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so de Castilla, que ganó á Toledo, hijo de doña Elvira su hija, y era la contienda por la villa y castillo de Belcaire, y por el territorio de Argencia, y por todo el condado de Proenza; y finalmente, el conde don Ramon y la condesa doña Dulce su mujer, se concordaron con el conde de Tolosa, y le dejaron el castillo de Belcaire y la tierra de Argencia, con todos sus términos; y cuanto al condado de la Proenza, le cedieron toda la parte de la Proenza, que se encierra desde el rio Drueza, hasta el rio Isara, con el castillo de Valobrega, exceptuando la mitad de la ciudad de Aviñon y del castillo y villa de Puente de Sorga, y de su territorio, y algunas otras fuerzas. Con esto el conde de Tolosa y la condesa Faidida su mujer, renunciaron al condado de Barcelona, y á la condesa y á sus hijos, la mitad de la ciudad de Aviñon, y aquellos castillos y fortalezas, y la mitad del castillo y villa de Sarga y toda la Proenza, con el castillo de Mesoga, así como la divide, y limita el rio Drueza desde su nacimiento, que es en el monte Jano, y como discurre hasta entrar en el Ródano, y desde allí hasta la mar. Fué entre ellos concordado, que si el conde don Alonso de Tolosa no dejase hijos de la condesa Faidida, todo aquel estado de la Proenza, que se le adjudicaba, volviese al conde de Barcelona y á la condesa doña Dulce y á sus hijos; y lo mismo se declaró, en caso que el conde de Barce

venció once reyes en Aranzuel, y que fué en el año de | de Tolosa y de San Gil, que era nieto del rey don Alonmil ciento veinte y tres. En el año de mil ciento veinte y cuatro, parece en anales antiguos, que ganó de los moros por el mes de julio á Medina Celin, lugar muy enriscado y fuerte en lo muy alto de la Celtiberia y á los confines de la Carpentania. Tambien en la historia antigua de Aragon, se hace mencion de otra entrada que hizo el emperador en el reino de Valencia por el mes de octubre del año de mil ciento veinte y cinco, y en memorias ciertas de aquellos tiempos, se halla que estaba por el mes de diciembre del mismo año en Molina, Fueron las guerras que este príncipe tuvo tan continuas y ordinarias, que se afirma haber vencido veinte y nueve batallas campales, y de las entradas que hizo en tierra de moros, sacó de su poder gran número de cristianos, que vivian debajo de su servidumbre, y los llamaban mozárabes; y así con mucha razon no solo le llamaron el Batallador, pero él se honró del título del imperio, como príncipe á quien Dios dió tan señaladas y grandes victorias. Al papa Calixto segundo que murió por el mes de diciembre, del año de mil ciento veinte y cuatro, y poco antes habia celebrado un concilio en San Juan de Letran para estirpacion de la cisma; y se confirmó en él una paz general entre el estado de la Iglesia y el imperio, sucedió el papa Honorio segundo, y al principio de su creacion, envió por legado á España á Humberto Presbítero cardenal, y celebró un conci-lona y la condesa su mujer no tuviesen hijos; y esto. lio de la nacion y provincia de España en la ciudad de Leon, al cual asistió el rey de Castilla, y tuvo grande recelo, que se habia de tratar en él, que se apartase dél la reina su mujer, que fué doña Berenguela, hija del conde de Barcelona, con quien casó la primera vez, y túvose por cierto que procurarian los prelados en aquel concilio el divorcio, por tener con ella cercano parentesco; el cual no se declara en la historia del primer arzobispo de Santiago, que desto hace mencion, y parece verisimil, que debió ser por parte de la reina de Castilla su abuela, madre de la reina dona Urraca, que era de Francia, segun el arzobispo don Rodrigo, y los autores antiguos escriben, aunque tan cortamente, que ninguno dellos declara cuya hija era. Siendo vuelto el emperador á sus reinos estando en la villa de Alfaro por el mes de junio, del año de mil ciento veinte y seis, dió á los mozárabes grandes exenciones y franquezas, considerando que por servicio de nuestro Señor, y por su respeto, dejaban los heredamientos y haciendas que antes tenian en diversas ciudades sujetas á los moros, y venian á poblar en su reino, y se ordenó que ellos y sus hijos y descendientes, en las tierras que les señalaban, gozasen de toda exencion, y fuesen juzgados por sus jueces, y dellos tuviesen recurso al rey; y así hubo algunos que conservaron el nombre por linajes, y se llamaron mozárabes. En este tiempo no solo se intulaba emperador, pero aun se decía reinar en Castilla, y estaba con él, don Estevan obispo de Huesca, y don Estevan obispo de Zaragoza, don Ramon obispo de Roda, don Sancho obispo de Pamplona, y don Sancho obispo de Calahorra, y el conde de Alperche señor de Tudela, y Gaston vizconde de Bearne.

se concordó entre ellos, á quince dias del mes de setiembre del año de mil ciento y veinte y cinco.

