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el valiente y modesto Navarro, á quien ya en el sitio de Bolonia echó en cara no tener ningun resplandor de li naje, recapitulando cuantos cargos se le hicieron y siguien do literalmente á Paulo Jovio, no sale de haber sido » causa del acontecimiento de Ravena porque persuadido » de una cierta obstinacion desatinada de ánimo soberbio » habia dejado pasar el rio no solamente á toda la caballe» ría francesa mas aun á la infantería tudesca sin ningun impedimento. Porque habia concebido en su ánimo que » habia de haber aquel dia la victoria muy cierta y abun » dante del enemigo confiándose en el valor de la infan» tería; la cual andaba siempre detenida en un lugar algo bajo y sumido; haciéndola estar con los cuerpos tendi> dos en tierra por huir los tiros que pasaban volando por » encima de la cabeza, gritándole Fabricio en vano y casi pronosticando el cruel y desatinado fin de la batalla. De » manera que en tanto que el conde Pedro Navarro con pestilencial consejo trataba la cosa con tardanza, aque»llos hermosos y lucidos escuadrones de los caballos del Papa y españoles fueron rompidos con el artillería fran» cesa y recibiendo un daño fortisimo fueron desarmados » por toda la campaña (1)."

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tratando de D. Ramon de Cardona, Vies des Grands Capitaines etran

gers.

(1) Historia del marqués de Pescara por el Mtro. Valles, lib. 1, cap. 3.-Jovio en la Vida del mismo marqués comenzando por Navarrus enim insana quadam elati animi obstinatione indutus non modo totum pene Gallicum equitatum, sed ipsius quoque Germanorum cohortes absque ullo impedimento amnem transire permisserat... y concluyendo con Itaque Navarrus dum funesto concilio cunctatius rem gerit, decora illa Hispanorum et pontificorum equitum agmina tormentis Gallicis consternuntur et miserabili accepta clade toto campo dissipantur.

Ningun valor dan ni estos ni otros escritores, aunque la refieren, á la vergonzosa fuga de toda la gente de armas que, no obstante blasonar de mas alto origen y riqueza que Navarro y su vilipendiada infantería, la dejó tal vez por eso abandonada en el campo, cuando su general creia, y el suceso lo acreditó, que con ella podia aventurarse contra todo el ejército enemigo junto (1). En nada tampoco ó en muy poco acusaron al virey de Nápoles y general en jefe del ejército D. Ramon de Cardona, que fué de los primeros que huyeron y con el ánimo tan preocupado que, al salir de Roma el correo para el Rey Católico con la noticia de la batalla, aun no se sabia á donde habia ido á parar, hasta que al fin se entendió que atónito y espantado con el ruido de la artillería y arcabuces, y sin volver atrás la vista en todo el camino, habia llegado á Ancona (2). Ni se acordaron tampoco de lo tibio que anduvo entónces Antonio de Leiva, originario de aquella misma Vizcaya, provincia la mas feraz de España en hombres famosos por mar y tierra, y á quien Navarro nacido en ella, por causa del desgraciado fin que tuvo, le debe ceder la palma de ser el español mas insig. ne que despues del Gran Capitan pasó á Italia (3); ni por

(1) Ibid., Zurita.

(2) Pedro Mártir, Epístola 483... Aufugit interea Ramonus Prorex. Fugiunt eo discedente qui supererant, paucis exceptis, equites... Ramonus a Cardona Prorex nuspiam ad cam usque horam quæ tabellarius hic iter ad nos cepit, reperitur. Ibid. Epístola 484. Ramonus Prorex è fuga numquam retrospexisse dicitur; donec Anchonem venit.

(3) Paulo Jovio en el Elogio de Antonio de Leiva. Nemo ex his qui sæculo nostro ab Hispania in Italiam venere et post magnum Consulvum aliquid præclari nominis militiæ sunt consecuti, ipso Antonio Leva vel ingenio acutior vel illustribus bello factis præstantior

último hicieron mencion, dejando aparte á varios otros italianos y españoles, de Alonso de Carvajal, de quien, no obstante el concepto de valeroso que desde la guerra de Granada merecia, escribieron de Roma á la corte del Rey Católico que, "desertando el campo, campo, amedrentado » con la artillería cuando la gente de á pié peleaba todavía, habia llegado á aquella ciudad volando como liebre

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seguida de perros y diciendo al Papa que todos los nues. >>tros sin quedar uno habian perecido, y salvádose él » solo á duras penas para poder contar á su Santidad lo » sucedido (1)." De modo que juntando á eso que, "el Papa al virey de Nápoles le llamaba como por mofa la » señora Cardona, por que tenia mas de elegante y puli» do que de esclarecido general: que todos criticaron la » eleccion que el Rey Católico hizo de él para tan grave cargo que aunque siempre fué bondadoso y de tan agradables maneras que por ellas se distinguia entre los » mas apuestos cortesanos, no era ni vigoroso ni práctico » en las cosas de la guerra, y que algunos criados del Rey

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evasit. Huic namque Navarrus miserabili vitæ exitu clarus facile cedit. Ipse genus ducebat ex Cantabria quæ una omnium Hispania provinciarum optimorum terra marique feracissima opinatur... Interfuit demum Ravenna Cardonii signa secutus, quo funesto prælio non ignominia sed laudi fuit incolumem evasisse.-Brantome sin embargo, y en medio de lo que elogia á Leiva, dice de él qu'il fut fort blasmé de ceux de sa nation, mesmes des Italiens et françois de n'avoir par moins faict en ceste bataille de Ravenne que les autres qui s'en fuirent.

