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se vino de Barcelona á Bolea, con intento de pasar con ellos lo mejor que pudiese. Viéronse allí con el rey, don Jimeno de Urrea, don Artal de Alagon y algunos otros caballeros aragoneses, y oidas sus quejas y demandas, el rey les ofreció de hacer enmienda de los agravios que pretendia haber recibido, á conocimiento y declaracion de la corte, y no queriendo admitirla de la forma que el rey les ofrecia, despidiéronse dél, y porque don Artal tenia el castillo de Játiva en rehenes, por los reyes de Aragon y Castilla, de voluntad dellos le entregó á don Pedro Fernandez señor de Ijar. Entonces el rey atendido que don Artal, y don Pedro Cornel, y don Jimeno de Urrea, se querian salir de su reinos, é ir á vivir con otro rey, recibió debajo de su amparo á sus hijos y mujeres, y las villas y castillos que tenian, y á sus vasallos, segun la costumbre antigua de Aragon, y como lo disponía el privilegio general, y ellos prometieron | de guardar y cumplir al rey lo que en tal caso debian. Mas como otros muchos caballeros determinasen de salirse del reino por esta causa, el rey procuró de los detener en su servicio desagraviándolos, y mandó que se pagasen cincuenta mil sueldos de deuda que le pedian, porque gente de don Artal habia hecho represalia en ciertos bienes de Bernardo de Sarriá, y que dó á determinacion de Juan Zapata justicia de Aragon, para que declarase lo que conforme à fuero se debia hacer, y halláronse con el rey en estos medios don Pedro Fernandez señor de ljar, don Atho de Foces y don Pedro Martinez de Luna. Este año vino al servicio del rey, Felipe Saluces que era su primo, hijo del marqués de Saluces hermano de madre de la reina doña Costanza, y dióle en franco y perpétuo heredamiento los castillos de Jusseu, Lascuarre, Laguarres, Luzas, Estopañan, y Viacam con sus términos.

CAP. V.-Que el rey don Sancho de Castilla se interpuso para tratar de paz entre el rey de Aragon y Carlos principe de Salerno y de la Morea.

En la paz que el rey don Sancho asentó con el rey de Aragon, entendiendo que della dependia conservarse en el reino, y excluir de la sucesion dél á don Alonso, hijo del infante don Fernando, su adversario, que era favorecido del rey de Francia, gobernose en esta negociacion con gran maña y astucia, y procuró granjear al rey de Francia, ofreciendo que el rey don | Jaime su yerno desistiria de la empresa de Sicilia. Por esta causa, segun afirma el autor castellano de las cosas de aquellos tiempos, entendiendo el rey don Sancho que don Juan Nuñez de Lara era ido á Francia, envió allá á don Gonzalo arzobispo de Toledo, y otros embajadores, para darle cuenta de la concordia que habia tomado con el rey de Aragon, escusándose que no la pudo evitar por razon de la guerra que tenian sus reinos, ofreciendo que siempre guardaria la amistad que con él tenia. Es cribe este autor, que la respuesta del rey de Francia fué, que si él pudiese acabar que el rey de Aragon dejase la isla de Sicilia á la Iglesia, él alzaria la mano de la pretension que tenia Carlos de Valois su hermano al reino de Aragon, y entonces el rey de Castilla envió sus embajadores al rey, pidiéndole con gran instancia que se llegase á Guadalajara, y allí se concordaron vistas entre ellos con el rey Carlos, que llamaban principe de Salerno para Logroño, y porque Carlos viniese á ellas seguramente, y estuviese cierto que lo que allí se acordase, se concluiria, el rey don Saucho

