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de muy atrás en España (1). De suerte que, prescindiendo de si Pulgar al publicar la Crónica mucho despues del suceso de Bentomiz, designó á Navarro con el nombre que entonces le daban; si juntamos á tantos antecedentes el de que mas adelante le hemos de ver acompañado de un presbitero llamado Taramona; podrémos insistir en que siendo ese nombre el de un lugar de las Encartaciones en el concejo de Galdames, era sin duda paisano de Navarro, y éste por lo tanto encartado.

Mas ya lo fuese ó roncalés, ó bien navarro ó vizcaino, su nacimiento en nuestro sentir á ningun pueblo ennoblece. Hombre sin ideas de patria y que á todos vendia su sangre, nada hace dudar tanto de que estuviera en VelezMálaga, como no verle participar del espíritu nacional y caballeroso que como á porfia mostraron los capitanes que militaron en la guerra de Granada. Pasando, como ya referimos, de espuelista de un cardenal á infante aventurero en la guerra Lunigiana; tomada Serezana por los florentines, nos cuenta su amigo Jovio que se lanzó otra vez á andar por la mar, dándose al corso contra los corsarios ó piratas africanos (2).

Era este oficio lucroso entonces y mirado al parecer sin prevencion. Emprendíase con apariencias de religion y bajo pretexto de perseguir á los turcos; y de tal modo lo practicó Navarro, ya tomándoles sus navíos, ya desembar

(1) V. entre otras epistolas de Pedro Mártir la 215 del libro 3, escrita en 1499. en que dice Lerini Comes Navarræ quæ in Cantabris est comestabilis.

(2) Jovio en su Elogio: Verum Sergiano oppido á Florentinis in potestatem reducto, iterum maritimæ exercitationis munera complemulta littoribus Africa, Punicis prædonibus infestus, detrimenta intulit.

cando en las playas africanas, que de sus resultas se ha escrito que le apellidaron Roncal el salteador (1); sobrenombre que si el estado social de entónces llegó á tenerle por honroso, el nuestro por mas que le vituperen, no dejaria de mirarle con horror.

Muchos años pasó Navarro en tan terrible ejercicio. Paulo Jovio ó avergonzado de sus horrores, aunque no debian escandalizarle entónces, ó por que él no quiso contárselos, no desciende á sus pormenores. Los contemporáneos sin embargo, cuentan algunos atentados suyos que no fueron contra los turcos que, siendo generalmente odiados, ya se infiere como los trataria, sino contra cristianos aliados y en buena union con los españoles. Entre los hombres señalados que en aquel tiempo nos dicen haberse dado al corso, uno de los mas distinguidos por su nacimiento y estado fué D. Antonio de Centellas, valenciano de sangre ilustre, y solo parecido á Navarro y á su paisano Menaldo Guerra (2), en el desdichado fin que tuvo. Por su muger era marqués de Cotron ó Cotrone, ciudad

(1) Rios, Discurso, pág. 45.

ha

(2) La osadía de Menaldo Guerra, navarro segun unos, y vizcaino segun el traductor de la Vida del Gran Capitan, escrita en latin, llegó en 1497 al punto de sorprender el castillo de Ostia á la embocadura del Tiber, sin permitir que por el rio subieran viveres á Roma. Tenia aterrada aquella ciudad y sus cercanias. y biéndose burlado de cuanta gente envió contra él Alejandro VI, fué el Gran Capitan con la suya á combatirle, y habiéndole rendido le entró en Roma atado y montado en un caballo negro. Tomaso Costo: Del Compendio della Istoria del reyno de Napoli de Pandolfo Collcnuccio etc. in Venetia. 1613. lib. 8, pág. 381. Menaldo Guerra de Navarra, famoso pirata, etc. Zurita, tomo 5, lib. 3, del rey D. Fernando, cap. 1, pág. 116, año de 1497; pero le llama Menaut de Guerri, y añade que el Gran Capitan aseguró la vida á todos los vencidos. El poeta Cantalicio le llama francés en sus versos.

maritima de Nápoles; y ambicioso é inconstante, habiéndose en las guerras de aquel reino declarado unas veces por los barones anjoinos ó franceses y otras por los aragoneses y españoles, resentido de que estos no le admitieran en la tregua que con aquellos concertaron en 1497, so declaró por la Francia y alzó banderas por ella. Terminada la guerra, y expulsados de Nápoles los franceses, el Gran Capitan retuvo como en depósito y para la seguridad del reino seis plazas importantes de la Calabria, que guarneció fuertemente, y entre ellas la de Cotron. Viendose entonces el marqués vencido y privado de su estado, se entregó al corso y pirateria contra los turcos, que, cautivándole al fin, le llevaron á Constantinopla, en donde murió degollado (1).

