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derechos, que estaban en poder del emperador. Para mayor seguridad prometieron, que no acogerian ni favorecerian en sus reinos á ninguno de los súbditos y naturales del príncipe de Aragon contra su voluntad. Esto se concordó en presencia del conde don Ponce, y de don Gutier Fernandez, y de Ponce de Minerva, que juraron en nombre del emperador y del rey su hijo, que lo guardarian así y cumplirian, y de la parte del príncipe lo juraron, Arnaldo Mir conde de Pallás, y don Guillen Ramon de Moncada.

CAP. XI.-Del reconocimiento que el vizconde Trencabello hizo al principe de Aragon por las ciudades de Carcasona y Rodes.

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En este año el príncipe de Aragon fué á Narbona por concordar las diferencias que tenia con Trencabello vizconde de Beses y Carcasona sobre aquellos estados, el cual por el mes de noviembre deste año se redujo á la obediencia del príncipe, y fué à Narbona. Entónces el príncipe dió al vizconde la ciudad de Carcasona y todo el Carcases, con sus castillos y fuerzas, y la ciudad de Rodes, y todo el vizcondado, con el castillo de Laurac, para que lo tuviese por él en feudo, y el vizconde se hizo su vasallo, y prestó homenaje y juramento de entregarle la posesion y fuerzas de aquellos estados siempre que se las pidiese, como se habia concordado en tiempo del vizconde Bernardo Athon. Vuelto el príncipe de Aragon á su reino, segun en memorias antiguas parece, en fin deste año salió con su ejército para ir en socorro de Lobo rey de Valencia, que era su vasallo, y no se cuenta otra cosa en particular desta empresa, sino que era contra los mazmutes, que era una parcialidad de moros muy poderosos enemigos del rey Lobo, y por el mes de marzo volvió á Zaragoza. CAP. XII.-Del nacimiento del infante don Ramon, hijo primogénito de la reina doña Petronila y de lo que la reina ordenaba cerca de la sucesion de su reino.

En el año de mil ciento y cincuenta y dos, parió la reina doña Petronila en la ciudad de Barcelona un hijo que se llamó don Ramon todo el tiempo que vivió el príncipe su padre, y despues se llamó don Alonso, y estando en dias de parir, ordenó su testamento á cuatro de abril, en el cual dejaba al hijo, que naciese, heredero en todo el reino de Aragon, de la mismna manera que lo habia tenido el emperador don Alonso su tio, que nunca hiciera por ninguna ciudad ni villa de sus reinos que él heredara 6 ganara de los infieles reconocimiento alguno á los reyes de Castilla, como el príncipe su marido lo habia hecho en su perjuicio: y ordenó, que durante la vida del príncipe se gobernase por él, y despues sucediese el infante su hijo, y en caso que muriese sin dejar herederos, volviese al príncipe don Ramon de la misma suerte que lo tuvo el emperador don Alonso. Es cosa notable, que en este testamento excluya de la sucesion de los reinos las hijas, declarando en él, que no quedando della hijo varon, el príncipe casase las hijas que tuviese conforme su estado, heredándolas, como era razon, y le quedase á él libre el reino, y nombró por sus testamentarios á don Guillen obispo de Barcelona, don Bernardo obispo de Zaragoza, Dodo obispo de Huesca, Garci Ortiz Ferriz de Lizana señor en Huesca, Guillen de Castelvell, y Arnaldo de Lercio.

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esto fué porqué don Cajal, que era gran señor en el reino, repartió en su vida los honores que tenia entre sus sobrinos, y á Lope Cajal, que como dicho es, murió en la batalla de Fraga, babia dado á Nájara, Begera, y Monreal, y á Fortun Iñiguez dió á Bilhorado, que se pobló entonces, y á Sancho Iñiguez se dió Grañon, y á Garci Cajal hijo de Fortun Garces Cajal, que fué muerto por los moros, cuando el emperador don Alonso ganó á Mequinenza, dió á Berroza, que se habia dado primero á don Pedro de Atares, que era tambien su sobrino, y entonces se dió á don Pedro la villa de Borja. Murió don Pedro, segun parece en memorias antiguas, á veinte y uno del mes de febrero deste año sin dejar hijos, y fué enterrado en el monasterio de Santa María de Veruela, que él habia fundado, y se habian traido religiosos á él seis años antes por el abad Bernardo, abad del monasterio de Escala Dei, del reino de Francia. Por su muerte los templarios y caballeros del Hospital pretendieron suceder en el señorío de la villa de Borja, porque se la habia dado don Pedro en su vida, y ellos la dieron en feudo á doña Teresa su madre, y por esta causa el príncipe fué á apoderarse della, y del castillo de Magallon, y concertose con ellos y dióles en recompensa de su derecho á Ambel con sus términos, y Alberit, y Cabañas, que está entre Novillas y Mallen, y dió su consentimiento al trueque que los templarios habian hecho con los del Hospital, y de Mallen por Novillas, y dejó á Borja y Tarazona á doña Teresa, para que las tuviese en su nombre, y las pudiese dejar despues de su muerte con la misma condicion á alguno de sus parientes. Intervinieron en esto con el príncipe estando en la Azuda de Borja el postrero de abril, el conde de Pallás, Alaman de Luna, Fortuño Sanz de Vera, Pedro de Santa Cruz, Sancho Abarca, y Gazo de Filera.

