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ellos al rey de Leon, declarando, que si hiciese jurar | seguramente afirmar, si esto fué ántes que el rey de por heredera de su reino alguna de sus hijas y de doña Navarra, viendo que no era poderoso á resistir á los Teresa, 6 enagenase algunas partes del reino, perdiese reyes de Aragon y Castilla envió sus embajadores al las villas de Monreal, Carpio, Castroverde, Castro- miramamolin de África, y se pasó allá con algunos rigonzalo y Valencia, y confederáronse contra el rey de cos hombres de su reino, y entretanto siendo cercada Navarra y sus adversarios, exceptuando los reyes de Victoria por los reyes de Aragon y Castilla, se dieron Francia y Aragon. Esta guerra parece ser lo que refie- los que la defendian por orden del mismo rey de Nare el papa Inocencio tercio, que escribe, que los reyes varra, y así lo envió á mandar con don García obispo de Castilla y Aragon entraron con sus ejércitos por el de Pamplona. Mas lo que se puede tener por cierto que reino de Navarra, y se habia confederado para con- resultó desta guerra, es que destos reencuentros y enquistarle y dividirle entre sí, y habiendo ganado dos tradas ganó el rey de Castilla, y acrecentó en su secastillos por fuerza de armas, y corrido y destruido la ñorío á Alava y Guipuzcoa, y se apoderó de la costa tierra, estando los de aquel reino con grande temor, y de la mar, y poblaron sus gentes á Castro de Ordiales, no hallando remedio ni socorro alguno, y temiendo San Vicente de la Barquera, Santander, Laredo, Gaemayores males y daños, el rey de Aragon envió sus tariá y Motrico, y quedó el reino de Navarra de allí embajadores al rey de Navarra, con color de asentar adelante ceñido en muy angostos límites. alguna tregua, y secretamente requirieron al rey de CAP. LIV.-Del matrimonio que se trató entre el rey don Navarra, que diese una hermana que tenia por mujer al rey de Aragon, y creyendo que por aquel medio Pedro de Aragon, y Maria reina de Jerusalen, y se podria escapar del trance y peligro en que estaba, resefectuó con la heredera del señorio de Mompeller. pondió que era contento, pero que ninguna cosa de Fué este príncipe muy liberal, y por su persona de aquellas cumpliria, sino saliesen los reyes primero de tan gran ánimo y valor que fué habido por uno de los su reino, y que recelando el rey de Castilla, que si sa- mejores caballeros de sus tiempos, y extendióse tanto liesen de Navarra, el rey don Sancho se apartaria de su fama por todas las partes de la cristiandad, que lo que prometia, no lo quiso consentir, sino quedase fué requerido por los príncipes y barones, que goberlo de las treguas y matrimonio jurado y concertado, y naban el reino de Jerusalen, y por las ciudades de considerando el rey de Navarra, que estaban aquellos Siria que tomase á su mano su defensa contra los turtiempos conspirados para su desheredamiento, y para cos, que se habian apoderado de la mayor parte de la la destruccion de su reino, forzado y contra su volun- Tierra Santa, y ofrecíanle aquel reino, casándose con tad hizo el juramento, aunque su hermana estaba alle- la sucesora dél. Fué así, que Amalarico rey de Jerugada en tercer grado de consanguinidad con el rey de salen, que sucedió en aquel reino á Balduino su herAragon, y el papa siendo informado desto, requirió al mano, y fué muy valeroso príncipe, tuvo un hijo que rey de Navarra, que no procediese á concertar tal ma- se llamó Balduino, que sucedió en el reino, y dos hitrimonio tan incestuoso. Tambien parece por otras re- jas, á Sibilia que fué mujer de Guillermo hijo de Guilaciones antiguas de las cosas de aquellos tiempos, ha- llermo marqués de Monferrat, y tuvo á Balduino ber sucedido por estos dias, que como el rey de Leon quinto deste nombre rey de Jerusalen, y segunda vez comenzó á perseguir á su madrastra, que era la reina casó con Guido de Lusiñano. La otra hija se llamó Isadoña Urraca Lopez, que fué hija del conde don Lope bel, que en tiempo del rey Balduino su hermano, siendo señor de Vizcaya, que llamaron de Nájara, y pusiese de menor edad casó con Enfredo señor de Toron, ciudad cerco sobre dos castillos que tenia, que eran Aguilar y principal de Fenicia. Balduino hijo de Amalrico dejó Montagudo, siendo favorecido del rey de Castilla su por sucesor en su reino á Balduino su sobrino, que primo, por esta causa don Diego Lopez que llamaron vivió pocos dias, y por su muerte Sibilia su madre el bueno, señor de Vizcaya hermano de la reina, se siendo favorecida de los templarios que eran muy podesavino del rey de Castilla, y se vino á Navarra de derosos en aquel reino, fué recibida por reina de Jedonde le comenzó á hacer guerra de manera que el rey rusalen y hizo coronar á Guido de Lusiñano su segundo de Leon hubo de venir á juntarse con él; y juntose marido, que tomó á su poder el gobierno y adminisgran caballería de ambas partes, y hubo entre ellos tracion del reino, y por esta causa entre él y Ramon una batalla de las mas señaladas de aquellos tiempos, conde de Tripol de Siria se movieron grandes guery en que mayores hechos en armas se celebraron, y ras, y fué ocasion de la destruccion y ruina de aquel fueron en ella los navarros vencidos. Entonces se afir-reino, y la ciudad de Jerusalen fué ganada por Salama por autor antiguo, que se vieron en Alfaro, por instancia de la reina doña Sancha, los reyes de Castilla, Leon y Navarra, y el rey don Pedro su hijo, quedaron avenidos, y viéndose don Diego desamparado, se fué á los moros á la ciudad de Valencia, y comenzó á hacer guerra contra Aragon, y el rey don Pedro acudió á sus fronteras y pasó á poner cerco contra la ciudad de Valencia, y en esta relacion se dice, que combatiendo la parte que tenia don Diego en defensa, estando en las barreras le hirieron el caballo, y quedando á pié, se viera en peligro de muerte, si don Diego no le sacara dél, y que se escusó de aquel socorro que hizo al rey de Aragon con los moros, diciendo, que no quisiese Dios, que él fuese causa por aquella guisa, que el nieto del emperador fuese preso; y con recelo de los moros de Valencia se pasó don Diego á Marruecos. Por no declararse los tiempos, no se puede

