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gentes de su opinion, teniendo esperanza en la division que habia entre los ricos hombres que se apoderarian de la mayor parte de la tierra, porque cada uno dellos tenia fin de reinar. Fueron allí celebradas cortes, y considerada la edad del infante, y las alteraciones y guerras que habia en el reino, trató el legado que todos hiciesen homenaje, y prestasen juramento de fidelidad al infante, aunque segun el legado escribe al conde de Monforte, no se hallaba en memoria de aquellos tiempos que aragoneses ni catalanes, de ningun estado ó condicion que fuesen, hubiesen hecho esta salva ó juramento á ninguno de los reyes y condes pasados, y desde entonces se introdujo esta costumbre, que se guardó con los reyes que despues sucedieron, confirmando primero, y jurando ellos de guardar los fueros, usos y costumbres, y otros privilegios que sus predecesores habian otorgado. Juntos en el palacio real juraron, que le tendrian y obedecerian por rey, y defenderian su persona y estado, teniéndole en los brazos Aspargo arzobispo de Tarragona, que era del linaje de la Barca, muy conjunto en parentesco con el rey. Despues de concluidas las cortes, entendió el legado con gran diligencia en apaciguar las disensiones y discordias que habia entre los ricos hombres y caballeros, y entre algunos pueblos del reino, y que fuese nom

fué muy gran parte, y fué enviado segun algunos autores escriben, á instancia de don Pedro Fernandez de Azagra señor de Albarrazin, que con gran solicitud procuró su deliberacion, porque don Sancho, conde de Rosellon, y el infante don Fernando, tios del rey, andaban alterando y conmoviendo la gente del reino, pensando cada uno que le competia la sucesion del reino; no embargante que estaba ya declarado, que el matrimonio de la reina doña María habia sido segun órden y disposicion de la Iglesia, y tenian puesto en division y bando los ricos hombres y ciuda des del reino. Los que seguian la parte del infante, querian que se declarase por legítimo sucesor en el reino; y aunque el rey don Alonso su padre le habia dedicado para la Iglesia, y era abad de Montaragon, y llevaba las rentas eclesiásticas, él se trataba como muy aficionado á las armas, y seguíanle los mas de los ricos hombres de Aragon. Otros tomaron la voz del conde don Sancho, que pretendia ser el legítimo sucesor. Pero don Pedro Fernandez, que fué hijo de don Fernan Ruiz, y las mismas ciudades y villas del reino resistian á su pretension, teniendo por legítimo sucesor al infante don Jaime. El papa por estorbar los inconvenientes y daños que se podian seguir, no se entregando el infante á sus naturales, cometió este negocio á Pedro Benaventano diácono cardenal, legado apostólico, quebrado procurador y lugarteniente general, durante la por el mismo tiempo habia tenido en Mompeller concilio provincial, en el cual concurrieron los arzobispos de Narbona, Aux, Ebrun, Arles y Achs, y veinte y ocho obispos, y gran número de abades y prelados de otras iglesias; y proveyó sus letras con grandes censuras, para que el conde Simon de Monforte entregase la persona del infante. En aquel concilio se deliberó, que se diese al conde Simon de Monforte la ciudad de Tolosa, que se habia puesto en mano del legado, y otras ciudades y castillos; y todos en conformidad eligieron al conde por príncipe y señor de toda aquella tierra; y por esta causa enviaron al papa Inocencio al arzobispo de Ebrun, para que suplicase en su nombre, que confirmase la eleccion. Entonces por medio de este legado mandó el papa al conde Simon de Monforte, que diese al infante para que se trujese á su reino, y se pusiese en fiel guarda de sus súbditos, recibiendo primero de ellos juramento de fidelidad que guardarian su persona y estado. Fué traido el infante hasta Narbona, á donde le salieron á recibir muchos de los ricos hombres de Cataluña, y todos los síndicos de las ciudades y villas. Era segun en su historia se escribe, en aquella sazon, de edad de seis años y cuatro meses; y vino el legado con él, y trajo juntamente consigo á don Ramon Berenguer, conde de la Proenza su primo, hijo del conde don Alonso, que tambien era de muy poca edad, y pareció que se criasen juntos. Llegados à Cataluña en el año de mil doscientos y catorce, el legado entendió en apaciguar algunos escándalos y alteraciones que habia en la tierra; y de acuerdo de los prelados y ricos hombres fué determinado que se llamasen todos los aragoneses y catalanes á cortes à la ciudad de Lérida, en nombre del infante, y para esto se hicieron nuevos sellos, á donde llegó el legado con el infante, y con el conde de la Proenza, antes de la fiesta de nuestra Señora de agosto, y fueron recibidos con gran regocijo del pueblo. Concurrieron todos los prelados, ricos hombres, varones y caballeros, y diez personas de cada una de las ciudades, villas y lugares principales, excepto el conde don Sancho, y el infante don Fernando tios del infante, que andaban en asonadas con las

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menor edad del rey, y en proveer las fronteras contra los moros, y porque se entendió que el infante don Fernando y el conde don Sancho pretendian apoderarse del rey desde que entraron en Cataluña, se determinaron, que la crianza y guarda de su persona se encomendase al maestre del Temple, que se decia Guillen de Monredon, y era natural de Osona y maestre de aquella orden en Aragon y Cataluña, y así se hizo, y llevaron al rey á Monzon para que lo tuviese en el castillo, que era muy fuerte, con el conde de la Proenza su primo, que era entonces de edad de nueve años. Entónces, segun se refiere en la historia antigua de Aragon, nombró el legado tres gobernadores, y el uno fué para Cataluña, y los otros para este reino, y se con cordó, que el uno destos dos tuviese el gobierno de las ciudades y villas que hay desde Ebro hasta los mon→ tes Pirineos, y éste, escribe aquel autor, que fué don Pedro Abones, y el otro gobernase la tierra desta parte del rio hasta Castilla, con las fronteras que tenian contra los moros, y que éste fué don Pedro Fernandez de Azagra, y que sobre todos fué nombrado por procurador general el conde don Sancho, y que esto se orderó con consentimiento de los pueblos. En el mismo tiempo los que tenian el gobierno de Zaragoza, se con-cordaron con don Sancho rey de Navarra, para que pudiesen entrar libremente los del un reino al otro, porque no se hiciesen guerra sin que interviniese en ella el rey don Jaime. Murió don Alonso rey de Castilla, segun parece en anales antiguos á cinco del mes de octubre deste año, y el postrero del mismo mes falleció la reina doña Leonor su mujer, y quedó sucesor en el reino de Castilla y de Toledo don Enrique su hijo de muy poca edad, y fué el primero deste nombre que se le dió por Enrique rey de Inglaterra su abuelo, padre de la reina doña Leonor su madre. En el reino de Leon y Galicia reinaba don Alonso su tio, que estaba casado con la reina doña Berenguela hermana del mismo rey don Enrique. Este rey de Leon despues de la paz que asentó con el rey don Alonso su primo, habia entrado por las fronteras de su reino á correr tierras. de moros, llevando consigo á don Diego Lopez de Haro,

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