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esperanza les quedaba en el socorro de los reyes moros
sus vecinos, y en el que era muy ordinario de Berbe-
ría, y aunque éste estaba tan léjos, teníanle por mas
cierto, porque habia mucho tiempo, que lo procura-
ban, y no habia otro ninguno que fuese bastante, para
que ellos saliesen de tanto peligro. Habíanse ya suge-
tado los moros deste reino á la obediencia de los al-
moravides, que se hicieron señores de toda la mo-
risma de España, y la poseyeron debajo de monar-
qufa, hasta que ellos fueron sojuzgados por los almoha-
des. Segun parece en la historia de los árabes, el pri-
mero que se usurpó título de rey de Zaragoza, despues
de la entrada de los moros, fué Mudir, hijo de Hiahya,
y á éste sucedió Irán Almudafar, en cuyo tiempo, en
este reino, alcanzaron por rey á Zulema, hijo de Ha-
mat Abenhuc, y este Zulema habia sido alcalde del
rey Mudir. A Zuiema sucedió su hijo Hamat, y á éste
Jucef su hijo; y Jucef tuvo un hijo que le llamaron
Hamat Almuzacim, y á éste sucedió Abdemelic su hijo.
Dejó Abdemelic por sucesor en el reino, á su hijo Ha-
mat. Almuzacait fué el que perdió esta ciudad y
reino, y el señorío de las tierras y comarcas que esta-
ban debajo de su tributo y mando, y de todo ello se
apoderaron los almoravides; y así conforme á esta
sucesion, no tenian los de la ciudad de Zaragoza rey,
y estaban sujetos al imperio del miramamolin de Es-
paña, que era el señor y rey universal, á quien
los almoravides reconocian, puesto que algunos que
tenian el señorío desta ciudad en gobierno, se lla-
masen reyes, como se ha referido de Abuacalen, que
se halla por memorias antiguas con título de rey, y
haber sido muerto en batalla por el emperador, tan
pocos años antes, junto á Valtierra. Como quiera que
sea,
hallamos en muy cierta relacion deste tiempo,
que vino á este socorro, hora fuese de España, ó de
fuera, un rey moro llamado Temin, y éste juntó tan
poderoso ejército, que venia con ánimo de dar la ba-
talla, y asentó su real en la ribera de la Guerba, á tres
leguas de la ciudad, en un puesto muy aventajado,
junto al lugar que llamaban desde los tiempos anti-
guos María, que tenia un castillo fortísimo, y estaba
en poder de los moros. Mas reconociendo que el ejér-
cito de los cristianos era grande, y el suyo no era igual
para resistirle, pasados algunos dias levantó de no-
che su real, y volvióse por el camino por donde habia
venido. En esto pasó todo el estío, y siendo ya muy
adelante el invierno, por el mes de diciembre tornó á
enviar un sobrino suyo, con grande muchedumbre de
gente, para que se entrasen en Zaragoza, y la bas-
teciesen, y el emperador salió á él, y dióle batalla, en
la cual los moros fueron rotos y vencidos, y pasaron
á cuchillo la mayor parte dellos, y muchos quedaron
presos. Esta batalla, segun parece por las historias anti-

