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sas del servicio de S. M.: el primero para el distrito de la provincia de los Charcas, fue el maestro D. Fr. Luis Lopez, que se hallaba en la provincia de los Charcas, obispo electo del Paraguay, y esperando el de Quito, que luego le vino, persona de muchas letras, gran discrecion y valor y de gran inteligencia y esperiencia en las cosas de este reino; el cual como tal, con gran suavidad y blandura, comenzó á ir ejecutando las Reales cédulas, haciendo las compusiciones y ventas de tierras, en el mayor aumento de la Hacienda Real que le fue posible, aunque no tanto como el Marqués deseaba.

Sucedióle en esta comision el general D. Pedro Zores de Ulloa, corregidor de la provincia de los Charcas y villa imperial de Potosí, un caballero que con gran celo del servicio del Rey nuestro señor, mucho valor y brio y muy prudentes y sagaces términos, la fue continuando; resultando y procediendo de ella para S. M. muchos intereses. Siempre el Marqués en estos adbitrios enviaba los despachos á los más lejanos y remotos distritos, porque hubiese tiempo para traerse á esta cibdad lo que procediese, y socorrer con ello en la flota á S. M.

De esta cibdad envió á la del Cuzco y su distrito y corregimientos, la persona del licenciado Alonso Maldonado, que otra vez, segun he referido, habia ido á lo del servicio y emprestido, de quien por no agraviarle no digo nada, porque por mucho que dijese, en todo habia de quedar corto á sus méritos, letras, discrecion y sólida prudencia; y ansi solo digo, que mediante lo dicho y ser tan querido y amado de todos y tan celoso del servicio de S. M. y tan puntual en él, resultó de su comision é ida, más interés que de otra alguna.

Para el distrito de esta cibdad nombró al licenciado

Francisco Cuello, alcalde más antiguo del crímen en esta Real Audiencia, que usó de su comision como quien tan bien ha sabido y sabe usar de las que de S. M. ha tenido, y el oficio que le encargó y el de asesor del Marqués y despues del virrey D. Luis de Velasco.

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Para el de Guamanga, eligió á D. Gabriel Solano, clérigo, presbítero y capellan mayor de la Capilla Real.

Para Trujillo y sus valles desde Chancai adelante, señaló y escogió la persona del maestro Fr. Domingo de Valderrama, del órden de predicadores, Provincial que acababa ser de su órden, persona muy docta y prudente y de grandes medios y traza,

En esta comision procedió despues el general Don Bartolomé de Villavicencio, un caballero en nada inferior á los dichos, ni en el celo del servicio de S. M.

En los Chachapoias y corregimientos de aquella cibdad, al capitan Joan Zapata; es tierra mísera y pobre, y aunque él no lo es de entendimiento y buen celo, ni poco cuidoso de dar buena cuenta de los oficios y cargos que se le encargan, como siempre la ha dado de muchos que ha tenido, resultó poco provecho de su comision.

El distrito de la cibdad de Nuestra Señora de la Paz, de que era corregidor Alonso Vazquez de Ávila y Arce, y los corregimientos del distrito de ella, cometió el Virrey al dicho, y le pudo cometer los de todo el reino, que cierto, su calidad, valor, discrecion, prudencia y ciencia, le hacian merecedores de ellos; sé decir como contador de la razon, ante quien lo hecho por todos vino á parar, que las averiguaciones, autos, diligencias y cumpusiciones tomadas por él pueden ser documento y enseñanza para otros.

El de la villa de San Marcos de Arica y valles de su

distrito estuvieron á cargo del maese de campo Alonso Garcia Remon, que aunque más versado en las guerras, ansí de los Estados de Flandes como en las del reino de Chile, dió de la comisiou de tierras muy buena cuenta, muy á satisfaccion de quien se la dió.

de

Otras hubo que no importa particularizarlas, por ser poca consideracion y retazos de las dichas.