dino señor de la nacion turquesca, que habia conquistado à Siria y Egipto. Entonces fué preso Guido de Lusiñano con la mayor parte de la nobleza de aque! reino, y casi todos los templarios que se hallaron en aquella guerra. Murieron la reina Sibilia y cuatro hijos que hubo de Guido de Lusiñano su segundo marido, y Conrado hijo de Bonifacio marqués de Monfer rat, que fué con armada del imperio griego en socorro de las ciudades de Tiro y Accon, casó con Isabel hermana de la reina Sibilia, que habia sido desposada con el señor de Toron, y esto se hizo con voluntad y consentimiento de la reina María su madre, mujer det rey Amalrico, y en nombre de su mujer comenzó á tomar la posesion de aquel reino como legítimo sucesor, con gran sentimiento de Guido de Lusiñano, porque le fué forzado dejar las insignias y posesion del reino. Pero antes que el marqués Conrado pudiese go

tuó con el rey de Aragon, en el año de mil y doscientos
y cuatro.

CAP. LV.-De la concordia que se tomó entre el rey de
Castilla y el de Navarra.

Viéndose el rey de Navarra sin socorro ni remedio alguno, puso sus treguas con el rey de Castilla, y fuése á ver con él á Guadalajara por el mes de octubre de mil doscientos siete adonde las juraron por cinco años, concordándose de poner cada uno de los reyes tres castillos en fieldad. Del reino de Navarra se nombraron Irureta, Yuzula y San Adrian, y del reino de Cas→ tilla, Clavijo, Ausejo y Juvera, y fueron nombrados ricos hombres de ambas partes, de quien los reyes eligiesen el que por bien tuviesen, que recibiese los castillos de cada reino en tercería. Los navarros eran, don Juan de Bidarra, Almoravid, Jimeno de Rada, y don Pedro Jordan; y de Castilla fueron don Alvar Nuñez, don Lope Diaz, don Gonzalo Ruiz, y Muñoz Pereu. Destos ricos hombres habia de nombrar el rey de Casfilla un rico hombre de Navarra, que tuviese los tres castillos de aquel reino, como el rey don Sancho otro del reino de Castilla, que recibiese los castillos del rey don Alonso, y quedaron de acuerdo, que el rey de Castilla trabajase, que el rey de Aragon hiciese la misma tregua y pleitesía con el rey don Sancho, porque entre ellos estaban las cosas en harto rompimiento, y tenia el rey de Aragon en su poder el Val de Roncal con el castillo de Burgui, y obligó este valle y castillo á Gaston vizconde de Bearne y conde de Bigorra, por cincuenta mil sueldos morlaneses. Pero la concordia se procuró con grande porfía del rey de Castilla, porque estuviesen unidos contra los moros, con ánimo determinado de les hacer cruel guerra y perseverar en ella y darles batalla campal, y para esto mandaba juntar todos los ricos hombres, y caballeros de su

zar del título del rey, ni se apoderase del reino, fué muerto en Tiro por dos asesinos andando paseando por la plaza, y dejó una hija á quien volvia la sucesion, que se llamó María, y la reina Isabel su madre casó con Euríque conde de Champaña. Despues sucedió, que Guido de Lusiñano, á instancia del rey de Inglaterra, renunció el reino de Jerusalen, y el derecho que pretendia tener en Siria por el reino de Chipre, el cual le dejó con gran liberalidad el rey de Inglaterra, y sucedió en él Amalrico hermano de Guido de Lusiñano, que lo dejó pacíficamente á sus sucesores, y la reina Isabel casó despues con él, y se intituló rey de Jerusalen y Chipre, y este título tuvieron despues sus descendientes. Siendo devuelta desta manera la sucesion del reino de Jerusalen á María hija única de la reina Isabel y del marqués Conrado, muerta la madre estuvo en poder de la reina María