llos tiempos, á ellos, y á la gente de guerra que traian, llamaron los francos. Este ejército estuvo junto, y muy en órden, mediado el mes de mayo del año de nuestra redencion, de mil ciento y diez y ocho, en la laguna, que llamaban de Ayerve, y de allí partieron para el lugar de Almudevar, que tenian los morós muy defendido y fuerte, y en su asiento parece haber sido en los tiempos antiguos poblacion romana, y ser el que se llamó Burlina en los pueblos ilergetes, y descubre bien señales de su antigüedad. El mismo dia que flegaron, poniéndose la gente que dentro habia en defensa, le combatieron y entraron por fuerza, y fueron los moros llevados á cuchillo, por mayor espanto de los que no se querian dar, y confiaban en la fuerza de los castillos y lugares fuertes. Con esta nueva, los moros que estaban en aquellas comarcas y se habian defendido en las guerras pasadas, en algunos castillos y lugares que se tenian en defensa, los desampararon, y entonces se ganaron Sarinan, Salcey, Robles, y otras dos poblaciones romanas, sobre las riberas del rio Gallego, que eran Zuera, y la que en los tiempos autiguos llamaron el Foro de los Galos, y despues se dijo Gurrea. Siendo ganada Almudevar, pasaron los francos sin parar las riberas de Gallego y Ebro, y pusieron cerco por todas partes sobre Zaragoza, y dentro de ocho dias que llegaron, ganaron el burgo, que está de la otra parte del rio, que llamaban Atabahas, y despues se llamó Altabas, y las aldeas que estaban en el contorno, y se apoderaron de toda la poblacion que habia fuera de los muros de piedra. Con este suceso enviaron á dar aviso al emperador, que estaba en Castilla, del estrecho en que tenian la ciudad, para que viniese en su socorro, y gozase de la gloria del vencimiento, como lo requeria una tal empresa; y esto fué con tanta furia, que llegó al cerco en el mismo mes de mayo. Mandó juntar todos sus ricos hombres, y toda la gente de guerra, y dióse gran furia á todo lo que era necesario para el combate, porque la gente que estaba en la defensa de la ciudad era mucha, y muy ejercitada en la guerra, y los muros y reparos y las torres eran de gran defensa. Y los ricos hombres, que se hallaron en el hecho mas señalado que se pudo ofrecer dentro de su reino, eran estos, Diego Lopez Ladron, Jimeno Fortuñones Delehet, Jimeno Fortuño de Puicastillo, Pedro Momez Almora vit, Lope Jimenez de Torrellas, Lope Sanchez de Ogavre Cajal, Lope Lopez de Calahorra, Lope Garces de Estella, Aznar Aznarez, Iñigo Galindez, Lope Garces Pelegrin, Pedro Jimenez justicia, Galindo Sanchez de Belchit, Sancho Fortuñon, Castan Fortuño, Lopez de Ayerve, Sancho Ibañez de Huesca, Ato Garces de Pritaselz, Ferriz de Santa Olalla, Juan Galindez de Andregon, Lope Fortun de Albero, el conde Bernardo Ramon, Berenguer Gombal, Pero Jazbert, Pedro Mi-guas de Aragon, sedió junto á Cutanda, cerca de Daroron de Entenza, Ramon Perez de Eril, y Ramon Amat. Defendiéronse los moros con gran esfuerzo, y pasado el mes de junio los francos se volvieron en desgracia del emperador, desconfiados que la ciudad se pudiese tomar, y tambien, segun escriben, porque no cumplia con ellos á su voluntad, y solamente quedaron los condes y vizcondes y los otros capitanes con los suyos. Perseverando el emperador en el cerco y combate de la ciudad, y estrechándola mas cada dia, los moros se vieron perdidos, porque no tenian tal gente con que poder salir en campo, y la que habia perecia de hambre, y el pueblo por esta causa estaba muy alterado, y no teniendo otro recurso ni remedio, sola su

ca, y fue muy nombrada, porque se hizo en ella gran matanza en los moros, y el autor mas antiguo que yo he leido, que fué mucho antes del que compuso la historia general deste reino, escribe, que fué muerto el hijo del miramamolin, y que se halló en ella el conde de Putiers, que vino á servir al emperador con seis-cientos de caballo. Los moros con esta victoria tan grande, que hubieron los nuestros, desesperados de todo socorro y remedio, entregaron la ciudad al emperador á diez y ocho dias del mes de diciembre del mismo año en la cuarta feria, en la era de mil ciento y cincuenta y seis, segun la costumbre que se tenia de contar los tiempos, y rindiéronse con ciertas condi

ciones y pactos, y el rey se aposentó en el palacio real, intitularon reyes de Zaragoza de allí adelante, y fué caque llamaban el Azuda, junto à la puerta de Toledo. beza de los reinos de Aragon, Sobrarbe y Ribagorza, y Con el suceso de esta victoria, quedó consumada la de todo lo que despues se fué conquistando y adquigloria y triunfo de este príncipe, por haber conquista- riendo á su corona. De manera, que de su nacimiendo á su señorío, una ciudad tan famosa y rica y tanto y hado, fué siempre cabeza y madre de diversas reprincipal entre todas las otras de España y tan señala-giones y pueblos, y despues lo fué de grandes reinos. En hecho tan principal y notable y tan digno de memoria, es grande la diversidad que hay cerca del tiempo, no solo entre autores, pero lo que mas es de maravillar en instrumentos públicos, porque en un privilegio otorgado por el emperador á la ciudad, sobre la poblacion, se dice, que fué ganada en el año de mil ciento y quince, y en otros, que se concedieron por el mismo tiempo á la iglesia catedral, se escribe haber sido rendida en el año de diez y siete, y en otras memorias antiguas se dice, que se ganó á doce de diciembre, de mil ciento y diez y ocho, en lo cual, sino intervino alguna otra causa ó consideracion, que no sabemos, es notable discrepancia y confusion, y lo mas cierto y verdadero, es lo que está referido. Fué consagrada la mezquita mayor y dedicada iglesia á nuestro Redentor, so título de San Salvador, el mismo año que se ganó; puesto que don Martin García obispo de Barcelona, en sus anales, escribe, que fué consagrada el dia de los Reyes del año siguiente, de manera que se restauró en su

