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a don Sancho que le sucedió en el reino, y al in- | cruel y sangrienta, y en ella quedó vencido el rey don fante don Fernando, que le arrastró un caballo, y Alonso, y los suyos. Fué esta batalla á diez y ocho del murió sin dejar hijos. Tuvo tres hijas, la primera lla- mes de julio, del año mil y ciento y noventa y maron Berenguela, que casó con Ricardo rey de In- cinco, de la cual sacaron al rey los suyos casi por fuerglaterra, y murió sin dejar sucesion, doña Teresa que za, y le pusieron en salvo, habiendo determinado de murió doncella, y doña Blanca, que casó con Tibal- morir en el campo peleando. do conde de Champaña, padre de Tibaldo que sucedió despues en el reino de Navarra.

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CAP. XLVII. De la muerte del rey don Alonso de Aragon, y como dispuso de sus señorios.

Por el mes de marzo del año siguiente, estando el rey de Aragon en Zaragoza, se procuró de reducir á su obediencia á don Pedro Jimenez de Urrea, que se tenia por agraviado dél; por le haber quitado el honor de algunos lugares que tuvo su padre, en los cuales pretendia suceder, y se concordó con él, por medio de don Artal de Alagon, alférez del rey, y de Jimen de Artusella, á quien habia hecho merced el rey del puerto de Salou y de otros heredamientos en el campo de Tarragona, que era muy favorido y privado suyo, y de Galindo de Antillon, Guillen de Agramonte, Jordan de Pina y de otros ricos hombres, y fué á su servicio. De allí partió para la ciudad de Lérida, á donde vinieron el maestre de la caballería del Temple, en las provincias de ultramar, que se decia fray Gilberto Horal, y Ponce de Rigaldo, maestre en el reino de Francia, y Arnaldo de Claramonte, que era maestre de la misma órden en la Proenza, y en algunas provincias de Es

Como en España cada dia iban perdiendo tierra los infieles, el miramamolin de África, que era el señor universal de los moros de poniente, llamado Jucef Mahozemut, enviaba continuamente gente de guerra, para defender los reinos y señoríos que en ella poseía; y en este tiempo pasó gran poder y número de moros. Este Jucef era nieto de Abdelmon, principal caudillo de los moros, que se llamaron almohades, que se levantaron contra los almoravides en tiempo del emperador don Alonso rey de Castilla, y los echaron del señorío de África, siendo reyes y señores de toda la tierra. Fué vencido y muerto su rey Abohali, y quedaron apode rados en el señorío de toda África, y pusieron la silla de su imperio en Marruecos; y en el tiempo del mismo rey de Castilla pasaron á España y quedaron pacíficos señores de todos los reinos y señoríos que los almo-paña; y ante ellos y en presencia de Pedro de Colonge ravides en ella poseian, sin hacer entónces otro daño en tierra de cristianos. Estos almohades con su miramamolin Jucef, llegaronjá Sevilla con gran ejército, y la ocuparon, y de allí movieron por la campiña de Córdoba, y pasaron adelante hasta llegar á la sierra, de la cual se enseñorearon, ganando los mejores lugares y castillos que por ella habia. Era tan grande el poder del miramamolin, que quedaron debajo de su señorío los reinos de Tremecen, Marruecos, y Tunez, y toda la Andalucía, y nunca pasaba á España, segun el rey don Alonso el diez escribe, con ménos de cien mil de caballo, y en esta sazon tenia muy grande disposicion de hacer mucho daño en la conquista contra los reyes de España; señaladamente por tener el rey de Castilla guerra con los reinos de Leon, Portugal y Navarra, y algunas veces con el de Aragon, y era tan grande la miseria de aquellos tiempos, que segun el mismo rey don Alonso el diez escribe, pasaban con el miramamolin, y se juntaban con él unas veces ricos hombres, y otras el infante don Pedro de Portugal, y el rey de Navarra; y esto no nos causa tanta admiracion, como cuando oimos, que el conde Julian trajo los moros á España, porque fué causa de su perdicion, y si bien lo considerásemos, no es ménos de maravillar, pues estuvo en este tiempo tan cerca de perderse, porque el rey don Alonso no era mas de rey de Castilla y de Toledo. Pero él fué de tanto valor, y en la necesidad sus ricos hombres le sirvieron con tanta lealtad, que pudo resistir á la mayor pujanza de la morisma de aquellos tiempos, aunque se vió en tanta tribulacion y peligro. Cuando supo que los moros venian con propósito de pasar adelante por estorbar el grande daño y estrago que en la tierra hacian, ayuntó toda la gente que pudo, y movió contra ellos por les dar batalla, caminando muy apresuradamente á les tomar el paso, por donde pensó que habían de entrar, y llegó hasta la villa de Alarcos con demasiado ánimo, no queriendo esperar á sus gentes que le iban á servir en aquella guerra, y hubo batalla entre ellos; la cual fue muy

