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contra su propio Rey (1), de se despedir del Rey de Cas» tilla, e perder lo ganado e servido e buscar el remedio » de su vida, e propúsose de servir al Rey de Francia (2).”

Habiale acompañado en Loches como su confesor el mismo fray Alonso de Aguilar, que fué tambien su compañero en la desventurada jornada de los Gerbes. Así como entonces se sirvió de él Navarro para informar al Católico de tan triste suceso, así en esta ocasion le encargó de comparecer en su corte, y depositar en sus manos la solemne renuncia que por escrito le enviaba del condado de Oliveto y de los feudos que en recompensa de sus hazañas le habia en otro tiempo dado en la tierra de Labor en Nápoles. Estaba tambien encargado de requerir al Rey Fernando que le alzase el juramento de fidelidad que le debia, á fin de que libre y exento de él, pudiera servir y prestar otro al Rey de Francia que le daba la libertad, y vengar las nuevas injurias renunciando las antiguas mercedes (5),

Era mayo cuando se divulgó en Castilla la venida del P. Aguilar y la causa que la motivaba (4). El Rey Católico al ver el memorial de Navarro que traia y conociendo que si era bueno para servirle era muy de temer si le deservia quiso atraérsele á todo trance. Con ese intento y con muy dulces palabras le envió á decir, por su representante en Francia, que "no podia creer ni era posible

(1) V. Documento núm. 23.

(2) Daniel, ibi.— Zurita, ibi.

(3) Jovio, ibi.... ut liberius apud Franciscum qui libertatem dabat, militaret, et renunciatis antiquis muneribus recentem contumeliam ulcisceretur, etc.; y en su elogio “abdicatis antiquis muneribus, Francisci regis militica sese addixit, postquam avare contemptus à suæ gentis Rege videretur

(4) Pedro de Torres, ibi.

» que estuviese en libertad cuando fizo aquello, ni que » tampoco procedia de su voluntad; por que teniendo él » su tanto de honra como la tenia y como era razon de » tenerla, no era de creer que hiciese cosa qne fuese en » tanto perjuicio della y negase á su señor que le habia » tenido y tenia tanto amor, y habia procurado su liber» tad mas de lo que á humanas fuerzas habia sido posible » y que nunca la habia podido acabar como á todo el mun. >> do era notorio; que si otra cosa le habian dicho era gran » burla y lo habian hecho por indignarle; que él, aunque » (Navarro) quisiera hacer tan gran yerro de servir al Rey » de Francia, dejando á su Rey y Señor natural, por el >> amor que le tenia y por lo que deseaba su honra y por » que no quedasen borradas sus hazañas, no daria lugar » á ello ni le soltaria jamás la fidelidad que le debia, ni » habia recibido ni queria recibir la renuncia del condado. » de Oliveto que le habia enviado á hacer con el dicho » fraile, ántes queria pagar los veinte mil escudos que el Rey de Francia habia pagado por su rescate como ya te» nia dada comision para pagarlo y mas si fuera menester; » que se venga luego para mi, concluia, que yo le haré » otras mercedes y le trataré con el amor y favor que es »razon; y si dice el dicho conde que no le he escrito en » tres años que ha estado en prision, decirle heis, que Dios » sabe si lo ficiera, pero que el Rey de Francia nunca quiso dar lugar á ello ni á que le enviase á visitar por » mucho que se procuró (1)."

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Aunque tan afectuosa respuesta ningun efecto produjo, sirve con todo para que, unida con las instrucciones

(1) Zurita, lib. 10, pág. 95.-Aleson, ibi.-V. Documento núm. 28.

que consta haber dado el Rey Católico á sus embajadores en Francia se le justifique del abandono con que, por avaricia ó por haber dado oidos á sus émulos, se quiere que mirára á Navarro en su encierro. Expresamente ordenó al obispo de Trinopoli y á Gabriel Horti su capellan encargados á la sazon de negociar la paz y el matrimonio de su nieto D. Fernando con Reinera, hija segunda del de Francia, que precisamente en aquella capitulacion y tratado se pusiera un artículo para que siendo firmada la dicha capitulacion fuese soltado y puesto en libertad el conde D. Pedro Navarro (1). Verdad es que á lo último decia el Católico que si al cabo no conseguian la soltura del prisionero, que destinaba á la empresa de Milan, no por eso dejasen de asentar la paz y casamiento; y no cabe duda de que quizás no hubiera ejemplo de semejante solicitud, si como refiere el mismo Pedro de Torres, muy poco afecto á aquel gran Rey, envió ciertas personas para ver si Navarro podia ser hurtado y sacado del castillo sin rescate, e los franceses pusieron buen recabdo en el Conde, y los mensajeros fueron para tan poco que ni aun supieron avisarle (2): de suerte que al ver frustradas, así esas diligencias del Católico como las gestiones de. Leon X, bien se deja conocer el ánimo de Luis XII y de sus consejeros en cansar á Navarro de su prision y en prepararle para la venganza que tan en daño suyo se determinó á tomar, asi de su Rey y de su patria, como de sus malsines, especialmente del virey Cardona y del duque de Alba. Cabalmente en el tiempo en que por ventura mas se enconaba á Navarro contra los dos, el primero borrando su