da por el nombre de su fundador César Augusto. La cual se pobló, segun muy ciertas congeturas, estando en España, en su noveno y deceno consulado y de una pequeña poblacion, que antes se llamaba Salduba, fué en tan breves dias tan acrecentada y ennoblecida, que segun afirma Pomponio Mela, ya en su tiempo era la mas principal ciudad de lo mediterráneo, de la provincia Tarraconense. Fué Colonia del pueblo romano, que llamaban Immune, por ser libre y exenta y que no pagaba ningun tributo para el sueldo de la gente de guerra y tomó el nombre de su fundador, César Augusto, diferente de las otras á quien se dió nombre, ó Cesareas, 6 Augustas. Púsose entónces en ella, ó no mucho despues, convento del pueblo romano, á donde concurrian como á cortes y audiencia real, y eran juzgados todos los vascones, en que se comprehendia casi todo lo que hoy se conoce por reino de Navarra y la ciudad de Pamplona, cabeza de aquel reino, y gran parte de los ilergetes y edetanos, en cuya region fué | esta ciudad la mas principal. Duró su dominio y pre-primer lugar la sede catedral, que fué muy nombraheminencia, en tan gran parte de la provincia roma- da en la primitiva Iglesia, y á donde presidieron muy na, que llamaron Citerior, en lo mediterráneo della, gloriosos santos y fué el primer obispo que en esta todo el tiempo que el imperio romano se mantuvo en iglesia hubo, despues que se ganó de los moros, un su magestad y grandeza; y despues, con todas las per- muy notable prelado, que llamaron don Pedro de Lisecuciones que España padeció en la entrada de los brana, que era electo en obispo, ántes que la ciudad se germanos, vándalos, suevos y alanos y postrera- ganase, y fué confirmado por el papa Gelasio segundo, mente de los godos, que los sojuzgaron hasta el fin de estando en Guiana. Este prelado residió algun tiempo, su reino, fué reservada como una de las mas princi- segun se afirma, con sus canónigos, en la iglesia de pales ciudades que en ella habia; y así san Isidro, en la Santa María la Mayor, que aun estando la ciudad demencion que hace de algunas ciudades mas señaladas bajo del yugo de los moros, era el templo mas veneen Europa, afirma, que era la mas ilustre y excelente rado, que en toda España habia, por la gran devocion de todas las de España, por la amenidad del sitio, y que en él tenia el pueblo cristiano, por haber sido aquepor la fertilidad y abundancia de la region. En la fulla capilla de Nuestra Señora la Virgen María del Pilar ria de la persecucion que padeció la cristiandad en tiempo del emperador Diocleciano, que fué la mas cruel y sangrienta de todas las pasadas y que mas tiempo duró, pues por diez años continuos, por todo el oriente y occidente, no se entendia sino en destruir y quemar las iglesias y en derramar la sangre de los fieles, entonces esta ciudad se señaló sobre todas y fué teñida de la sangre de innumerables santos mártires, que fueron llevados á cuchillo por la fé de nuestro Señor Jesucristo y de tal manera se fundó en ella nuestra santa fé católica, que con estar sujeta á príncipes no católicos, muerto Amalarico, rey de los godos, nieto de Teodorico rey de Italia, siendo cercada por Childeberto y Clotario, reyes de los francos, que entraron con muy poderoso ejército, con voz de hacer guerra á los godos, por estar inficionados en la herejía ar riana, teniendo en muy grande estrecho la ciudad, los que estaban dentro, confiando en el favor divino, hacian sus procesiones devotísimamente, vestidos de cilicios y pasando por el muro con la túnica de san Vicente, los reyes movidos, segun escribe Regino, por inspiracion divina, levantaron el cerco y se contentaron con una estola de aquel glorioso santo, que les dió el obispo, y la llevaron á la ciudad de París á donde se edificó entonces la basílica de San Vicente. En la entrada de los moros se fundó en esta ciudad una de las principales fuerzas de su reino; y así, siendo ganada por el emperador don Alonso, él y sus sucesores se

de Zaragoza, consagrada con grandes milagros, desde los tiempos de la primitiva Iglesia.