CAP. XIV. Que el principe de Aragon conquistó de los moros las montañas de Prades y Siurana, y ganó á Miravete.

Prosiguió el príncipe don Ramon, cuanto le dieron lugar los negocios y guerras de la Proenza y Navarra, la conquista de los infieles, extendiendo su señorío por las comarcas de los suesetanos, ilergetes, é ilergaones, que se acabaron de conquistar en su tiempo, y estaban ya apoderados los nuestros en todos los lugares de las riberas de Segre y Cinca, y el conde de Urgel, y don Guillen Ramon de Moncada, con sus gentes, ganaron gran parte de los castillos de las riberas de Cinca y Segre, y postreramente los castillos de Seros, Aytona, y Gebut. Pero quedaba cierta parte de montaña muy fragosa, entre Tarragona y Tortosa, hacia la costa de la mar, que llaman las montañas de Prades, entre los suesetanos y los ilergaones y estaban los moros rodeados y encerrados por todas partes, pero por la aspereza de aquellas sierras, y por los castillos que en ellas tenian muy fuertes, y haber muy espesos y grandes bosques muy vecinos á la mar, se detenian y defendian en ellos, y hacian mucho daño á los nuestros. Mandó el príncipe combatir primero la mayor fuerza que llaman Siurana, que es un castillo muy enriscado en lo alto y mas encumbrado de aquellos montes, que está asentado en una montaña tan alta é inhiesta, que casi parecia inaccesible para combatirle, pero púsose tanta diligencia en tener los pasos y sierras, que por ninguna via ni modo pudieron ser socorridos, y fueron forzados de rendirse y entregar el castillo al príncipe, y dél se

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apoderaron de toda la sierra. Esto fue en el año de | Peratallada, 6 hermano, 6 hijo suyo, y sin estas cua→ mil ciento cincuenta y tres, y señalóse en esta guer- tro rehenes se habia de dar otra persona de la compara un varon muy principal de Cataluña, y gran priva- ñía de Arnaldo de Lercio. Retúvose el comun de Génodo del príncipe, que se decia Beltran de Castellet, que va en la ciudad de Tortosa, la isla de San Lorenzo, cotuvo el gobierno de los lugares y gente de guerra que mo la solian antes tener, y fué concedido que ningun residió en aquellas montañas, y de la frontera que te- genovés que habitase desde Porto-veneris, hasta Monanian los nuestros contra los moros. En este mismo go, pagase en Tortosa imposicion alguna, y los exiaño á diez y siete del mes de marzo se fundó el mo- mieron de aquel tributo, y que en cada un año por la nasterio de la casa de Junquera de monges de la orden fiesta de Navidad, se diese á la iglesia de San Lorenzo de Cister, que estaba en el territorio de Zaragoza, entre un Palio, y perdonó el príncipe cualesquier acciones y el lugar de Villanueva, que se decia de Barjazut, y derechos que pretendia tener contra el comun de Gédespues se llamó Villanueva de Gallego, y entre el tér- nova, por razon de Tortosa. Refiere el arzobispo don mino que llamaban de Mezalar, y llamóse el monaste-Rodrigo y la historia general de Castilla con grande

rio de Santa María de Junquera, y residieron en él los monges mucho tiempo, y en tiempo del rey don Alonso el segundo, don Pedro Fernandez de Huesca les dió el lugar de Ailes, y el mismo rey la villa de Escatron con el castillo y sus términos. A veinte y cuatro del mes de agosto, ganó el príncipe el castillo de Miravete, que era de las mas importantes fuerzas que tenian los moros sobre las riberas de Ebro, y ganóse con grande fatiga y trabajo, y fué la principal fuerza de aquella frontera, y para mayor seguridad se encomendó á Pedro de Roveira, maestre de la caballería del Temple de las provincias de España, que fué un caballero muy señalado, y á los caballeros de aquella órden. Por este tiempo murió Ponce Ugo conde de Ampurias, de quien el príncipe fué muy servido en esta guerra, puesto que en lo de los tiempos hay alguna diversidad, pues se balla en memorias antiguas, que le ganó el condejer, por ser hija y sobrina de tan poderosos y grandes de Barcelona en la era de mil ciento ochenta y nueve.

