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ropa de terciopelo negro sin bonete, y con una cofia de oro en la cabeza, faltó poco para que no le encerrára en el castillo de Sant-Angelo y le cortasen la cabeza (1); y que por último su atrevimiento y ansia de dominar le llevaron hasta el punto de querer lanzar de Italia no solo á los españoles, sino á todos los extranjeros, á quienes apellidaba como por desprecio bárbaros y ultramontanos (2).

En medio de tanta inquietud y de las negociaciones que ocurrieron entre el mismo Papa, el Rey Católico, el emperador Máximiliano, los venecianos, los suizos y el Rey de Francia, trató el emperador de reconciliar á este con el de España. Propuso para ello entre otras bases la de que nuestro Infante D. Fernando, nieto á un tiempo suyo y del Rey Católico, casára con Reinera, hija segunda de el de Francia, dándole en dote el ducado de Milan. En donde intervenian intereses tan encontrados y personas tan opuestas como las que por desgracia de la Italia los disputaban en ella, era muy difícil sino imposi ble llegar á entenderse sobre eso. Todo eran desconfianzas, intrigas y enredos; en medio de las cuales, y sin que estuvieran próximos á vencerse, murió en 21 de febrero de 1513 el papa Julio II, hombre impetuoso, de pensamientos demasiado altivos y digno, segun su contemporáneo Guicciardini, de eterna gloria si hubiese sido » un Principe seglar, ó si el cuidado ó conato que puso » en exaltar y engrandecer la Iglesia en lo temporal con » las artes de la guerra, los hubiera empleado en ensalzarla en lo espiritual con las artes de la paz (5).”

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(1) Guicciardini, lib. 11.- Zurita, ibi., cap. 20.

(2) Ibid., cap. 22 y 25.

(3) Zurita, ibi., cap. 57, dice que Julio II murió en 20 de febrero de 1513; pero Guicciardini, lib. 11, afirma que fini la notte

TOMO XXV.

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Sucedióle con el nombre de Leon X el cardenal Juan de Médicis, que habia sido su legado en el ejército coligado; que fué prisionero en Ravena y vilipendiado en Bolonia, cuando entró en ella con Pedro Navarro, y que con él y como tal prisionero asistió en Milan á las exequias de Gaston de Foix. Al abandonar los franceses aquella ciudad le llevaban á Francia bien custodiado. Habiendo un dia pernoctado en Pieve del Cairo, alborotados algunos de sus vecinos y unidos con parte de sus criados, al pasar por la mañana el Pó por la barca de Basignano, amedrentaron de modo á los que le guardaban, que solo trataron de salvarse y no de defender al preso (1). Llegó tan á tiempo á Roma que habiendo poco despues muerto Julio II, fué sublimado al solio pontificio nemine discrepante de los veinte y cuatro cardenales que entraron en el conclave. Coronósele en San Juan de Letran con tanta pompa y con tanta algazara del pueblo, que desde la inundacion de los bárbaros se decia no haber visto en Roma dia mas magnifico y soberbio ; haciéndole todavía mas memorable y digno de admiracion el considerar que aquel que » entonces con tanta pompa y raro esplendor tomaba » las insignias de tan grande dignidad, en el mismo dia » del año anterior habia caido miserablemente prisione» ro (2) con nuestro conde Pedro Navarro, á quien lejos

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dinanzi al vigessimo primo giorno di Febraio, essendo gia propinquo il giorno.

(1) Guicciardini, lib. 10.

(2) Guicciardini, lib. 11, et fece questo giorno piu memorabile et di maggiore ammiratione il considerare colui che hora pigliava con si rara pompa et splendere le insegne di tanta degnità, era stato nel giorno medisimo l'anno dinanzi fatto miserabilmente prigione.

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» de olvidar en su grandeza verémos luego cuanto se in» teresó por su libertad."

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A pesar con todo de tanta admiracion, " y del gran placer que, segun Guicciardini, causó en toda la Iglesia » la eleccion de un pontifice que habia de ser rarisimo, así por la fama de su liberalidad, benignidad, castidad » y perfectas costumbres, como porque, imitando á su padre, habia de ser muy inclinado á los literatos y hombres de genio, y sobre todo por su eleccion limpia, sin » simonia ni sospecha de mancha alguna (1)." Pedro Mártir de Anglería, que por un criado del mismo Guicciardini, embajador á la sazon en España de los florentines, supo aquella eleccion, no pareció muy contento de ella. Apenas podia creer, y asi lo escribia à un amigo, que el sacro colegio" que acostumbraba colocar en la Santa Sede » mas bien á los cardenales decrépitos que á los de edad juvenil y vigorosa, hubiese puesto en ella á Juan de » Médicis, que aun no contaba treinta y ocho años. Tene» mos, pues, le decia, un pontifice mozo y erudito, mú»sico y muy aficionado á la opera y á los conciertos, na» da guerrero, sino mas bien inclinado de suyo á la paz, » de condicion suave, aunque mas inclinado que lo justo » á sus parientes y familiares (2)." Mas el Rey Católico lo contrario se holgó altamente con la eleccion. El

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por

(1) Guicciardini, ibi., fata l'elettione candidamente senza simonia o sospetto di macula alcuna etc.