En la toma desta ciudad, gratificó el emperador á los ricos hombres y caballeros que le sirvieron en la guerra, y porque entre todos fué muy señalado el esfuerzo y constancia de Gaston vizconde de Bearne, le hizo merced de la parte de la ciudad, que era habitada de cristianos cuando los moros la poseian, que eran ciertos barrios de la parroquia de Santa María la Mayor, y túvola el vizconde con la vizcondesa doña Teresa su mujer, y con Centullo su hijo, en honor, intitulándose señor de la ciudad de Zaragoza, como era costumbre. Dió al conde de Alperche otro barrio y parte de la ciudad, que está entre la iglesia mayor y el bienaventurado San Nicolás, á donde aun dura el nombre del conde de Alperche, y repartió muchas posesiones y rentas de eclesiásticos. Tambien se concedieron á los vecinos y pobladores de la ciudad de Zaragoza, grandes privilegios y exenciones y entre otras muy notables es una, que todos los que morasen en ella, como en el tiempo del imperio romano, fueron exentos y libres de todo tributo, por ser de colonia que llamaban Immune, fuesen infanzones y gozasen de la franqueza y hidalguía de que acostumbran gozar los infanzones, que por el antiguo lenguaje del reino de Aragon, corrompido el nombre de immunes, llamaban bermunios, que eran exentos de todo género de contribucion, y no los podian apremiar á que fuesen

se

á la guerra, sino fuese en caso que hubiese batalla campal, ó tuviesen los enemigos cercado algun castillo, é iban al sueldo del rey, porque no eran obligados á seguirle, como la ley dice, sino con pan de tres dias. Mas los ricos hombres, por los feudos que tenian del rey, que en Aragon llamaban honores, eran obligados de seguir al rey, si iba en persona á la guerra y residir en ella tres meses en cada un año, desde que salian de sus casas y volvian á ellas, y no eran apremiados á obedecer otro general, sino la persona del rey, y con esta condicion sucedian sus hijos en los honores, y en defecto de hijos, sus parientes mas cercanos; y no se habia de proveer en aquellos feudos ningunos extranjeros.

CAP. XLIV.—De la guerra que el emperador hizo en la Celtiberia, la cual conquistó á su señorio y del convento de caballeria que ordenó que residiese en Monreal, contra el reino de Valencia.

hácia mediodía, desde Moncayo hasta el nacimiento de Tajo que tiene su principal fuente en el reino de Aragon, junto de Albarrazin, que fué region de celtiberios, y encierra en sus límites la ciudad de Cuenca y su tierra, Molina y Sigüenza; y aunque esta nacion se extendia en los tiempos antiguos mas hacia el occidente, y se incluian en ella los pelendones, dentro de cuyos límites tiene el rio Duero sus fuentes, y parte de los arevacos y carpetanos; pero esto que aquí se señala, era en tiempo de los emperadores Vespasianos, y muchos siglos despues, la verdadera Celtiberia, y con ser tierra muy montañosa y áspera, estuvo mucho antes tan poblada, y era tan abundante y rica, que solo ella puso muy gran fatiga á muy principales procónsules y capitanes del imperio romano; y sacaron alguna vez en campo treinta y cinco mil hombres de guerra. Lo primero que el emperador acometió ganada Tudela, fué Tarazona, que está á las faldas de Moncayo, que segun conjetura de algunos, es el monte que Tito Livio llama Chauno, y era ciudad antiquísima y muy principal en la Celtiberia; aunque Plinio la contribuye con los vascones sus vecinos y comarcanos, por cuyos muros corre un pequeño rio, que tiene su nacimiento en aquel monte muy nombrado en los tiempos antiguos. Porque los españoles, cuando tenian en mas precio el hierro que el oro, no admitian ningun género 'de armas enhastadas, que no se templasen con las aguas de los rios de Tarazona y Bilbilis, y eran muy nombradas estas ciudades por esto en aquellos tiempos, y por esta causa piensan algunos, que antiguamente se llamó este rio Cha