comendador de Tortosa, y de Bernardo de Soron comendador de Garden y de Ramon de Garob, y Ponce Menescal, comendadores de Monzon, y de Ramon Ferradella comendador de Corbins, y de fray Folch comendador de Azcon, dió el rey á su órden las villas y castillos de Alhambra y Orrios, y la Peña de Ruy Diaz, que se dijo tambien la Peña del Cid. Esto fue por el mes de abril, de allí partió el rey para Barcelona, y pasó á Perpiñan, á donde fué agravado de una larga dolencia, de la cual falleció, á veinte y cinco de abril del mismo año, teniendo sus reinos y señoríos en grande paz, no solamente los desta parte de los montes Pirineos, pero el condado de la Proenza, y los otros estados de Francia, reconociéndole como á señor soberano en todo Bearne, Cascuña, Bigorra, Comenge, Carcasona, Beses, y Mompeller. Tuvo de la reina doňa Sancha tres hijos, al infante don Pedro, que quedó sucesor en el reino de Aragon, y en el principado de Cataluña, y en los condados de Rosellon y Pallás, y en todo el derecho que le pertenecia desde la ciudad de Beses, hasta los puertos de Aspa; y al infante don Alonso, que fué instituido heredero en el condado de la Proenza, Aimillan, Gavaldan y Redon, y en el derecho que le competia sobre Mompeller, de que el señor de aquella villa le habia hecho reconocimiento. Al tercero hijo, que llamaban Fernando, dedicó para que fuese monge de la órden de Cister en el monasterio de Poblete, que él habia dotado de grandes rentas, y se comenzó á fundar en tiempo del príncipe don Ramon su padre, á donde el rey don Alonso se mandó enterrar; y fué de allí adelante dedicado para las sepulturas de los reyes de Aragon, como antes lo había sido el monasterio de San Juan de la Peña. Dejó al infante don Pedro debajo del poder y tutela de la reina doňa Sancha su madre, ordenando que ella gobernase y poseyese sus estados y reino, hasta que fuese de edad de veinte años. Tuvo cuatro hijas, de que en su testamento no hace mencion: la primera doña Costanza, que estaba casada con Emercio rey de Ungría, que des

pues casó con el emperador Federico rey de Sicilia, y doña Leonor, y doña Sancha, que casaron con padre, é hijo, ambos condes de la ciudad de Tolosa, y doña Dulce, que fué monja del monasterio de Jijena, de la órden de San Juan, que es una muy insigne y real casa que él y la reina doña Sancha su mujer, fundaron cerca de Sariñena, junto á las riberas del rio Alcanadre, de religiosas, hijas de ricos hombres y caballeros principales. Por enmendar el rigor del testamento de la reina doña Petronila su madre, que en la sucesion del reino de Aragon excluyó las hijas, admitió las suyas, en caso que muriesen sus hijos sin dejar herederos varones, y las llamó á la sucesion del reino. Fué príncipe muy piadoso y caritativo, y dejó grandes rentas á los monasterios y órdenes de su reino, principalmente á los del Temple y San Juan, y era tan honesto en su vida y costumbres, que mereció sobrenombre de Casto. En el mismo año que falleció el rey don Alonso hubo gran hambre y pestilencia en el principado de Cataluña.

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CAP. XLVIII. De las cortes que se convocaron en la villa de Daroca, á donde tomó el infante don Pedro la posesion del reino.

cef, despues que supieron que era vencido en Alarcos se recogieron y comenzaron de hacerle guerra dentro en su reino; y entonces el rey Jucef pasó con muy poderoso ejército á poner cerco sobre Toledo, y llegó á cercar á Cuenca. Por esta entrada de los moros, el rey don Pedro mandó juntar toda la gente de guerra en Daroca, que era la principal fuerza de sus fronteras contra los moros y la mas importante. En el año siguiente en el reino de Aragon y principadojde Cataluña, comenzaron algunas disensiones y discordias entre los ricos hombres que se partieron en dos bandos, por las diferencias que había entonces entre Armengol conde de Urgel, y Ramon Roger conde de Fox; el cual con los caballeros de su parcialidad entró hasta Urgel y tuvo la ciudad cercada, y la entró por fuerza de armas, y hizo mucho daño y estrago en aquellas comarcas, de que se siguieron grandes novedades y alteraciones en Cataluña.