encarecimiento, las fiestas que el emperador don Alonso hizo al rey Luis de Francia su yerno, que vino en peregrinacion á visitar el cuerpo del glorioso apóstol Santiago, al cual salió á recibir á Burgos, y con los reyes don Sancho y don Fernando sus hijos, y con muy gran corte, le fué acompañando por su reino, y le hizo tal recibimiento, que reconoció ser la mayor corte de príncipe que hubiese en aquellos tiempos. Estos mismos autores escriben, que tuvo el emperador don Alonso cortes por esta causa en Toledo, hallándo→ se presente el rey de Francia, y qué asistieron á ellas los reyes don Sancho y don Fernando, y el rey de Navarra y el conde don Ramon, que segun el arzobispo dice, fué con gran corte y acompañamiento á estas vistas, y el rey de Francia se maravilló tanto desto, que estimó en mas de allí adelante á la reina su mu

CAP. XV.-Que el principe cobró de los genoveses la parte que tenian en la ciudad de Tortosa.

príncipes. A la vuelta acompañó el príncipe al rey de Francia hasta la ciudad de Jaca, á donde, segun parece en nuestras memorias, se le hizo muy grande fiesta, lo cual señalan haber sido en el año de nuestra redencion de mil ciento y cincuenta y cuatro. En el mismo año á veinte y ocho del mes de junio, murió estando en Castilla Armengol conde de Urgel, que fué nieto del conde don Peranzures, y por haberse criado en aquel reino, y diferenciarle de los otros condes que eran del mismo nombre, le llamaron Armengol de Castilla.

CAP. XVI. De la guerra que el principe de Aragon hizo en la Proenza contra Ugo de Baucio.

Desde que se ganó Tortosa de los moros tuvo la señoría y comun de Génova, la tercera parte, así en el pueblo, como en los términos della, y las otras eran del príncipe, y de don Guillen Ramon de Moncada, y por estar la jurisdiccion y señorío repartido entre naciones tan diferentes, sucedian cada dia disensiones entre ellos, y habia ménos conformidad de la que convenia, en lugar que era tan principal é importante, y tan vecino á los enemigos, y por los inconvenientes que dello se seguian, trató el príncipe de Aragon con aquella señoría, que tuviese por bien de tomar equi- En este tiempo Ugo de Baucio y sus hermanos y valencia de su parte, y sobre ello vino á España, este valedores juntaron gran número de gente en la Proenaño, Enrique Guerchio, uno de los cuatro cónsules za, y desde los lugares y castillos que estaban en su que eran los que gobernaban entonces las cosas del es- poder, y del castillo de Trencataya, que el príncipe tado, y por la comision que traia de los otros cónsu- habia dado á Ugo de Baucio y á sus hermanos en feules sus compañeros, que eran Martin de Moro, Gui-do, hacian mucho daño en aquella comarca, quebranllermo Negro y Guillermo Lusio, y de la mayor parte del consejo de Génova, y de comun consentimiento y voluntad del pueblo, hizo vendicion de su parte al príncipe, por precio de diez y seis mil maravedis marroquines, que se habían de pagar en ciertos plazos dentro de Niza, y pagando los diez mil y cuatrocientos, se le habia de entregar la posesion de aquella parte, y por la restante cantidad se habian de dar á la señoría, y á Enrique Guerchio en su nombre, cuatro rebenes de siete linajes y casas de Cataluña. Para estas rehenes fueron nombrados uno de los hijos de don Guillen Ramon de Moncada, y Berenguer de Tarroja, Arnaldo Tarroja su hermano, ó Ramon Tarroja su sobrino, de la tercera casa fué Guillen de Castelvell, el cuarto habia de ser uno de los hijos de Pedro Beltran de Belloch, ó Guillen de Cervera, ó un hermano suyo, 6 Guillen Perez de Castellet, ó su hijo, 6 Dalmau de

