se salieron por la mar á pegar fuego á los nuestros y púdose executar de suerte que se perdieron que les hiziese lugar, y sin barcas ni cauallos les fué forçoso pasar con el lodo á la rodilla hasta poderse acercar á la vista de Dodrect, vna uilla principal, y passando á tierra firme llegan á Roteradam, por donde creyendo el Conde seguramente passar, salieron con mano armada á querérselo estoruar; nombrando por capitanes los que se suelen nombrar quando sale el nombramiento de la vil comunidad; y assí fué vno herrero el vno, al fin, aunque muy sin gana, lo vinieron á otorgar; y abriendo para el effecto las puertas de la ciudad, los Españoles, que nunca supieron ymaginar que dellos nacion ninguna fuesse posible triumphar sino con su esfuerço sólo nueuos mundos conquistar, hizieron tan grande fuerça que no dexaron cerrar; y así el valeroso Conde poniendo mano á un puñal, dió de puñaladas luégo al herrero capitan, y entrando los nuestros dentro hizieron tal mortandad que passaron á cuchillo las dos partes del lugar, donde se alojaron luégo sin podérselo estoruar, hasta que el Duque la isla les mandó desamparar. ROMANCE UNDÉCIMO. DON Fadrique de Toledo, el de Orange que baxaua con gran campo á toda furia y con aqueste desigňo que eran hasta quatro mil, gente lucida y gallarda, y que de vn espeso bosque que junto á la villa estaua apoderarse queria, por ser lo que le importaua para meter el socorro: siendo la noche llegada, y D. Fadrique entendiendo que si no se lo estoruaua, de muchos inconuenientes era forçoso ser causa, quiso escoger de dos males el que ménos mal le estaua, y encomendar el suceso á la vondad soberana, y con solos ochocientos españoles que lleuaua, la buelta del enemigo muy apriesa caminaua, y nuestra cauallería arremetió muy gallarda con algunos mosqueteros para su defensa y guarda, y vna braua escaramuza siendo dellos començada, quando ya quedó el negocio remitido á las espadas, despues de dos largas horas que començó la batalla, los contrarios oprimidos de la Española pujança, |