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con gran maña procuró que el rey le entregase los hijos del príncipe, para que estuviesen en su poder, y él lo tuvo por bien. Hacia á trueque desto, el rey don Sancho avisadamente su propio negocio, asegurándose del rey de Francia, que no favoreciese la voz y querella de sus sobrinos en la pretension que don Alonso tenia á los reinos de Castilla, y con gran instancia trabajaba, que estos reyes se concertasen en el hecho del reino de Sicilia por su medio. Detenia en este tiempo en su reino el rey don Jaime á don Diego Lopez de Haro, y estando en Magallon tratando de verse con el rey de Castilla, por el mes de enero de mil doscientos y noventa y tres, proveyó que se le pagase toda aquella suma que le debia dar por razon de lo que estaba entre ellos concordado, cerca de estar en estos reinos, y detenerse en ellos por este año, y en caso que se quisiese ir, el rey le había asegurado que le mandaria entregar á su mujer é hijos, y toda su casa, y los pondrian en salvo en Navarra ó fuera de su reino en otra parte. Tambien el papa Nicolao con grande eficacia, habia procurado que estos príncipes se concordasen y se asentase entre ellos la paz, de la cual dependia el sosiego de toda la cristiandad, y trabajó de persuadir al rey de Aragon, que renunciase el derecho del reino de Sicilia con grandes promesas, y sobre esto le envió por su legado á Bonifacio de Calamandrana, prior de la órden del Hospital de Jerusalen, pero cesó esta plática por entonces por la muerte del papa que falleció á cuatro del mes de abril del año pasado, y estuvo sede vacante la Iglesia mucho tiempo hasta la eleccion de Celestino. Envió entonces el rey con aviso de lo que se trataba cerca de las nuevas condiciones de la paz al reino de Sicilia, á Jazberto de Castellet, varon catalan, para que el infante don Fadrique y el almirante, y con las personas que entendian en el consejo de estado, platicasen cerca de los medios que les parecia, se debian proponer ó admitir para la paz que tanto se procuraba por parte de la Iglesia y de los príncipes de la cristiandad. Este caballero llegó á Mecina á dos de abril deste año, y teniéndose noticia en aquel reino de la causa de su ida, fué tanta la alteracion y escándalo que resultó della entre todos los sicilianos, que no pudiera ser mayor, si los franceses sus enemigos con poderosa armada y muy pujante ejército llegaran para entrar en la isla, y temiendo lo que despues sucedió, y los males y daños que de la paz se les podrian seguir, si se concluyese, de comun acuerdo los estados de aquel reino enviaron á Cataluña una muy solemne embajada, con la cual vinieron Federico Ralco, que era un señor muy principal, y un juez que se llamaba Roger de Jeremia y Pandolfo de Falcon de Mecina, Ugo Talca, Juan de Calatragrion, y Tomás Grilo de Palermo para desviar al rey de cualquier concierto y medio que le pudiese inducir à la concordia, renunciando el derecho que tenia en el reino de Sicilia y en los estados de Pulla y Calabria, y en el principado de Capua y en las islas adyacentes, recelando que habia de volver á la sujecion de los franceses, cuyo dominio tenian muy aborrecido. Estos embajadores vinieron á Lérida, á donde el rey estada tratando de la concordia por el mes de junio deste año, y allí se concordó que los reyes de Aragon y Castilla se viesen con el príncipe de la Morea en la fiesta de la Madalena, y el rey entretenia estos embajadores, diciendo que se trataba que la isla de Sicilia quedase al infante don Fadrique su hermano, y á sus descendientes perpetuamente, como los sicilianos lo enviaban a suplicar.

que el privilegio que disponia cerca de la orden de la CAP. VI. De la guerra que se hizo contra don Artal de eleccion de los jurados, se habia dado en comun á toAlagon, el cual se redujo al servicio del rey.

