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los asaltos; y la Providencia por último, habiendo sido Icart el primer español contra quien Navarro guiado de su mala estrella combatió, puede decirse que fué el predestinado, como en su lugar verémos, para presenciar cuando el dia de la expiacion llegó, su triste y desdichado fin.

1517.-No está claro si Navarro acompañó á los franceses y venecianos cuando, despues de apoderados de Brescia, se encaminaron contra Verona. Era su alcaide todavía y gobernaba la gente española y alemana, no como general pontificio sino como comisario imperial, el mismo Marco Antonio Colona, que con tan acertada oportunidad socorrió á Brescia al principiar su asedio. La guarnicion reforzada, á pesar de las precauciones de los venecianos, con gran parte de la que allí acababa de capitular, dió tambien como su gobernador las mismas pruebas de valor admiradas por los enemigos en Brescia. Ni con tener por suelo ciento y cincuenta pasos de muralla derribados por los venecianos hacia la puerta de Vicenza, ni con haber los franceses abierto cinco grandes portillos por cinco partes diferentes de la misma muralla, ni con amolinarse por las pagas é irse de sus resultas á los venecianos, con grandísimo encono de los demás españoles, los capitanes Rojas, Plasolla, Cristoval Manjon, Juan Perez, Juan Ladron, y el coronel Maldonado y Juarez, pasados despues por las picas, sirviendo al duque de Urbino (1) (lo cual

el

(1) Guicciardini, lib. 12.-Jovio, lib. 18, describe largamente este sitio en que tambien hubo retos y duelos por las Damas entre españoles, italianos y franceses, y alborotos por las rameras; y tratando de aquella desercion, refiere que muchos españoles sin vergüenza ninguna diciendo que sin paga no querian pelear por el Emperador ni esperar á pasar la última hambre, fingian que salian

debió servir de aviso á Navarro) lograron los sitiadores que se rindiera Verona. Sus defensores la mantuvieron resueltos hasta que concertada la paz de Noyon en agosto de aquel año entre nuestro Carlos llamado despues el Quinto, y el Rey Francisco I, y luego entre este, el Emperador y los venecianos, volvieron estos á su posesion en enero de 1517; y puesto fin á la sangrienta guerra derivada de la liga de Cambray, que habia durado ocho

a correr la tierra y pasábanse á los venencianos. Pero otros muchos, teniendo respeto á la honra de su nacion, recibian enojo, pareciéndoles que aquella maldad era afrenta á toda ella. Y así maldecian el hecho y juraban que en habiendo lugar habian de castigar su maldad matándolos por sus manos ó por justicia. Entre otros que se pasaron fueron Juarez, Rojas, Plasolla, Cristóbal Manjon, Juan Perez y Juan llamado el Ladron y algunos otros leones mas que soldados usados à ganar y aprovecharse. Estos poco ántes siendo muertos los mejores de su gente habian entrado en lugar de los alfereces y capitanes mas por su atrevimiento y por favor de los soldados que por su valor. A estos siguió poco despues el capitan Maldonado no teniendo respeto a la honra que había ganado en las guerras pasadas. Era verdaderamente digno de ser alabado de valeroso guerrero, si siendo ya viejo, no, lo engañáran soberbia y avaricia de manera que maculára con esta maldad y con el horrible fin de su vida la honra ganada con tantos trabajos. "Fué este fin, » segun Herrera en sus Comentarios de los hechos de los españoles » en Italia, pág. 301, que el Coronel Maldonado y el Capitan Jua>> rez y otros dos capitanes mas que servian al Duque de Urbino, >> oido lo que trataban contra él y leidas las escrituras y cartas, y >> relatados los indicios, estando todos los españoles con grande >> atencion, por comun juicio condenaron á muerte á Maldonado y » á los tres capitanes y haciéndolos pasar por las hileras de las picas » fué ejecutada la pena y segun decian purgada con este castigo toda » la malicia que habia en aquel ejército. Y esto se llama entre la »> nacion española pasar por las picas: castigo usado en ella. Véan» se Jovio, lib. 19, y Guicciardini, lib. 13 al principio y mas ade» lante. "

años, se despidió toda la gente de los ejércitos coligados y hubo paz por algun tiempo (1).

Cuando esto sucedia ya no seguia Pedro Navarro el ejército francés ni se hallaba en Italia. No se descubre si fué por no haber sido muy afortunado en Brescia, ó por consecuencia del tratado de Noyon que, encontrándose ocioso en el mismo año de 1516 y volviendo á su antigua profesion de marino, comenzó á juntar en Marsella una armada de diez y seis galeras con muy escogidos soldados. Tampoco puede afirmarse si aquel armamento le costeaba secretamente el Rey de Francia, ó si tal vez Navarro tan mal hallado con la paz como en 1507 lo estuvieron con la de Italia Diego García de Paredes, el capitan Melgare. jo y Diego de Aguayo, quiso como ellos, y ayudado de los habituados al saco y al pillaje de la desventurada Italia, lanzarse en grande y de su cuenta al corso que él conocia muy bien, y entonces no dejaba de ser lucroso y aun de grandes esperanzas (2).