su abuela, y tenia cargo del reino Juan, que se llamaba Bailio del reino de Jerusalen, y Filipo su hermano, Guido de Monforte, Aimar de Cesarea, Guarnerio Teutónico, el conde Bertoldo, Gualterio de Cesarea, Roaldo de Caifa, Gilo de Baruc, el castellan de Tiro, y el vizconde de Accon. Todos estos en grande conformidad con la reina María se determinaron, que su nieta casase con el rey de Aragon, y le enviase embajadores, para que si aceptase aquel matrimonio, fuese allá con su armada, confiados que por su valor restaurarian las cosas perdidas de aquel reino, y la empresa de la Tierra Santa se continuaria. Para que con mas fundamento se determinase, y por la distancia no se difiriese el tiempo, juró la reina en presencia de Pedro presbítero cardenal título de San Marcelo y de A. patriarca de Jerusalen, y de Pedro arzobispo de Cesarea, C. arzobispo de Tiro, y A. arzobispo de Nazaret y de los obispos de Accon y Belen, y del prior del Santo Sepulcro, y de los abades de Josafat y monte Tabor, y del maestre del Hospital de San Juan, y de fray Simon de Lavata, fray Ponce mariscal, y Pedro de Crexel, que tomaria por marido al rey don Pedro de Aragon, y perseveraria en aquella voluntad, hasta que fuese consumado el matrimonio, si el rey cumpliese las cosas que se encomendaban á los embajadores que convenian al beneficio de la Tierra Santa, señalándole término hasta la fiesta de Todos Santos, del año de mil y doscientos y siete, y de otra manera no fuese obligada, sino á caso que de comun consentimiento se prorrogase el término, y los embajadores habian de venir primero á comunicar este negocio con el papa, para que se efectuase con su consentimiento y con autoridad de la Iglesia. Esto se trató en la ciudad de Accon, á veinte y uno del mes de setiembre del año de mil y doscientos y seis. Pero ha-cretario suyo, que se llamaba Colom con promesa, en bíase ya efectuado el matrimonio del rey de Aragon caso que se efectuase, de enviar doscientos caballecon doña María señora de Mompeller, y de la hija de ros en socorro de las cosas de aquel reino, y que Manuel emperador de Constantinopła, que á lo que yo si al papa pareciese, ofrecia la reina de Aragon de creo se llamó Matilde, y muerto el emperador Alexio su llevar á su hija, y que iria acompañada con cuatrohermano, que Andrónico hizo matar, siendo muy cientos caballeros, asegurándole los gastos que se hi→ mozo, pretendiendo pertenecerle la sucesion del impe- ciesen en la defensa de Sicilia, en caso que el matririo, y así se llamó despues la reina de Aragon, hija monio se impidiese. Pidiose otra cosa en nombre de la de la emperatriz de Costantinopla, y siendo el matri- reina, que el papa tuvo por no muy honesta, que si monio consumado, el rey de Aragon sé intituló señor por ventura el rey de Sicilia falleciese antes del matride Mompeller. Aunque no pasaron muchos dias, que monio, la Iglesia hiciese donacion de aquel reino al inse arrepintió y procuró de apartarse de la reina siendo fante don Fernando su hijo. Á estas demandas responuna de las mas excelentes princesas de su tiempo, y dió el papa, que con gran voluntad procuraria que habiendo sucedido por su causa en aquel estado. El este matrimonio se concluyese, entendiendo que el señor de Mompeller, segun parece en anales antiguos rey de Sicilia en ninguna parte podria contraerle mas de Cataluña, murió en el año de mil y doscientos y dos útilmente, así cuanto al linaje y nobleza, como por la á dos de noviembre, y el matrimonio de su hija se efec-defensa de su reino, y deliberó de enviar por sus em

