Antología de poetas líricos castellanos desde la formación del idioma hasta nuestros días, Volumen 7

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Marcelino Menéndez y Pelayo, José Rogerio Sánchez
Viuda de Hernando y, 1898
 

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Página ccvii - Yo soñara, madre, un sueño que me dio en el corazón: que se iban los mis amores a las islas de la mar. Yo no los puedo olvidar. ¿Quién me los hará tornar, quién me los hará tornar? Yo soñara, madre, un sueño que me dio en el corazón : que se iban los mis amores a las tierras de Aragón. Allá se van a morar. Yo no los puedo...
Página cciii - Sus lágrimas consolaba Flérida, que esto oía. Fuéronse a las galeras que don Duardos tenía. Cincoenta eran por cuenta. Todas van en compañía. Al son de sus dulces remos la princesa se adormía en brazos de don Duardos, que bien le pertenecía. Sepan cuantos son nacidos aquesta sentencia mía: que contra la muerte y amor nadie no tiene valía.
Página cclxiii - Tan colorada y tan blanca como una linda manzana, hermosa zaragozana. Sales tan chapa dorada cuando sales los domingos haciendo dos mil respingos, que turbas la garzonada. Haces tú con tu bailada la sonada más galana, hermosa zaragozana. . . Bailas con tales antojos cuando en el mandil te tocas que te miran con las bocas abiertas como los ojos. Tú quitas todos enojos con tu vuelta tan liviana, hermosa zaragozana.
Página clxxiii - MUY graciosa es la doncella, ¡ cómo es bella y hermosa ! Digas tú, el marinero que en las naves vivías, si la nave o la vela o la estrella es tan bella. Digas tú, el caballero que las armas vestías, si el caballo o las armas o la guerra es tan bella. Digas tú, el pastorcico que el ganadico guardas, si el ganado o los valles o la sierra es tan bella.
Página cclviii - Yo siempre, de muy pequeño, he sido muy codicioso de la »lengua latina, y aunque carezca della, que no haya alcanzado »tanto como quisiera y para esto me fuera necesario, con lo poco »que della he oído, la doblada afición ha consentido una poca »obra al mucho deseo: no que sea cosa merecedora de alabanza. »Y cierto, señora, hoy va tan abaldonado el dezir, y más en me»tro, que ninguna cosa s'estima, considerando se halla en poder »de hombres soezes.
Página lxxviii - ... porque los vengan á ver gen tes como se facen. E si otros ornes los ficieren, non deben los clérigos hi venir porque facen hi muchas villanías é desaposturas. Nin deben otrosí estas cosas facer en las eglesias: antes decimos que los deben echar de ellas deshonradamente á los que lo ficieren: ca la eglesia de Dios es fecha para orar énon para facer escarnios en ella...
Página lxxxiv - Doy dichosa y triste suerte, doy trabajo y doy descanso. Yo soy fiero, yo soy manso, yo soy fuerte; yo doy vida, yo doy muerte, 45 y cevo los corazones de passiones, de sospiros y cuydados.
Página cclxxv - ... entran los navegadores, cuando los lirios y rosas nos dan los buenos olores; y cuando toda la gente, ocupados de calores, van aliviando la ropa y buscando los frescores; do son las mejores horas...
Página 10 - Mas por no engendrar fastidio a los letores desta mi obra, acordé de la trobar en diversos géneros de metro, y en estilo rústico por consonar con el poeta que introduze personas pastoriles ; aunque debaxo de aquella corteza y rústica simplicidad, puso sentencias muy altas y alegóricos sentidos.
Página xc - ... aprovecha llamarte vencido, Ni para vencer remedio se espera. La sierpe y el tigre, el oso...

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