A ser cierto, como Gonzalez Fernandez de Oviedo escribió, que Pedro Navarro desde muchacho sirvió al marqués de Cotron, atribuirian à esa causa la proteccion que le dispensaron tanto el marqués como su familia. Los historiadores no la indican, y solo sabemos por Pedro Bembo, à quien en su tiempo verêmos en correspondencia epistolar con Navarro, que noticioso el Senado veneciano de que los de Cotron acogian à aquel pirata, à quien llama Pedro Cantabro, y que à la sazon se hallaba en Oricella 2. determinó buscarle y destruirle, para que no

(D) Zurita, tomo 3, lib 2, cap. 11, pag. 72, lib. 3. cap. 6 y 7, pag. 124 y 123, aùo de 1497, y lib. 3 del rey D. Fernando, capitulo 6. pag. 234, año de 1302, Tristani Caraccioli, Patricii Napohtam, Opuscula historica, pag. 82 y 83. De varictate fortuna. Inter Kim So-pores, tom. 2. Tristan fue contempora neo segan Muratori en el prólogo.

2. Orari a, ba de ser la Isuca, situada à dos leguas y media de Cotron, que aunque no tenía buen muro era lugar que importaba macho por el puerto y señorio de Cotron, y por eso se spodero

siguiera causando daño á los naturales de la república. Envió al intento contra él y con alguna gente embarcada en dos buques menores llamados Gripos, al valiente Andrés Loredano, capitan por el mismo Senado de una gran nao de guerra y carga. Echadas las anclas á alguna distancia, y retardado el desembarco hasta despues de amanecer, Navarro que vió que se le acercaban como unos trescientos hombres, que eran los desembarcados, les salió impávido al encuentro con su gente, y con cuanta infantería y caballería habia en Cotron, y envió á su socorro Antonio de Centellas, que Bembo llama Alcaide de aquel castillo. Trabóse luego entre unos y otros un recio y muy sostenido combate, en el que al cabo de seis horas lograron los venecianos que muertos muchos de sus enemigos, heridos unos ochenta, y entre ellos el mismo Pirata, los demás huyeran y se refugiaran al castillo. Allí sigue Bembo que sin descansar los combatieron, y que tomada á poca costa la torre con cuantos la defendian, nueve de los cuales fueron con toda solemnidad ahorcados, acometieron vigorosamente al castillo. La guarnicion se defendió con obstinacion, y tanto que, viendo los venecianos al cabo de dos dias de combate que nada conseguian, su historiador concluye con que, destruida una parte de sus murallas, ganada la artillería, talado el campo, é incendiada la armada del Pira« ta, tornaron á embarcarse sin otra pérdida que la de un << muerto y muy pocos heridos (1).

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Cogido el Marqués por los turcos y llevado á Tur

de ella el Gran Capitan, segun Zurita, lib. 3, del Rey D. Fernando, cap 6 y 7, pág. 124.

(1) Petri Bembi, Historia veneta etc., lib. 4, pág. 52, edit. 1551. Nostro autem in mari.

quía, cuenta Gonzalo Fernandez de Oviedo 1 que Fe⚫dro Navarro anduvo con una nave del mismo Morqués al corso por el Mediterráneo, é hizo muy buenas cosas." Tal vez entre ellas sucedieran las que provocaron la indignacion de los venecianos; su contemporáneo Oviedo no las refiere cual nos convendría saberias, sino que ⚫ en vista de ellas la Marquesa, mujer del Marqués, y • D. Enrique su hijo le dieron la nao en que andaba, ⚫y continuando su corso el año de 1439, topó con una não de portugueses, la cual tomára si no le hirieran con un tiro de pólvora que le llevó la mayor parte de las nalgas y herido arribó á Civita vieja, puerto de • Roma al fin del Tiber, y como se vido sano se fué al . Gran Capitan D. Gonzalo Fernandez de Córdova, que

con el ejército de España por mandado de los Reyes . Católicos favorecia contra franceses el Rey Federico de Napoles (2,."

(1) Quinquagena 1. Estancia XXXIX, pág. 94.

(2, Anda equivocado Gonzalo Fernandez de Oviedo en cuanto á lo que dice de haber dado á Navarro la marquesa de Cotron y su hijo D. Enrique una nao para andar al corso antes de 499, puesto que D. Enrique hijo único del marqués fué con posterioridad cautivo de los moros al mismo tiempo que su padre. Parece estarlo igualmente Zurita (lib. 5, del Rey D. Fernando) al referir en el año de 1502 que D. Antonio Centellas marqués de Cotron y su hijo D. Enrique de edad de veinte años, llevados cautivos à Constantinopla D. Enrique murió en la prision y al padre le cortaron la cabeza. Quizás esto sucediera en aquel año de 1502; mas en el de 1501, segun resulta de la súplica que en favor del hijo y del padre dirigió el marqués de Mantua á los Reyes Católicos ya estaban los dos en su cautiverio.-Véase el Documento núm. 2.

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