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reino.

CAP. LVI.-Del matrimonio de la reina de Ungria hermana del rey de Aragon, con Federico rey de Sicilia, y de la muerte de la reina doña Sancha.'

Habia enviado la reina al papa, para que se tratase lo del matrimonio de la reina de Ungría su hija, con Federico rey de Sicilia, hijo del emperador Henrico, despues de la muerte del rey Emerico su marido, la cual con el favor que halló en Leopoldo duque de Austria, por el cercano parentesco que con ella tenia, pa➡ ra poder salir de aquel reino se vino á Aragon, segun Cuspiniano escribe. Fué enviado por la reina particu larmente para la conclusion deste matrimonio un se

bajadores al abad Asinense, y un noble ciudadano ro-legrino, que ahora dicen Pelagriño, Rocafort, Calamano su primo, y otros, para que con su autoridad tra- sanz, Gavasa, Purroy, Pilzan, Caserras, pero este matasen del desposorio y señalasen la donacion por con- trimonio no se debió efectuar, y el conde dejó á su hija templacion del matrimonio, y la renta que se habia heredera en sus tierras y condado, declarando que si de consignar á la reina segun su dignidad, en caso que muriese sin hijos, sucediese doña Miraglo, que era fuese con su hija, y á esto añadió el papa, que en lle- hermana del conde, y casó con el vizconde don Ponce gando le entregaria al infante, y el palacio imperial si de Cabrera, de quien se ha hecho mencion. A su herse pudiese sacar del poder de Marchoaldo, porque ya mana sustituyó el conde Armengol á don Guillen de en este tiempo la emperatriz doña Costanza era muer- Cardona su primo, y dejó á la hija debajo de la tutela ta, y Marchoaldo estaba apoderado de la persona del de la condesa su madre, hasta que fuese de edad, y rey, y de todas las fuerzas del reino. Mas en caso que fueron testamentarios juntamente con la condesa don no se pudiese sacar la persona del rey de su poder, de- Guillen vizconde de Cardona, don Guillen de Cervera, cia el papa, que convenia, que la reina fuese con tal don Guillen de Peralta, y el abad de Poblete. Dejaba el armada, que pudiese librar al rey y su tierra de cual-conde en su testamento al papa Inocencio la mitad de quier fuerza y opresion de los adversarios, y daba órden que concertado esto con sus embajadores, volviesen con los que habia enviado el reino de Sicilia sobre el mismo matrimonio, para que el papa lo confirmaseconde Armengol su abuelo, y dejaba aquella parte como señor y tutor del rey y del reino. Esto se acabó con el papa, y estando el rey en Zaragoza el año de mil doscientos ocho con la reina su madre y hermana, vinieron los embajadores del rey Federico, y acabose de concluir con la autoridad é intervencion del sumo pontifice el matrimonio. Por el mes de noviembre deste año falleció la reina doña Sancha su madre, que se habia ya recogido en el monasterio de Jijena, que ella y el rey su marido habian fundado, y era monja profesa en él, y era de religiosas de la órdendel Hospital de San Juan de Jerusalen, y le dejaron dotado de grandes posesiones y rentas. Fundóse tambien por este tiempo, por orden de la reina, un monasterio de religiosas de la regla de en el lugar de Peramon, | junto á las riberas de Jalon. El rey se detuvo en Zaragoza, hasta en fin deste año, y partió para Cataluña, y fuéron con él el infante don Fernando su hermano, don Gaston vizconde de Bearne, que era muy mancebo, don Pedro Cornel, don García Romeu, don Jimeno de Foces, Pedro de Senmenat, y Rui Jimenez de Luesia. En este año por el mes de mayo, segun parece en anales de Castilla, en que se hace memoria de las batallas y reencuentros señalados que hubo con moros y cristianos, se pone por cosa notable, que murió don Berenguer de Entenza, y dos meses despues García Ortiz, y haciéndose desto mencion en memorias de aquel reino, segun yo conjeturo, debieron ser muertos por los moros, en la guerra que el rey de Castilla tenia con miramamolin.