He particularizado los que en el particular de este adbitrio de tierras entendieron, porque siempre se sepa que sabia el Marqués aprovecharse y ocupar en los cargos toda suerte de personas y de todos estados, y los que más y mejor sabrian servir al Rey nuestro señor.

De todas las dichas comisiones resultaron para S. M. mucha cantidad de pesos ensayados, y quedó mucho por acabar y concluir, en que el Rey nuestro señor interesara cantidad de pesos, lo cual cesó con la venida del Virrey D. Luis de Velasco; y habia suerte de tierras por qué daban sesenta mil pesos ensayados.

CAPÍTULO XXXI.

De la cumpusicion de estrangeros y legitimacion.

Otro adbitrio de montañeses, fue que todos los estrangeros que en este reino hobiese, se compusiesen ó fuesen echados de él, y que los montañeses que quisiesen ser legitimados para tener y obtener cargos y oficios, se legitimasen, sirviendo á S. M. con lo que pareciese que era bien hacerlo. Á las referidas personas se envió la comision para que en el distrito que se les habia encargado lo pusiese en ejecucion, ecepto para lo de esta cibdad, que lo cometió al dotor Joan Fernandez de Re

calde, oidor de esta Real Audiencia, persona de mucha ciencia y desteridad en los negocios; y en este sirvió mucho á S. M., ansí en el cuidado de inquirir los estrangeros que en esta cibdad habia y en el puerto del Callao y chácaras de este contorno, como en la cantidad de lo que resultó para S. M.

CAPÍTULO XXXII.

Del servicio del quinto de los indios.

GRANDEZAS Y EXCELENCIAS DE LA CIBDAD DE LOS REYES.

Habiendo dicho el estado en que se halla esta insigne cibdad en lo eclesiástico, comenzaré el en que se halla lo temporal, principiando de la fundacion de esta Real Audiencia.

Audiencia Real de los Reyes.

En esta insigne cibdad de los Reyes se fundó la primera Audiencia Real que hubo en estos reinos del Pirú, la cual tenia por distritos todo el que tiene más el que se dió á la real Audiencia de Panamá, Quito, y á la de los Charcas y á la de Chile, que despues se fundaron.

y

El primer presidente de ella fue Blasco Nuñez Vela, que tambien fue Virrey primero de estos reinos, criado de S. M., como en su vida dicho queda.

Oidores.

El licenciado Diego Vazquez de Cepeda.

El doctor Lison de Tejada.

El licenciado Alvarez.

El licenciado Zárate.

Fiscal, el licenciado Juan Fernandez.

Mandó fundar esta Audiencia Real el Emperador nuestro señor, por una Real provision, que es del tenor siguiente:

D. Cárlos, por la divina clemencia Emperador semper augusto, Rey de Alemania, Doña Juana su madre, y el mismo D. Cárlos, por la gracia de Dios, Reyes de Castilla, de Leon, de Aragon, de las dos Sicilias, de Jerusalem, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaen; Condes de Barcelona, Flandes y de Tirol, etc.

Por cuanto Nos, entendiendo que convenia á nuestro servicio y bien de nuestros súbditos, mandamos proveer una nuestra 'audiencia y chancillería Real que reside en la cibdad de Panamá, y ahora, visto las muchas tierras y provincias que de nuevo se han descubierto en la nueva Castilla, llamada Pirú, y la. dilacion y grandes gastos que las personas que en ellas residen hacen en venir á pedir justiciá á la dicha cibdad de Panamá, habemos acordado que haya una audiencia en la dicha provincia del Pirú, en que haya un presidente y cuatro oidores, la cual resida en la cibdad de los Reyes; porque no la ha de haber en la dicha cibdad de Panamá. Por ende acatando la suficiencia y habilidad de vos, Blasco Nuñez Vela, y porque entendemos que así cumple á nuestro servicio y á la execucion de nuestra justicia y buen despacho y espediente de los negocios y cosas que hobiere y ocurrieren á la dicha nuestra Audiencia, que mandamos proveer en

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