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En el año de mil noventa y cinco murió Guillen Ramon conde de Cerdania, y dejó un hijo que se llamó Guillen Jordan, que sucedió en aquel estado, y era conde de Rosellon Gaufredo, que descendia del conde Wifredo, que fué señor de Cerdania en tiempo del rey Lotario.

CAP. XXXI. Como el infante don Pedro fué alzado por rey, y prosiguió el cerco de Huesca, y venció á los moros en la gran batalla de Alcoraz y se ganó la ciudad.

Sucedió que reconociendo el rey el muro, vió cierta | cipales caudillos, movieron de Zaragoza, para ir al parte del mas flaca, por donde le pareció, que se po- socorro de Huesca, y el rey don Pedro, aunque tuvo dria fácilmente combatir, y levantando el brazo dere- aviso, cuán grande poder era el de los enemigos, concho para señalar aquel lugar descubrió la escotadura fiando en el socorro divino, menospreciando el pelide la loriga, y fué herido por el costado, y sintiéndose gro, con gran ánimo, por el aumento de la fé, deterherido de muerte, disimuló con gran corazon cuanto minó de salir á dar la batalla á los enemigos, y ordepudo, por no desanimar á los suyos, y mandó ayun- nó sus haces, segun se refiere en la historia de San tar á los ricos hombres y caballeros, y tomó juramen- Juan de la Peña, desta suerte. En la avanguarda puso to del rey don Pedro, y del infante don Alonso sus al infante don Alonso Sanchez su hermano, que fué hijos, segun el arzobispo don Rodrigo y el autor de uno de los mejores caballeros que hubo en sus tiemla historia antigua escriben, que no se levantarian del pos, y con él estuvieron dos muy señalados ricos cerco, hasta que la ciudad fuese ganada y puesta de- hombres de Aragon, el uno fué don Gaston de Biel, de bajo de su señorío, y consolando á sus hijos, y á los quien descendieron los Corneles, que fueron los mas que allí estaban, como príncipe cristianísimo, y antiguos ricos hombres de Aragon, cuya familia y de singular esfuerzo, sacándole la saete murió luego, linaje duró mas de trescientos años despues dél, en y fué su muerte á cuatro de junio deste año. Fué lleva- este reino, y fué su casa y solar el mas antiguo que do su cuerpo á Montaragon, que él habia mandado se sabe de los que fueron naturales aragoneses, y el fundar, y estuvo por sepultar, hasta que la ciudad otro se llamaba don Barbatuerta. En la batalla estuviefué ganada; y despues fué llevado al monasterio de ron don Ferriz de Lizana, don Bachalla, don García de San Juan de la Peña, segun parece en una relacion Atrosillo, don Lope Ferrench de Luna, y don Gomez antigua, por miedo de los moros, y fué sepultado de Luna, muy principales ricos hombres, y un cabadelante del altar de San Juan Bautista. llero, que había sido desterrado del reino, que se llamaba don Fortuño, que escriben haber venido con tres. cientos peones de Gascuña con sus mazas, de las cuales se aprovecharon mucho en aquella jornada, y porque fué de los que mas se señalaron en ella, dicen que de allí adelante le llamaron Fortuño Maza, y dejó este nombre á sus descendientes, que fueron muy principales ricos hombres. En este escuadron se puso el mayor cuerpo de la gente, y el rey estuvo en la retaguarda, y con él don Ladron, y Jimen Aznarez de Oteiza, y Sancho de Peña, y otros muchos ricos hombres, y buenos caballeros de Navarra y Aragon. Era innumerable la morisma que concurrió para esta jornada, y allegáronse tantas compañías de gente de caballo y de pié, que se afirma en la historia antigua, que desde Altabas hasta Zuera, todo el camino que hay desde las riberas de Ebro, hasta las de Gallego, iba cubierto de gente, y que el conde don García envió á decir al rey don Pedro que se levantase del cerco, porque no podia escapar cristiano ninguno de los que con él estaban, pero con grande esperanza salió el rey con su ejército para darles la batalla á un campo que está delante de la ciudad, que decian Alcoraz. Comenzó el infante don Alonso á mover la batalla, y peleó con la caballería de los moros, y hirió su escuadron en los primeros tan esforzadamente, que hizo grande daño en ellos, y mezclose por todas partes la batalla tan bravamente, que afirma aquel autor que duró todo el dia, y los despartió la noche, y fué preso el conde don García, y quedó el rey moro vencido. Murieron, segun en la historia de San Juan de la Peña se refiere, mas de treinta mil de los enemigos, y en la dotacion que el rey hizo á la iglesia mayor de aquella ciudad se afirma que fueron muertos casi cuarenta mil y de los cristianos murieron menos de dos mil. Era tanto el número de los moros, que toda la noche estuvo el ejército del rey en armas esperando que el dia siguente se habia de pelear, pero el rey moro con los que pudo se salió huyendo y no paró hasta Zaragoza, y en amaneciendo se siguió el alcance hasta Almudevar. Dióse esta batalla el dia de la dedicacion de las basílicas de san Pedro y san Pablo en la cuarta feria, aunque està comunmente recibido que fué á veinte y cinco de noviembre del año de mil noventa y seis, y llamóse antiguamente la de Alcoraz, por el lugar á donde se dió, y es de las famosas que hubo en España contra in fieles. Mostró

