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de propenso á las rapiñas de Italia; hubo de resignarse con

su suerte, é ir preso al castillo de Loches muy adentro en Francia (1).

QUINTA EPOCA.

Desde 1512 á 1515.

El castillo de Loches, en que fué encerrado Navarro, existe en la ciudad cabeza del distrito de su nombre en el departamento de Indre et Loire, cuya capital es Tours. Se la tiene por la antigua Lucco, Locheas, y se atribuye la fundacion del castillo á los romanos. Habiendo pertenecido en su tiempo á los primeros Reyes de Francia, pasó despues á los duques de Aquitania, y mas tarde á los condes de Anjou. Vuelto otra vez á la corona le habitaron y aumentaron considerablemente en sus respectivos reinados, Carlos VII, Luis XI, Cárlos VIII, Luis XII, Francisco I, Enrique II y Cárlos IX. Por mandato de Luis XI se pusieron en él dos cajas de hierro de ocho pies de ancho y de altura uno mas que la de un hombre con cerraduras y precauciones terribles; las cuales se conservaban todavía en 1789 al principiar la revolucion. El célebre Feli pe de Commines que estuvo preso en ellas ocho meses y las maldijo como otros muchos que tambien lo fueron,

(1) Sandoval, lib. 17, S. 20.-Les Annales d'Aquitaine par Jean Bouchet, á Poitiers, 1644, 4.me Partie, chap. 13, pág. 353.

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cuenta haberlas inventado el obispo de Verdun, que apenas acabada la primera fué enjaulado en ella y allí pasó catorce años. Entre tantos como fueron presos en el castillo, se citan con mas particularidad y como mas próximos á la época en que lo estuvo Navarro el duque de Alençon en 1456, Carlos de Milan, á quien allá cortaron la cabeza en 1468, Felipe de Commines en 1486, y el duque de Milan en 1500 (1).

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Con estos antecedentes aunque no mediaran otras caues bien fácil de inferir cuan tristes reflexiones sugeriria á Navarro su situacion. Mientras tanto sin embargo y gracias así á su arrojo en la batalla como á su serenidad y pericia en la retirada de Ravena, mejoraban de dia en dia en Italia los negocios de la liga. El ejército francés muy lejos de encaminarse al reino de Nápoles ó de caer sobre Roma y saquearla, como despues de su cacareado triunfo lo esperaban los cobardes, atónito con la muerte de su general Gaston de Foix y con tanto daño como recibió se mantenia ocioso é irresoluto á cuatro leguas de Ravena y mas parecido á un vencido que á un vencedor aguardando con Mr. de la Palisse, que le mandaba, las órdenes de su Rey (2).

En el de la liga sucedia lo contrario. Aunque el Rey

(1) Les Memoires de Philippe de Commines Seigneur d'Argenton sur les principaux faicts et gestes de Loys XI et Charles VIII, son fils, liv. 6, chap. 12. Annuaire du Departement d'Indre et Loire pour l'an 1832, etc.-Jovio, lib. 14, lib. 48, dice que Luis XII hizo morir en una jaula con la mayor miseria del mundo á Luis Sforcia, no dándole lugar siquiera para que se consolase escribiendo ó leyendo.

per

(2) Guicciardini, lib. 10... Ma l'essercito francesse rimasso la morte de Fois et per tanto damno ricevuto comme stupido... et le soldati.... parevano piu simili á vinti che á vincitori, etc.

Católico con la primera noticia de la batalla, temiendo por el reino de Nápoles y por la libertad de la Iglesia amenazada de los cismáticos, escribió al Papa Julio II ofreciéndole grandes socorros y que el Gran Capitan iria á mandar el ejército; no tardó en serenarse y mudar de parecer. El Papa, á quien sus cardenales, amedrentados tambien con las primeras noticias, instaban que recibiendo del Rey de Francia una paz honrosa, que no dudaban le otorgaria, salvase la Santa Sede y su persona; se mantu · vo inflexible, no obstante los recelos de que alarmado el pueblo con las exageradas noticias de la batalla, estallase en Roma algun motin. A eso nos refieren los historiadores que por el pronto contribuyeron los embajadores de España y de Venecia, manifestándole con empeño que las cosas no estaban tan perdidas ni reducidas á tal extremo que no dieran lugar á grandes esperanzas; mas la base y el fundamento de estas y de todas sus exhortaciones se debian en medio de la afliccion general al prisionero de Loches. No tardó mucho en saberse que la infanteria española habia salido de la batalla unida y sin perder su ordenanza, y salvada esa, decian los embajadores al Papa, toda la demás pérdida era de poquísima ó ninguna importancia (1).