CAP. XLVII. De la guerra que hubo entre el conde de Barcelona y el conde don Alonso de Tolosa, y como se concordaron.

Don Ramon Berenguer, conde de Barcelona, por este tiempo, estaba en guerra con el conde don Alonso

TOMO IV.

CAP. XLVIII. De la muerte de la reina doña Urraca, y de la concordia que se trató entre el emperador y el rey de Castilla.

En el año de mil ciento veinte y seis, á diez dias del mes de marzo, falleció la reina doña Urraca, en el castillo de Saldaña, de parto de un hijo, segun se afirma en anales de aquellos tiempos, y en la misma sazon, don Alonso, que se llamaba infante de Portugal, hijo del conde don Enrique, habiéndose apoderado de aquella provincia, sacándola de poder del conde don Fernando, hijo del conde don Pedro Froyaz de Trava, y de la condesa doña Mayor, hija del conde de Urgel, que dejando su legítima mujer, estaba abarraganado con la infanta doña Teresa madre del infante, acabado aquello, tuvo gran disension y guerra con el rey de Castilla su primo, porque con mucha presuncion y orgullo no queria reconocerse por su vasallo; y habiendo adquirido grande estado, siendo él de ánimo muy generoso y altivo, se levantó contra él, y puso en armas con todo su poder, y estando el rey de Castilla en Campos, ocupado en la guerra que hacia contra los pueblos y castillos que estaban sujetos al emperador don Alonso, y contra el conde don Pedro Gonzalez de Lara, encargó á los principales de Galicia, que saliesen poderosamente á ofender al infante de Portugal, y él quedó en frontera contra el rey de Aragon. Habíase juntado grande ejército de gallegos, leoneses, asturianos y castellanos, para hacer guerra contra los castilos que estaban aun en poder de aragoneses, y el emperador mandó juntar sus gentes, y movió con su ejército para entrar en Castilla por la parte de Nájara ; pero viendo los prelados los daños grandes que se seguian de aquella guerra, fueron medianeros entre estos dos príncipes tan poderosos, y procuraron de reducir sus diferencias á buena concordia; y tomando el rey de Castilla mejor acuerdo dejó las armas, y humi

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llándose al emperador, le pidió le dejase su tierra, y mandase que se le entregasen sus castillos, y él como principe muy generoso, lo tuvo por bien por aquel camino, y quedaron desde entonces en gran conformidad y alianza, segun el arzobispo don Rodrigo lo escribe, que es el autor que mas particularmente hizo mencion de las victorias y buenos sucesos que el emperador y los suyos hubieron en estas turbaciones y guerras.

Parece por anales muy antiguos, que en este año de mil ciento y veinte y seis, hubo una muy sangrienta batalla con los moros en Cataluña, delante del castillo de Corbins, y se perdieron en ella muchos cristianos, y las cosas estuvieron en grande peligro, y el emperador don Alonso se fué á ver con el conde de Barcelona, y con sus hijos para dar favor á la guerra contra los infieles, y fueron con él á estas vistas, don Estevan obispo de Huesca, y don Estevan electo de Roda, Berenguer Gombal señor de Castro y Capilla, Jimeno Fortuñon señor de Calasanz y Bardaxin, Lope Iñiguez, señor de Pera Rua, y Ramon señor de Estadar Atho Garces señor en Barbastro, Garci Remirez señor en Monzon, y Tizon señor de Buil. Despues continuó la guerra por las fronteras de Molina y Cuenca, contra los moros de aquellas ciudades, que como dicho es, eran sus tributarios, y prosiguió la conquista por aquellas comarcas, y hallamos en muy ciertas memorias de aquellos tiempos, que en el año de mil ciento y veinte y nueve se le rindió Molina, y quedó toda aquella region debajo su imperio y tributo.

de la Proenza y Aimillan, que fué de la condesa su madre, y el condado de Gavaldan, y el Carlades. Tuvo este príncipe diversas hijas, la mayor se llamó Berenguela, que dos años antes de su muerte parece estaba casada con el rey don Alonso de Castilla, que en aquel tiempo se llamaba emperador de España, y otra, que se llamó doña Cecilia, casó con Roger Bernardo conde de Fox, y hubieron á Ramon Roger, que sucedió en aquel estado, y estaban ya casadas en vida del conde su padre, y á estas hijas, en caso que muriesen sus hermanos sin dejar hijos legítimos, instituyó el conde herederas en aquellos estados, y quedaron dél otras hijas que dejó encomendadas al conde de la Proenza, su hijo, que casaron en Francia, y no se escribe con quién, y yo creo que una dellas casó con Aimerico vizconde de Narbona, y hubieron á la vizcondesa Ermengarda que adelante en estos anales parece que era sobrina del conde de Barcelona príncipe de Aragon.