Muerto el rey don Sancho, fué luego recibido por rey su hijo don Pedro, que se llamó rey de Aragon y Pamplona; y de tal manera prosiguió la guerra contra los moros, que dió bien à entender, que igualaba al valor de su padre. El arzobispo don Rodrigo, y el autor antiguo de la historia de Aragon, señalan que se continuó el cerco, y que se ganó la ciudad en el mismo año, á cabo de seis meses que fué cercada; pero en las memorias antiguas parece, que pasaron dos años antes que la ciudad se ganase; y es cosa muy verisimil, que en todo este tiempo, el rey don Pedro antepuso esta empresa á todas las otras, y la guerra se estrechó con todo su poder, y hubo en ella muy varios sucesos. Finalmente conociendo el rey Abderramen que no era poderoso á defender aquella ciudad, tuvo gran diligencia en procurar que le socorriesen, así cristianos como moros; y considerando Almozaben rey de Zaragoza, que de la defensa de Huesca pendia todo lo restante, y en ella consistia la conservacion de toda la morisma que estaba en la tierra llana, y que en esto se trataba del estado y bien comun de todos, hizo Ilamamiento general de toda la gente de su reino, y mandó ayuntar su ejército en Zaragoza, y entre otros se valió de dos condes sus amigos y vasallos, que el uno era el conde don García de Cabrera de Najara, y el otro el conde don Gonzalo, pero el conde don Gonzalo no vino, y envió su gente, y el conde don García llegó con trescientos de caballo, y con mucha gente de pié. Desto, no solamente se halla gran memoria en nuestros anales, pero en algunos muy antiguos de Castilla, en los cuales se hace mencion, que el conde don García Ordoñez se halló en esta batalla, con la gente que trajo en socorro de los moros. Toda la morisma que estaba junta con el rey moro, y otros prin