Despues que el emperador don Alonso, ganó la ciudad de Zaragoza, de poder de los infieles, fué cada dia mas desistiendo de la empresa de Castilla, y sucedió que Guido arzobispo de la ciudad de Viena, tio del rey de Castilla, fué creado sumo pontifice, despues de la muerte del papa Gelasio segundo. Era, como dicho es, de la casa de los condes de Borgoña, que fué de las mas ilustres que habia en la cristiandad, y era hermano del conde don Ramon y primo del conde don Enrique de Portugal, que fueron yernos del rey don Alonso de Castilla, y llamóse Calixto segundo. Estuvo en España, antes que el rey de Castilla falleciese, y en su presencia en la ciudad de Leon los gallegos hi-libs, y que corrompiendo aquel nombre se llama cieron juramento de tener por señor á don Alonso su sobrino, que no tenia aun tres años cumplidos. Era su vida y costumbres, de singularísimo ejemplo en toda la cristiandad, y de general consentimiento de los cardenales, que concurrieron en Cluniaco á las honras del papa Gelasio, fué allí elegido el primero del mes de febrero del año mil ciento y diez y nueve. En el mismo año, estando en la ciudad de Tolosa, por el mes de julio, mandó convocar concilio general en la ciudad de Reims, que se habia de celebrar en la festividad del evangelista san Lucas siguiente, y fué de las muy señaladas congregaciones que se celebraron en aquellos tiempos ; y en el año siguiente erigió la iglesia catedral del bienaventurado Santiago en metrópoli, por particular devocion que tuvo al glorioso apóstol Santiago; y por contemplacion del rey su sobriño, que se lo suplicó, y tambien por haber tenido muy estrecha amistad con don Diego Gelmirez, obispo de aquella iglesia, desde el tiempo que en España estuvo, y de darle por sufragáneas las iglesias de Coimbra, Salamanca y Ávila, que estaban ya mucho antes en poder de fieles, y eran en lo antiguo de la provincia de Mérida, y las otras iglesias que se fuesen cobrando y erigiendo en la misma provincia. Con este respecto, que se tuvo al sumo pontifice, y con el suceso de haber sujetado á su reino una ciudad tan señalada y de tan gran poblacion, convirtió el emperador en este tiempo todas sus fuerzas contra los moros, que estaban muy enriscados y fuertes; casi en toda la Celtiberia, que es tierra muy áspera y fragosa. Extiéndese esta region por el occidente hácia oriente, mas adelante del nacimiento del rio Jalon, que nace junto à Medina, que los moros llamaron Celim, hasta el lugar de Ricla, que se incluye en la misma Celtiberia, y en los tiempos antiguos se llamaba Nertobriga, y por el septentrion

Cheiles. Y fuese ganando todo lo que estaba poblado en las riberas de aquel rio de Tarazona, y habíanse ya ganado muchos lugares, que están desta parte de las riberas de Ebro, que eran de los vascones y celtiberos, entre los cuales eran principales Alagon, que llamaron Alavona en los mismos pueblos vascones, y Epila, que se dijo Segontia, como otras ciudades de España, y Ricla, que como dicho es, fué la antigua Nertobriga, Borja, y los lugares de su ribera, Magallon y Mallen. Aquella ciudad se ganó muy en breve, porque todos los pueblos de su comarca estaban ya rendidos, y la tenian los cristianos ceñida por todas partes; mas en nuestras memorias no se declara el año en que se ganó. Restauróse en ella la silla catedral, que en los tiempos de la primitiva Iglesia habia florecido, por la santidad y doctrina de sus prelados; en lo cual se puede considerar, cuán principal fué esta ciudad en aquellos tiempos, porque teniendo muy cerca de si tres muy famosos pueblos, que fueron Bilbilis, que se llamó de sobrenombre Augusto, y los otros dos eran Augustobriga, y Gracurris, la Bilbilis de la Celtiberia, y la otra los pelendones, cuyas ruinas parecen hoy en el lugar que se dice Muro, en las faldas de Moncayo, que está á dos leguas de Agreda; y la tercera que fué muy famosa en los vascones, y se pobló por Tiberio Graco, en memoria de los trofeos de la Celtiberia, se conservó esta contra las invasiones de las naciones extranjeras, y las otras fueron asoladas y destruidas, y fundó en ella silla episcopal y permaneció hasta estos tiempos, y los otros quedaron en lo antiguo sujetos á su diócesi, como hoy lo están sus territorios, porque apenas parecen sus ruínas, y llamóse el primer obispo que tuvó, despues que se ganó de los moros, don Miguel. Ganada Tarazona, fué el emperador continuando su conquista por