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CAP. XLIX. De la discordia que se movió entre el rey don Pedro yla reina doña Sancha su madre y de las vistas que sobre esto hubo, entre los reyes de Castilla y Aragon y de la concordia que alli se capituló.

Á diez y seis de mayo deste mismo año, se cele En este tiempo, siendo el rey de Aragon de edad braron en Zaragoza las honras y exequias del rey don para regir sus reinos, estando en Zaragoza vinieron á Alonso, y el mismo dia fueron por el infante don Pe- su corte el obispo don Ramon de Castellezuelo, fray dro su hijo, confirmados los fueros, usos, costum- Pedro de Montagudo, maestre del Temple, don Jimebres y privilegios del reino de Aragon, que el rey don no Cornel mayordomo del rey, don Miguel de Luesia Alonso el primero y el rey don Ramiro y el príncipe alférez, don Blasco Romeu, don Guillen de Castelledon Ramon Berenguer les habian concedido estando zuelo, don Bernardo de Benavente, Atorella, Pedro presentes don Ramon de Castellezuelo obispo de Zara- Sese, don Artal de Alagon, don Pedro Gutierrez, Asagoza, don García Frontin obispo de Tarazona, don lido de Gudal, Guillen de Tarba repostero del rey y Gombal obispo de Lérida, don Ricardo obispo de otros ricos hombres y mesnaderos, y comenzó por su Huesca, don Fernan Ruiz de Azagra, que sucedió en persona á entender en el gobierno y administracion el señorío de Albarracin á don Pedro Ruiz su hermano, de la justicia. Pero desde el principio de su reinado don Guillen de Castellezuelo, mayordomo de la corte nació gran disension y discordia entre él y la reina del rey, señor en Huesca, don Pedro Ladron alférez, doña Sancha su madre, de que se recrecieron granseñor en Teruel, don Artal de Alagon, don Pedro des alteraciones en el reino, y la reina estuvo con muCornel, don Jimeno Cornel, don Berenguer de Enten- cho temor y recelo de su hijo y no fué tan servida za señor en Calatayud, don Martin Perez de Villel ni acatada de sus privados y ministros, como fueseñor en Foces, don García Ortiz señor en Aranda, ra razon; y no se fiaba de su hijo y se habia recodon Pedro Jimenez de Urrea señor en Urrea, García gido á los lugares fuertes, que eran suyos, que se hade Albero, Miguel de Santacruz, don Jimeno de Rada, bian alzado por ella, apartándose de la obediencia don Bernardo de Benavente, Ramon de Estada, y y señorío del rey. Por causa desta discordia se vieotros ricos hombres y caballeros del reino; y para el ros los reyes de Aragon y Castilla, y la reina doña mes de setiembre siguiente, fueron llamados á cortes Sancha en Hariza, el último dia del mes de setiembre en la villa de Daroca los prelados y ricos hombres, del año de mil y doscientos; y allí se concordaron, que mesnaderos y caballeros y procuradores de las ciudala reina dejase los castillos y villas de Hariza, Embides y villas del reino; y fué á ellas la reina doña San- te y Epila, que por estar en la frontera de Castilla, cha, con el infante don Pedro su hijo. De voluntad y y ser importantes, eran ocasion de recelarse el rey de consentimiento de la reina y de la corte, tomó el in- Aragon de su madre, y harta parte de sus diferencias, fante la posesion del reino y se intituló rey, y tornó porque se conocia que la reina queria tener libre ená confirmar generalmente á todo el reino y á los partrada y salida para las cosas de Castilla; y entonces ticulares dél sus fueros, costumbres y privilegios. la reina con voluntad del rey de Castilla su sobrino, Tomó entonces á su mano todos los honores y feudos alzó la mano de aquellas fuerzas, y por bien de paz de las ciudades y villas de la corona real que tenian y concordia, el rey le dió la villa de Azcon, y el castiles ricos hombres, para los repartir y confirmar, se- Hlo y ciudad de Tortosa, y otras villas y castillos de gun le pareciese, y confirmó á Fortuño Cabeza, maes- Cataluña, que el rey don Alonso le babia señalado por tre del Hospital en el reino de Aragon y aquella orden, contemplacion de su matrimonio. Estuvieron con el la concesion que su padre por su testamento les rey en estas vistas don Pedro Fernandez de Azagra hizo de la villa y castillo de Samper de Calanda. En señor de Albarrazin, que sucedió por este tiempo en el principio de su reinado, se puso toda la gente de aquel estado á don Fernan Ruiz su padre, don Guillen guerra en órden, porque el rey determinó de socorrer de Castellezuelo, don Jimeno Cornel, don Bernardo al rey don Alonso de Castilla, que tenía sus reinos en de Benavente, don Jimeno y don Miguel de Luesia, don el postrer peligro, al tiempo que el rey don Alonso de Jimeno de Rada, don Pedro Jimenez de Urrea, don Leon y el rey don Sancho de Navarra, que habian Pedro Ladron, don Lope de Valtierra, don Jordan de ofrecido de hallarse con él á dar la batalla al rey Ju-Peralta, y Asalido de Gudal. Quedaron entonces con