da la universidad, y no queriendo concurrir estos No embargante que el rey habia procurado de con- tres, que eran de la cofradía de San Francisco, con certarse con los ricos hombres que andaban fuera de los otros nueve á hacer juntamente con ellos su elecsu servicio, don Artal de Alagon le hacia guerra den- cion, eligieron los nueve jurados doce personas de la tro en su reino, estando casado con doña Teresa Pe- universidad de Zaragoza y de las dos cofradías para rez hermana del rey, y con sus valedores y vasallos jurados, nombrando de cada parroquia un jurado. hizo mucho daño en los términos y lugares de Daroca, Tras esto se siguió, que debiéndose hacer nominacion Teruel, Morella y Huesca, y en sus aldeas, y fué de persona para el oficio de zalmedina, que es el juez necesario que el rey juntase sus huestes para echarle | ordinario de la ciudad, en la parroquia de San Lorendel reino, y fuéle á cercar á Arcaine que era una villa | te, á la cual este año cabia la suerte de nombrar seis de don Artal, á donde se habia hecho fuerte. Pero en- personas, segun era costumbre, las cuales se presentre tanto el rey de Castilla procuró que el rey le pertaban por los jurados al rey, y él elegia uno para zaldonase, y siendo en esto de su parte terceros don Be- medina, hubo entre los mismos de la parroquia de San renguer de Cardona maestre de la caballería del Tem- Lorente division y gran discordia, y así en breve hubo ple en Aragon y Cataluña, Pedro Garces de Nuez, Pedro gran tumulto y escándalo en toda la ciudad, que esJimenez de Moneba, Juan Zapata justicia de Aragon, taba partida en dos bandos, siendo cabeza y principal. Pedro Sanchez justicia de Calatayud, y el rey le per-del uno los tarines y tarbas, y del otro los bernaldinos, donó todas las culpas pasadas, y á otros sus valedores | y toda la ciudad se puso en armas, juntándose los del y vasallos, y los daños que en aquella guerra habian un bando, con el cuerpo de su gente en la parroquia hecho. Mas para que se pusiese en la merced del rey, de San Pablo, y los del otro que estaban en la parrofué necesario que primero don Lope Ferrench de Luna quia de San Felipe se apoderaron de muchas torres, y y otros ricos hombres y caballeros le hiciesen pleito de la mayor parte del muro de piedra. El rey estaba homenaje que el rey no le mataria ni haria daño en ausente, y no habia teniente de gobernador ó procurasu persona, ni en la de sus hijos y parientes ó vasallos, | dor general, y Gil Tarin que era merino, requirió en ni los desheredaria, sino que estaría á justicia con él, nombre del rey á los unos y á los otros, que dejasen segun los fueros de Aragon, y lo que en él llaman ob-las torres y muros, en que se hacian fuertes, pues servancias, y cuando el rey de otra manera tentase de proceder contra él, ofrecian aquellos ricos hombres de valerle. El mismo dia que este perdon se hizo que fué á catorce de junio deste año, se concertaron el rey y don Artal, en que don Artal dió al rey sus castillos y villas de Arcaine, Oliet y Ares por los de Pina y Alcubierre, y dió los heredamientos que tenia en Peñíscola, por la villa de Fuentes de Ebro durante su vida. Poco despues en principio del mes de setiembre hizo el rey otro cambio con don Pedro Cornel, y con Jimeno Cornel su hijo, á los cuales dió para ellos y sus descendientes las villas de Alfajarin y Alfamen, con sus términos por las que ellos tenian en las montañas de Jaca que era el patrimonio de aquella casa, y el mas antiguo de los ricos hombres del reino, que era la torre y villa de Javierre, Gai, Suesa, Larraz, Nove y el valle que decian de Arahues con los lugares de Arahues, Jasa y Bosa, y el val de Aisa, en el cual está el lugar de Aisa, Asposa y Sinioes, el castillo que se decia Grossi, y el lugar de Villanueva y Arahues del Solano, Sauga, Nohues y Assoteilo. Tambien por el mismo tiempo se movió en la ciudad de Zaragoza gran disension y discordia entre los ciudadanos, hasta llegar á ponerla en armas y en gran contienda civil, por la eleccion de los jurados que se hacia por el mes de agosto. Porque la órden que entonces se tenia, era, que elegian doce jurados, cada uno de su parroquia, y estos al fin del año hacian eleccion de los que lo habian de ser en el venidero, nʊmbrando cada uno la persona que le parecia de su parroquia para el cargo. Sucedió, que estando juntos los ciudadanos en la casa de la puente, para entender en la eleccion, los nueve hicieron nominacion de otros nueve para jurados, y los tres eligieron seis, pretendiendo que siendo la ciudad repartida en dos cofradías, una de Santi Spiritus, y la otra de San Francisco, que comprehendian toda la ciudad, se debia hacer la eleccion, de suerte que se eligiesen seis jurados de una cofradía y otros seis de la otra, atendido,

eran del rey, y aunque los de San Pablo obedecieron su mandamiento, los de la parroquia de San Felipe se detuvieron en las torres y muros sin dejar las armas, diciendo que no tocaba al merino hacer aquella prohibicion, porque las torres y muros y barbacanas, y los otros edificios pertenecian á la ciudad, y cuando fuesen requeridos por las personas, á quien la administracion de aquello pertenecia, les obedecerian, y asf quedaron las cosas en el mismo rompimiento y disension, y cada dia se recrecian entre las partes diversas peleas, y la ciudad estaba puesta en gran tumulto y estruendo de guerra, como si estuviera cercada de enemigos.

TOMO IV.

CAP. VII. De las vistas que tuvieron en Logroño los reyes de Castilla y Aragon y de lo que en ellas pasó por trato del rey de Castilla.