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tando la fé y concordia que con ellos y con la condesa Estefanía su madre se habia tomado, pretendian apoderarse de todo el condado por fuerza, con título de dos privilegios que Ugo de Baucio habia obtenido de los emperadores Conrado y Federico Barbaroja su sobrino, por los cuales se les daba todo el estado que el conde Giberto y la condesa Gisberga sus abuelos tenian, y decia Ugo de Baucio, que debajo destas palabras se le habia concedido la marca, y todo el condado de la Proenza, y proseguia su derecho con las armas. Vista su rebelion, el príncipe ayuntó un muy buen ejército para esta empresa, y fuéron á servirle en ella muchos de los ricos hombres de Aragon y Cataluña, y entró poderosamente en la Proenza, é hizo gran guerra y estrago en los lugares de los bauceses, y tomó por fuerza de armas el lugar de Baucio y otros lugares, y puso cerco sobre el castillo de Trencataya,

que era muy fuerte, y no se pudo entonces ganar, I procuró, que por aquel verano dejase las armas, di

por estar muy adelante el invierno. Esto fué en la ma-
yor parte del año de mil ciento y cincuenta y cinco, y
en fin dél se volvió para Cataluña, habiendo castigado
la soberbia de Ugo de Baucio, y de los de aquel bando,
que eran muy poderosos. Por este tiempo el empera-
dor don Alonso dió su privilegio de poblacion, jun-
tamente con la emperatriz doña Rica su mujer, y con
los reyes don Sancho y don Fernando sus hijos, como
era costumbre a los mozárabes de Zaragoza y Calata-
yud, y á otros del reino de Aragon, que pasaron á
poblar la villa de Zurita en el reino de Toledo sobre
las riberas de Tajo, y á sus hijos y descendientes.

CAP. XVII. De la concordia que se asentó con el rey don
Sancho de Castilla el Deseado.

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ciendo que le convenia acudir á la guerra de los moros que hacian daño en su tierra, y que sobreseyese hasta la fiesta de san Martin. Túvose el príncipe por engañado con esta respuesta, y el emperador por le asegurar mas, prometió de nuevo que no favoreceria en dicho ni en hecho al rey de Navarra, y tornó á ratificar las posturas de confederacion que tenian entre sf, ofreciendo, que para aquel término ó ántes, seria con él, contra el rey don Sancho para continuar la guerra. Fué forzado que el príncipe otorgase esto, y envió en su nombre al obispo de Zaragoza y á Palacin para que ante el emperador firmasen esta concordia, y él se fué à Perpiñan y de allí pasó á Narbona á verse con la vizcondesa Hermengarda, que era su sobrina, á la cual habia dado gran favor y ayuda para ampararla y defenderla en su estado, y habíanse ofrecido por esta causa grandes gastos. Vinose entónces la vizcondesa con el príncipe á Perpiñan y con ella Berengario arzobispo de Narbona, y púsose en poder del príncipe, con todo su estado que habia heredado del vizconde Aimerico su padre, y dió en rehenes dos barones principales de su tierra que eran Guillen de Piteus y Armengol de Leocata, con los castillos y baronías que tenian por la vizcondesa. Esto fué por el mes de febrero del año de la navidad de mil ciento y cincuenta y siete. En este medio el obispo de Zaragoza y Palacin fuéron á Toledo, donde el emperador estaba, y ante él capitularon el asiento de la concordia en el mes de abril deste año, y el emperador y los reyes don Sancho y Fernando sus hijos juraron de lo guardar y cumplir, y con ellos el obispo de Mondoñedo y el conde don Ponce. Pero como falleció el emperador don Alonso poco despues, volviendo del Andalucía para el reino de Toledo, y dejaba al rey don Sancho su hijo en la frontera en guarda de Baeza, Andujar y Quesada, que habia ganado de los moros, sabida su muerte, el príncipe don Ramon partió para Castilla por poner nuevo asiento en las cosas deste reino y traer la infanta doña Sancha su nuera. Llevó consigo á don Ramon Berenguer su sobrino, que se intitulaba conde de Melgor, que despues fué conde de la Proenza, é iban con él Armengol conde de Urgel, Arnaldo Mir conde de PaHás, don Pedro obispo de Zaragoza, don Martin obispo de Tarazona, don Gillen obispo de Barcelona, don Bernardo obispo de Urgel, Palacin, Fortuño Aznarez, Pedro de Castellezuelo, Galin Jimenez de Belchit, San