Así con efecto sucedió. Unidos á los cinco mil valerosos soldados de á pié con tanto acierto retirados por Navarro, como unos tres mil caballos de los que con el virey Cardona abandonaron la batalla; los coligados sino numérica, moralmente por lo menos, y mas con el des

(1) Guicciardini, ibi., Sapessi pure il viceré essersi salvati con la maggiore parti di cavalli essersi partita dal fatto d'arme ristretta insieme in ordenanza la fanteria spagnuola, la quale se fisse salva, comme era ve isimile, ogni altra perdita essere de piccolo momento.

concertado proceder de los franceses, eran ya los mas fuertes en Italia. Con ese apoyo pudo el Papa abrir con toda solemnidad en la iglesia de San Juan de Letran el concilio que lleva su nombre, y anatematizar y excomulgar á los cismáticos del conciliábulo de Pisa y al Rey de Francia y sus fautores justamente en el mismo dia tres de mayo, veinte y uno despues de lo de Ravena, en que el virey Cardona entraba como triunfante en Nápoles con aquellos soldados abandonados entónces por él. Olvidándolo todo el Rey Católico, que en apariencia ó en realidad, cuando supo lo sucedido, se mostró muy servido del ejército, "porque pelearon generalmente como varones de gran » esfuerzo, y dejaron el campo con tanta sangre enemiga (1)," llevado del amor y aficion que profesaba al virey, cuando dispuso que el Gran Capitan ya no pasára á Italia, le confirmó en el mando de aquella gente, confiando, y no se engañó, en que seria otro su proceder en adelante; mas en muchos se confirmó con eso la opinion de que era hijo suyo (2).

No toca á una historia tan personal como la que nos ocupa, referir como con la proteccion del Emperador Maximiliano, la diligencia del Papa, y el favor y defensa de los españoles, volvió á dominar en la Lombardia Maximiliano Sforcia, hijo del duque de Milan, Luis Moro; los genoveses se sustrajeron del yugo francés, y aclamaron dux á Juan Fregoso, y el virey Cardona á pesar de lo que el Papa resistia su vuelta á la Lombardia, restableció en Florencia á los Médicis, "sacándolos de aquella sujeción, que padecian debajo del nombre de libertad

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(1) Zurita, lib. 10, cap. 2.

(2) Ibidem, cap. 21.

» siendo una muy honesta servidumbre (1)." Ni esto ni si » la intencion del Rey Católico no tanto era de subvertir » la libertad florentina como apartar la ciudad de su adhe »sion al de Francia, y de sacar algun dinero para pagar » su ejército (2)," ni si los franceses salieron de Italia expulsados por las fuerzas de la liga, ó por el miserable estado en que quedaron despues de la batalla de Ravena, ó porque con su altanería, aspero gobierno y licencioso proceder con las damas, exacerbaron al pueblo (3), podemos hacer mas que indicarlo sumariamente. Solo y por que se infiera cuanto habian mudado las cosas y cual era el orgulloso carácter del papa Julio II, harémos un lijero alto en que apoyado principalmente con los suizos que fueron á su socorro no quiso de modo alguno oir las proposiciones de paz que el Rey de Francia le dirigió; que ántes de admitir á su gracia al duque de Ferrara Alonso de Este que habia servido á aquel, le obligó á dar libertad á Fabricio Colona, Hernando de Alarcon y otros prisioneros de Ravena que guardaba: que despues de eso y tratándole como feudatario suyo, no contento aun con que en público consistorio le pidiera perdon vestido con una

(1) Zurita, lib. 10, cap. 20, 21, 22, 23 etc.

(2) Guicciardini lib. 11, perche nel Re d'Aragona non era da principio tanto desiderio de sovertire la libertà, quanto di rimovere la Citta dall' aderentia del Re di Francia et di trarne alcuna quantita di danari per pagare all' esercito.

(3) Muratori, tomo 10, año de 1512, tratando de la salida de los franceses de Italia, dice que fué, portando seco un buon documento a i Principi de non maltratare i popoli massimamente queidi nuovo conquisti. Certamente l'alterigia loro, l'aspro governo e il licencioso procedere colle Domne aveano totalmente esacerbati i Popoli della Lombardia, che tutti à gara, subito que se la videro bella, si sostrosso à loro dominationi.

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