Vino el rey don Sancho con la reina doña María su mujer á las vistas que estaban concertadas en Logroño con el rey de Aragon, muy acompañado no solo de gebte principal de sus reinos, pero con toda la compañíá de la gente de guerra que tenia en Castilla, que se acercaron con gran disimulacion á las fronteras, y se aposentaron en las comarcas de Soria y Agreda, y se fueron acercando á Logroño. El rey de Aragon llevaba la infanta doña Isabel su mujer, que se llamaba reina de Aragon, en son de fiesta y regocijo con los de su corte, como aquel que iba á verse con su suegro. Sucedió en el modo del trato, que entendió luego el rey de Aragon, cuán inconsideradamente se habia ido á poner en poder de su suegro, porque ante todas cosas se propuso, que el rey le relevase de la obligacion que tenia de valerle con los quinientos de caballo, en caso que tuviese guerra con el rey de Francia, de la cual se queria eximir, por no desavenirse del rey de Francia. Esto se pidió de manera que dió á entender el rey don Sancho, que si no se hacia aquello, retendria los hijos del príncipe de Salerno, que el rey le habia entregado en rehenes, con tres caballeros muy principa

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les, que estaban en su compañía, que eran Ugo de tas vistas de Logroño se concordaron las diferencias Baucio, Beltran de Lamanone y Folcheto de Pontes, y que los ricos hombres de Aragon tenian con él, y el se dieron en depósito debajo dejuramento y homenaje, rey de Castilla tuvo por bien, que Bernardo de Sarriá que se le restituirian, y se habian llevado á San Estévan tuviese el castillo de Játiva, y Asberto de Mediona de Gormaz, y aun se amenazó, que detendrian la per- el de Castalla, como los tenia en fieldad y tercería don sona del rey y de la infanta doña Isabel su esposa, y á Artal de Alagon, y que Ramon de Villanova tuviese los ricos hombres de su casa, si no se hiciese lo que el el castillo de Morella y Asberto de Mediona el de Biar, rey de Castilla pretendia. Pedia tambien el rey don como se habian entregado á don Pedro Fernandez seSancho, que el rey alzase el pleito homenaje, que ha- ñor de ljar, y el rey don Sancho alzó á don Artal y á bian hecho don Juan Alonso de Haro y don Tell Gutierdon Pedro Fernandez juramento y homenaje que le rez, Garci Fernandez, Rodrigo Martinez de Guadala- habian hecho por razon destos castillos, y le recibió jara y Nicolás Perez y otros caballeros que tenian por de aquellos otros caballeros. De Tarazona se volvió el el rey de Aragon los castillos que el rey don Sancho rey para Zaragoza, y llegando á la villa de Alagon á habia puesto en rehenes, y que el rey hiciese juramen- veinte y ocho del mes de agosto deste año, consito al rey y reina de Castilla, y á la infanta doña Isabel, derando que el tratado de la paz entre él y sus advery tambien lo jurasen los infantes don Fadrique y don sarios no se habia podido efectuar, señaladamente por Pedro sus hermanos, y los ricos hombres de sus rei- no tener la sede apostólica sumo pontifice, y en este nos, que en caso que muriese sin dejar hijos varones mismo tiempo estuviesen los barones de Cataluña en de la infanta doña Isabel, ó de otra mujer, y quedase gran division y guerra, siendo los príncipes Armengol hija de aquel matrimonio, sucediese en los reinos de conde de Urgel, Ponce Ugo conde de Ampurias, don la corona de Aragon. Pareciéndole al rey que por diÁlvaro vizconde de Ager, don Guillen y don Pedro de versas vias le forzaba su suegro á otorgar todo esto, y Moncada, que con otros varones y caballeros de su que concurria fuerza y miedo, que podian mover á parcialidad habian desafiado á don Ramon Folch vizcualquier varon por muy constante que fuese, y que conde de Cardona, y á don Ramon Roger conde de de otra manera no permitiria el rey de Castilla, que Pallás, y á don Ramon de Anglesola, y don Dalmao saliese de aquella villa ni sacase á su mujer, y las re- de Rocaberti, y á Ugueto de Ampurias vizconde de henes, secretamente ante dos caballeros, que eran Ra- Bas y á otros barones catalanes, con ánimo de hamon de Villanova y Tomás de Proxita, y ante otros cerles guerra, y todo aquel principado estuviese en dos privados suyos, que se decian Ramon de Manresa armas, el rey por remediar los daños y peligros que y Pedro de Costa, protestó que por cualquiera de aque- de aquella alteracion y bando se podian seguir, y atenHlas cosas, que él otorgase, no era su voluntad ni entendido que en las cortes que últimamente habia celebradia de lo cumplir ni de alzar el pleito homenaje que le habian hecho el rey de Castilla y sus ricos hombres. Esto fué á diez y nueve del mes de agosto, y de allí á dos dias hizo la renunciacion del socorro de los quinientos de caballo. Creo que esto dió ocasion á lo que el autor de la historia general de Aragon escribe, que parece haber sido mas vecino de aquellos tiempos, y escribió las cosas destos reinos en suma, hasta la muerte del rey don Alonso hijo deste rey don Jaime, á que afirma, que el rey de Castilla en las vistas de Logroño, trató de mandar detener al rey don Jaime, con achaque de hacerle fiesta en su reino, para entregarle al rey Carlos, y que disimuladamente se salió de aquella villa. No sabemos que destas vistas resultase otro efecto, sino descubrir el rey don Sancho su intencion, lo que fué causa, que el rey de allí adelante atendió á encaminar sus negocios, como entendia que era mas expediente suyo, y tuvo apartada de sí á la infanta doña Isabel, con la cual no se consumó el matrimonio, y de allí segun escribe el autor antiguo de la historia del rey don Sancho, los reyes se vinieron á Tarazona, á donde el rey en presencia de los mismos caballeros á veinte y seis del mes de agosto, estando ya en su libertad, ratificó la protestacion que habia hecho en Logroño. Los medios de la concordia que entonces se trataban entre el rey y el príncipe de Salerno eran, que pretendia el príncipe, que el infante don Fadri-cado de Guiana. que casase con una bija suya, y se le diese en dote la isla de Sicilia, y pensaba cobrar algunas ciudades y castillos que el rey de Aragon tenia en Calabria y á Iscla, Prochita, Capri y otras islas, y el rey de Aragon no quiso venir en ello, y tornando á cobrar los hijos del príncipe y los otros tres caballeros los El tratado de la paz se iba cada dia mas estrechantrujo consigo y los llevó á Barcelona, á donde se pu- do entre el rey de Aragon y el rey Carlos, siendo el sieron en buena guarda, y tenia cargo dellos, Ber-principal ministro Bonifacio de Calamandrana, que fué nardo de Mompahon, y Guillen de Puigvert. En esun muy notable caballero, y por esta causa se fué el