El rey don Sancho hijo del rey don Garci Ramirez, rey de Navarra, fué muy buen príncipe y valiente caballero y defendió animosamente contra el emperador don Alonso, y contra el príncipe de Aragon, las villas y lugares que el rey su padre le habia dejado, como quiera que tenia hechas sus confederaciones y amistades como dicho es, y se hizo mucho daño en su reino por las fronteras de Castilla y Aragon, señaladamente por el Val de Roncal, en el cual se fué apoderando el príncipe don Ramon, y de allí se hacia muy continua guerra á los navarros. Tomaron tan de veras por tan propia, aquellos príncipes, esta empresa, que estando el príncipe don Ramon en Lérida, año de mil ciento cincuenta y seis, se tornaron á ratificar los capítulos y concordia asentado en Tudilen, junto á Aguas Caldas, y el repartimiento de los reinos y tierras de la conquista, que entre ellos se hizo, y fué confirmado por el emperador don Alonso y por los reyes don Sancho y don Fernando sus hijos, y por el príncipe de Aragon. Fué tambien concertado desposorio entre el infante don Ramon hijo del príncipe y la infanta doña Sancha, hija del emperador y de la emperatriz doña Rica su segunda mujer, que fué hija segun el arzobispo 'don Rodrigo escribe, del duque de Polonia, y yo creo que fué Bosezlao, que casó con una hija de Leopoldo cuarto, marqués de Austria que unos llaman Berta y otros autores Inés y Gectrude, y así fué otorgado y concluido en presencia de diversos prelados y ricos hombres que fueron estos, don Pedro obispo de Zaragoza, don Guillen, obispo de Barcelona, don Arnal Mir, conde de Pallás, que fué casado con la condesa doña Oria, don Guillen Ramon de Moncada, Ramon de Pujalt, Palacin y Ramon de Villade-cho Iñiguez de Daroca, Blasco Maza, don Pedro Lomuls. Seguia la parte del príncipe un rico hombre de pez de Luna y otros ricos hombres y mesnaderos del Navarra muy principal que se decia don Ramon Gar- reino de Aragon, y don Guillen Ramon de Moncada, cía Almoravit, que fué entónces á Lérida por el mes don Guillen de Castelvell, Ramon de Pujalt, Berende abril, siendo recien venido el príncipe de la Proen-guer de Tarroja, y otros barones y caballeros de Cataza, é hízole merced de las villas de Roncesvalles, Urroz y Ovanos, para él y sus sucesores, y eran muy gran parte para sustentar la parcialidad del príncipe. Mas entendióse que el emperador no proseguia lo que tocaba á la guerra de Navarra, con el ánimo y firme propósito que entre sí tenian tratado, y que de secreto daba favor al rey don Sancho, porque no recibiese daño de la parte del reino de Aragon, pues de otra suerte, si el emperador quisiera con llaneza hacer la guerra y proseguirla con su poder, no fuera bastante el rey de Navarra para defenderse. Esto se conoció ser así, porque teniendo el príncipe la gente de guerra junta para entrar por Navarra, el emperador no solo no acudió como estaba acordado por su parte, pero

luña. Vióse con el rey don Sancho su sobrino en el lugar de Naxama en el mes de febrero de mil ciento cincuenta y ocho, y estando en contienda y gran diferencia sobre la ciudad de Zaragoza y Calatayud, y por los lugares que conquistó el emperador don Alonso rey de Aragon, pretendiendo el príncipe don Ramon, que fué agraviado por el reconocimiento que dellos hizo al rey de Castilla, y que se le debian libremente entregar con el directo señorío dellos, pues pertenecian à la reina doña Petronila su mujer, fué declarado que fuesen suyos y del infante don Ramon su hijo primogénito y de sus sucesores con esta condicion, que el infante don Ramon, ó quien en ellos sucediese, hiciese homenaje al rey don Sancho y á sus sucesores, como

