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y él no se dexaua ver
sino en la semana un dia,
y esto sobre vn cadahalso
que adornado le tenian
de finíssimo brocado
do el infame Rey subia,

y

administraua de allí

vna desigual justicia;

y era la guarda tan buena

que andaua en su compañía,

que

los

de quatro mil

passauan

que á cargo la tenian;

y queriendo establecer

ciertas leyes, leyes, que

dezia

que le fueron reueladas desde el cielo en prophecía, para un solemne vanquete á todo el pueblo conuida, y él mismo con su muger á la mesa los seruia; y despues de muy borrachos les dixo que les venia á dar de parte de Dios la ley que les conuenia, y sacó un libro del seno, en el qual se contenia, y veynte y ocho beodos entre todos escogia, que como apóstoles suyos para predicarle embia; y con este buen despacho de la junta se partian,

donde fueron ahorcados
dentro de muy pocos dias;
hizo luégo doze duques
para el bien que no tenia,
y entretanto que su alteza
los officios repartia,
Valdesio, que era el Obispo
á quien desterrado auian,
con exército formado
á los muros se auezina,
y en poco tiempo redujo
el pueblo á tal carestía,

que uvo muchos que á sus hijos

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con gran paciencia sufrian,

hasta que un buen ciudadano

al Obispo descubria

de la muralla un secreto
por adonde entrar podria,
y mañana de San Juan
fué la canalla cautiua

del Rey y todos sus duques;
y luego al tercero dia
quemaron viuos algunos
que mayor culpa tenian,
y otros atenacearon;

y

allí el reynado y la vida acabaron juntamente

del

que tan si[n] Dios viuia, su fama sola quedando para muchos años viua.

ROMANCE CUARTO.

ANDAUAN
NDAUAN ya de manera
las cosas de los Estados,
que disimular con ellos
dilatando el castigallos,
era darles ocasion

de hazer mayores daños,
y ansí el Rey Philippe acuerda,
siendo de todo imformado,
de embiarles quien pudiese
reformar el mal passado
y enfrenar aquel rebelde
bulgo tan desenfrenado;
y para tan gran effecto

al Duque de Alba nombrando, cuyo valor y grandeça, para ser bien celebrado, con dezir que no se puede quedará mejor loado;

y aunque ya su edad pedia, no guerra, sino descanso, obedeciendo á su Rey

la impresa tomó á su cargo; y año de setenta y siete,

siendo en España embarcado, por el fin del mes de Abril puerto en Génoba ha tomado, do toda la soldadesca vieja le estaua aguardando, de Nápoles tres mil hombres en vn tercio muy gallardo, y otro con diez compañías de Sicilia conuocado, con hasta mil y quinientos muy valerosos soldados, y con otros tres mil, otro desde Cerdeña embiado, y de aquellos tercios todos eran Maestres de campo: Alons[o] de Ulloa, de aquel que en Nápoles auia estado, en ser discreto y valiente de muy pocos ygualado; y del tercio de Sicilia, Julian Romero el brauo:

y

á D. Sancho de Londoño,

muy valeroso soldado,

el tercio de Lombardía

le auia sido encomendado;

y

llebaua el de Cerdeña

el valiente D. Gonçalo,

que llaman de Bracamonte,

con razon muy estimado;

y lleuan por General

vn caballero gallardo,

que era D. Lope de Acuña,

de la fama celebrado;

y

de otros muchos sin estos yua el Duque acompañado, porque lleuó de su casa al gran prior D. Fernando, de gran prudencia en la paz y en guerra experimentado, y tan valeroso en todo

como del que fué engendrado; yua el marqués de Cetona, Chapin Viteli llamado, muy valiente cauallero de nacion Italiano; y llegó luego con estos de Pauía el Castellano, muy gran seruidor del duque Sancho de Avila nombrado, hombre de muy grande estima dichoso como esforçado, y sin él vinieron muchos tan dignos de ser honrrados que vuiera bien que dezir de su valor muchos años, aunque la fama se tiene muy particular cuydado: y partiendo el valeroso Duque tan acompañado qual nunca lo fué jamás ningun Príncipe christiano, dentro de muy pocos dias llegaron á los estados, y en la villa de Tumbila

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