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lo mas áspero y fragoso de la Celtiberia, y fuéronse, contra el reino de Valencia, y contra los moros de Moliganando los lugares que estaban en las riberas de Jalon, hasta llegar á poner cerco sobre Calatayud, que está en medio de la Celtiberia. Fué poblado este lugar, segun se escribe en la historia de los árabes en el mismo tiempo que los moros se apoderaron de España, y su poblador fué Ayub, el que volvió la silla real de los árabes á la ciudad de Córdoba, y fundóse sobre las riberas del rio Jalon, en un lugar muy alto y fuerte de la otra parte del rio, que en aquel lugar se junta en el rio Jiloca, cerca de las ruinas de la antigua Bilbilis, que hoy se descubre una legua mas abajo en la misma ribera del rio, sobre un monte muy agro, que está encima de Huermeda, y aquel monte, corrompido el nobre antiguo, se llama Bambola, y por la mayor parte le cine el rio; el cual, aunque en tiempo que florecia el imperio romano fué muy famoso, por ser en su ribera la mayor oficina de las armas que se sabe habia en España, y esto llegó á entenderse y usarse en nuestros tiempos, olvidándose aquel ejercicio por la paz universal de que se goza en nuestros dias, solamente le conocen por útil, porque su naturaleza es tal, que las vegas y campos, que dél se riegan, por estériles que sean, con sus aguas son grasísimos y muy fertilísimos. Ganóse esta ciudad por el emperador don Alonso, segun algunos afirman, dia de san Juan Bautista, del año de mil ciento y veinte y púsose grandísima diligencia en poblarla de gente de guerra, porque era la mas principal fuerza contra los moros, que estaban poblados en las serranías de Cuenca y Molina, y contra el reino de Valencia, y tambien porque era frontera de los reinos de Toledo y Castilla. Fuéronse ganando todos los lugares de aquella comarca, por las riberas del rio arriba, y entre ellas, fué en lo antiguo nombrada Bubierca, y ganóse tambien otro lugar que en lenguaje morisco se decia Alhama, por los baños que en él hay; y por esta causa los romanos le pusieron nombre de las aguas de los bilbilitanos, porque en la propiedad de su lenguaje, aguas significan lo mismo que baños. De allí se conquistó otro lugar muy principal y fuerte en aquella ribera, que se llama Hariza, que segun se colige de la relacion de los caminos que traian en lo antiguo los gobernadores de las provincias romanas, parece mas verisimil, ser el que antiguamente se llamó Arzobriga, que el lugar de Arcos, aunque se conforma ménos con su nombre. Por aquella parte se prosiguió la conquista hasta los confines de la Celtiberia, y de los arevacos y carpetanos, á donde se dividen los límites de los reinos de Aragon y Toledo, y quedó Calatayud por principal defensa y frontera deste reino en aquella parte, y se le adjudicaron las villas y castillos en torno della, por sus comarcas, que fueron Chodes; y como discurren las vertientes, se estienden las sierras á la parte de Castilla, que se decian Albedrano y Vidruerna, Verdejo y Caravantes, que es lugar de Castilla, en tierra de Soria, Albalate, Ariza y Anchol, que ahora se llama Anchues, y está en el reino de Castilla, y es de la tierra de Molina y Mil Marcos, Guisema, la Mata de Mojaron, hasta la torre de la Cerda, Cubel, Villafeliz, Langa y Codos. En el mismo tiempo se fueron ganando los lugares que están en la ribera del rio Siloca, que ahora llaman Jiloca, y se fué discurriendo por la vega arriba, hasta ganar á Daroca, lugar muy principal en aquella ribera, dentro de los límites de la Celtiberia, que tenia un castillo que era fortisimo, y la principal fuerza en aquella frontera