do en la ciudad de Barcelona, entre otras cosas se habia proveido, que se pusiesen treguas entre los nobles de Cataluña, desde la fiesta de san Miguel hasta dos años cumplidos, mandó requerir á estos ricos hombres y barones en virtud de aquel estatuto, que pusiesen entre sí treguas. Estando el rey en Tarragona, llegó á su corte Bonifacio de Calamandrana, que era gran medianero entre él y el rey Carlos, y muy servidor de entrambos, y con gran instancia rogó al rey de parte del rey Carlos que desistiese de continuar la guerra hasta que se pudiese ver con el rey de Francia, para tratar con él de alguna tregua entre ellos, porque en este medio, siendo creado sumo pontifice, se pudiese mas cómodamente tratar de la paz, y el rey lo tuvo por bien. Por este mismo año se movió muy cruel guerra entre los reyes de Francia é Inglaterra, por mar y por tierra, y vino con muy poderoso ejército contra Gascuña Carlos de Valois hermano del rey de Francia, y tomó á Burdeus, y muchos lugares y castillos de Guiana se rebelaron contra el rey de Inglaterra, y por mar concurrieron de ambos reinos muy gruesas armadas, y la principal causa fué la pretension que el rey de Francia tenia con el rey de Inglaterra, que le habia de prestar personalmente homenaje y reconocimiento por la provincia de Gascuña, y amenazaba que procederia á privarle del du→

CAP. VIII. De las vistas que hubo entre el rey y el principe de Salerno, entre el collado de Panizas y la Junquera, y de la embajada que el rey envió á Sicilia con Ramon de Villanova.