buena concordia, porque el conde su hermano era muy mozo y mal gobernado. Ambos tuvieron por bien, hallándose el rey presente, que hubiese treguas, y dejar su diferencia á lo que él determinase, con consejo de los condes de Narbona y Tolosa, y de ciertos prelados. Fué declarado, que el rey tomase á su mano á aquella villa y castillo, y la tuviese por ambos condes á costa del de la Proenza; y si él, ó Garsenda su mujer muriesen sin dejar hijos, volviese al conde Guillermo; adjudicó las salinas y puertos de Tarascon al conde de la Proenza, y los demás hasta Lombardía, que hubiese en aquellos estados, que fuesen comunes. El rey encomendó el castillo á Guerao de Vilanova, para que lo tuviese en su nombre, perdonó generalmente el conde de Folcalquer á los de Sistarico, que se le habian rebelado, y con esto quedaron conformes, y confederándose para servir al rey de Aragon; y detúvose en Aguasmuertas; y en su comarca hasta el verano de mil doscientos y cuatro, ordenando que se armasen algunas galeras para pasar con ellas á Roma, como lo tenia deliberado. Parece por memorias antiguas, que en este mismo año se vió el rey con el rey de Castilla, en el campillo que llamaban Susano entre Agreda y Tarazona, y que fueron estas vistas para concertar las diferencias que tenian sus súbditos, sobre la division de los términos de aquellas fronteras, y nombráronse dos ricos hombres del reino de Aragon, y otros del reino de Castilla, los que fueron nombrados por Aragon, fueron don García Romeu, y Pedro Sese, y fueron á ponerse en Verdejo, y los que venian por el reino de Castilla se juntaron en Sauquillo, y con ellos se hallaron diversas personas de Tarazona y Agreda, y de los otros consejos de aquellas fronteras. Todos éstos se fueron á juntar por mandado de los reyes en la Laguna Rota, que estaba entre Verdejo y Sauquillo, y allí declararon en conformidad, que se incluia en el reino de Aragon todo el monte de Moncayo, por las vertientes de las aguas

formes madre e hijo, y este mismo año casó la infan- | la Proenza, y en Aguasmuertas trató de reducirlos á ta doña Leonor hermana del rey, con don Ramon conde de Tolosa. Pero no pasó mucho que volvieron á la misma contienda, quebrando el rey el asiento y concordia que habian tomado, mas interpúsose todo el reino entre ellos para los poner en paz, y por medio de algunos ricos hombres que fueron don Berenguer de Entenza, don Guillen de Castellezuelo, don García Romeu, don Guillen de Cardona, Alberto de Castelvell, y Ramon de Vilademuls, se vieron en Daroca por el mes de noviembre de mil doscientos y uno, y queda ron concordes y bien avenidos. Estos ricos hombres hicieron pleito homenaje á la reina, que el rey su hijo la trataria de allí adelante con el acatamiento y reverencia que se le debia, y seria amparada en la posesion de las villas y castillos que le había dejado el rey don Alonso su marido. Con esto la reina mandó á los alcaides, que en su nombre estaban en su estado, que hiciesen homenaje por ellos al rey. En esto tambien intervinieron don Ramon de Gurb, maestre de la caballería del Temple, y don Jimeno Lavata, que se llamaba maestre de Amposta, don Jimeno Cornel, don Garci Ortiz, don Artal de Alagon, Pedro Sese, don Miguel de Luesia, Arnaldo Paladin, y Arnaldo de Foya. Año de mil doscientos y dos, á diez y nueve de junio, hubo un reencuentro en el campo de Agramonte en Cataluña entre don Ramon de Cervera, y los vecinos de aquella villa de Agramonte y en él fué vencido don Ramon, teniendo consigo cuatro mil peones; y alguna gente de á caballo armados de lorigas, y fué desbaratado de solos ochocientos peones que tenian los de Agramonte. Este año el primero del mes de noviembre se mudaron los monjes de la órden de san Bernardo, que residian en el monasterio que se fundó en la casa de Junqueras como dicho es, y se pasaron al lugar de Rueda, que está sobre las riberas de Ebro junto al lugar de Escatron que les habia dado el rey don Alonso. En el año siguiente de mil doscientos y tres, Ramon Roger conde de Fox, y Arnal de Castelbó, y otros barones de Cataluña de su bando, fueron rotos y presos, siendo cin-hácia Aragon, y como van á salir á la Laguna Negra, y cuenta de caballo, y quinientos de pié, por el conde de Urgel, y fué esta victoria á veinte y seis de febrero.