| la villa de Valladolid en el reino de Castilla que era de juro y heredad suya, y le pertenecia como herencia del conde don Peranzures, y de la madre del

CAP. LVII.-De la guerra que hubo entre el rey y el vizconde don Guerao de Cabrera, por la sucesion del condado de Urgel, y de la prision del vizconde.

Murió en este año Armengol conde de Urgel, que fué el último de los señores de aquella casa, que sucedieron por línea de varones de Borelo, conde de Barcelona y Urgel, que fueron muy grandes señores. Éste fué muy valeroso y casó con doña Elvira condesa de Subirats, y no tuvieron sino una hija que llamaron Aurembiax, que en el año mil doscientos tres se halla en antiguas memorias haberse desposado con don Alvaro hijo de don Pedro Fernandez, que á lo que yo conjeturo debió ser don Alvar Perez hijo de don Pedro Fernandez deCastro, que llamaron el Castellano, que fué gran señor en Galicia y descendia del conde don Pedro Fernandez de Trava. Quedaba sucesora en todoel estado del conde su padre, declarando que si el conde tuviese hijo varon, ella sucediese en el honor que tenia en Ribagorza, que eran estos nueve castillos, Albelda, Monmagastre, Pe

al papa, porque mandase cumplir su testamento, y la otra mitad á sus herederos, con que la tuviesen en nombre de la sede apostólica. Muerto el conde de Urgel, la condesa doña Elvira temiendo no fuese desposeida de aquel estado violentamente por el vizconde don Guerao de Cabrera, hijo del vizconde don Ponce y de doña Miraglo hermana del conde de Urgel, pretendiendo que le pertenecia, hizo donacion dél al rey don Pedro, y él la recibió en su amparo, y despues se casó con don Guillen de Cervera señor de Juneda, y luego comenzó á mover guerra contra ellos el vizconde don Guerao, pretendiendo que siendo el baron nieto del conde de Urgel, habia de ser preferido á su prima, y con los de su bando y parentela, mano armada, entró por el condado de Urgel, y apoderóse de Balaguer y de otros muchos lugares y castillos. Por esta novedad no queriendo el vizconde estar á derecho con la condesa doña Elvira, en nombre de su hija, el rey fué con ejército contra Balaguer, y tomó la ciudad y de allí puso cerco al castillo de Lorenz á donde se habia acogido don Guerao, y rindióse con su mujer y hijos, y mandólos el rey poner en prision en el reino de Aragon en el castillo de Loharre, y en la ciudad de Jaca, en poder de Felipe de Bescos. Era la mujer deste vizconde don Guerao de Cabrera doña Elo, hermana de don Pedro Fernandez de Castro, que llamaron el Castellano, y en aquella casa tuvieron mucho deudo los condes de Urgel y los vizcondes de Cabrera, desde el tiempo del conde don Pedro Fernandez de Trava, que casó con doña Mayor la hija de Armengol conde de Urgel, hermana del conde Armengol que llamaron de Castilla. Entregó entonces el vizconde don Guerao por mandado del rey á Ugo de Tarroja, y á don Guillen Ramon de Moncada senescal de Cataluña, sus castillos de Monsoriu, Monmagastre, Ager, Patania y Fenestres, para en seguridad que cumpliria lo que el rey le mandase en aquella pretension, y en aquel caso se le habian de volver los eastillos, y no queriendo pasar por lo que el rey ordenase, luego se habia de volver á la prision á la ciudad de Jaca, y ponerse en poder de Felipe de Bescos, dándole el rey salvo conducto desde Monzon hasta Jaca, y si no volviese á la prision, los castillos quedasen libremente al rey. Con estas condiciones fué puesto el vizconde en libertad, y apo❤ deróse entonces el rey de todo lo demás del condado.