(2) ... Vix credere id possumus quia sit annum natus nondum octavum et trigesimum, soleantque Sacre Sedis Romana Cardines potius decrepitos quam ætate virentes deligere..... habemus Pontificem eruditum, sed musicum et qui cantorum collegiis et frequenti corona delectetur; pacis est suopte amator, minime Martialis, mitis admodum, suorum et affinium et familiarium æquo amantior. Epístola 519.

minucioso y veraz Zurita refiere haber oido á una persona muy grave que fué del Consejo de aquel Rey tan de corazon español que una de las tres cosas de que decia haber recibido mas placer y contentamiento en la vida era la creacion del papa Leon X (1).

y

Así sucedió que siendo este Papa tan propenso á la paz como belicoso y resuelto habia sido su predecesor, no fué difícil concertar una tregua entre los Reyes Católico Cristianísimo. Publicóse con efecto en 1.o de abril de aquel año de 1513, pero solo por un año, y para esta parte de los Alpes, ó sea entre los Alpes y los Pirineos, en la que debian cesar enteramente las hostilidades entre los dos. Como se arregló esa tregua sin conocimiento del Emperador, los antiguos enemigos del Rey Católico, Don Juan Manuel, el obispo de Badajoz y otros de los que opuestos á su gobierno en Castilla, se habian refugiado á Bruselas, aparentando celo por el Principe D. Cárlos su nieto, indignaron al Emperador contra él. En su orgullosa insensatez y falta de patriotismo no conocieron aquellos ambiciosos, ó por lo menos afectaron desconocer que al Rey Católico, mas celoso que nadie por los intereses de su nieto, le convenia mas que gastar la sangre y dinero de sus españoles en la guerra de Navarra, asegurar pacíficamente aquel reino, que acababa de ganar; á cuyo fin y con su habitual destreza excluyó de la tregua á su Rey Juan Labrit, privándole con ella de los auxilios que le prestaba el Rey de Francia su aliado (2).

la

(1) Las otras dos eran el nacimiento del Principe D. Juan Y entrada triunfante en la ciudad de Granada, terminada la conquista de aquel reino. Zurita, ibi., cap. 57.

(2) Guicciardini, lib. 14, per che con la quiete si stabiliva me

Tambien disgustó la tregua al Rey de Inglaterra Enrique VIII. Quejábase como el Emperador, é igualmente impulsado por los castellanos que andaban en Bruselas, de que el Católico su suegro le hubiese engañado concertándose con el francés, cuando unido con el Emperador tenia determinado invadir la Francia por la Picardía mientras el Emperador la acometia por la Borgoña. Todo eran acusaciones por un lado y preparativos de guerra por otro; en medio de los cuales y de las complicaciones, guerras, motines militares y desastres que por su parte asolaban á la desunida Italia, pasó el estrecho de Calais y desembarcó en Francia un numeroso ejército inglés (1). Hasta de cuarenta mil infantes y mil y quinientos caballos dicen que constaba cuando cercó á Terouanne, plaza francesa situada en la Picardia; en cuyas cercanias y con ocasion de que los franceses trataban de introducir un socorro, se trabó y los ingleses ganaron en agosto de aquel año la famosa batalla de Guinegate, y por otro nombre de las espuelas, por , por lo mucho que se dijo haberlas los franceses aplicado á sus caballos para salvarse (2).

Entre los prisioneros de mas nombre que en tan célebre jornada cayeron en manos de los ingleses, se contó al marqués de Rotelin, duque poco despues de Longueville, que como dice Brantome no se sirvió de sus espuelas para huir (3). Era uno de los caballeros de mas

glio il Regno nuovamente acquistato de Navarra.-Zurita, ibi., cap. 61, 62 y 65.

(1) Ibid. 66.

(2) Guicciardini, lib. 12.-Zurita, ibi., cap. 73 y 74.-Jovio, de las Historias, lib. 14, cap. 10 y 11.

(3) Et à la journée des esperons, ou il ne se servit guieres des siens pour fuir comme d'autres..... fut mené prisonier en Angleterre, etc. en su vida.

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