bien en esta necesidad el rey que toda su esperanza contienda con Simon abad del monasterio de Jesús pendia en el socorro divino y en la intercesion de los Nazareno de Montaragon, y favorecíale el rey, porgloriosos santos, que por devocion del pueblo eran los que el rey don Sancho le habia prometido que se aneabogados y defensores de la cristiandad; y así segun xaria á la abadía de Montaragon, en presencia de don el arzobispo don Rodrigo escribe, luego que el rey Berenguer arzobispo de Tarragona y de don Pedro su padre fué muerto y fué alzado por rey, mandó | obispo de Pamplona, y de don Diego obispo de Sanque se trujese á su real el cuerpo de san Victorian, tiago. En esto se detuvieron hasta diez y siete del mes y encomendándose con grandes oraciones al santo de diciembre, y se concordaron, con intervencion del mártir, salió á dar la batalla á los moros y siendo rey y de los barones y grandes de su reino, que al animado por vision divina, como el mismo arzobispo obispo de Jaca se diese la mezquita para que se fundase don Rodrigo escribe, persistió en la batalla y venció en ella la sede episcopal, y el abad y monasterio de San aquella innumerable multitud de gente y quedó su Ponce de Tomeras, tuviesen una iglesia que se habia ejército con gran triunfo y muy rico del despojo. conservado desde antes de la entrada de los moros Tambien en la historia de San Juan de la Peña se con- con gran devocion de los cristianos que habian quetiene, que se apareció aquel dia á los cristianos san dado debajo de su servidumbre, que llamaban en Jorge, y que trajo un caballero aleman en su caba- aquel tiempo la iglesia antigua de San Pedro, y el mollo, que en el mismo dia se halló en la batalla de la nasterio de Jesús Nazareno tuviese la capellanía de toma de Antioquía, y algunos autores modernos aña-❘ la Azuda, y así siendo congregados don Berenguer den á esto que aquel caballero era del linaje de Mon- arzobispo de Tarragona, Amato arzobispo de Burdeos, cada y que se halló en la batalla de Alcoraz un hijo Pedro obispo de Pamplona, Folch obispo de Barcedel emperador de Alemania, que volviendo de San- lona, Sancio obispo de Lascares, interviniendo con tiago, á donde era venido en peregrinacion, se quedó ellos el mismo obispo de Aragon y Jaca, que de allí á servir al rey, y que era opinion que descendieron adelante se intituló de Huesca; fué consagrada la deste los ricos hombres del linaje y apellido de Ur- mezquita y dedicada á honor de Jesucristo Nazarerea. Pero así como es muy notoria verdad, que nuesno y de santa María su Madre, y de san Pedro príntro Señor obraba milagrosamente por sus siervos en cipe de los apostóles, y de los glorisos san Juan Bauaquellas necesidades, siendo tan pocas y tan débiles tista y san Juan Evangelista, y dotó el rey la iglesia las fuerzas de los cristianos que peleaban con innume- de todas las posesiones y rentas que la mezquita terables copias de infieles, y que en las batallas por su nia en tiempo de los moros, y luego le asignó y aprogran clemencia y misericordia eran confortados por pió el castillo y villa de Famañas, que está junto á diversas visiones de santos abogados de la cristian- Alcalá, que llaman del Obispo, con todos sus térmidad, así en lo demás bastara, si lo que parece verisi- nos, y el castillo y villa de Tabernas y Bañares. Hamil se admite por verdadero, y fuera desto lo que bia tornado de nuevo la querella de los prelados sobre fuere mas apacible á la opinion del vulgo, que se las rentas que se anexaron á diversos monasterios, en deleita de cosas extrañas, ni pienso afirmarlo por tiempo del rey don Sancho, porque se le concedió por constante, ni contradecirlo. Mayormente que el prin- la sede apostólica, que las distribuyese á su alvedrío, cipio de los linajes de Moncada y Urrea, es de tanta y por esto fue enviado por el rey á la corte romana, antigüedad y nobleza en Cataluña y Aragon, que no el abad Aimerico, y con él se dió aviso al papa Urhay para qué ensalzarlos con opiniones que no sean bano segundo, de la victoria que de los infieles le hamuy fundadas y verdaderas. En memoria desta tan bia dado nuestro Señor, y confirmó lo que Alejandro grande y señalada victoria, mandó el rey edificar en segundo y Gregorio séptimo concedieron al rey don aquel mismo lugar, una iglesia á honra y gloria de Sancho, para que pudiesen los reyes distribuir las san Jorge patron de la caballería cristiana, y escri- rentas de las iglesias, de los lugares que se ganasen de ben los autores modernos que entonces tomó el rey los moros y de las que de nuevo se edificasen en su por sus armas y divisas la cruz de san Jorge en cam- reino, 6 por capellanías ó monasterios, exceptuando las po de plata, y en los cuadros del escudo cuatro ca- iglesias catedrales, dando la misma facultad á los ribezas rojas por cuatro reyes y principales caudillos cos hombres, que pudiesen anexar á cualquier monasque en esta batalla murieron, y estas armas queda- terio, ó reservarse para sí y sus herederos, cualesron de allí adelante á los reyes de Aragon. Siendo la quier iglesias de lugares de moros, que ganasen en la batalla vencida, volvió el rey sobre la ciudad, y lue- guerra, ó las que fundasen en sus propios heredamiengo se le rindió y entró en ella, á veinte y siete del tos, con las décimas y primicias con que hiciesen cemismo mes con grande gloria y triunfo de haber al- lebrar los oficios divinos por personas convenientes, canzado la mas señalada victoria y ganado la mas ministrando las cosas necesarias. Extendióse la fama principal ciudad que otro ninguno de sus anteceso- desta victoria que el rey don Pedro hubo de los infieles, res despues de la entrada de los moros. Dió el rey por toda la cristiandad, y dió grande esperanza segun franqueza y grandes libertades á los que viniesen á el papa Urbano escribe en sus letras apostólicas, à la poblar esta ciudad, y el mismo dia de su entrada dió empresa que se habia tomado en el concilio que tuvo la capilla del palacio real que se llamaba la Azuda, en Claramonte, ciudad principal de Alvernia, en el á Frotardo abad de San Ponce de Tomeras, porque reino de Francia, para la expedicion de la Tierra Santa el rey don Sancho su padre lo habia así ofrecido, en cuando casi en un instante todos los reinos de la criscaso que se ganase de los moros: y queriendo don tiandad, en este mismo año tomaron las armas contra Pedro obispo de Jaca consagrar la mezquita princi- los infieles, y concurrieron á seguir esta empresa, por pal, que era uno de los mas excelentes edificios que la cual se afirma haberse juntado tan grandes ejércilos moros tenian en España, para que se restaurase tos, que pasaban de trescientos mil combatientes y buen ella el culto divino y la silla episcopal, á donde bieron muy señaladas victorias contra los infieles, que habian presidido sus pastores y prelados desde la pri- en las letras de Urbano llama turcos, y en ellas se dice mitiva Iglesia, hubo sobre esto grande alteracion y que fueron sumamente animados aquellos príncipes,

