El espectador de José Ortega y Gasset, Volumen 3

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Talleres Espasa-Calpe, s.a., 1921
 

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Página 58 - Por eso la meseta, tirante bajo el empíreo como la piel de un tambor, nos despide periódicamente cada dos o tres años hacia las costas. Allá abajo el mar humedece el aire y lo vuelve blando, suave y piadoso. Tornamos con los nervios sanos. Tal vez no sólo los nervios nos hemos curado. Tal vez vuelven curadas nuestras esperanzas, que iban con siete llagas cada una y angustiadas como nazarenos. Henos de nuevo en la meseta; las primeras ráfagas del fino viento altanero arrancan a nuestro sistema...
Página 85 - España aquel mínimum de modernidad que es imprescindible para flotar sobre la corriente de los tiempos. ¡El valle, el valle húmedo, liento, con sus castaños densos en las laderas y sus vacas rubias que mugen en el prado, con su hórreo peraltado sobre cuatro espigones y la casina pintada de añil y sangre de toro!... Y junto a ella — no en la ciudad, junto al Gobierno civil — , la «villa» espléndida del emigrante que un día se fue y otro volvió, lo mismo que en los cuentos.
Página 150 - La pedagogía al uso se ocupa en adaptar nuestra vitalidad al medio; es decir, no se ocupa de nuestra vitalidad. Para cultivar ésta tendría que cambiar por completo de principios y de hábitos, resolverse a lo que aún hoy se escuchará como una paradoja, a saber: la educación, sobre todo en su primera etapa, en vez de adaptar el hombre al medio, tiene que adaptar el medio al hombre...
Página 48 - Pocos kilómetros antes de llegar a Venta de Baños está Dueñas, un pueblo atroz. Se alza en la caída de un cabezo con aire de pueblo alerta. Es del color de la tierra. Las casas de adobe, bajo la luz de la siesta, casi incorpóreas, tiemblan, como hechas de luz y calígine, y una enorme iglesia se levanta en lo alto, defensora y hostil. En torno al pueblo, edificado sobre la tierra, hay un pueblo de terrícolas, de hombres que viven como hormigas dentro del cabezo.
Página 175 - ... agrícola... Si el paisaje del labriego es menos henchido que el del cazador se debe a que aquél adopta ante el campo una actitud más utilitaria. El utilitarismo proporciona ciertamente una mayor agudeza para percibir algunas cosas, pero es a costa de estrechar el horizonte vital. Cuanto más desprendida de intereses prácticos sea nuestra visión, más amplio y múltiple será nuestro contorno. Cabe deducir de las consideraciones de Ortega que los intereses colaterales que achican o agrandan...
Página 125 - ... de la vida primitiva es ser fontana inagotable de la organización cultural y civil. Tomarla a ella misma como tipo ideal de organización es, claro está, una perversión como tantas otras en que abunda la obra de Rousseau. Situar, según él hace, al hombre primitivo en el bosque de Fontainebleau, más que un imposible retorno al salvaje, se me ha antojado siempre gana de hacer el Robinsón. Esta valoración de la vida espontánea, y si se quiere denominarla así, de la vida salvaje del espíritu,...
Página 203 - La boca del telón es el marco de la escena. Dilata sus anchas fauces como un paréntesis dispuesto para contener otra cosa distinta de las que hay en la sala. Por eso, cuanto más nulo sea su ornamento, mejor.
Página 150 - La enseñanza elemental debe ir gobernada por el propósito último de producir el mayor número de hombres vitalmente perfectos. Lo demás, la bondad moral, la destreza técnica, el sabio y el «buen ciudadano» serán atendidos después1. Antes de poner la turbina necesitamos alumbrar el salto de agua.
Página 148 - Cuanta atención se preste a estas dos formas de pulso vital será escasa. De que dominen la una o la otra entre los hombres de una época depende todo: la ciencia como el arte, la moral como la políti/ ca.
Página 1 - Cuando , el pájaro abandona la rama en que ha cantado deja en ella un estremecimiento. Cuando un sonido sacude el aire los objetos circunstantes se sienten vulnerados deleitosamente en no sabemos qué elemental sensibilidad oculta bajo el mutismo de su inerte materia; despiertas por el son transeúnte, vibran conmovidas las pobres cosas, piedra, madera o metal, y envían tras él íntimos rumores de respuesta que solemos llamar resonancia. Del mismo modo, un libro, al ser cerrado...

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