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rey á Barcelona, á donde á catorce del mes de no- | Vinroma y otros heredamientos, y por tener el rey deviembre deste año, se concertaron vistas entre estos bajo de su dominio una ciudad tan principal como príncipes, y tratóse que el lugar dellas fuese el mis- aquella, permutó tambien con don Guillen de Moncamo á donde se habian visto el rey don Alonso y el da, hijo y heredero de don Ramon de Moncada, la Azupríncipe en el tratado de la concordia que entre ellos da y el señorío que tenia en ella, y sus términos, con se concluyó. Tambien se concertó que el rey fuése con la tercera parte de las rentas y todo el dominio que el doce de su consejo, para que asistiesen con él al tra- príncipe don Ramon Berenguer conde de Barcelona dió, tado de la paz y llevase consigo solo diez caballeros cuando aquella ciudad se conquistó de los moros, á con sus espadas y dagas, sin otras armas, para que Guilien Ramon Dapifer y la castellanía que tenia en el discurriesen por el campo y descubriesen la tierra, y castillo, con todo lo demás que habian sus predecesode la misma manera viniese tambien el rey Carlos, y res poseido en Tortosa. Dejó todo esto por las villas y así se hizo, y estos príncipes se vieron por el mes de castillos de Vallobar y de Zaidi, que se le dieron en noviembre entre el collado de Panizas y Junquera, y feudo de honor, y por los heredamientos y jurisdiccion allí asentaron nueva tregua y sobreseimiento de guer- y censos que la caballería del Temple tenia en Fraga, ra. Lo que en estas vistas pasaron, fué tan secreto, para que don Guillen los tuviese en feudo de la misma que no se pudo entender otra cosa, que estar muy con- manera que ya tenía á Fraga. formes en procurar por su parte cada uno todos los medios que se pudiesen hallar para concordarse, y á veinte del mes de diciembre se volvió el rey á Girona. De aquellas vistas resultó que en el año siguiente de mil doscientos noventa y cuatro, á diez y ocho del mes de julio, estando en Barcelona el rey, envió á Ramon de Villanova que era su camarlengo y de su consejo y gran privado, á Sicilia para tratar con la reina doña Costanza su madre y con el infante don Fadrique, y persuadirles que condescendiesen en los medios de la paz, y principalmente para persuadir á los sicilianos generalmente della, y con órden de requerir á Conrado Lanza, maestre justicier del reino de Sicilia, y á don Blasco de Alagon, que se viniesen á su servicio, entendiendo que eran los que serian mas parte para desviar al infante de aquella plática, que persuadirle, que por ningun partido se dejase la posesion de aquel reino, sin lo cual se entendia ya, que el príncipe ni la Iglesia no vendrian en ningun concierto, é hizo el rey merced del oficio de maestre justicier, que es el principal del reino, á don Ramon Alaman, y dióle la tenencia del castillo del monte de San Julian, que era del mismo Conrado Lanza. Antes desto habia sido librado de la prision en que estuvo tanto tiempo, el infante don Enrique hijo del rey don Fernando, y fuése á Sicilia. á donde el almirante le hizo gran recogimiento y fiesta, y fuése á Trapana por este tiempo para embarcarse. Detúvose el rey to mas deste año en Barcelona, á donde vinieron á veinte del mes de noviembre por embajadores del rey de Francia, Raoul, conde de Claramonte y condestable de Francia, que fué un muy señalado caballero, y Pedro de Flota, y porque habia entre los barones de Cataluña grandes guerras y bandos, y el tratado de la paz se continuaba con grande hervor, no pudo el rey venir á verse con la reina de Castilla, como lo habia concertado, y don Diego Lopez de Haro se despidió allí del rey, con fin de ir a servir al rey de Inglaterra, 6 pasarse á tierra de moros, y el rey le detuvo con esperanza que le confederaria con el rey de Castilla, el cual envió al arcediano de Segovia y á Alonso García de Pancorvo, para que instasen, que el rey viniese á las vistas, que estaban concertadas con la reina doña María su mujer. Este año estando el rey en Barcelona á cuatro de marzo, proveyó el oficio de justicia de Aragon en lugar de Juan Zapata, en la persona de Jimen Perez de Salanova, que fué un muy notable varon, y tuvo aquel cargo mucho tiempo, y el rey se concertó con don Berenguer de Cardona, maestre del Temple en Aragon y Cataluña, en nombre de su orden, que le renunciase la ciudad de Tortosa, por la villa de Peñíscola y Ares, y por las tenencias de las Cuevas, y

CAP. IX.-De la eleccion del papa Celestino, que renunció el pontificado y fue elegido en su lugar Bonifacio. que concluyó la concordia entre el rey de Aragon y Carlos segundo rey de Sicilia.