En este mismo año se halla en memorias antiguas, que el emperador don Alonso puso cerco contra la ciudad de Bayona, en Guiana, y estuvo sobre ella con su ejército por el mes de octubre, y no se escribe la causa de aquella empresa, mas de haberse ganado por él. De allí adelante se decia reinar en las tierras y reinos que se incluian desde Bilhorado á Pallás, y de Bayona á Monreal. Concedió entonces por el mes de diciembre, á los pobladores de Calatayud, por ser aquel lugar de tanta importancia y tan principal, muchas franquezas y libertades, y les estableció propio fuero, y ordenó que las iglesias de aquella villa y su tierra fuesen patrimoniales, lo cual se confirmó despues por

CAP. XLIX. — Que el emperador don Alonso mandó poblar el papa Lucio segundo, declarando todas las iglesias el burgo de Pamplona.

Estando el emperador en Castilla, por el mes de setiembre del año mil ciento y treinta, mandó poblar el burgo de Pamplona, que entonces llamaban Irunia, en el llano de San Cerni, y dió aquella poblacion á los francos, y con consejo de don Estevan obispo de Huesca, y de don Sancho obispo de Irunia, y de don Sancho obispo de Nájara, y de don Miguel obispo de Tarazona, y de don Pedro obispo de Roda, y del conde Rotron señor de Tudela, y del vizconde don Gaston, y de Atorella señor de Ricla y Sangüesa, y de Franco Lopez señor de Soria y de Santistevan, dió á los francos que fueron alltá poblar, las mismas leyes y fueros que se concedieron á los que poblaron en Jaca.

En este mismo año, parece en muy antiguas memorias, que mataron los moros al obispo don Estévan y al vizconde don Gaston, sin declarar el lugar donde fué la pelea.

CAP. L. De la muerte del conde de Barcelona don Ramon Berenguer, y como repartió sus estados entre sus hijos..

Murió don Ramón Berenguer, conde de Barcelona, año de mil y ciento y treinta y uno, y dejó de la condesa doña Dulce su mujer dos hijos, el mayor se llamó don Ramon Berenguer, que sucedió en el condado de Barcelona, y en el derecho de las marcas y conquistas que en España le pertenecian, y en el condado de Tarragona, con el castillo de Stopañan, Purroy y Castelferrius, Pinzana y Camarasa, y en el condado de Osona, con la villa de Cervera, y en los condados de Manresa, Girona, Besalú, Velaspir, Perapertusa, Cerdania, Conflente y Berga, y quedó heredado en los condados de Carcasona y Rodes. El segundo hijo se llamó don Berenguer Bamon, y á éste dejó el señorío y condado

que debajo de aquel privilegio se habian de conferir á personas naturales de la misma tierra.

En el año de mil y ciento y veinte y siete mandó poblar el lugar de Mallen, y diólo á los caballeros y frailes del Temple, y despues lo trocaron con la órden del Hospital, por el lugar de Novilla.

CAP. LI. Del cerco que el emperador puso sobre Fraga, y de la batalla que tuvo con los moros, en la cual fué

muerto.

En el mes de marzo, de mil ciento y treinta y tres, estando el emperador en Zaragoza, se halla en memorias antiguas, que mandó echar al agua en el rio Ebro sus galeras y otros navíos que llamaban buzas, para ir á España, y segun se conjetura, era para bajar por el rio á la mar, y hacer la guerra á los moros de la costa de poniente, y con el rey se hallaban don García-Guerra obispo de Zaragoza, don Sancho obispo de Pamplona, y don Sancho obispo de Calahorra, don Miguel obispo de Tarazona, don Arnaldo obispo de Huesca, el conde de Alperche señor de Tudela, el vizconde Centullo de Bigorrra, Garci Ramirez señor de Monzon, Lope Garces, Pelegrin de Alagon, Sancho Juan señor en Huesca, Cajal, Pedro Tizon, Castan de Biel, y Juan Galindez, con muchos caballeros y gente de guerra, y no se sabe de cosa memorable que en aquel viaje se hiciese, lo cual será menos dificultoso de creer á quien tuviere entendido, que este rio en lo antiguo, cuando los romanos fueron señores de la tierra, se navegaba hasta llegar al Jugar que ellos llamaban Varia, que estaba muy junto, donde despues fué poblado Logroño, lo cual en el suceso del tiempo se ha perdido, como otras cosas de no menor utilidad.