y del emperador Enrico quinto, y parece verosímil que esta reina Berta sucediese de aquella casa de los marqueses de Italia. Tuvo el rey don Pedro de la reina su mujer, una hija, que se llamó doña Isabel, que en la historia de San Juan de la Peña se afirma haber fallecido el mismo dia que falleció el infante don Pedro su hermano,

por esta victoria tan señalada que alcanzaron los nuestros en estas partes tan remotas del occidente. Era tan grande la devocion de aquellos tiempos, que aunque tenian en España, los enemigos de la fé, casi como dicen, de sus puertas adentro, y era tan fiera y obstinada gente en la guerra, pero por mayor mérito se movieron muchos señores muy principales, para ir á servir á nuestro Señor, en aquella tan santa expedicion, y entre ellos fueron los mas señalados Guillen, conde de Cerdania, que murió en ella herido de una saeta, y por esta causa le llamaron de sobrenombre Jordan, y Guitardo conde de Rosellon su primo, y Guillen de Canet.

CAP. XXXII.-De la conquista que emprendió el Cid, de la ciudad de Valencia.

En este mismo año, se escribe en anales antiguos, que el Cid ganó de los moros la ciudad de Valencia, y que se le entregó el postrero de junio. Fué la mas hazañosa obra esta empresa, que otra que sepamos en España de persona ninguna, que rey no fuese. Duró el cerco nueve meses, y puédese bien considerar el gran estado deste caballero, juntamente con su valor y es fuerzo, porque aun que el rey de Castilla, que era de los mas poderosos reyes que entonces habia en la cristiandad, hubiera ayuntado su poder para emprender la conquista desta ciudad, fuera muy difícil empresa por estar tan adentro de toda la morisma de España, y ser una de las mas pobladas que en ella habia. Todo esto venció el ánimo y valentía de este caballero. En la historia de San Juan de la Peña, se refiere, que valió al Cid en esta guerra un rico hombre muy valeroso y principal llamado don Pedro Ruiz de Azagra, señor de Albarrazin, y aquel autor en esto recibió engaño, porque don Pedro Ruiz, el que él escribe, no fué en este tiempo, sino mucho despues del Cid, que fué gran amigo del rey Lobo de Valencia. Llegaron en socorro de la ciudad de Valencia innumerables compañías de alarabes de allende, con el rey Bucar, y los almoravides, y entonces se escribe en aquella historia antigua de Aragon, que fué el rey don Pedro á socorrer al Cid con el ejército de aragoneses y navarros que consigo tenia, y con el infante don Alonso, y dejó en la ciudad de Huesca á Fortun Garces de Biel, hijo de don Gaston de Biel, el cual, segun allí se refiere, fué el primero que hizo por armas cinco cornejas en campo de oro, y de allí adelante tomaron el nombre de Corneles, y quedaron con él en defensa de la ciudad otros dos ricos hombres de Aragon, don Ferriz de Lizana, y don Pedro de Vergua. Fué vencido el rey Bucar en esta batalla, y sobreviniendo dentro de pocos dias la muerte del Cid, la gente que con él se hallaba se derramó y la ciudad volvió á estar otra vez debajo del yugo de los moros. Fué casado el infante don Sancho, que segun otros dicen, se llamó como el padre, con una hija del Cid, segun los mas afirman, al cual hubo el rey en la reina su mujer llamada Berta, que no se escribe cuya hija fuese, no embargante, que tambien se halla mencion en escrituras antiguas de la reina doña Inés su mujer, y no se puede afirmar, si fué una con estos nombres, ó dos mujeres, y en las historias de Castilla tambien se hace mencion, que entre las otras mujeres que el rey don Alonso que ganó á Toledo tuvo, fué una, llamada Berta, que era natural de Toscana. Casi por el mismo tiempo parece por historias extranjeras, que el emperador Enrico habia casado con Berta hija de Oto, marqués de Italia, que fué madre del rey Conrado,