CAP. L. — De la ida del rey de Aragon á la Proenza, por concordar al conde don Alonso su hermano, y al conde de Folcalquer, y de la concordia sobre lo limites deCastilla y Aragon, á la parte de Moncayo.

Por este tiempo se habia movido en la Proenza grande discordia, entre el conde don Alonso hermano del rey, y Guillermo conde de Folcalquer, que era tio de Garsenda, mujer del conde don Alonso. Este matrimonio se habia concertado con el conde Guillermo en vida del rey don Alonso, y concluido el desposorio, y muerto el rey, el conde de Folcalquer se alzó con algunos lugares y derechos del estado, y dote de su sobrina. Sucedió que teniendo á su mano la villa y castillo de Sistarico, que pertenecia á la condesa su sobrina, estando apoderado della los vecinos mataron á los que tenia en su guarda, y recibieron dentro la gente del conde de la Proenza, y juráronle por señor, de que se siguió gran disension y guerra entre ellos, ayudando al conde de Folcalquer, el conde don Sancho tio del rey de Aragon, á quien el rey dió el condado de Rosellon, Ugo de Baucio, Ramon de Baucio, Pedro de Nigela, y Ponce de Monlauro, que eran muy poderosos en aquella tierra y muchos señores del reino de Francia. Por causa desta guerra, el rey partió para

de allí á Peña Amarilla, y á las Peñas Royas, y al Cam-
pillo Susano, y á la Peña Melgrana, y Piedrahita, que
de Castilla y Aragon.
eran mojones que partian los límites entre los reinos

CAP. LI.—Que el rey fué con su armada á Roma, á don-
de le coronó el papa Inocencio y constituyó por esto su
reino censatario á la Iglesia.

Los reyes de Aragon no acostumbraban antiguamente recibir la corona del reino al principio de su reinado, con las ceremonias y pompa que despues se usaron, salvo armándose caballeros, cuando eran de edad de veinte años, ó al tiempo que se casaban. Desde entónces tomaban título de reyes, y comenzaban á entender en el regimiento de su reino en guerra y paz, con consejo y parecer de los ricos hombres de la tierra. Pareció al rey don Pedro, que convenia á la dignidad de su estado, coronarse con la solemnidad y fiesta que se requeria á príncipe que tiene el poder que represen➡ ta supremo señorío, y ordenó de recibir la corona de mano del sumo pontifice, y que se diese tal concesion, que sus sucesores la pudiesen recibir del arzobispo de Tarragona, que era el metropolitano de su reino, como se usaba en otros reinos y señoríos de la cristiandad. Aficionóse á esto, por ser entonces pontifice Inocencio tercero, varon de gran religion y santidad, que en este mismo tiempo habia promulgado muchas de

