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dos claustros á los lados: en el uno se entierran los religiosos, y hay algunos cuerpos incorruptos. La puerta principal es de piedra muy adornada de arquitectura y escultura, como un grande retablo, coronado con un gran escudo de armas Reales. Goza tambien el convento de una huerta muy capaz y preciosa.Tiene estudios de artes y teología, con noviciado, que ha producido ilustres hijos, Provinciales, Obispos, Arzobispos, Predicadores, Redentores, y Mártires, como refiere Andrade. Vega en el tom. 2. de la Crónica refiere la vida del primer ilustre hijo de esta casa, el Beato Nicolas Galla, natural de Burgos, recibido por el mismo santo Patriarca: el cual con los demas puede dar largo asunto á los que le hagan solamente de esta casa.

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sin mas apoyo que el decirlo Andrade: y como este padre siguió las invenciones de Lupian Zapata,quisiéramos pruebas de mejor naturaleza, pues no mencionan esto Gil Gonzalez, ni el, franciscano Baro, que impri mió en Roma los Anales del santo en el 1684. ni Andrade dice que viniese de Roma. Pero sin esta circunstancia la misma santa Imágen se hizo muy fa、 mosa por un grande milagro en tiempo del Rey D. Pedro, continuado hasta hoy.

12 Venia el hermano del Rey D. Pedro, llamado D. Henrique, contra D. Pedro, que se hallaba en Burgos, y llegó hasta Briviesca,intitulado ya Rey desde Calahorra en el año de 1366. En este lance (aunque la Crónica del Rey no menciona el convento presente) ponen los autores haberse decretado derribar este convento, por estar fuera de los muros, pero immediato, facil de tomarse, y perjudicial á la ciudad. Andrade dice (fol. 82.) que D. Pedro estaba dentro, como en fuerte: Alcazar, y que Alcazar, y que Don Henrique mandó derribar el convento para cogerle, y en la batería sucedió el milagro. No hubo tal cosa: pues D. Pedro salió de Burgos antes que el hermano

de Briviesca. Ni fue D. Henrique el que mandó derribar la iglesia, como escribió Baro: ni tampoco el Rey D. Pedro. La sentencia de la demolicion se cuenta en nombre del Consejo de Guerra, y por consejo de todos, como dice Vega, tom. 2. pág. 89. por lo que no era necesario tanto como antepuso contra el Rey D. Pedro en este lance, si el decreto de la demolicion fue por el Consejo de Guerra, y por consejo de todos. El hecho es que al tiempo de esta demolicion corresponde el milagro, cierto en lo sustancial, aunque los Autores le cuentan con variedad.

13 Al demoler la fábrica donde estaba la Imágen del soberano Crucifijo, cayó de lo alto un gran fragmento, que dió sobre la sagrada cabeza, como escriben Gil Gonzalez, Andrade, y Saenz. Baro, y Vega dicen que dió en la nariz. Esta empezó á echar sangre, que unos dicen cayó sobre la sábana del Altar (como Andrade, y Baro) otros sobre el velo ceñidor (como Gil Gonzalez) y sobre un cendal, que otros nombran tocas de una devota docenlla, que procuró recibir en ellas aquel precioso licor. Los modernos Vega y Saenz presciu

den de esta variedad, inclinándose mas á las tocas de la doncella, no mencionada en Gil Gonzalez, Andrade, ni Baro, acaso por no juzgar verosímil que estando demoliendo la fábrica, perseverase dentro una muger: pero la casa tiene esto por cierto: y lo es, que hasta hoy persevera la soberana reliquia de esta milagrosa sangre, prescindiendo de que sea en velo, pañete, ó toca. Tambien lo es, que una de aquellas gotas cayó en el muslo de la Imágen, donde se vé ( y segun esto, si tenia velo ocupaba muy poco) y otra quedó pendiente de la nariz, pareciendo que vá á desprenderse, pero continuando Dios el milagro de no haberse caido.

14 Este conjunto de milagros excitó (como debia) la devocion de un pueblo tan pio como el de Burgos, y sucesivamente de otros pueblos y naciones, por ser muchas las que, especialmente entonces, concurrian á esta capital. El Rmo.Prieto, mercenario, dice en su historia MS. que hasta este milagro no se hacia memoria de este Smo. Cristo. Saenz en la pág. 21 dice que el que lea las citas de Vega, verá ser falso lo que dice Prieto. Yo registrando varias veces á Vega, no hallo cita

que merezca crédito, y la prueba contra Prieto será mostrar memorias de esta sagrada Imágen en Burgos antes del año 1366. Debemos suponer que antes se hallaba alli: mas no consta memoria precedente de culto particular, hasta el lance del milagro referido.

15 Desde entonces hasta hoy estuvo la soberana Imágen en algunas capillas. Vega, tom. 2. núm. 228, pág. 103. refiere, que en el año de 1371. se estaba reedificando el convento, que con tanto deleyte de los ojos se mira cabal y perfecto, y servia (añade) de iglesia la capilla capaz, de la Magdalena, donde sucedió el milagro referido pero pareciendo iglesia pequeña, sacaron licencia del Obispo en el año expresado, pa ra fundar la que existe: y hecha, colocaron (dice Saenz) las santas gotas en el Sagrario de la nueva iglesia, y el Santísimo Cristo en el colateral del lado del Evangelio. Despues se trasladaron aquellas á una capilla del claustro , que llaman de Monserrate, y el Cristo á la de sau Blas, dentro de la iglesia, desde donde pasó á otra capilla

del claustro, y de alli finalmente á la insigne, en que hoy es venerado.

