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y entonces podrás en mí con vn puñal afilado,

ver tan cierta la expiriencia, como yo te lo he contado. Creyólo el moro bestial, y ella auiéndose lauado, el blanco cuello desnudo

dió al cuchillo aparejado, el qual del primero golpe fué con breuedad cortado; y tres botes dió en el suelo, y en cada qual ha nombrado el nombre de su Cerbino á quién auia tanto amado.

ROMANCE TRIGÉSIMO QUARTO.

CON
ON Su querido Bireno
contenta Olimpia viuia,
á quien el famoso Orlando
de prision librado auia,
con ver delante sus ojos
la cosa que más queria,
de todo el daño passado
ninguna cosa sentia,
aunque el amor de Bireno
de falso correspondia,

porque estaua aficionado
de vna hija que tenia

el Rey de Frisa, ya muerto,
de admirable gallardía;
Olimpia le fastidiaua,

la otra le daba alegría,
para su hermano le dize
á Olimpia que la queria,
y que á Gelandia se partan
con gran amor le pedia:
en alta mar se metieron,
y quando á Gelandia arriuan,
fuéles el tiempo contrario,
y á vna despoblada isla
llevó la fuerça del viento
las naues en que venian;

saltaron todos en tierra, que refrescarse querian, de la fortuna del mar que tanto les perseguia, Bireno y Olimpia solos fuera de la mar dormian, porque los demas entraron á dormir donde solian: con el gran trabajo y miedo Olimpia se adormecia,

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y

á las naues se acogia,

y con vn silencio estraño á la bela se hazia:

Olimpia, no bien despierta, ya que amanecer queria; la mano á Bireno tiende, mas fué la presa bazia; el lecho de nueuo tienta, piernas y braços tendia, y ninguna cosa halla

de aquello que pretendia; al sueño el temor destierra, y abriendo los ojos mira,

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porque á la luz de la luna,
solamente el puerto via:
Bireno á bozes llamaua,
y el mismo nombre hazia
eco dentro de las peñas,
que Bireno respondia,

y en vn risco se ha subido
adonde la mar batia,

y

vió las hinchadas belas de Bireno que huyan;

y

sin poder sustentarse amortecida caya,

y despues que boluió en sí

estas palabras dezia:

¿Por qué me huyes cruel, pues más que á mí te queria? ¿lleuar, dí que te costaua, pues tan poco te impedia, el cuerpo, pues que mi alma lleuas en tu compañía? mas el viento que llenaba las velas del que huya, las querellas tambien lleua que la triste Olimpia embia; tres vezes quiso ahogarse,

y

ántes al lecho boluia,

y en lágrimas le bañaua

y estas palabras dezia:

Ay cama, pues que nos diste anoche á dos acogida,

dame el depósito entero

que yo en tí hecho tenia ;

cuytada, ¡qué haré sola, miserable y afligida! quien me socorra no veo, pues aunque pierda la vida, no aurá quien dé sepultura á la triste carne mia, si no son las brauas fieras que en aquesta selua auia. Con estas lamentaciones otra vez al mar boluia, sobre vna peña se asienta por mirar si algo veria; y estando de esta manera, vnos cosarios venian,

y

dellos fue luego presa que nadie la deffendia;

y

á la ínsula cruel

fué con presteza trayda, para ser pasto del monstruo que le dauan cada dia

vna donzella hermosa

para su pasto y comida,

y estando Olimpia en el puesto donde comer la tenia,

D. Roldan se la ha quitado y en libertad la ponia.

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