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cretales, entre las cuales era una, que cuando quiera | adonde con gran solemnidad y ceremonia, fué el rey que un príncipe delinquía contra otro, pertenecia la ungido por manos de Pedro obispo portueni, y el papa correccion y castigo del tal delito al sumo pontifice, y le coronó luego y mandó dar las insignias reales, que otra que declaraba, que aquel era verdaderamente llamaban manto, colobio, cetro, globo, corona, emperador, á quien el papa mandaba fuese dada la tra, que algunas dellas apénas se entienden, y recibió corona del imperio. Este pontifice tenia gran aficion á dél juramento corporal, por el cual ofreció, que siemlas cosas del reino de Aragon, y favoreció en la conquis- | pre le seria fiel y obediente, y á todos sus sucesores cata y guerra de los moros al rey con muchas gracias tólicos y á la Iglesia romana, y conservaria su reino espirituales. Considerando el rey esto y la devocion fielmente en su obediencia, defendiendo la fé católica que los reyes sus antecesores tuvieron á la santa sede y persiguiendo la herética pravedad y guardaria la liapostólica romana y que el rey don Ramiro el primero bertad é inmunidad eclesiástica, y ampararia sus deconstituyó su reino tributario á la Iglesia, determinó rechos en toda su tierra y señorío, y procuraria guarde ir á recibir la corona del papa, como de señor sobe- dar en ellos paz y justicia. De San Pancracio volvió el rano en lo espiritual y que tenia en la tierra las veces papa al palacio de San Pedro, y cabe él iba el rey con de Cristo, como vicario suyo, y porque la principal em- aquellas insignias reales, con grande fiesta y regocijo presa que habia determinado seguir, era la conquista del pueblo romano, y entrando en la capilla de San Pede las islas de Mallorca y Menorca, propuso de pasar dro, puso el rey sobre el altar el cetro y diadema, y por Génova y Pisa, para tratar con aquellas señorías, tomó la espada de mano del papa armándose caballeque se pusiese entre sus tierras y estados paz y tregua, ro, y ofreció allí su reino á San Pedro príncipe de los y con su ayuda mas facilmente se hiciese la guerra á apóstoles y al papa y sus sucesores, para que fuese cenlos moros, y envió por esta causa sus embajadores al satario de la Iglesia, como ya se habia hecho otra vez papa, para que le suplicasen; tuviese por bien de en- en tiempo del rey don Ramiro el primero, y dello entreviar un cardenal por legado, que con autoridad de la gó entónces instrumento al papa, para que le recibiese sede apostólica interviniese en aquella concordia que debajo del amparo y proteccion de la sede apostólica, pensaba asentar entre los pisanos y genoveses. Recibió obligándose de pagar en cada un año perpetuamente, el papa esta embajada muy benignamente y respondió doscientos y cincuenta mazmodines en servicio y recoal rey, que pues de su voluntad podia estar bien con- nocimiento de la gracia y merced que habia recibido en fiado y cierto, le estaria mejor, que hiciese su viaje ser coronado por sus manos. Despues desta pompa y derecho camino á Roma, porque en su presencia seria solemine coronacion, mandó el papa que fuese acommejor instituido de lo que convenia á aquella empresa,pañado de muchos cardenales, y de los señores roma

y con mas estimacion y favor de la sede apostólica, podria a la vuelta tratar con los pisanos y genoveses y concluir lo que deseaba mas fácilmente, mediante el legado que se le daria. Tratábase en la misma sazon por medio del papa matrimonio entre Federico rey de Sicilia y doña Costanza hermana del rey, reina de Ungría, por la muerte de Emerico su marido, del cual, segun en los anales de Ungría parece, quedó un hijo, que se llamó Ladislao, que vivió pocos meses, puesto que el arzobispo don Rodrigo afirma, que de aquel matrimonio no hubo hijo ninguno, y en la misma sazon iban embajadores del rey Federico al papa, para concordar lo deste matrimonio, y con esta respuesta el papa despidió á los embajadores del rey, á trece del mes de agosto, deste año de mil y doscientos y cuatro. Partió el rey de la Proenza con cinco galeras y con buena armada de navíos y fue muy acompañado de barones catalanes y proenzales, y entre ellos se nombran el arzobispo de Arles, el Preboste de Magalona, el electo de Montemayor, don Sancho tio del rey, hermano del rey don Alonso, Ugo de Baucio, Trogellin de Marsella, Arnaldo de Foxa, y salió á tierra en el puerto de Génová, á donde se le hizo grande recibimiento y fiesta: De allí siguió su viaje, y entró en el puerto de Hostia en el mes de noviembre del mismo año, y surgió á la isla que hacen los brazos del Tibre, entre el puerto y el lugar de Hostia, adonde le salieron á recibir algunos cardenales con el senador de Roma y otros señores romanos, que le acompañaron hasta llegar al palacio de San Pedro, y allí hizo reverencia al papa y fué aposentado en el mismo palacio, en la casa de los canónigos. Al tercero dia que era la festividad de la Presentacion de nuestra Señora, salió el papa del palacio de San Pedro acompañado de los cardenales y obispos y clero, y del senado, maestres justicieros, condes y caballeros y pueblo de la ciudad de Roma, y fué al monasterio de San Pancracio de la otra parte del Tibre,

TOMO IV.