Por causa del asiento que el emperador tenia hecho con el conde don Peranzures, siendo los castillos que

versas batallas confunden los tiempos, y en algunos anales se escribe que murió en aquella batalla, dia de santa Justa y Rufina. Era el emperador de gran edad, pero siempre tan ejercitado en las armas y hechos de la guerra, que nunca cesó de perseguir á los moros, de los cuales fué siempre vencedor, y por esto escriben algunos autores, que era fama que no fué muerto en esta batalla; pero que viéndose vencido, habiendo sido siempre vencedor, no quiso mas parecer en su reino, y se fué à Jerusalen, y nunca fué visto ni se halló su cuerpo entre los muertos, puesto que otros escriben, que fué rescatado el cuerpo, y sepultado en el monasterio de Montaragon, y que por haber sido demasiadamente atrevido en ocupar los bienes y tesoros de la iglesia de Leon, fué castigado de mano de nuestro Señor, con tal fin como éste, y el arzobispo don Rodri

los moros poseian de su conquista, movió guerra á los reyes de Lérida y Fraga, y determinó de correr las riberas de Segre y Cinca, y hacer en sus comarcas todo el daño que pudiese; y puso cerco á Mequinenza que tiene un castillo muy fuerte y corre junto á él de la parte de poniente el rio Ebro, y por el oriente pasa Segre, ya mas crecido con las aguas de Cinca, y ciñen este lugar, el cual se rindió al rey en el mes de junio de mil ciento y treinta y tres, y fué muerto por los moros en un combate Garci Cajal, que era sobrino.de don Cajal, y hijo de Fortúnio Garces Cajal. Fué muy señalado en esta guerra, y en la toma deste lugar el esfuerzo y grande valor de tres caballeros aragoneses, que se llamaban Pedro de Biota, que era adalid del rey, y Iñigo Fortuñon, y Jimen Garces, á los cuales el rey hizo merced de la villa y castillo de Nonaspe, en la ribera de Matarraña. De allí fué el rey discurriendogo conforma con esto, aunque dice haber sido piadoentre las riberas de Segre y Cinca, la via de Fraga, y por el mes de julio siguiente, se puso con su campo en Escarpe, y por aquella parte del rio se determinó de venir sobre Fraga, lugar muy fuerte, y que no se podia entrar ni combatir, sino á muy gran ventaja de los moros. Está Fraga sobre la ribera del rio Cinca, en la region que tuvieron antiguamente los pueblos que llamaron ilergetes, asentada de la otra parte del rio, en un recuesto y ladera de monte, que va tendido y hace cordillera del norte hacia el mediodía, y por aquella parte tiene muchos cerros muy altos y tan enhiestos, que cubren y guardan el lugar, que no pueda por ella ser combatido. A la parte del rio está en tan estrecho y angosto lugar, que toda aquella ladera es despeñadero á la parte del rio, y la subida por aquel recuesto, es tan estrecha, que pueden muy pocos defenderla. Por el mes de agosto llegó el emperador con su ejército, el cual, por la dificultad del tiempo y grandes aguas, se levantó y tornó á poner su cerco en la primavera siguiente, y estuvo en él en persona los meses de febrero y marzo, y parte de abril, pero el lugar de suyo estaba tan fuerte, y los moros tenian aquellos cerros tan fortalecidos, y el socorro tan seguro y cierto de todos los lugares de aquella comarca, entre las riberas de Segre y Cinca, que el emperador hubo de levantar otra vez su real. Habian cobrado. los moros grande soberbia, y Abengama, rey de Lérida, y el rey de Fraga, juntaron grandes huestes, con los cuales peleó el emperador dia de santa Justa y Rufina, junto à Fraga, y la batalla fué muy reñida y sangrienta, y se hizo muy gran estrago en los cristianos, pero como despues se viniese á las fronteras de Castilla, los moros, en su ausencia, volvieron á correr la tierra, y fueron estragando la comarca de Monzon, y el emperador por socorrer á los cristianos, volvió con cuatrocientos de caballo contra los moros; dejando órden que le siguiesen los suyos, fué en segui miento de los enemigos, pero ellos teniendo noticia que iba con mucha menos gente de la que tenian, salieron á él, y mezclóse entre ellos muy recia y brava batalla, en la cual fueron los nuestros vencidos, y murió el emperador, y con él Centullo de Bearne, Aimerique de Narbona, y don Gomez de Luna, cuyo esfuerzo y valor se señaló mucho en aquella batalla, y asimismo fué en ella muerto Lope Cajal, sobrino de don Cajal, y otros muchos caballeros. Fué este reencuentro, segun en memorias muy auténticas parece, delante de Fraga, á siete del mes de setiembre; puesto que en algunos anales antiguos, se escribe haber sido en Polinillo, cerca de Sariñena, y por haber sido di