na y Cuenca, y de grande importancia. Pero el emperador determinó de pasar su frontera mas adelante, y escogió un lugar que está en las fuentes del rio Jiloca, que llaman los Ojos, y se dijo Monreal; y propuso que se pusiese en él, como en mas principal frontera, un convento de órden de caballería. Habíanse entonces fundado las órdenes de Cartuja, y de Cistels; y era muy extendida por el mundo la fama de la religion y santidad de san Bernardo, abad de Claraval, en quien el emperador tenia gran devocion, y por su contemplacion determinó dejar grandes heredamientos y posesiones á los caballeros del temple; cuyo maestre, era segun escriben en aquella sazon, un tio de san Bernardo. Tuvo esta órden principio en la conquista de la Tierra Santa, con otras dos, que fueron las del Hospital y Teutones, que de pequeños principios, fueron creciendo en grandísimo aumento. Estas tres órdenes fueron muy celebradas por el celo de la fé y menosprecio del mundo de los caballeros que profesaban religion on ellas, y por sus hazañas y proezas en el hecho de las armas; y el emperador con haber sobre ello mucha deliberacion con el vizconde don Gaston de Bearne, y con los otros principales sus súbditos y confederados, y con los ricos hombres de su reino, propuso de establecer, á imitacion de la órden y milicia del santo sepulcro, otra tal, con esperanza que mediante ella, siendo el primero y caudillo con el ayuda y favor divino, se sojuzgaria del todo la morisma de España, y se abría mas ancho camino para emplearse los caballeros españoles en la empresa del santo sepulcro. Con esto considerando que desde Daroca hasta la ciudad de Valencia, por las continuas entradas y guerras, todos los lugares estaban deshabitados é yermos, y no se labraba ni culturaba la tierra, y todo esto se dejaba desamparado y desierto, mandó poblar aquel lugar, y que se llamase la ciudad de Monreal, que ahora se dice del mismo nombre, en la cual esta nueva milicia dedicada al servicio y aumento de nuestra fé, tuviese su principal morada y convento, y fuese cierta guarida para todos los pueblos cristianos circunvecinos, y se asegurasen desde allí los camines y pasos, y la conquista contra los moros de los reinos de Valencia y Murcia, se prosiguiese y se facilitase con aquella comodidad. Para sustentar este convento á honra de Nuestro Señor y de aquella santa milicia, le señaló el rey ciertas rentas en la ciudad de Zaragoza y Jaca, y la mitad de las rentas de muchos lugares muy principales, que aun estaban en poder de los moros, que eran sus tributarios, á donde llevaban la mitad de sus rentas, que eran Segorbe, Buñol, Cuenca, Molina y uno que llama Burbaca, y de todos los otros lugares que habia desde el puerto de Cariñena hasta Monreal. Allende destas rentas le adjudicó la mitad de todos los quintos que se llevaban en las guerras de los moros desde Ebro adelante, y la quinta parte de todas las propiedades y rentas reales, y les concedia en cada ciudad y villa principal y

castillo que se ganase de los moros, el mejor heredamiento que hubiese. Y dióles todas las exenciones y franquezas que tenian los caballeros que entonces llamaban de la hermandad de Jerusalen. Esto se predicó y divulgó por todo el reino, con grandísima solemnidad, por Guillermo arzobispo de Aux, y por los prelados de Aragon; pero esto cesó despues, por lo que el emperador dipuso de sus reinos, como se verá adelante.

CAP. XLV. De la ida del emperador á Gascuña; y que se hizo su vasallo el conde Centullo de Bigorra.

Con estar este príncipe tan ocupado en las guerras que tuvo con moros y cristianos, por todas las provincias y reinos de España, pasó tambien sus armas y banderas de la otra parte de los montes Pirineos, y tuvo diversas empresas por toda Gascuña, aunque dellas se halla muy corta relacion en nuestras memorias. Entre las otras, una, de que yo hallo hecha mencion, y es muy señalada, fué haber pasado en persona á Gascuña, y que vino el conde Centullo de Bigorra y de Lorda al lugar de Morlanes, donde el emperador estaba, á hacerse su vasallo. Ahora fuese esto por alguna pretension que el emperador tuviese en la sucesion de aquel estado, de cuyos señores el rey Iñigo Arista tuvo su orígen, considerando que los reyes sus predecesores tuvieron mucho deudo con los condes de Bigorra, 6 por otra confederacion y alianza, que entre ellos hubiese contra los reyes de Francia é Inglaterra, es cierto que por el mes de mayo, del año del nacimiento de nuestro Señor de mil ciento veinte y dos, el conde en aquel lugar despues que se dió por su vasallo, le hizo reconocimiento de tener en su nombre aquel estado y todo lo que pudiese conquistar y adquirir de allí adelante. Entonces le hizo el emperador merced del castillo y villa de Roda, que está á las riberas del rio Jalon y de la mitad de Tarazona con su término, y de la ciudad de Santa María de Albarracín con todo su territorio, cuando la pudiese ganar de los moros, y de otros grandes heredamientos. Allende desto, le ofreció, que le haria merced en lo que fuese conquistado en España de moros, de doscientas caballerías que llamaban de honor, que era renta en las ciudades y villas, cuanta fuese menester para el sueldo de doscientos caballeros, que habían de servir en la guerra; y aquel sueldo y beneficio militar, llamaban los antiguos honor, que en Castilla llama ban en tierra y en el principado de Cataluña feudo. Con esto le mandó dar dos mil sueldos de la moneda jaquesa en cada un año, que debia ser una gran suma segun la poca riqueza de aquellos tiempos.

CAP. XLVI.-De la guerra que el emperador don Alonso hizo en las comarcas de Cataluña, y en los reinos de Valencia, Murcia y Almeria.