nos por la ciudad, hasta llevarle á la iglesia de San Pablo, á la ribera del Tibre, á donde estaban sus galeras, y entrando en ellas se hizo á la vela, y no se hace mencion por nuestros autores, ni hallo en las memorias de aquellos tiempos que se tratase lo de la empresa y conquista de Mallorca, como lo tenia deliberado, ni que se concluyese lo del matrimonio de la reina de Ungría con el rey de Sicilia, aunque esto despues se efectuó. Entónces fué concedido por el papa Inocencio, que cuando los reyes de Aragon quisiesen coronarse, pidiéndolo primero á la sede apostólica, de mandamiento especial fuesen coronados en la ciudad de Zaragoza, por manos del arzobispo de Tarragona, prestando caucion idónea de cumplir lo que se había por el rey don Pedro otorgado, concediendo que por la misma forma fuese celebrada la coronacion de las reinas. Escribe el autor de la historia general de Aragon, que entonces el papa por honra de la casa de Aragon ordenó, que el estandarte de la Iglesia que llaman confalon, fuese divisado de las colores y señales de los reyes de Aragon. que eran las armas de los condes de Barcelona, variadas de listas de oro y colorado, y esto tambien se confirma por otro autor mas antiguo, que fué en tiempo del rey don Jaime el Conquistador, y juntamente con esto tambien afirma que el rey cedió al papa el derecho que tenia del patronazgo de todas las iglesias de su reino, y concedió á los prelados y capítulos, que pudiesen elegir libremente sin su consentimiento, lo que ántes no se solia permitír, de lo cual ninguna mencion se hace en el reconocimiento que se hizo al papa Inocencio. Deste censo y reconocimiento que el rey hizo al papa, vuelto á su reino mostraron los ricos hombres y caballeros muy gran descontentamiento, y protestaron que no les pudiese causar perjuicio, y segun en la historia general se refiere, el rey se escusó con decir, que él solamente habia renunciado su derecho y nó el dellos, y fué esto cansa, que muchos años despues puso

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en gran turbacion y trabajo al rey don Pedro su nieto, procediendo el papa contra él á privacion de su reino, como contra vasallo y súbdito de la Iglesia. Estos mismos autores escriben, que el rey se vino á la Proenza, porque supo que el conde de Folcalquer quebrantando la paz que tenia con el conde de la Proenza, le habia prendido con gran traicion, y ayuntó todos los barones y caballeros proenzales, y con su ejército hizo cruel guerra en el condado de Folcalquer, y libró á su her

mano.

CAP. LII. -- Del servicio que se impuso en el reino de Aragon y Cataluña que llamaron el monedaje.

Vuelto el rey á sus reinos, hubo grandes discordias y alteraciones, así en Cataluña como en Aragon, por la guerra que entre sí tenian los condes de Fox y Urgel, y el rey estuvo en Jaca con gente de guerra en principio del mes de agosto del año de mil doscientos y cinco, y fue muy acompañado, y con gran corte, porque se habia de ver con el rey de Inglaterra, é iban con el rey don Ramon de Rocaberti arzobispo de Tarragona, don Gombal obispo de Tortosa, don García obispo de Huesca, don Ramon obispo de Zaragoza, Arnaldo de Alascon mayordomo del rey, Iñigo Martinez de Sobiza señor en Borja, don Artal de Alagon, don García Romeu, á quien el rey hizo entonces merced del castillo y villa de Pradilla, don Jimeno Cornel, Pedro de Pomar, Asalido de Gudal, Adan de Alascon, Aznar Pardo, Pedro de Alcalá, Atho de Foces, Rodrigo de Estada, Bernardo de Benavente, Pedro Sese, Jimeno do Luesia. Fué el rey don Pedro muy pródigo, y de las rentas reales hacia grandes mercedes, disminuyendo y menoscabando su patrimonio, y de aquí se vino á tratar de imponer en la tierra nuevas exacciones y tributos, é introducir un nuevo género de servicio, que llamaron el monedaje, en todo su reino y señorío, y estando en Huesca en fin del mes de noviembre del mismo año, se despacharon provisiones para todo el reino. Este servicio se impuso en Aragon y Cataluña, y se repartió por razon de todos los bienes muebles y raices que cada uno tenía, sin eximirá ninguno aunque fuese infanzon, 6 de la órden del Hospital, 6 de la caballería del Temple, ó de otra cualquier religion, y tan solamente se eximian los que eran armados caballeros, porque en aquelios tiempos se preciaban mas los reyes y grandes scores de la regla y orden de caballería. Pagábanse por los bienes muebles á razon de doce dineros por libra, exceptuándose ciertas cosas, y era muy grave género de tributo. Por esto, y por causa del censo que nuevamente se habia reconocido á la sede apostólica, y por el patronazgo que el rey habia renunciado, se concordaron y confederaron por la conservacion de la libertad y defensa della los ricos hombres y caballeros, y la ciudad de Zaragoza con las otras ciudades y villas del reino, y de allí adelante aquel género de servicio fué des pues con voluntad del reino concedido mas limitada y moderadamente.

