Imágenes de página
PDF
ePub

de nuestros arcabuceros con cien picas amparadas,

y

á manera de esquadron diese en las trincheas contrarias,

y que el resto se estuuiese
hasta ver lo que passaua;
diéron nos á los principios
vna muy hermosa carga,
con que hizieron deffensa
(en breue tiempo acauada),
porque fué su infantería
al punto desbaratada,

y

la gente de acauallo, viéndose desamparada,

bino á chocar con la nuestra;

mas fué su suerte tan mala,
que de muerto ó prisionero
ninguno dellos escapa;
mató al conde Ludouico
de vna arcabuz vna bala,
con otros muy principales
caualleros que lleuaua;
aguóse este buen succeso
y victoria señalada,

con que la gente española,
viéndose muy alcançada
pidió que se les pagase,
pues tambien lo trauaxauan,
hasta treynta y cinco meses
que se les deuian de paga;
y assí, enojados vinieron
hasta Amberes, donde estaua

el Comendador mayor,

y por fuerça se alojauan, jurando de no salir

de allí á ninguna jornada, hasta en tanto que les fuesse toda su deuda pagada.

ROMANCE DÉCIMO SÉPTIMO.

EL Comendador mayor,
viéndose tan fatigado,
con ver que los españoles
se le auian amotinado

y quel dinero, que es neruio
de la guerra, auia faltado,
comenzó á tratar las paces
con mucho mayor cuydado;
y aunque luégo á los principios
se tuuo por acabado,

por el perdon general

que del Rey les fué otorgado,
y otras cien mil condiciones
no de Príncipe indinado,
sino de Padre y Señor
muy querido y regalado,
quando se llegó el effecto
nada desto hizo al caso,
tomando por expediente,
para no llegarlo al cauo,
la libertad de conciencia
que siempre auian procurado;
y assí, viendo que las paces

se procurauan en vano,
determinó el General

de volberse á lo passado;

y

auiendo tomado á Bura,

en Olanda, por asalto,

el Comendador mayor fué en este tiempo auisado de un teniente de Almirante, hombre de mar muy cursado, que ganando á Zirquizea podrá asegurar el paso, de manera que á Gelanda pudiese passar el campo, con que de aquello la órden

la dexasen á su cargo,

y

dió tan buenas razones

y medios tan atinados,

que aunque eran difficultosos acordaron de intentallos; y assí se mandó aprestar en esto lo necesario,

y á veynte y nueue del mes que es de Septiembre llamado, víspera de San Miguel, de setenta y cinco el año, llegó á la isla de Tola el exército aprestado, la qual estaua frontera de la que se yua buscando, y allí por ser tierra nuestra el exército a alojado,

y por mar con sus bageles Sancho de Auila llegando, de lucida infantería

todos ellos ocupados,

quedó con mucha razon
el campo marauillado
de no saber á qué fin
allí se vuiesen juntado,
viendo que para la isla,
ocupada del contrario,
por allí no era posible
de ninguna suerte el paso;
mas luégo tuuieron órden
de reconocer vn vado

por donde se auia de entrar
quando el mar biniese baxo,
y assí en barcas dos mil hombres
aquella noche passaron,

y en la isla despoblada
de los Carneros parando,
vna legua de la otra

que ganar les han mandado,
la qual llaman Duibelant,
diuididas con vn braço

de mar que con la menguante pudiera ser badeado,

y

á las onze de la noche con ánimo tan gallardo como si por tierra firme se salieran paseando, lleuando á Isidro Pacheco por su Capitan nombrado, dentro de solas tres horas, que era el tiempo límitado en que auian de tomar puerto para no ser anegados,

« AnteriorContinuar »