súbdito, sin que fuese obligado de entregarle fuerza | Fuenteencalada, y fué confirmada por Jacinto cardenal, ó castillo ni lugar de aquel señorío, salvo que cuando que estaba legado en España por el papa Alejandro se coronase y llamase á su corte, fuése á ella y tu tercero, á suplicacion de los reyes, y en muy breve viese ante él un estoque desnudo en la coronacion. tiempo fué acrecentada y enriquecida en todos los Este es el homenaje y reconocimiento que se hizo al señoríos de España, y dióse á esta orden en este reino rey de Castilla, y despues fué dado por libre dél el en principio de su fundacion el castillo y villa de infante don Ramon que se llamó don Alonso, siendo Montalvan, que era una fuerza principal en frontera rey de Aragon. Pasó esto en presencia de los pre- de los moros. lados y ricos hombres de Aragon y Cataluña, y de don Juan Arzobispo de Toledo, y de los obispos de Sigüenza y Calahorra, de los condes don Manrique, don Ponce y don Vela Ponce, que casó con doña Elvira, hija del conde don Pedro de Trava y de doña Mayor, hija del conde de Urgel, de quien sucedieron los Ponces de Leon. Tambien se hallaron presentes, Gutier Fernandez, Gomez Gonzalez, Alvar Perez, Gonzalo Ruiz, y Sancho Diaz, Desde Castilla volvió el príncipe don Ramón para el reino de Aragon, é hizo guerra por las fronteras del reino de Navarra, y cobró en el año de mil ciento cincuenta y nueve á Bureta y otros castillos del reino que esta-castillos. Fué muy señalado en aquellos tiempos el cer→ ban en poder de navarros, y el rey don Sancho fué forzado de concordarse con el príncipe, y se vieron y se concertaron de sobreseer en las armas, y trajo el príncipe á la emperatriz doña Rica, y á la infanta doña Sancha su nuera, y estaba tan poderoso, que el rey moro de Murcia llamado Lobo, se declaró por su vasallo, y daba de tributo en cada un año en reconocimiento de su señorío, cierta cantidad de maravedís mayores de oro, y todos los otros reyes moros sus comarcanos eran sus tributarios. Por el mes de agosto deste mismo año, segua parece en memorias de aqueHos tiempos, el rey de Inglaterra, y el príncipe de Aragon fuéron sobre la ciudad de Tolosa. Fué grande la ❘ confederacion y hermandad que este príncipe tuvo con el rey Enrique de Inglaterra, y dióle grande favor y socorro en las guerras que tuvo contra el conde de Tolosa por la ciudad de Tolosa, la cual pretendia el rey de Inglaterra, como estado que pertenecia á la reina doña Leonor su mujer, porque Guillelmo conde de Putiers y duque de Guiana, padre del postrer Guillelmo, fué casado con una hija del conde de Tolosa, hermano de Ramon conde de San Gil, y hubieron al conde Guillelmo, que fué padre de la reina Leonor. Esta confederacion se estrechó mas en las vistas que tuvieron estos príncipes en el año mil ciento sesenta en el castillo de Blavia con grandes vínculos, y sacramentos; y allí se concertó entre ellos matrimonio de Ricardo hijo del rey de Inglaterra con hija del príncipe siendo entrambos muy niños, y el rey se obligaba de darle el ducado de Guiana, cuando el matrimonio se consumase. Apoderóse el rey de Inglaterra de gran parte de aquel estado, pero la ciudad de Tolosa se defendió con el favor y socorro que el rey de Francia dió á Ramon, conde de Tolosa, que estaba casado con su hermana, de donde resultaron entre ellos muy grandes guerras. Por el mes de octubre deste mismo año, visto que la ciudad de Tolosa se defendia, el rey de Inglaterra pasó con todo su ejército á Normandía, y dejó aquella empresa con confianza del socorro del príncipe, y de Guillen señor de Mompeller, y de Trencabello vizconde de Beses. Por este tiempo tuvo origen la orden y caballería de Uclés, que despues se dijo de los caballeros de Santiago de la Espada; y se ordenó por trece caballeros muy señalados en las guerras de los moros, y fué eligido por maestre uno dellos, que se llamó don Pedro Fernandez de

CAP. XVIII.—Que el principe de Aragon se confederó con el emperador Federico Barbarroja, y se dió el condado de la Proenza en feudo al principe, y al conde don Ramon Berenguer su sobrino.

Perseveraron Ugo de Baucio, y sus hermanos con la parte que tenian en Francia, en su porfía, y desde sus castillos hacian guerra contínua, y por la gente del príncipe se hizo gran daño y estrago en la ciudad de Arles, y en su comarca, porque le era muy rebelde, y mandó derribar sus torres y fortalezas, y ganaron los del príncipe de los bauceses mas de treinta