CAP. LVIII. Que fué llevaða á Sicilia la reina doña Constanza, hermana del rey de Aragon, por el conde de la Proenza, y de la muerte del conde.

En fin del año de mil doscientos y ocho, vino á la ciudad de Barcelona don Alonso conde de la Proenza, hermano del rey de Aragon, y llevó al reino de Sicilia á la reina doña Constanza, con grandes compañías de ricos hombres y caballeros aragoneses y catalanes y del condado de la Proenza, y llegaron á Sicilia por el mes de febrero del año mil doscientos y nueve, y celebráronse las bodas y matrimonio, pero fueron muy desgraciadas y doloridas por la muerte del conde de la Proenza, y de muchos ricos hombres y varones de su compañía, que fallecieron en Palermo, por la contagion y mudanza del aire. Dejó el conde de la condesa su mujer nieta del conde de Folcalquer, un hijo que llamaron Berenguer, que sucedió siendo muy niño en el condado, y una hija que casó con el conde de Saboya.

CAP. LIX.-De la paz que entre si concordaron los reyes de Aragon y Navarra, y del nacimiento del infante don Jaime, hijo del rey don Pedro de Aragon.

Concordáronse los reyes de Aragon y Navarra, en todas sus diferencias, por la instancia que en ello hizo el rey de Castilla, porque con todo su poder y fuerzas estuviesen unidos para hacer la guerra contra los moros, y viéronse ambos reyes delante de Mallen en un campo, á cuatro del mes de junio del año de mil doscientos y nueve: iban con el rey de Aragon don Miguel de Luesia, don Lope Ferrench de Luna, y Aznar Pardo, y entonces el rey de Navarra prestó al rey veinte mil maravedís de oro, y se pusieron en prendas los castillos de Pina, Esco, Pitilla y Gallur, con sus villas, y se entregaron á don Jimeno de Rada, para que los tuviese hasta la fiesta de Navidad siguiente, con condicion que si para entonces no se pagase aquella suma de dinero, se pusiesen en poder del rey de Navarra, para que los tuviese libremente hasta ser pagado, y entonces se habían de volver al rey de Aragon, ó á cualquiera de sus hermanos que sucediese en el reino, que eran el infante don Alonso conde de la Proenza, y el infante don Fernando, y no se hace mencion del infante don Jaime hijo del rey, que era ya por este tiempo nacido. Estaba la reina lo mas del tiempo en la villa de Mompeller, y las veces que el rey iba allá, no hacia con ella vida de marido, y muy disolutamente se rendia á otras mujeres, porque era muy sujeto á aquel vicio. Sucedió que estando en Mirabal la reina, y el rey don Pedro en un lugar alli cerca junto á Mompeller, que se dice Lates, un rico hombre de Aragon, que se decia don Guillen de Alcalá, por grandes ruegos é instancia, llevó al rey á donde la reina estaba, 6 con promesa, segun se escribe, que tenia recabado, que cumpliria su voluntad una dama, de quien era servidor, y en su lugar púsole en la cámara de la reina, y en aquella noche que tuvo participacion con ella, quedó preñada de un hijo el cual parió en Mompeller, en la casa de los de Tornamira, en la víspera de la Purificacion de nuestra Señora, del año mil doscientos siete. Mandó luego la reina llevar al infante á la iglesia de Santa María y al templo de San Fermin, para dar gracias a nuestro Señor, por haberle dado hijo tan impensadamente; y vuelto á PaJacio, mandó encender doce velas de un mismo pe