so y muy excelente príncipe, y que gobernaba aquellos reinos como tal, y los puso en mucha paz, y defendió muy valerosamente de las entradas y corridas de los moros, y acrecentó el reino de Castilla, como si fuera propio suyo, y pobló los lugares que estaban yermos y desiertos. Por el contrario el autor del mismo tiempo, que escribió la primera historia del arzobispo de Santiago trata del como impío, cruel y sacrilego tirano, y que era muy dado á agoreros y adevinos, catando como ellos decian, en el vuelo de los cuervos y cornejas, lo cual se nota con este encarecimiento por aquel autor, siendo gallego y contestando que aquella liviandad y desatino era muy comun entre los de aquella nacion, Mas esto parece haber sido por odio que tuvieron á este príncipe, por los males y daños que se siguieron de la turbacion y guerra que se movió, por razon de la sucesion en aquellos reinos, y esto se colige por el testimonio de los autores antiguos, que pasada aquella furia trataron con libertad de sus cosas, entre las cuales no dejaré de referir en este lugar, lo que escribe un autor castellano, que no se nombra, en la relacion que hizo de la sucesion de los reyes de Navarra, desde el rey Iñigo Arista, que escribió en tiempo del rey don Alonso, que venció la batalla de Ubeda, que dice así: Murió el rey don Pedro, é reinó su hermano el rey don Alonso, que fué muy buen rey, é muy leal, é mucho esforzado, é muy buen cristiano, é fizo muchas batailas con moros, é venciólos, é conquirió Zaragoza de moros, é Daroca, é Calatayud, é rio de Tarazona, ério de Borja, é Tudela, é Soria, é otras muchas, é non dejó fillo ninguno. Pues no es de maravillar, si nuestros autores refieren que fue muy religioso y que reformó las órdenes y monasterios de su reino, dándoles grandes heredamientos, y enviando muchas preseas y joyas al monasterio cluniacense, y no se puede negar que fué grande el hervor y celo de la fé que hubo en este príncipe, y la aficion de continuar la guerra contra los infieles, y promover aquella santa milicia, pues considerando que no tenia hijos que pudiesen sucederle, ni quien procurase el pro comun de sus reinos, de tal suerte, que los amparasen y defendiesen de los moros, y de la ambicion de los reyes comarcanos, que procuraban de ampliar sus límites, por estas causas en remision de sus culpas, y de las de sus padres, como él dice, en el año de mil ciento treinta y uno, en el mes de octubre, estando con su ejército sobre la ciudad de Bayona, ordenó de sus reinos y estados bien extrañamente, segun por testamento parece en esta manera. A la iglesia de Santa María de Pamplona y de San Salvador de Lei

