además de su maravillosa aplicacion de las minas recordarémos las sacas de lana con que al conquistar el Peñon mandó entoldar un galeon para que los moros no ofendieran á la gente embarcada en él (2). En la batalla de Ravena le hemos presentado asi ensayando, aunque con poco efecto, los carros falcados de los antiguos romanos, como tendiendo su gente en tierra para frustrar los tiros de la artilleria francesa, y arremetiendo á lo último al arma blanca, y por debajo de sus terribles picas à la in

(1) Ginés de Sepúlveda le llamó en el lib. 4, núm. 4, de su Historia de Cárlos V, strenuum hispani generis virum et rei militaris peritissimum.-Galeatius Capella en el lib. 12 de su Historia de Milan: Ducem rei militaris peritissimum.-Ubertus Folieta en el lib. 12 de sus Anales de Génova: magni nominis Dux acerrimique ingenii ac prompti et sagacis consilii vir.-Bernardinus Alduni, De bello veneto, lib. 4, pág. 188, tom. 5, Antiquitatum Italiæ, tratando de la batalla de Ravena dice que los Diaristas contemporáneos Ephemeridari.... annalibus suis meminere Petrum Navarrum omni re bellica celebratissimum ac tunc militiæ pedestris Magistrum etc.-Don Alon so de Sanabria en la dedicatoria á D. Francisco de los Cobos de su "Guerra de Tunez." Biblioteca nacional MS. escribe que "el con» de Pedro Navarro ántes de que volviese el rostro á España y la >> fortuna á él las espaldas hizo cosas por donde se supo y sabrá que » vivió."-Bernardino de Escalante en sus Diálogos militares, tratando en el 2.o de las calidades de los alcaides y órden que han de guardar en la defensa de sus fortalezas, presenta á Navarro como un modelo etc.

(2) Véase la pág. 107 de esta Historia.

fantería alemana (1). En la batalla de Mariñan ya insinua. mos que se le podia considerar como el inventor del fuego graneado (2), y en la toma del castillo de Milan, despues de aquella batalla, tambien indicamos lo aplaudidos que fueron los medios que adoptó al intento (3). Aunque con poco éxito en los asaltos á Brescia, tambien referimos que habia adiestrado á sus gascones y navarros bajos en formar el galápago ó testudo, que acostumbraban los romanos (4). Aunque Jovio no le describe, sabemos por él la admiracion que á todos causó el campamento que ordenó al frente de Nápoles (5); quedándonos todavía una muestra de su pericia en trazar fortificaciones y castillos, en las del actual San Sebastian, que se cuenta haberse emprendido bajo sus planes en 1516 y concluidose en 1524 bajo la direccion de Diego de Vera (6).

Pero si todo esto unido á su buen estilo y bella escritura para aquel tiempo, confirma, como ya en otro lugar apuntamos, que Navarro tuvo educacion mas esmerada que la de un labriego roncalés ó un marinero encartado (7); no por eso es menos cierto que fué de genio y

(4) Véase la pág. 202.
(2) Ibid. 268.
(3) Ibid. 272.

(4) Ibid. 301.
(5) Ibid.

(6) Noticia de los arquitectos y arquitectura en España por Don Eugenio de Llaguno y Amirola, ilustradas por D. Juan Agustin Cean, tom. 2, pág. 97 y artículo San Sebastian del Diccionario his-tórico geográfico de las tres Provincias y Navarra etc.; pero los planos debieron de ser anteriores, porque en 1516 Navarro estaba ya con los franceses.

(7) Véase la pág. 26.

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