CAP. XXXIII-Que el rey don Pedro torno á ganar de los moros la ciudad de Barbastro.

Continuó el rey don Pedro, todo el tiempo que vivió, la guerra contra los moros, y en el año de mil y noventa y ocho tuvo cercado un castillo que se decia Calasanz, junto á Bolea, y por ser muy fuerte se le habia defendido, y en el año siguiente por el mes de setiembre, mandó labrar y fortificar un castillo que se llamó Traba, y hizo muy cruel guerra contra Barbastro, que se tornó á ganar por los moros, y para cobrar aquella ciudad, ayuntó muy poderoso ejército, y ganóse entónces Pertusa, lugar antiguamente poblado en la region de los ilergetes, que está en la ribera de Alcanadre. Pasó el rey á poner su real sobre Barbastro, año de mil ciento y uno. Los moros se rindieron, y entregaronle el castillo de Vililla, que está junto de Ballobar, que era en aquel tiempo muy importante, y otros castillos y fortalezas de la comarca, y por la antigüedad y nobleza de aquella ciudad, procuró el rey que se erigiese en ella silla episcopal, y por esta causa fué enviado á Roma Poncio obispo de Roda, que se llamó obispo de Barbastro. Eran los ricos hombres que le sirvieron en esta guerra Pipino Aznarez, Ato Galindez, Jimen Galindez, y Fortun Galindez, Jimeno Garces, Fortun Velazquez, Sancho Panzons, Galindo Galindez, Fortun Dat, Enrique Dat, Sancho Sanchez, Lope Aluces, y otros ricos hombres, y por el mes de octubre deste año, dió grandes inmunidades y franquezas á los que poblasen en aquella ciudad, declarando, que fuesen infanzones. Estaban las cosas deste príncipe en grande reputacion, por muy señaladas victorias que hubo de los infieles, y intitulábase reinar por este tiempo, desde los confines de Castilla y Navarra, hasta lo último de Pallás.

CAP. XXXIV. Que la ciudad de Carcasona se redujo à la obediencia del conde de Barcelona, y sucedió en el condado de Besalú.

Ramon Berenguer, hijo de Ramon Berenguer, conde de Barcelona, que al tiempo de la muerte de su padre quedó tan niño, como se ha dicho, fué defendido y amparado contra la tiranía de su tio, por la fidelidad y gran lealtad de los catalanes sus naturales, y aunque se siguieron en Cataluña grandes alteraciones y guerras, le guardaron y criaron como á su señor natural. Salió muy valeroso y esforzado caballero en armas. Este príncipe casó con una hija de Giberto conde de la Proenza y de Aimillan, que se llamó Dulce, que sucedió á su padre en aquellos estados, y habiendo tomado la posesion del condado y la orden de caballería, como era costumbre, queriendo cobrar la ciudad de Carcasona y su condado del vizconde Bernardo Athon, á quien, como dicho es, estaba encomendada la tierra, confiado en las alteraciones que habia en Cataluña, se alzó con aquel estado, y no le quiso restituir como lo habia jurado. Considerando los de Carcasona su malvada determinacion, no quisieron dar lugar á su tiranía, y habido entre sí su acuerdo, con los pueblos de aquel estado, tomaron las armas contra el vizconde, y