re, dejaba la villa y castillo de Estella, con sus térmi- | Este mismo testamento parece haber sido ratificado nos y rentas, por iguales partes. A la iglesia de Santa por el rey don Alonso en Sariñena, pocos dias antes María de Nájara y á San Millan, los castillos y lugares que entrase en la batalla donde murió. de Nájara y de Tubia. A San Salvador de Oña, á Bilhorado con toda su jurisdiccion. A San Salvador de Oviedo los lugares de San Estevan de Gormaz y Almazan con todos sus términos. A Santiago de Galicia, dejaba la ciudad de Calahorra, Cervera y Tudilen. A Santo Domingo de Silos la villa y castillo de Sangüesa, con los burgos nuevo y viejo. A los monasterios de San Juan de la Peña, y á San Pedro de Ciresa, por mitad los lugares de Biel, Bailo, Astorit, Ardenes y Sos, que fueron del dote de la reina su madre, y todo lo que mas pareciese haber traido en dote. No le pareciendo que estas donaciones bastaban para despues de su muerte, dejó y declaró por herederos y sucesores de sus reinos y señoríos al Santo Sepulcro de Jerusalen, y á los que tenian cargo de la guarda y custodia dél, y al Hospital de los pobres, y al Temple, con los caballeros que allí residian, para defender el nombre de la cristiandad, y ordenó que fuesen herederos y sucesores en el señorío que tenia sobre toda la tierra de su reino, y en el principado y derecho que le competia sobre todos sus súbditos y vasallos, prelados y eclesiásticos, ricos hombres y caballeros, grandes y pequeños, con la misma ley y condicion que los reyes don Sancho su padre y don Pedro su hermano y él lo habian tenido, y mandó señaladamente á la caballería del Temple, su caballo y armas; tambien declaró, que en caso que ganase á Tortosa, fuese del Hospital de Jerusalen, dejando todo lo que entonces poseia, así lo que heredó de sus antecesores, y lo que él habia adquirido, y de allí adelante se ganase de los moros, á | estas órdenes, para que lo tuviesen y poseyesen en tres iguales partes, y fuese de aquellas órdenes y del Santo Sepulcro tan en propiedad, como lo era suyo, declarando que si alguno de los ricos hombres que tenian lugares en feudo de honor, quisiesen contradecir ó alterar esta disposicion de su testamento, y no qui-bullicios. Entre otras personas que se entendia ser mas siesen reconocer á los que él dejaba por herederos y sucesores, que sus fieles vasallos los pudiesen acusar de traicion, de la misma manera que si él fuera vivo. Ordenaba, que si él en su vida quisiese dar alguno de los lugares que tenian en honor á San Juan de la Peña, ó á otras iglesias, lo pudiese hacer, dando el valor y recompensa á las personas que los poseian, lo cual mandó luego jurar á los ricos hombres de sus reinos que con él estaban, que fueron, Lope Lopez de Ricla, Ruy Perez de Urrea, Lope Garces, Peregrin Ortuño, Ortiz de Foces, Lope Sanchez de Belchite, Artal, que por diversas memorias antiguas y en instrumentos muy auténticos se halla, que tuvo en honor la villa de Alagon, desde que se ganó de los moros, del cual quedó este apellido á sus descendientes, y es el primero que yo hallo deste linaje, que tuvieron gran estado, y en ellas parece, que fueron de una casa principal de los señores de Guiana que llamaron Vandreses, Cuadrat Zalmedina, el conde Fortuño Aznarez de Tarazona, Pedro Mir de Entenza, Pedro Gisbert, Berenguer Gombal, Pero Ramon de Eril, Arnal Mir conde de Pallás, Pero Ramon de Estada, Tizon, Jimen Fortuñon de CaJasanz, Aho Garces de Barbastro. Juan de Antillon, Lope Fortuño de Albero, Ferriz Blasco, Fortuñon de Azlor, Sanz, Juan de Huesca, Fortuño Lopez de Ayerve, Gaston de Biel, Gomez de Cereso, Pedro de Lezina, Beltran de Larbas, Miguel de Azlor, y muchos otros ricos hombres y caballeros de Castilla y de Navarra.

CAP. LII-De la division que hubo en el reino de Aragon sobre la sucesion y como fué elegido en rey el infante don Ramiro siendo monje.

Muerto el emperador don Alonso en la batalla de Fraga, que fue muy nombrada por su muerte, quedó gran division entre los ricos hombres y universidades de los reinos de Aragon y Navarra, por la pretension que en la sucesion habia. Causó grande alteracion á los aragoneses la donacion que habia hecho el r emperador, de las tierras y reinos que sus progenitores habian ganado, y ellos ayudaron á conquistar de los infieles, recelando, que si don Alonso rey de Casti-a lla y de Leon sucedia en estos reinos como lo pretendia, y que legítimamente era sucesor en ellos, porque la reina doña Urraca, su madre, era bisnieta de don Sancho el Mayor, como está dicho, que fué directo señor dellos, por la enemistad y ódio que los castellanos les tenian, por las grandes alteraciones y guerras que en tiempo del emperador se movieron en Castilla, cuando ellos tuvieron á su cargo los principales lugares y fuerzas de aquellos reinos, y mucho tiempo los habia regido y gobernado, temiendo que serian tratados con grande insolencia y superioridad, y sus libertades y fueros les serian disminuidos y quebrantados, ó en parte recibirian fuerza, por el ódio que de reciente les habian concebido el rey y sus naturales; siguiendo la costumbre antigua de sus predecesores, trataron de hacer eleccion de un príncipe que los gobernase en paz y justicia, y se amparase de la defensa de la tierra, contra cualquiera fuerza de los que tiránicamente presumiesen de ocuparla, y señalaron gobernadores que tuviesen cargo del regimiento de la tierra, que mandasen administrar la justicia rigurosamente, como entonces se requeria, se obviase á cualesquiera escándalos y