(1) V. Documento núm. 29.
(2) V. Documento núm. 23.

flaqueza en Ravena, arrollaba y vencia con gloria del nom bre español y la infanteria, que el mismo Navarro con tanto valor sacó de la batalla, á los venecianos y á su célebre general Bartolomé de Alviano en Vicenza y otros puntos; y el segundo tan prudente capitan como politico se apoderaba de Navarra, y daba fin á las desgracias consiguientes á su pequeñez como reino (1).

Cuéntase con referencia al mismo P. Aguilar, que Navarro ya suelto de su prision, al saber las diligencias del Católico por su libertad, le habia dicho en París con lágrimas que "Dios perdonára al Rey no haber hecho memoria de él en todo el tiempo que habia estado preso; por que si S. A., añadió, me avisára que tenia voluntad e procuraba mi libertad e los tiempos no daban lugar á ello, yo nunca saliera de la cárcel e prision, ni sirviera al Rey de Francia; mas viendo la poca cuenta que S. A. de mi hacia, fueme forzoso hacer lo que hice. E dijole mas el Conde al fraile cuasi llorando, sigue Pedro de Torres, por que aunque estoy suelto me parece que estoy mas preso é captivo que antes (2);" ¡palabras y sentimientos, que á ser ciertos, honráran mas á Navarro y movieran mas á compasion que no el empeño de justificar su desercion, como lo pretende el analista Aleson, con que no nació vasallo del Rey D. Fernando, ni este era su Rey y Señor natural, sino los Reyes legitimos de Navarra D. Juan y Doña Catalina, los cuales por estar en guerra con Luis XII de Francia, que era su enemigo, cuando Navarro fué á servir al Rey de Aragon, lo llevaron muy á bien (5)!

Francisco I mientras tanto seguia impávido, y cada vez

(4) Guicciardini, Jovio, Zurita, etc.

(2) V. Documento uúm. 23.

(3) Anales, etc. Parte 2., lib. 20, cap. 1.

mas resuelto, sus belicosos aprestos contra aquella Lombardía que tan aciaga le habia de ser algun dia. Teniendo á dicha contar por suyo á Navarro que tanta fama diera á la infantería española derrotando á la francesa, puso desde luego á su cargo la formacion en Francia de un numeroso cuerpo que bajo su direccion y gobierno, combatiese mano a mano con la primera y aun la sobrepasase. Navarro á pesar de que todavía no estaba libre de sus juramentos y homenaje al Rey Católico, admitió sin escrúpulo tan alta comision. Creyendo que los naturales de Francia mas inmediatos á España reunirian las condiciones que buscaba, pasó á la Guiena, y con gran voluntad y cuidado, "juntó cerca de veinte compañías de soldados aquitanos, » gascones y navarros de los que moraban en las vertientes » de los Pirineos que, armados en la mayor parte de arca» buces y ballestas, eran tan sufridos, animosos, sueltos y ligeros, que en el combate y defensa de las ciudades » en cualquiera otra faccion militar aspiraban á lograr con » su valor y manera de pelear, tanta gloria como los ale» manes con su ordenanza y mantenerse firmes en las ba» tallas campales (1)."

y

Adelantada la estacion y terminados los aprestos, creyó Francisco I ser ya llegado el caso de encaminarse á Italia, á donde á toda priesa le llamaban los venecianos maltratados y vencidos por el virey Cardona y los españoles. Hecha reseña de su gente antes de partir, halló Francisco que su ejército se componia de cerca de dos mil hombres de armas, cada uno de los cuales, segun entónces. se usaba, llevaba tres ó cuatro caballos, y de ocho mil caba

(1) Jovio, lib. 14.-Baeza, ibi., cap. 3... que traduce gascones y vizcainos por vasconibus et cantabris, y arcabuzeros por sclopetarii, de que usa Jovio.

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