so y tamaño, y ponerles los nombres de los doce apóstoles, para que de aquella que mas durase tomase el nombre, y así fué llamado Jaime. Pero no bastó esto para que el rey hiciese vida con la reina, ántes persistia en apartarse della y que fuesen separados por la sede apostólica; y sucedió un dia, que se lanzó por el sobrado una muy grande piedra, que dió en la cuna en que estaba el infante y la hizo pedazos, sin que él recibiese lesion alguna. Introdujo el rey la lite en Roma, y por el papa Inocencio tercero fué cometida la causa á ciertos prelados, que determinasen si era legítimo el matrimonio, y todavía anduvo el rey apartado de la reina, sin que hiciesen vida juntos. En este tiempo murió don Sancho rey de Portugal, que fué muy valeroso príncipe, y fué llamado el Poblador, porque restauró y edificó muchas villas y castillos muy fuertes en su reino, y ganó á Silves, lugar muy principal en el Algarbe junto al Océano, el cual tuvo cercado mucho tiempo, y durante el cerco fué socorri de Filipo conde de Flandes su cuñado, que le envió veinte y siete naves con gente muy lucida, que fueron gran parte para que aquella ciudad se rindiese.

CAP. LX-De la guerra que el rey don Pedro hacia á los moros del reino de Valencia de los cuales se ganaron los castillos de Adamuz, Castelfabib y Sertella. Estuvo el rey en Monzon en fin de marzo del año de mil doscientos diez, y mandó allí juntar sus ejércitos, para hacer guerra á los moros del reino de Valencia; y estaban con él, don Ramon de ¡Castellezuelo obispo de Zaragoza, don García obispo do Huesca, don García obispo de Tarazona, don Jimeno Cornel, don García Romeu, don Artal de Alagon, don Blasco Romeu, Pedro Sese, don Atho de Foces, don GuiHen de Cervellon, don Guillen de Peralta, Arnaldo Palacin, Arnaldo de Alascon y Adan de Alascon, don Atorella, don Sancho de Antillon, don Guillen de Moncada y don Guillen Ramon de Moncada senescal de Cataluña. Desta entrada ganó por combate y fuerza de armas, tres castillos muy importantes en las fronteras del reino de Valencia, que fueron Adamuz, Castelfabib y Sertella, y por esta frontera á donde estaba con el mayor cuerpo de su ejército, continuaba la guerra con grande furia: en la cual fue muy servido de don Pedro de Montagudo maestre del Temple y de los caballeros de aquella órden que se señalaron en el combate de aque llos castillos. Señalóse tambien en el combate de Castelfabib, don Atorella señor de Quinto, que era hijo de don Pedro Ortiz; y aquel dia en presencia del rey y del obispo de Zaragoza votó de entrar en la religion de los templarios, en manos del maestre del Temple. Entonces estando el rey en Villafeliz, á diez y nueve del mes de setiembre de mil doscientos diez, visto cuanto era nuestro Señor servido de aquella caballería del Temple y lo que se aumentaba en la conquista de los moros por su causa, y el grande valor que tenian en la guarda y defensa de lo que se les encomendaba y ponia debajo de su órden, el rey dió la ciudad de Tortosa á don Pedro de Montagudo, y á la caballería del Temple, con el Azuda y todas las fuerzas que en ella habia, sin retenerse sino el supremo domínio; y porque en este mismo año habia dado á Tortosa á don Guillen de Cervera y á Ramon de Cervera durante su vida, proveyó que la tuviesen por la caballería del Temple é hiciensen al maestre los homenajes. Estaban con el

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