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convenientes para suceder en los reinos de Aragon y Navarra, era un rico hombre muy poderoso y principal, que llamaban don Pedro de Atares, y los autores antiguos que pudieron saber la cualidad con que este señor pretendió ser preferido á todos en la sucesion del reino, curaron poco de dejar memoria dello á los venideros, como de otras cosas que les fueron notorias, y eran tan señaladas y dignas de escribirse, como esta. Lo que yo puedo decir, si en esta parte se dá lugar á conjeturas, es haber sido de la casa real, y que debió ser hijo del infante don García, de quien se halla mencion en privilegio muy auténtico suyo, que en el año de mil ciento y once, por el mes de junio, reinando el rey don Pedro en Castilla y Aragon, y la reina doña Urraca su mujer, juntamente con él era señor de Atares y Ejabierre, y en él se llama hijo del conde don Sancho Ramirez, de quien se dice en estos anales, que fué hijo natural del rey don Ramiro el primero, y á quien el rey su padre dió las tierras y señorío de Aivar, Ejabierre y Latre, segun se afirma por el autor mas antiguo que tenemos de las cosas de Aragon. Si esto fuese así, como se conjetura, por haber sucedido en el señorío de Atares, parecia muy conforme á razon el derecho que don Pedro seguia, el cual fué favorecido del emperador don Alonso, pues sabemos, que le dió la villa de Borja, y así concurria en desearle casi todo el reino, y su madre se entiende haber sido hermana de don Cajal, que era el mas poderoso y rico hombre

que habia de aquellos tiempos en los reinos de Ara- | Rosa obispo de Pamplona, y de don· Ladron hijo de gon y Navarra, y siendo convocados á cortes en Borja un gran señor de aquel reino, que se llamó don iñilos ricos hombres, mesnaderos y caballeros y procu-go Velez, y de don Guillen Aznarez de Oteiza, Jimen radores, de las ciudades y villas, para tratar de la Aznarez de Torres y otros muchos caballeros, que eleccion, teniéndose por cierto, que seria don Pedro recibiesen por rey al infante don García Ramirez, de Atares elegido, dos ricos hombres que allí se ha- hijo del infante don Ramiro que casó con la hija llaron, que se decian Pedro Tizon de Cuadreita y Pele- del Cid y era nieto de don Sancho que mataron en grin de Castellezuelo, que eran, como el arzobispo don Roda, el cual segun refiere el arzobispo don RodriRodrigo escribe, mucha parte en el reino, temiendo go, y otros autores escriben, era ido á las cortes á su regimiento y gobierno, si viniese en su persona, por Monzon, y enviaron allá á dos ricos hombres, que ser hombre muy elevado y de gran punto, que son eran don Guillen Aznarez de Oteiza, y Fortuñon Iñicalidades que aborrece el pueblo, y porque eran de guez de Leet, y lo llevaron encubiertamente, y alzabando contrario, les persuadieron, que sobreseyesen ronlo por su rey en la iglesia de Pamplona, sin volunen la eleccion, diciendo que era hombre muy soberbio tad y acuerdo de los aragoneses. Visto esto por los rié insolente. Con esta ocasion propusieron, que guar- cos hombres y caballeros y ciudades del reino de Aradando la naturaleza y obligacion que debian tener á lagon, y que los navarros habian elegido rey sin su volínea y sangre de los reyes que habian sido, hiciesen eleccion del infante don Ramiro, hijo legítimo de su rey y señor natural, que era entonces monje de San Ponce de Tomeras, y le recibiesen por rey, pues por estorbar mayores inconvenientes y escándalos, que se podian seguir en el estado de la república, en semejante caso se debia permitir y tolerar, como en tiempos pasados se habia hecho en otros reinos extraños. De suerte, que dos caballeros emprendieron contra un consentimiento y aprobacion tan general, sacar de la sucesion del reino al que tan cerca estuvo de reinar, siendo solo entre ellos el que parecia mas capaz de aquella dignidad, y pudieron persuadir á tantos, que sacasen del monasterio un monje profeso para elegirlo por rey, y fueron parte para salirse con ello, tanto puede muchas veces sola la estimacion y reputacion, y con esto fue muy loada la lealtad de los aragoneses. A estas cortes vinieron los navarros para tratar de la eleccion con voluntad y propósito, segun escriben, de concurrir á la nominacion de don Pedro de Atares. Pero no siendo tan bien recibidos del como ellos quisieran, tuvo don Pedro Tizon forma como mas indig-cuarenta años que se dedicó á la religion en vida del narlos, y por entonces se alteró la determinacion que tenian de elegirlo por rey y quedó remitido para las cortes que sobre ello se habian de tener en Monzon. Refiere el autor de la historia de San Juan de la Peña, que conforma con el arzobispo don Rodrigo, que sabiendo don Pedro Tizon que estaba don Pedro de Atares en el baño, acordadamente llevó consigo los principales ricos hombres de Navarra, y fué con ellos para hacerle reverencia, y no se dió lugar por los porteros que le viesen, sin tener modo ni comedimiento como escusarle por el acto en que esta ba impedido, de lo cual quedando desdeñados y descontentos estuvieron muy indignados, porque antes de ser rey se trataba con ellos como tal, y temiendo que si en aquella dignidad se vicse, serian de otra manera tratados que lo habian sido de los reyes que habian conocido, fácilmente se mudaron con persuasion de don Pedro Tizon, de su primer propósito. De allí resultó que cuando las cortes se despidieron, navarros estuvieron de otro parecer y acuerdo, y no quisieron conformarse con los que habian propuesto que se eligiese el infante don Ramiro el Monge, porque decían que no seria apto para el regimiento del reino, ni para defender la tierra contra el rey de Castilla, el cual despues de la muerte del emperador, habia puesto cerco sobre Victoria y tomó algunos lugares del reino de Navarra, y luego juntó sus gentes para venirse á apoderar del reino de Aragon. Todos los navarros acordaron con consejo de don Sancho de la