co que el príncipe mandó poner sobre el castillo de Trencataya, porque para combatirle se labró una máquina de madera de tan extraña grandeza, que se pusieron en ella doscientos caballeros sin otra gente, y con navíos, y ciertos ingenios y máquinas, se llevó por el Ródano, hasta ponerla delante del Castillo de Trencataya, que era fortísimo, y puso tanto lerror el combate que se le dió del castillo de madera, que se rindieron al príncipe, siendo la mayor fuerza que tenjan, y la mas importante, y ganóse segun parece en los anales antiguos, en el año de mil ciento sesenta y uno y mandólo derribar el príncipe, en memoria de habersele quebrantado la fidelidad y homenaje que por este castillo se le habia hecho, como se ha referido. Por esta guerra se trató entre el príncipe y el emperador Federico grande amistad y deudo, y se aliaron y confederaron entre sí, y confirmó el emperador el feudo de la Proenza al conde don Ramon Berenguer sobrino del príncipe, y por esta causa hubo de pasar el príncipe á Italia. Por la muerte del papa Anastasio cuarto fué en su lugar elegido en el pontificado Adriano cuarto, inglés de nacion, que fué el primero que siendo enviado legado por Eugenio tercero á Noruega, convirtió aquel reino á nuestra santa fé católica. En su tiempo Guillermo rey de Sicilia, hijo del rey Rugiero, movió guerra contra las tierras de la Iglesia, y ocupó á Cheprano, Bubaro y una parte del burgo de Benevento, y quedando indignado por esta ofensa el sumo pontifice, procedió contra él con las armas espirituales, en defecto de fuerzas y poderío temporal, y privóle del título del reino y de la comunion de los fieles, y absolvió del juramento y homenaje á los barones y á sus naturales, en caso que serebelasen contra él. Sucedió que estando el papa en Viterbo, Federico el primero llamado Barbarroja, que era de la casa de Suevia, fué elegido por rey de los romanos, y luego bajó á Lombardía, y puso cerco á Terdona. De allí siguió su camino para Roma con tanta celeridad, que teniendo recelo el papa de su ejército, se recogió á los lugares mas fuertes, primero á Orbieto, y despues à la Ciudad Castellana, con todo el colegio de cardenales. Pero interponiéndose de ambas partes tratadores y medianeros, el emperador prestó reverencia al papa, y dentro de breve tiempo recibió dél en Roma la corona en la capilla de San Pedro. Despues que hubo ordenado las cosas del impe

Alonso, casase con don Ramon Berenguer conde de la Proenza, y se confirmase al príncipe y á su sobrino el condado en feudo, como él, y sus predecesores lo habian tenido desde el rio Druenza, hasta la mar, y de los Alpes hasta el Ródano, y como se habia dividido con don Alonso Jordan conde de Tolosa, y todo lo que tenia desta parte de Druenza en Aviñon, y otros castillos. Tambien se declaró que tuviesen en feudo la ciudad de Arles con sus términos, reservando al arzobispo y á su iglesia las rentas y posesiones que de cien años atrás tenian. Declaróse entonces, que el condado de Folcalquer estuviese sujeto al condado de la Proenza, y el que tuviese aquel estado, fuese súbdito y prestase homenaje de fidelidad, como era obligado, al emperador, y si no lo cumpliese perdiese el condado, y fué quitado al conde de Folcalquer, que entonces lo tenia, porque desde que el emperador recibió la corona imperial rehusó de ir ante él y hacer el reconocimiento que era obligado. Fué declarado, que el conde de la Proenza jurase de ser fiel al emperador, é hiciese home