(1) Petrus Martir Epistola 484... Ex urbe scribitur, peditum certamine durante, Caravaialum..... vi tormentorum perterritum, pugnam diseruisse et volitando Romam appulsum tamquam leporem canibus insequentibus..... Pontifici retulit Carvaialus ad unum interüsse nostros, seque vix evasisse ut suæ Beatitudini rem significaret, quo sibi suisque rebus consuleret.

» que no eran de los mas inferiores, le tenian por hijo » suyo y creian que por eso le colmaba de honores (1);" nada mas natural que Leiva, Carvajal y Ruiz de Ceron escribieran al Rey Católico contra Navarro (2), y que en medio de aquel terror pánico que aun en el mismo Roma alcanzó al embajador Gerónimo de Vic, que sin vergüenza temia la muerte como una mujerzuela, y trataba de ponerse en salvo (3); Cardona tambien se declarase enemigo de Navarro y le acusase, y que el Católico al fin creyéndolos á todos ó aparentándolo concibiera gran tedio contra él (4).

Hasta conveniencia y aun razon de estado podia encontrar en lo último. En imputar á otro la desgracia en vez de acusarse á sí mismo de haber conferido mando tan superior á persona tan inexperta como Cardona y los otros caballeros napolitanos y romanos que con tantos pages, lacayos, libreas, oro, plata y azul pensaban espantar la Francia entera, como dice con gracia Brantome (5), na

(1) Ibid. Epistola 483. Dominam Cardonam solet noștrum Proregem Julius Pontifex appellare quod magis elegans et perpolitus quam egregius Imperator sit... Putant aliqui nec de grege quidem familiarium, Regis filium esse, propter ca tantos illi honores tribuere. (2) Zurita, lib. 10, cap. 2, tomo 6.

(3) Ibid. Epistola 484... auditu pudendum est; de Hieronimo Vic Regis oratore viro valentino nullam scribitur fæminam enervaunquam timuisse mortem.

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(4) Jovius, Historiarum sui temporis, lib. 15, pág. 167.

(5) En sus Vidas de los Grandes Capitanes extranjeros tratando del mismo D. Ramon de Cardona, dice, que en un libro español titulado Questiones de amor vió la descripcion de todos los adornos, divisas etc., que sacaron á campaña Cardona y los que le acompañaron en aquella ocasion. Las hemos ya indicado mas atrás, y en medio de la crítica que Brantome hace de su fuga que le hizo llevar sobre su frente mas vergüenza que libreas tenian sus pages, caballe

da decaia su prevision. Aun conociendo el mérito de Navarro que tanto realzaba la pusilanimidad de sus adversarios, ¿quién sabe si por no humillar demasiado á estos, siendo tantos y tan orgullosos, no lo disimularia? Y si por último á nuestro Conde se le acusó del desastre de los Gerbes, tan solo por ocultar la flaqueza de haber confiado aquella expedicion á un mozo tan inexperto como Don Garcia de Toledo, solo por ser sobrino del Rey; ¿por qué si desde entonces el duque de Alba su padre fué uno de los mayores enemigos de Navarro, no creer que fuese tambien quien à la cabeza de los cortesanos, y despues de lo de Ravena, le persiguiera y desacreditára con mayor teson, para ocultar como diestro palaciego y con mayores apariencias la parte que pudo tener en el primero y lastimoso revés que experimentó en los Gerbes (1)?

Asi cuentan los escritores que lo hacia en tanto que nuestro Conde, sin que le fuera dado replicar ni descubrir las flaquezas de sus cobardes detractores, seguia la condicion de prisionero. Seguíanla tambien con él Juan de Médicis, cardenal y legado del Papa, Fabricio Colona y su yerno el marqués de Pescara, D. Juan de Cardona

ros, mozos de espuela y lacayos, cuenta que venció á los franceses en Calabria y que poco tiempo despues fué muerto de un cañonazo en Gaeta.

(1) Con esto coincide lo que dice Alvaro Gomez, De rebus gestis Francisci Ximenii, lib. 6, fol. 182. Tratando de como Navarro entró al servicio de Francisco I. Petrus Navarrus quem ad Africanam expeditionem imperatorem Ximenius habuerat, cruenta illa apud Ravennam pugna, cum fortissimi militis et optimi ducis partes præstitisset, à Gallis captus et odio quorundam nostrorum quos infensos habebat in custodia neglectus, à rege Gallorum sollicita

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