0 por el temor que infundian el arrojo y pericia de Navarro á pesar de sus reveses en Brescia, ó por que se le creyó capaz de cualquiera alevosia desde que cambió de banderas, hubo recelos en España de que con tan grueso armamento acaso se dirigiese contra las costas entonces nuestras de Nápoles y Sicilia. Ayudaba á ese recelo en lo tocante á Sicilia, que con la muerte del Rey Católico y bajo pretexto de que de sus resultas habia caducado la autoridad del virey D. Hugo de Moncada hasta que el su

(4) Guicctardini, Aldini, Jovio, Argensola y Herrera, etc. Cinco millones de ducados, dice 'Guicciardini, que costó á los venecianos aquella guerra.

(2) Zurita, tom. 6, lib. 8, del Rey D. Fernando. - Mariana, lib. 29, cap. 9.

cesor en la corona no la confirmase de nuevo, la plebe siciliana se habia amotinado contra él y negádole la obediencia. Protegíanla tambien abiertamente entre otros personajes los condes de Golisano y Camerata, llegando los excesos al término de que el virey de noche y furtivamente no solo tuvo que abandonar su palacio y luego la capital y la isla, sino que continuando el desórden se desacatase la autoridad del Príncipe D. Cárlos y al nuevo virey que nombró (1).

El cardenal Jimenez de Cisneros que, muerto el Rey Católico gobernaba entónces á Castilla, fué quien segun su elocuente historiador mas se receló de que Navarro tan práctico en las costas de Nápoles y Sicilia, no fuese con su armada á favorecer aquella sedicion. Greyó que su objeto podria ser arrancar la isla á la dominacion española, y aun el mismo Alvar Gomez así lo indica. Manifiestamente viene á decir que lo puso por obra despues de haberse juntado con los genoveses, á quienes el cardenal expulsó luego de España, y cuya armada unida á la francesa ayudaba hasta entónces secretamente á los condes de Camerata Ꭹ Golisano principales promovedores de la rebelion siciliana (2). No falta quien escriba que Navarro con el

(1) Argensola, etc.-Thomæ Facelli, De rebus Siculis posterioris Decadis, lib. 10, caput unicum, inter Antiquitatum Siciliæ Scriptores, tom. 4, pág. 689 y siguientes... Quod ubi Hugo vidit, desperata plebis recipiscentia, famulum mentitus, clam per particum hora noctis sexta et septimo die Martii anni salutis 1516. Regia egressus domum Joannis ingreditur etc.

(2) De rebus gestis Francisci Ximenii, lib. 6, fol. 182. Petrus Navarrus... Is eo tempore sedecim navium classe Massiliam veniens delectus militum studiosè facicbat nec dubium esse quin ille totus apparatus adversum Calabriam et Siciliam instrueretur. Nam Genuensium classis quæ paulo antè Gallica adjuncta fuerat Panormum TOMO XXV.

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fin de sublevar tambien á Nápoles en favor de los franceses desembarcó en los estados pontificios limítrofes de aquel reino, y aun fué causa de que la armada de España no pasase á Berberia (1): sin embargo, los escritores sicilianos que presenciaron los alborotos de su patria, nada cuentan acerca de que Navarro y los genoveses, ya juntos ó separados, tomáran alguna parte en ellos, sosteniéndolos de cerca ó de lejos en su origen ó sea en el año de 1516. Solo en el de 1517, y ya bien entrado, se lée que, aplacada la sedicion con el castigo de unos y la salida de otros de Sicilia, se comenzó á tratar en Roma la entrega de la isla á los franceses, entrando en ello aun el mismo Papa Leon X (2). Este proyecto se añade que continuó con mas o menos calor en los años sucesivos y principalmente al tiempo en que los dos Reyes de España y Francia aspiraban á la corona imperial, y acabaron por

adoriendi suspicionem dederat, Camarino et Golisano cius urbis primariis hominibus dum auxilium ferentibus: post Navarri verò adventum apertè rem gerentibus. Neque enim alia de causa vir ejus oræ peritissimus supervenerat, nisi ut ejus ductu et consilio qui Campana et Sicula littora tam probè noverat, totam illam regionem infestaret. Acerca de los movimentos de Sicilia en 4546 contra el virey D. Hugo de Moncada, véanse en esta Coleccion de Documentos, los cuadernos del tomo 24 correspondientes á los meses de junio y julio, Apéndice á la vida de D. Hugo.

(4) Sandoval, lib. 2, §. 20.-Argensola, Annales y Comentarios del señor Alarcon, lib. 8.

(2) Pueden verse acerca de esto el Sicanica Historia seu Sicanorum antiquitatum compendium de Francisco Maurolyco, nacido en 1494 y muerto en 1576, y la Historia Sicula de Tomás Facelli, que declara tenia veinte y un años cuando presenció aquellos alborotos: uno y otro en los tomos 2 y ↳ Antiquitatum Siciliæ scriptores inter Italianorum rerum scriptores. Trata tambien de ellos Pedro Mártir en las Epistolas 593 y 594, escritas en setiembre de 1517.

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