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vuelta á mil pensamientos porque su negociacion era de tal calidad que ansí lo requeria. Postreramente yo le respondí que bien podia S. M.. hacer conmigo lo que fuese servido con justicia ó sin ella porque yo habia de obedescer é cumplir su mandado sobre todas las cosas, y para efecto dello dejando los obstáculos que el dicho fray Tomas me ponia, luego otro dia que entrañó (1) en la cibdad de Temixtitan rescebí al dicho Luis Ponce como á V. S. tengo escripto poco ha, y entonces no le hice relacion desta cosa porque me parescia que encarescia mi obediencia, y tambien porque yo creia que aquel Padre, aunque me toviese buena voluntad, me persuadia á su propósito mas con ignorancia que con saber lo que decia, el cual y los otros religiosos que con él vinieron, fueron y son de mí bien tratados y hallaron tan buen acogimiento como si fueran mis propios hermanos, y en sus enfermedades fueron y son de mí y de los de mi casa tan visitados cuanto á mí me es posible. Y despues el dicho Fray Tomas Ortiz determinó de ir á España como allá V. S. habrá visto, y comunicólo conmigo; é segund me informaron, estando para se embarcar en el Puerto, donde quiera que se hallaba dicia y publicaba algunas cosas feas en mi perjuicio, especialmente que yo habia muerto á Luis Ponce, y esto díjolo tan público, que aunque yo tenia mucha incredulidad dello, se averiguó habello muchas veces dicho, y aunque ello sea gran falsedad y llevantamiento, no pude sino rescebir pena de que un hombre teniendo aparencias de buen religioso, osase poner en su pensamiento é lengua tan gran maldad, habiendo rescebido de mí tan buenas obras, y mostrándo

(1) Quizá inadvertidamente se puso entrañó por entró.

me él á mí tan buena voluntad; y aunque esto sea cosa que yo la debiera dejar por vana y no dar parte á nadie, quíselo hacer saber á V. S., así por ser aquel fraire de su órden, y ser V. S. en ella el mas preeminente para que le cognosca, y no se le fie cosa de que pueda venir infamia á su religion. Los Padres que acá quedan estan tan fuera de juicio en ver su desvergüenza y testimonio falso, que pienso yo que no se acabaria con ellos estar á su obediencia. El dicho Luis Ponce fué curado en su enfermedad por dos buenos médicos, el uno trajo él consigo y el otro estaba acá. Un padre reverendo, que tiene acá las veces del obispo, les mandó so pena de exco→ munion que declarasen el cognoscimiento que tuvieron en su enfermedad é como procedieron en ella segund V. S. verá por dos testimonios que á V. S. invío. Quise hacer esta diligencia para con V. S., aunque la notoria duda de mi ignocencia bastaba, porque como digo, no dí crédito á cosa que aquel Padre dijere. Tambien invié á V. S. cierta declaracion que unos frailes franciscos hicieron cerca de lo que fray Tomas ordenaba y trabajaba para que yo no recibiese á Luis Ponce, porque vea que magnas (1) del diablo tiene aqueste Padre, y con que negociacion lo traia el demonio á mucha priesa. Suplico á V. S. lo vea, é no resciba importunidad con mi largo escribir.

y

Reverendísimo Señor: Dios nuestro Señor la vida muy magnífica persona y estado de V. S. conserve y augmente como V. S. desea. De Coadnavach á 12 de enero de 1527 años.Hernando Cortés.

(1) Magnas por mañas.

CARTA DE HERNAN CORTES AL EMPERADOR CARLOS V.

Tezcuco 10 de octubre de 1530.

Sacra Cesárea Católica Majestad. Despues que besé las manos á V. M. en Barcelona, y le di cuenta de las cosas que hasta aquella sazon habian sucedido en esta Nueva España, estuve algunos dias en Madrid para que los del Consejo de las Indias cumpliesen lo que V. M. les envió á mandar cerca del remedio destas partes, porque como quien mas que á nadie le dolia, tenia dello mas cuidado. Estando entendiendo en esto, llegó una cédula de V. M. en que mandaba al arzobispo de Santiago Presidente del Consejo Real, que entendiese en proveer las cosas de acá, y fué provision divina, y como de tan Católico y Cristianísimo Príncipe se espera; y no en balde tiene Dios el cuidado de las cosas de V. M. que hasta aquí ha tenido, pues tanto V. M. tiene de su honra, y de dilactar su fe católica y conservar estas gentes que nuevamente á ella se convierten: y tenga V. M. este por el mayor premio que ante Dios merece, porque en todo el universo no hay cosa donde su santa iglesia mas se engradezca (1).