Despues de la muerte del papa Nicolao, estuvo vacante la sede apostólica mas de dos años, por la division y parcialidad que habia en el colegio de cardenales, y siendo muerto Nicolao, le pasaron de Roma á Perosa, para entender en la eleccion. Estando en gran contienda y diversidad, sin poderse conformar, finalmente todos concurrieron en nombrar á un santo varon de Tierra de Labor, natural de Esernia, junto a Sulmona,' que profesaba vida de ermitaño, llamado Pedro Murono, hombre de simplicísima vida y gran siervo de Dios, y fué elegido al pontificado en la mayor confusion y discrepancia del colegio á siete dias del mes de junio del año de mil y doscientos y noventa y cuatro, y Hamóse Celestino quinto. La eleccion deste pontifice fué tan maravillosa á las gentes, cuanto inopinada, porque estuvieron los cardenales mas de dos años tan firmes y constantes y con esto divisos y discordes en sus votos y pareceres, que no se podian concertar, y á la postre por la fama de la santidad y religion deste varon, de improviso condescendieron todos en su eleccion y enviaron sus legados á tierra de Abruzo, á donde estaba en su recogimiento y soledad con la nueva de haberle elegido, y fué consagrado en la ciudad del Aguila, y de allí se fué á Nápoles, á donde se detuvo con su corte y creó harto número de cardenales y entre ellos dos de su orden. Luego que fué elegido, envió por sus nuncios al rey de Aragon, á don Ramon obispo de Valencia, y á Bonifacio de Calamandrana, para que juntamente con los embajadores que acá estaban del rey de Francia, continuasen y concluyesen el tratado de la concordia, la cual estaba tan adelante, que se tuvo por muy constante haberse concluído entonces, aunque no se publicó, porque de la coronacion del pontífice á la renunciacion que hizo del pontificado, apénas pasaron dos meses, y fué fama, que fué confirmada por él secretamente. Porque conociendo Celestino en sí, que no era apto para el gobierno de tan gran dignidad, y no se sintiendo capaz della, determinó de resignar el pontificado, habiendo primero mandado promulgar una constitucion decretal, por la cual se declaraba, que él podia resignar el pontificado, y en presencia de los cardenales le resignó en la ciudad de Nápoles á doce de diciembre en la vigilia de santa Lucía, y quitóse las insignias pontificales, dejando, como dice Bernardo Guido en su historia, á los sucesores nuevo ejemplo de humildad, y

que estaban en la corte del papa en Anania, hallándo→ se el rey Carlos presente, y fué con estas condiciones. Lo primero que se declaró fué, que el rey don Jaime casase con doña Blanca hija del rey Carlos, y su padre se obligó á pagarle cien mil marcos de plata, y los veinte y cinco mil que se le daban por contemplacion de matrimonio, se le habian de pagar luego que se efectuase, y la restante cantidad á los términos que el pa➡ pa señalase, con bastante seguridad, y en caso que por disolverse el matrimonio se hubiese de restituir el dote, se habian de volver solamente los veinte y cinco mil marcos al rey Carlos, y á sus herederos, y segun la costumbre que se guardaba en semejante caso en este reino, por razon deste dote, el rey habia de dar á la reina ocho mil libras barcelonesas en cada un año en rentas de villas y castillos. Fué asentado que la isla de Sicilia, y las otras adyacentes, y todas las tierras y castillos que el rey Carlos tenia, antes que los sicilianos se rebelasen, se restituyesen por el rey don Jaime á la Iglesia, quedando al rey Carlos su derecho á salvo, y cuanto al tiempo y al medio, que se habia de tener en la restitucion, y de la ayuda que el rey de Aragon habia de hacer á la Iglesia, en caso que aquella isla le fuese rebelde é inobediente, quedó reservado de consentimiento de las partes, que el papa á su alvedrío lo dispusiese. Lo mismo se apuntó cerca de la restitucion de las fortalezas y castillos que el rey don Jaime y los suyos, y de su opinion y liga tenian en toda Calabria, Valdegrate, Tierra Jordana, y en el principado y Basilicata, y por las islas de Iscla, Prochita y Capri, y por las otras que están desta parte del Faro. Concordóse una firme y muy constante y verdadera paz entre estos príncipes, por sí y sus hijos y valedores, y remitieron todas las injurias y ofensas y daños que habian recibido en aquella guerra generalmente, y especificose, que si quisiese ser comprehendido en esta paz Conrado de Antioquía, que era nieto del emperador Federico y primo hermano de la reina de Aragon, el rey Carlos lo tenia por bien, con que no pudiese pedir de nuevo otra cosa, de lo que poseia entónces. Habian de renunciar el rey de Francia y su hermano en poder de la Iglesia los reinos de Aragon