Fué el emperador don Alonso en las guerras que tuvo con los moros de una increible perseverancia y en su valor y esfuerzo, y en el ánimo y gran corazon igual á los mas excelentes príncipes que hubo jamás; porque en la valentía de su persona se trataba como soldado y era siempre capitan en los consejos. No se lee de rey ninguno de España que tanto hubiese conquistado de moros, ni tantas guerras, ni batallas tuviese con ellos; y así respondió á la grandeza de su ánimo su buena fortuna hasta la muerte y en sus mismos dias era llamado el Batallador, y por su persona fué uno de los mejores caballeros que hubo en la cristiandad, cuando todo su regalo y pasatiempo era el ejercicio de la guerra. Despues que se hubo conquistado por él la Celtiberia y se vió mas libre de las guerras de Castilla, lo primero que emprendió, fué proseguir la guerra poderosamente contra los moros, que se habian defendido en los castillos y lugares mas fuertes de las riberas de Cinca y Segre, continuando su comarca y conquista por aquella parte en la region de los pueblos, que antes de la entrada de

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los moros, se llamaron ilergetes, destruyendo y talando todas las vegas y campos que tenian; no solo desta parte de Cinca, pero toda la comarca que está entre aquellos dos rios, y de la otra parte de las riberas de Segre. Para esta guerra fué muy importante haberse ya conquistado la ciudad de Balaguer de los moros, y tenerla los condes de Urgel en mucha defensa, y ser el castillo della fortísimo sobre las riberas de Segre. Ganóse desta parte por los nuestros, un lugar que tenia un castillo muy bueno en las riberas de Cinca que se llama Alcolea, y de aquí se continuó la guerra contra los moros de Lérida y Fraga con gran porfía, y hubo grandes reencuentros de muy varios y diversos sucesos, y entonces dióel emperador el señorío de Alcolea á un rico hombre que se llamaba Iñigo Galindez, de quien fué muy servido en esta guerra, que era señor de Sos. Mas la principal empresa fué contra la ciudad de Lérida, que era muy poblada y rica, y por ser una de las mas importantes fuerzas que tenian los moros de la otra parte del rio Ebro, y de muy abundosa comarca, por la gran fertilidad del territorio, que llaman el campo de Urgel, y ser los moros continuamente perseguidos por nuestras fronteras, y por los condes de Barcelona y Urgel, residia en aquella ciudad la mejor y mas escogida gente de guerra que tenian, y veníales el socorro desde Berbería muy libre, de mas del que tenian ordinario del reino de Valencia. Púsolos el emperador entonces en mucho estrecho, y pasó á poner su real contra aquella ciudad por el mes de setiembre del año de mil ciento veinte y tres en un collado que llamaban la Almoalla de Garden, que es lugar muy defendido y fuerte, y capaz para asentar su real, de donde se sojuzga la ciudad, y ocupándolo con un cerro, que está entre él y la ciudad, quedaban los enemigos encerrados en ella, sin que se pudiesen desmandar ni recibir el socorro y vituallas que les podian entrar por esta parte del rio; pero no se escribe el suceso que aquella empresa tuvo ni si hicieron algun reconocimiento de tributo, mas de haberse sustentado aquella ciudad por los moros, todo el tiempo que el emperador vivió y muchos años despues. Parece por memorias antiguas, que en el mismo año entró el emperador en el reino de Valencia, con muy poderoso ejército, y hizo muy cruel guerra á los moros, mandando talar y quemar las vegas y lugares que se le defendian. Solamente hallamos haber ido con él á esta empresa, Gaston vizconde de Bearne, don Pedro obispo de Zaragoza, y don Estevan obispo de Huesca; y es verísimil, que no debia faltar ninguno de cuenta en cosa tan señalada, de los que podian poner las manos en ella. Procedió con su ejército tan adelante, que pasó de la otra parte del rio Jucar, y fué talando la vega de Denia, y fueron discurriendo por el reino de Murcia camino de Almería, y mandó el emperador asentar su real sobre Alcaraz al pié de una montaña; y allí se afirma que tuvo la fiesta de Navidad de nuestro Señor, aunque el año es diferente deste tiempo. No contento con esto, prosiguió de allí con su ejército, entrando por el reino de Granada, y fué discurriendo por el Andalucía, hasta poner cerco contra la ciudad de Córdoba, y juntandose toda la mayor fuerza de la morisma de aquellas provincias, salió el rey de Córdoba á darle la batalla, en un lugar que en la historia antigua de Aragon se llama Arinzol, y en ella quedaron los moros vencidos. Esto se confirma por algunos anales antiguos de las cosas de Castilla, en que se escribe, que entró el rey de Aragon con gran hueste en tierra de moros, y lidió y

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