El arzobispo de Santiago se comenzó á informar de las cosas de acá para mejor acertar en su provision, y á esta cabsa hobo alguna dilacion; y en este tiempo llegaron muchas informaciones de religiosos y de otras personas zelosas del servicio de Dios, y de V. M. por donde al Arzobispo y á los del Consejo de las Indias les constó los insultos y robos y otros dapños que V. M. sabrá por otra parte, que el Presidente é oidores que acá estaban

(1) Debe decir engrandezca.

hacian, y la necesidad que habia de breve remedio, y así comenzaron á dar mucha priesa en buscarle, y hablaron á algunas personas para encomendarles la Presidencia de la nueva abdiencia que proveian, y con ninguna se concertaron. Las cabsas ellos las habrán dado á V. M.

Visto que en esto habia alguna dilacion, y como V. M. me mandó diese mucha priesa en mi venida, determiné de me partir antes de ver la conclusion desto, aunque deseando que todos viniéramos juntos por excusar algun escándalo que se me representaba que habia de haber con mi venida. Me detuve en Sevilla y en San Lucar muchos dias, y aun en Santo Domingo de la isla Española dos meses y medio, creyendo que cada dia me alcanzarian; y como yo traia mucha costa con la mucha gente que traje, no pude detenerme, y así me vine: verdad es que primero supe como la Emperatriz, mi Señolos del Consejo habian y dado fin en este remedio, y señalado todos los oidores, y por Presidente al obispo de Santo Domingo y la Concepcion, y Presidente de la Isla Española, que tambien me paresció cosa proveida de Dios, segund lo que yo allí conocí de su persona y ví en las obras que hacia en su oficio, y tengo por cierto que Dios no tiene olvidados á estos que con tan buena voluntad desean su salvacion, y tan á rienda suelta se convierten y tan milagrosamente conocen su Criador.

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ya

Yo llegué al Puerto desta Nueva España á 15 de julio deste año, y en la cibdad de la Veracruz, que es el primer pueblo de españoles, presenté antel cabildo della la provision de V. M. en que me manda sea su capitan general en estas partes, y allí fué obedecida con todo acatamiento y pregonada públicamente. Antes desto habia

escripto luego que llegué al Puerto á los oidores desta abdiencia, haciéndoles saber mi llegada y diciéndoles que saltando en tierra les haria mas larga relacion de lo que V. M. me mandó.

Allí junto cinco leguas de la cibdad de la Veracruz está un poblezuelo pequeño que se dice la Rinconada, y antes le llamaban los indios Yzcalpan, y es uno de los que V. M. me hizo merced, y por virtud della tomé la posesion con los abtos y diligencias necesarias ante escribano público. Y como los oidores supieron que la provision de V. M. habia sido obedecida y cumplida por los del cabildo de aquella cibdad de la Veracruz, y supieron que habia tomado aquella posesion, sintieron mal dello, porque quisieran hacer con estas provisiones lo que con todas las otras que V. M. y la Emperatriz mi Señora han enviado, que es no haber cumplida ninguna, en especial lo quisieran mucho efetuar en estas, porque demas de la enemistad que á mis cosas han mostrado, sígueseles mucho interese por tener ellos como tienen todos los mas destos pueblos mios, y se sirven y aprovechan dellos, unos puestos en cabeza de V. M., otros en sí mesmos, otros en debdos y criados suyos, y de todos estos depósitos no tienen mas del nombre, y los intereses llevan ellos, como parescerá por los libros de los oficiales de V. M., que se verán cuantos son los intereses ó rentas que de los pueblos que para V. M. tienen señalados, se le han seguido, como ya otra vez hablando á V. M. en esta materia le dije. Y quisieron hacer alguna alteracion ó bullicio, y enviar á prender los que obedecieron la provision de V. M., y hicieron muestra de juntar gente, y aderezar artillería, y hacer capitan della, y otros bullicios desta calidad muy en de

TOMO I.

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