CAP. LIII. — De la guerra que los reyes de Castilla y Aragon hicieron contra el rey de Leon.

Despues que el rey de Castilla perdió la batalla de Alarcos, en la cual fue vencido de los moros con tanto peligro de su reino como se ha referido, tuvo grande queja de don Alonso rey de Leon su primo, y de don Sancho rey de Navarra, porque confederándose en uno despues de aquella victoria, entraron con gentes de guerra por su reino. El rey de Leon entró por tierra de

Campos, y el de Navarra por Soria y Almazan, haciendo gran daño y estrago en su tierra. El rey de Aragon, desde que comenzó á reinar tuvo con él paz y amistad, ofreciendo de valerle en la guerra de los infieles. Con esto pudo el rey de Castilla no solo resistir al rey de Leon, pero entrar en su reino, y tomóle entónces á Bolaños, Valderas, Castroverde, Valencia, el Carpio y Paradinas, y otros castillos. Por causa destas guerras Jucef miramamolin de los moros, que era rey de Marruecos', y tenia el señorío universal de toda la morisma de España, entró por la tierra de los cristianos adelante, y puso cerco sobre Talavera, Maqueda, y Toledo, que se defendieron con gran valor, pero destruyó á Santolalla, y otros lugares que no tenian defensa. Pasó en esta sazon á Castilla el rey de Aragon, por favorecer al rey don Alonso, que estaba muy acosado en la guerra de los moros, y por valerse contra el rey de Leon su adversario, y pasando de Avila ambos reyes, prosiguieron el camino para el reino de Leon con grandes huestes, y tomaron muchas villas y castillos hasta llegar á Astorga, y volviendo por tierra de Salamanca y Avila, que eran del reino de Leon, hicieron gran daño en aquellas comarcas. Despues desto concordáronse los reyes de Leon y Castilla, mediante el matrimonio de doña Berenguela hija del rey de Castilla, con el rey de Leon, habiéndose apartado el rey de Leon de doña Teresa hija de don Sancho rey de Portugal, por autoridad de la sede apostólica, de la cual tuvo dos hijos, y dióle el rey de Castilla las villas y lugares que habia tomado de su reino; y todos tres juntos entraron por el reino de Navarra y ganaron á Roncesvalles y Aivar, que pretendia el rey don Pedro de Aragon ser suyos, y le fueron entonces restituidos, y ganaron otros muchos lugares de Alava y Guipuzcoa. Era el rey de Leon tan bullicioso y de poca firmeza y constancia en lo que prometia, que aprovechó poco el deudo que con el rey de Castilla se habia renovado, y no pasó mucho tiempo, que comenzó á revivar la contienda que con los reyes de Castilla tuvieron sus antecesores, sobre los límites de su señorío, pretendiendo que lo que el rey su suegro le había dado, era propio patrimonio suyo, pero el rey de Castilla por tenerle cierto y seguro, con recelo de la guerra de los moros y navarros, concordose con él, y viéronse en Cabreros. Esto fué por el mes de marzo de mil doscientos y seis, á donde quedó asentado, que el rey de Castilla diese al infante don Fernando su nieto, hijo del rey de Leon, que nació pocos dias antes, á Monreal, Carpio, Almansa, Castroteva, Malderas, Bolaños, Villa Frechosa y los Sieros, y que la reina doña Berenguela su madre le diese á Cabreros, y los castillos de sus arras, que eran en Galicia, San Pelayo de Lodo, Aguilares de Mola, Alba do Bunal, Aguilar de Pedrajo; y en tierra de Campos, Vega, Castrogonzalo, Valencia, y el castillo de los judíos de Mayorga, Villalugan y Castroverde; y en Somozas, Colle, Portilla, Aillon y Peñafiel; en Asturias, Siero cerca de Oviedo, Aguilar, Gonzon, Tudela, Curiel, la Isla, Lugaz, Ventosa, Buanga, randa de Mieva, Buraon, Peñafiel de Ailer, Santacruz de Vucn, con que el rey de Leon le diese á Luna, Arbuzo, Gordon, Herrera, y allende destas villas á Tiedra y á Alba de Aliste, que tuviese por juro y heredad, y le mandase prestar los homenajes como á heredero suyo después de sus dias en el reino de Leon. En todos estos lugares, que eran en aquel tiempo del reino de Leon, se habian de poner alcaides vasallos y naturales del mismo reino, que hiciesen homenajes por

Mi

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