16 Esta, dice el P. Palacios, se hizo para iglesia del Colegio, que los caballeros Astudillos labraron para estos religiosos: pero no llegó á efecto (aunque Gil Gonzalez en el teatro de la Sta. iglesia de Burgos, pág. 15. refiere que fuera del edificio del convento tiene Colegio dedicado á S. Ildefonso, donde se leen (dice) artes, teología, y casos morales). Quedó sin cubrir aquella obra: pero prometiendo las paredes una cosa grande, logró la comunidad perficionarla por el ilustre bienhechor D. Alonso del Carnero, caballero del Orden de Santiago, secretario del despacho universal (á quien atribuye Saenz toda la obra) y se finalizó en el año de 1694. con grandes fiestas, por el justo motivo de colocar en ella el Santísimo Crucifijo, y las sagradas gotas. La capilla es una bella iglesia, que se ha ido ador nando desde entonces: pero lo principal es la soberana Imágen, cuyos milagros andan ya. publicados en las Crónicas y ensayo referido.

CAPITULO X.

CONVENTO DE S. FRANCISCO DE BURGOS. Antes de 1214.

1 Tuvo Burgos la fortuna de que la honrasen con su presencia los patriarcas de religiones que envió Dios á su iglesia en el siglo XIII. El Seráfico Francisco vino despues de san Juan de Mata á fin del año de 1213. reynando el glorioso D. Alfonso VIII. que en el año antecedente logró la victoria de las Navas, y tenia su corte en Burgos, llena de júbilos, por aquel milagroso triunfo de la Cruz, que destrozó la fuerza de los mahometanos, y ahora se llenaba de bendiciones del Cielo por la venida del glorioso padre S. Francisco, cuya memoria publican hasta las piedras colocadas en la santa iglesia, una en la portada principal, otra dentro, en la puerta que sale del templo al claustro, la cual es su cabeza con la capilla puesta; pero tan al vivo, y tal primor del arte, que no parece arte, sino rostro natural, como que el santo infundió al artífice la idea de la gracia, modestia, edificacion, y atractivo, que el Cielo derramó so

bre aquel rostro. Si yo pudiera, la colocara en sitio mas honorífico, que ocupase centro para el respeto, culto, y admiracion pues es prenda de sus dias, viva muestra del tesoro que ocultaba aquel pecho, y monumento encomendado á la posteridad, para que se regale con la vista de lo que no pudo

ver.

2 La otra piedra está sobre la puerta principal de la Catedral con el Patriarca S. Domingo, y S. Francisco, en medio de los cuales se vé el Obispo D. Mauricio, que influiria en que se perpetuasen las efigies, como autor que era de la fábrica del templo, y como cosas tan memorables de sus dias.

3 Pocos empeños ni memoriales serian necesarios para conceder al santo facultad de fundar: pues en la piedad notoria del Rey D. Alfonso VIII, la edificacion apostólica del seráfico padre, moveria mas á darle gracias, que á poner estorvos ni dilaciones. A la aprobacion del Rey se juntó la del

Cabildo de la santa iglesia, que ambiciosa de servir al santo, le donó sitio muy dispuesto para el fin deseado, pues tenia iglesia, y alguna habitacion. El título lisongeaba mucho la devocion del santo patriarca, pues era, y hasta hoy persevera con el de S. Miguel. Está reducida á ermita, en una cuesta hacia el norte, enfrente del actual convento de S. Francisco: pero en el año de 1163. la contó el Papa Alejandro III. entre las once iglesias de Burgos, que confirmó en la posesion de la santa iglesia á peticion del Obispo D. Pedro Perez, Ecclesiam S. Michaelis, como vimos en el tom. preced. Apéndice XV. n. 3. El Canónigo Canton en la vida de Sta. Casilda, pág. 136. dice que algunas escrituras antiguas la llaman S. Miguel del Mercado, por haber concedido el Rey D. Fernando I. que se tuviesen dos al año en el llano de la cuesta, donde hizo algunas casas, y junto á la iglesia habia habitacion, como refiere Hernaez de la Torre en la Crónica franciscana de Castilla, cap. 5.

4 Cedió esto liberal el ilustrísimo Cabildo, y el humilde Patriarca se acomodó luego alli con algunos discípulos. Pero llamándole su apostólico celo

á propagar el instituto, dejó aqui al beato Fr. Lobo con otros tres, Fr. Antonio, y Fr. Julian, y un anónimo, cuyos cuerpos se hallaron incorruptos en el año de 1579. en que se refor zó la mencionada ermita de S. Miguel, segun refere el autor de la citada Crónica, cap. 11. tomándolo de la historia del Ilmo. Prieto, del Real Militar Orden de la Merced.

5 Algrande ejemplo y edificacion de estos venerables varones, concurrieron luego otros fieles, deseosos de asegurar mas el Cielo, cuanto menos tenian de la tierra y como sucede en los primeros fervores de los que Dios escoge para primeras piedras vivas de sus obras, vivirian en aquella altura iozandose con la cumbre de la perfeccion, dando ejemplo al mundo, envidia á los tibios, gloria al Cielo. Pero como no vivian solo para sí, fue preciso tratar de buscar mejor sitio porque aquel estaba algo retirado, incómodo por su altura, destemplado por los vientos y frios del territorio, poco accesible para comercio de los fieles con los religiosos los religiosos, y muy áspero para comunicar estos con aqueilos.

6 Pasados pues algunos años

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