de menosprecio de sí mismo, que habia de ser imitado | Aragon de la otra, se concluyó por sus embajadores, de muy pocos y celebrado por todos, y así fué mas maravillosa la resignacion que la eleccion. Fué elegido en su lugar en la ciudad de Nápoles el cardenai Benito Gaetano en la vigilia del nacimiento de nuestro Redentor, que fué en fin del mismo año y llamóse Bonifacio octavo, bien diferente de su predecesor, muy astuto y sagaz, y de gran discurso y negociacion en las cosas del siglo. Lo primero que hizo despues de ser asumpto al pontificado, fué mandar prender á Celestino, que se iba á esconder en parte, á donde no se pudiese descubrir en él ninguna vanagloria de un hecho tan señalado, y proveyóque le tuviesen á muy buena custodia. escusándose, que lo hacia por evitar que no resultase algun escándalo en la Iglesia, si alguno por dañados fines le quisiese reconocer por verdadero pontifice, lo cual se temia por la condicion y costumbres del sucesor, mayormente, que algunos dudaban, que la resignacion del pontificado se pudiese hacer, de lo cual se podia suscitar algun gran escándalo y cisma en la Iglesia de Dios. Vivió aquel santo varon, despues de su resignacion, casi año y medio, y fué canonizado por Clemente quinto, y puesto en el catálogo de los santos con nombre de San Pedro confesor. Antes de la eleccion de Celestino, el rey don Jaime y el rey Carlos, que de aquí adelante se llamará rey de Sicilia, por el reino que tuvo en las provincias de Capua y Abruzo, y Pulla y Calabria, que llamaron reino de Sicilia aquende el Faro, estaban entre sí casi avenidos, y no restaba sino el decreto y confirmacion de la sede apostólica, y difirióse hasta que fué Bonifacio elegido, el cual con diligencia procuró que la paz se concluyese. Por esta causa el rey de Francia, desde París, en principio del mes de febrero de mil y doscientos noventa y cinco, envió por sus embajadores, en su nombre y de Carlos su hermano, que se intitulaba conde de Alanzon, Valois y Anjous, al obispo de Orliens, y al abad de San German de Prats, junto á París, á la corte del papa, para que se hallasen en el asiento de la concordia, y el rey de Aragon envió á don Gilabert de Cruillas, Guillen Durfort, Pedro Costa, y Guillen Gal-. ban que era gran letrado en derecho civil. En este medio murió el rey don Sancho de Castilla en la ciudad de Toledo á veinte y cinco de abril, y porque quedaba el infante don Fernando su hijo primogénito muy mozo, dejó encomendada la tutela de su persona, y del reino, á la reina doña María su madre, que fué muy excelente princesa, y dejó muy encargado al infante, á don Juan Nuñez de Lara, hijo de don Juan Nuñez, que el año antes habia sucedido en el estado de su padre, que murió en Córdoba estando en la frontera contra el rey de Granada, mas por quedar el rey de menor edad, y por la pretension de don Alonso hijo del infante don Fernando, se movieron grandes alteraciones en aquellos reinos. Por el mismo tiempo habia guerra entre el rey y don Berenguer de Entenza, y porque en ella se hizo mucho daño á los vecinos de Naval, puso el rey allí por alcaide, con gente de guerra, á Juan de San Martin.

CAP. X-De la concordia que se concluyó entre el rey de Francia y Carlos de Valois su hermano y el rey de Sicilia, de una parte, y el rey don Jaime de Aragon, sobre la pretension de la isla de Sicilia, y de lo que se trató sobre la restitucion del reino de Mallorca.

La concordia entre el rey de Francia y Carlos su hermano, y el rey de Sicilia de una parte, y el rey de

y Valencia, y el condado de Barcelona, y por todo el derecho que por razon de la concesion que tenian de la sede apostólica, podian pretender, para que se restituyesen al rey de Aragon, de manera que no le perjudicasen en caso alguno, por razon de la restitucion, ni se adquiriese derecho a la Iglesia, con color della, 6 de otra reservacion que se hubiese hecho al tiempo que se dieron los reinos al rey de Francia, y á Carlos su hijo, ni por causa de la renunciacion 6 resignacion que se habia de hacer en poder de la Iglesia, antes quedase su derecho firme é ileso al rey de Aragon, para que los poseyese y tuviese de la misma manera que el rey don Pedro su padre los tenia, antes que se biciese la donacion dellos al infante don Alonso su hijo primogénito, ni hubiese ofendido á la Iglesia. Ofrecia el rey Carlos, que procuraria con la sede apostólica que sin dificultad alguna, benigna y graciosamente relajase y revocase todas las sentencias de excomunion, y las suspensiones y entredicho que se habian declarado por la Iglesia, ó por sus legados, por razon de aquella guerra contra el rey don Jaime y contra el infante don Fadrique su hermano, y contra cualesquiera otras personas sus fautores, ó contra cualesquiera capítulos y universidades, y que se dispensaria con

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