Con mis lágrimas crecen los abrojos, que desharian vn fuerte y duro canto, pues han llegado á tiempo los mis ojos Y á tanto estremo en esto, que me espanto que no consuele á aquellos mis enojos, que dan por breue risa eterno llanto. Pues hiziste mi gloria trampantojos, y desesperacion el alegría, acaben ya, pastora, tus antojos. Y tiemple tu rigor, tu tiranía, pues tan ciegos están los ñudos flojos; y pues da fin aquí la vida mia, Acábame, que vésme aquí de inojos, y en dexando su amada compañía, esta alma te encomiendo y sus despojos. Y sólo porque puedas algun dia de auer muerto vn amigo enternecerte, el cuerpo queda en esta roca fria. ¿Qué, pues, ha de cansarte con quererte? y siendo ansí, el viuir le cansaria: aquí es bien que dé fin á mal tan fuerte. Acabe aquí la fe mayor que auia, y el que tanto te amó dexe de verte; donde de tí, fortuna le desuia. y yo No quiero más, amándote, offenderte, lo que por auerte amado gano, dexaré por señas de mi muerte. Mostrando tu desden tan inhumano, y lo que causa fué de endurecerte con esta roja sangre por mi mano. Y porque todos puedan conocerte, quedará en este pino más cercano vn epitafio escrito desta suerte: Con mayor fe que tuuo pecho humano y firmeza más digna de alabanças, aquí yaze vn pastor, que fué Siluano. Nombre de ingrata con mi muerte alcanças, que yo en morir por tí quedaré hufano, ya libre de fortuna y sus mudanças. Tráxome auerte amado tan en vano, á morir con cien mil desconfianças, á manos del amor cruel tirano. y No tendrá que temer sus asechanças el coraçon que libre de tormentos hazen con él sus vanas esperanças. No le acauaron baxos sentimientos, ni de humores, agudas destemplanças; matáronle amorosos pensamientos. Y la moneda fué, de las libranças amor que de tu mano siempre tuuo, ricos desseos, pobres esperanças, con que hasta la muerte se entretuuo. CANCION PRIMERA GLOSANDO ESTE VERSO: Para aliuiar siquiera mi tormento. CANSADO GLOSSA. ANSADO con la carga de vna vida, que no quiere la muerte quitarme porque viua más penado, quexoso de mi suerte, que anduuo tan valida, el tiempo que tan presto se ha passado, rendido á mi cuydado y ausente de essos ojos que solian ser descanso á mis enojos; estoy, Siluia hermosa, tan triste, que no hay cosa que me offrezca regalo de vn momento, para aliuiar siquiera mi tormento. Ya no hay mal que sin tí no se me atreua, y para destruirme yo mismo estoy con ellos conjurado, porque no ha de seruirme buscar deffensa nueua, sino de morir más atormentado, y ser importunado que algun remedio aguarde; el consejo que cansa, y llega tarde, y porque desespere, ni áun la memoria quiere renouarme vn alegre pensamiento, para aliuiar siquiera mi tormento. Quanto al alma rendida representa, es oluido y mudança (effectos ordinarios del ausencia), quítale la esperança del bien que la sustenta, porque vença el dolor á la paciencia; no vale resistencia ni reparo á la fuerça, que por momentos contra mí se esfuerça, ni procurar engaños para curar mis daños, que á vno puedo fingir contentamiento para aliuiar siquiera mi tormento. Procuran mis amigos, lastimados, viéndome sin sosiego, con nueuas ocasiones distraerme, y es atizar el fuego, y dar á mis cuydados nueuas fuerças que puedan offenderme, que para entretenerme, no hay muger en el suelo, que sin tu vista, bello sol del cielo, no me fuesse enfadosa, y con la más hermosa áun no podria tratar de cumplimiento para aliuiar siquiera mi tormento. Porque tengo certíssima esperiencia que en lugar de aliuiarme auiuan y refuerçan mi cuydado; y ansí, huelgo de estarme á solas en tu ausencia, de triste soledad acompañado, porque desengañado estoy que nada es parte sino para obligarme á dessearte, pues en belleza y gala ninguna se te yguala; ni yo sabré fingir lo que no siento para aliuiar siquiera mi tormento. Mi fe se aumenta, crece y multiplica en medio de los males, con que sin culpa soy tan offendido, que aunque son desiguales, en fineza tan rica hazer golpe que offenda no han podido, y quando más perdido me viere y lastimado, será este amor más puro y más cendrado; y si por no pagarme quisieres oluidarme, á uno encomendare quexas al viento para aliuiar siquiera mi tormento. Si al verdadero amor nada le impide, bien puedo asegurarte que el mio han afinado las pasiones, y que no serán parte de mí te oluide, los desengaños y las sin razones; que si otras aficiones acaba tu porfía, en ella se verá quál es la mia, pues el mal de que muero es todo el bien que espero, sin buscar otra suerte de contento para aliuiar siquiera mi tormento. Fortuna me ha quitado el bien de verte, |