rio en Italia, se volvió á Lombardía, y murió Adriano, y estando el colegio de cardenales en gran division, fué eligido de la mayor parte Alejandro tercero, que primero se llamó Rolando natural de Milan, ó segun otros escriben, de Sena, y el mismo dia eligieron los cardenales de la otra parte al cardenal de San Clemente, que era romano, y era muy favorecido del emperador Federico. Estaba en aquella sazon el emperador en Italia, y tenia cercada á Crema, lugar muy principal en Lombardía; y el papa Alejandro envió sus embajadores, pidiéndole, que defendiese la causa de la Iglesia, pues canónicamente habia sido elegido por diez y ocho cardenales, y Octaviano que habia tenido ménos votos, le usurpaba el pontificado, y fue requerido el emperador por todo el colegio, que pusiese remedio en el daño que se esperaba, y acordóse, que se convocase concilio universal en Pavía, para que oidas las partes, se declarase, cuál era verdadero pontífice. Sintióse Alejandro gravemente desta novedad, y porque era mal tratado de la parcialidad de Octaviano, recogióse á la ciudad de Anag-naje y servicio al imperio por aquel feudo y por lo nia. Federico despues desto, envió de Alemania dos embajadores al papa Alejandro, los cuales le saludaron como á cardenal, y persona privada, y de parte del emperador le requirieron y amonestaron, que pareciese en Pavía ante el concilio que se celebraba sobre la cisma, y respondió Alejandro que el romano pontífice no debia ser juzgado por ninguno, y partiéronse los embajadores y fueron á Signia a donde Octaviano estaba que se llamaba Victor, y saludáronle é hicieron reverencia | como á verdadero vicario y pastor de la universal Iglesia, y le acompañaron hasta Pavía, á donde fué adorado del emperador Federico, y por todos sus súbditos, como verdadero vicario de Cristo. Procedió Alejandro contra el emperador por sus moniciones, y promulgó sentencia de excomunion contra él, y contra Octaviano y sus secuaces, y en el segundo año de su pontificado fuése a Roma; y visto que muchos del bando contrario, y que la gente tudesca, que el emperador habia enviado, ocupaban todos los lugares de la Iglesia, y no quedaba debajo de su odediencia sino Orvieto, y Anagnia, dejando por vicario de Roma al cardenal de Preneste, se fué à Capua, con propósito de embarcarse y venirse á Francia, y llegando á Tarrachina, se embarcó en las galeras que le tenia aparejadas Guillermo rey de Sicilia, y navegando por la costa de Italia, llegó á Génova y de allí partió para Mompeller, á donde torno á confirmar y agravar las censuras contra el emperador Federico, y contra Octaviano; y por | persuasion de Ludovico el Menor rey de Francia, se fué á Alvernia. En este medio acabó de ganar el emperador todos los lugares de la Iglesia, y fué procediendo contra las ciudades sujetas al imperio que le eran rebeldes, y puso á saco á Tardona, y cercó la ciudad de Milán, y á cabo de mucho tiempo que estuvo cercada, no pudiendo mas detenerse, los milaneses la rindieron el primero de marzo, de mil ciento y sesenta y dos, poniendo la ciudad y sus personas y vidas en manos del emperador, y mandó asolar por fundamentos aquella ciudad. En este estado se hallaron las cosas de Italia y de la Iglesia, cuando el príncipe de Aragon hacia guerra en la Proenza á los bauceses, y tenia ya sojuzgada y allanada la tierra. Entonces el emperador Federico le envió sus embajadores, para tratar con él de muy estrecha confederacion, y fue concertado que la emperatriz doña Rica reina de Castilla, mujer que fué del emperador don

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que se le concedia, así en Arlés como en el condado de Folcalquer, y diese en cada un año al emperador y á sus sucesores, quince marcos de oro, del peso de Colonia, y cuando el emperador entrase en la Proenza, 6 ó en la ciudad de Arlés, fuese obligado el conde y la ciudad de estar á obediencia y fidelidad del emperador, al cual habia de dar doce mil maravedís, y á la emperatriz dos mil, y á la corte mil. Allende destas condiciones, para la fiesta de Navidad primera siguiente, habia de reconocer el conde en todo su señorío por verdadero pontifice a Octaviano, prestándole la obediencia, y mandandoque los suyos le obedeciesen y rerecojieseu á sus legados, y si depusiese algun obispo, no habia de ser amparado ni defendido, y había de procurar el conde que fuese puesto otro en su lugar que le obedeciese, y no permitir que el papa Alejandro á quien llamaban Rolando, ni sus cardenales ó nuncios entrasen en sus tierras, antes donde quiera que pudiesen ser habidos, los mandase prender y tratar como enemigos. Sobre todas estas cosas se habia de prestar juramento y homenaje, siendo dada la inves→→ tidura al emperador, y si entonces determinase el príncipe de Aragon y el conde su sobrino, de acusar á Ugo de Baucio de perjuro y de haber quebrado el homenaje y no le quisiese defender, ó fuese convencido, ofrecia el emperador que mandaria hacer justicia segun determinaria su corte, y queriéndolo reptar de traidor si no se quisiese defender por batalla por su persona contra su igual à juicio de la corte, ó en caso que fuese en batalla vencido, ó lo confesase en ella, Ó fuera della, habia de dar el emperador el lugar de Baucio en feudo al conde de la Proenza, y que Ugo perdiese la tierra que tenia, y el honor, y que de allí adelante no fuese por él defendido, ni mas en este negocio amparase á su madre y hermanos. Pero en caso que Ugo de Baucio se defendiese por batalla, el príncipe de Aragon y el conde su sobrino habia de estar á derecho con él ante la corte del emperador, y volver en lugar de Baucio y entregarlo en poder de los embajadores de Federico que sobre esta concordia se enviaron, quedando siempre á la emperatriz doña Rica su sobrina su dote seguro. Tambien fué concordado que para el primero de agosto de mil y ciento sesenta y dos, se viesen el príncipe y el conde su sobrino con el emperador en Turin, y se jurase y ratificase este asiento, y concordia.

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