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Y quisiérale pedir,
Porque yo no se escrebir,
Que primero que se parta
Me escriba sóla una carta;

Pues que me importa el vivir.
Yo dije que sí lo haría,
Mas que aparejo faltaba,
Y respondióme que estaba
Tintero y escribanía
Arriba, donde alojaba.

Y en llegando á la guarida,
Me fué una silla traida
Adonde me senté yo,
Mientras que él comenzó 1
A dar cuenta de su vida.

Vuesa mercé ha de saber
Que en el cortijo cerrado,
Tengo ahora á mi mandado
La más principal mujer

De cuantas han navegado.

Ha estado en Roma y en Francia,
Siempre con perseverancia
En darme cuenta y deporte,
Y en la mitad de la corte
No hay moza de más ganancia.
Como de sus apariencias
Hay poquitas en el suelo,
Sobre tocalle en un pelo
He tenido más pendencias
Que hay estrellas en el cielo.
He dado muchas heridas

Y quitado algunas vidas,

Y á jaques muy baladrones,

He dado más bofetones

Que tengo barbas nacidas,» etc.

No insistirémos más en este minucioso exámen, á fin de que el lector juzgue por sí mismo de los méritos y bellezas que, con relacion á su época, encierra y contiene el ROMANCERO de Pedro de Padilla. Entre sus contemporáneos tribútanle alabanzas en verso D. Cárlos de Arellano, el alférez Liranzo y Gabriel de Arriaga, mientras que en nuestros

Este verso está suplido, porque falta en el original.

tiempos el laborioso Durán le cita con elogio en su Roman cero y le llama poeta artístico del siglo XVI; y, finalmente, el insigne Quintana le califica de escritor recomendable por la pureza de su diccion y fluídez de los versos 1.

Réstamos añadir, que en la publicacion y estudio de semejantes libros no buscamos precisamente de un modo absoluto el mérito literario, sino que obedecemos á más trascedentales y elevadas consideraciones. En efecto, en tales obras el historiador puede y debe investigar el carácter complexo y sintético de la época á que pertenecen; el moralista los sentimientos, afectos y costumbres que en ella predominaban; el político las fases y desarroyo del espíritu nacional; el filósofo los progresos del pensamiento y de las ciencias; el filólogo el estado de la lengua y preciosas indicaciones para determinar su índole y adquirir su más cabal conocimiento, y, por último, el poeta y el literato pueden estudiar con fruto el desarrollo del arte, el progreso de las formas, el gradual enriquecimiento de giros y locuciones, el cambio sucesivo de las ideas, la modificacion no interrumpida de los sentimientos, la perfeccion creciente de la cultura moral y la incesante marcha, por decirlo así, de la inspiracion poética en las almas, y de su ejecucion artística en las obras.

Tales consideraciones, y además la circunstancia de ser ya muy raros 2 los ejemplares del presente ROMANCERO, nos han movido á darlo de nuevo á la estampa, creyendo prestar así un importante servicio á la bibliografía española, y acaso tambien á la literatura nacional.

FELICIANO RAMIREZ DE ARELLANO,
Marqués de la Fuensanta del Valle.

I Introduccion histórica á su Coleccion de poesías castellanas.

2 No conocemos más que dos ejemplares del ROMANCERO de Padilla, el que es de nuestra propiedad y ha servido para esta reimpresion, y el citado en el Catálogo de la Biblioteca de Salvá.

ROMANCERO

DE PEDRO DE PA DILLA EN EL QUAL SE contienen algunos fucceffos que en la jornada de Flandres los Efpañoles hizieron. Con otras hiftorias y poefias differentes.

DIRIGIDO AL ILLVSTRISSImo Señor Marques de Mondejar.

CON PRIVILEGIO.

IMPRESSO EN MA drid, en cafa de Francifco Sanchez. 158 3.

Acofta de Blas de Robles mercader de Libros en Corte.

EL REY.

Por quanto por parte de vos, Pedro de Padilla,

estante en nuestra Corte, nos ha sido hecha relacion que vos auíades compuesto un libro intitulado ROMANCERO DE PEDRO DE PADILLA, la compostura del qual os auia costado mucho trauajo, y nos pedistes y suplicastes os mandássemos dar licencia y facultad para le poder imprimir y vender, y preuilegio por el tiempo que fuéssemos seruido, ó como la nuestra merced fuesse. Lo qual, visto por los del nuestro Consejo, por quanto en el dicho libro se hizo la diligencia que la pragmática por nos nueuamente hecha sobre la impression de los libros dispone, fué acordado que deuíamos mandar dar esta nuestra cédula para vos en la dicha razon, é yo é yo túvelo por bien. Y por la presente vos damos licencia y facultad para que vos, ó la persona que vuestro poder ouiere y no otra alguna, podays imprimir el dicho libro, que de suso se haze mincion, en estos nuestros reynos de Castilla por tiempo y espacio de quinze años primeros siguientes; que corren y se quentan desde el dia de la data desta nuestra cédula en adelante. So pena que qualquiera persona ó personas, que sin tener para ello vuestro poder,

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