luntad, porque no se sujetasen á príncipe extraño, y no se acabase la línea de los reyes que conquistaron la tierra de los moros y dejaron fundado su reino, determinaron de elegir por su rey al infante don Ramiro, hermano del rey don Alonso y hijo del rey don Sancho. Siendo ayuntados en las cortes en la villa de Monzon, enviaron por él, segun algunos dicen á Roda, de donde entonces era obispo, el cual como en la historia de San Juan de la Peña se afirma, habia sido sacado de San Ponce, para abad del monasterio de Sahagun, y despues fué electo obispo de Burgos y de Pamplona, y en tiempo del emperador don Alonso, de Roda y de Barbastro. Enviaron de parte del reino á suplicar al papa, que tuviese por bien de dispensar que saliese de la órden de san Benito, y pudiese casarse, pues en defecto de la sucesion, le habian elegido por rey, y fue otorgado por el sumo pontifice, no embargante que era sacerdote, como el arzobispo don Rodrigo y otros autores escriben, y hoy parece un instrumento original en que se firmaba rey y sacerdote, y si fué prelado como este autor dice, y eran pasados

los

rey don Sancho su padre, fácil cosa es de creer que fuese no solo sacerdote, pero prelado, como se afirma en la historia antigua de Cataluña, y que se dispensase con él por el bien general. En estas cortes no se hallaron los navarros, sinó solos aquellos dos ricos hombres, que decian don Guillen Aznar, y don Fortun Iñiguez de Leet, y eran muy principales hombres, con algunos caballeros navarros, los cuales se desavinieron de los aragoneses, y partieron de Monzon como dicho es. De allí fueron los ricos hombres de Aragon á la ciudad de Huesca, y alzaron por rey al infante don Ramiro, y procuraron que casase con doña Inés, que segun el arzobispo don Rodrigo escribe, fué hermana del conde de Putiers. Este conde de Putiers segun se ha dicho, se llamó Guillelmo, y fué duque de Guiana, el cual viniendo en romería á Santiago, finó allá de una dolencia, año de mil ciento y treinta y seis, segun en las historias de Vicencio y de fray Bernardo Guido parece, y no teniendo hijo varon, dejó encargado á los varones de Guiana, que casasen á su hija la mayor, que se llamó Leonor, con Luis rey de Francia, hijo del rey Luis el Graso, y con ella se le dió el ducado de Guiana, puesto que despues por disensión que hubo entre ellos, con autoridad y mandamiento del papa Eugenio tercero, fueron separados porque eran muy parientes, teniendo deste matrimonio dos hijas, y despues casó el rey de Francia con doña Constanza, ó segun otros escriben Isabel, hija de don Alonso rey de Castilla, y su primera mujer por despecho grande que

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