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entregaron aquella ciudad y sus fortalezas al conde de Barcelona, como á su señor natural. En este tiempo era muy señalado el poder y gran valentía del conde de Urgel, que se llamó Armengol como sus abuelos, y fué casado con una hija de aquel gran caballero el conde don Peranzures, que fue señor de Valladolid, y de la condesa doña Elo su mujer. Éste residió con la En el año de mil ciento y cuatro, el primero de fecondesa doña María su mujer, en el señorío que él tu- brero, ó segun otros anales, á diez y ocho del mes de vo en Valladolid en vida de su suegro, y fué en las agosto, murió el infante don Pedro hijo del rey de guerras que allá se ofrecieron contra los moros muy Aragon, y dentro de pocos dias á veinte y ocho del mes conocido su valor, á quien el conde don Pedro de Por- de setiembre siguiente, falleció el rey su padre, que tugal llama el conde don Ermenegil de Valladolid, y fué uno de los muy valerosos príncipes que en Esparefiere dél un hecho muy famoso en armas, y de gran ña hubo, y fué enterrado en el monasterio de San Juan proeza, que fué llegar á arrancar las aldabas de la de la Peña en la sacristía. Sucedió en su lugar en los puerta de Córdoba, á pesar de los moros, y llevarlas reinos de Aragon y Navarra, el infante don Alonso á Valladolid, donde era señor, y las puso en la Sanchez su hermano, y fué tan conforme el sucesor iglesia de Santa María la antigua, donde el conde en el valor del rey pasado, cuanto se requería para la afirma que estaban en su tiempo. De su muerte se es- grandeza y aumento de aquel reino, que estaba ceñicribe Laber sido en reencuentro de batalla, pero tan | do de la aspereza de los montes, y de las fronteras de confusamente, con haberle quedado el nombre del lugar los moros, y se encerraba en tan angostos límites, por á donde fué muerto, que apenas se entiende si fué en cuyo esfuerzo y gran valentía habia ordenado nuesCastilla ó en Cataluña, y vulgarmente se entiende ha- tro Señor, que los paganos fuesen perseguidos y lanber sido en Mallorca. Lo que no parece semejante ázados de lo mejor y mas fértil que poseian, de la una verdad, que hubiese sido en expedicion de mar contra aquellas islas, mayormente que en el mas antiguo anal de las cosas de Cataluña, se escribe, que fue muerto en Mayeruca, y otros muchos con él en el año de mil ciento y dos, y en la historia antigua de los condes de Barcelona, se escribe que fué muerto en Mayeruca, y que llevaba consigo trescientos de caballo y mucha gente de pié, y por esto le diferenciaban con el nombre deste lugar, y esto sigue el autor de la historia antigua de Aragon, aunque entendió que este destrozo fué en Mallorca. Casi lo mismo refiere Tomic, y con la misma confusion que se llamó Armengol de Mayorica, por haber sido muerto en una batalla que tuvo con los moros, y todos conforman en el tiempo. Mas si en hecho desta ca lidad, tiene lugar la conjetura, por el anal antiguo que yo he visto de las cosas de Cataluña, que se ordenó en el monasterio de Ripoll, me moveria á creer, que es el lugar que hoy Hamamos Molleruza en Cataluña, ó con moros, ó en las guerras y alteraciones que se movieron en estos tiempos. Dejó un hijo muy niño, que se crió en Castilla, con el conde don Peranzures su abuelo, y casó con Arsenda, que segun yo conjeturo, fué hija del vizconde de Ager. Tuvo conde Armengol, yerno del conde don Peranzures, una hija que se llamó doña Mayor, y esta, segun parece por las genealogías del conde don Pedro de Portugal, casó con el conde don Pedro Froyas de Trava, que fue muy gran señor, y tavo á su cargo la crianza del infante don Alonso, que se llamó emperador en las alteraciones y guerras que tuvo con el rey de Aragon su padrastro, y con la reina dona Urraca su madre. Deste conde don Pedro y de la condesa doña Mayor su mujer y de sus hijos Bermudo Perez y Fernan Perez, se hace mencion en memoria auténtica destos tiempos. Habia muerto en el año de mil noventa y cinco Guillen Ramon conde de Cerdania, y sucedióle en el estado Guillen Jordan su hijo, que pasó á la conquista de la tierra santa de Jerusalen, adonde fue muy señalado su nombre, en el hecho de las armas y su gran valentía, y fué muerto de una saeta en un castillo que él fortificó junto á Tripol de Siria, y sucedióle en el estado Bernardo Guillen su hermano. Tenía el condado de Besalú por este tiempo el conde Bernad

Guillen, que era en muy anciana edad, y falleció en el año de mil ciento y once, y por no dejar hijos, volvió aquel estado al conde de Barcelona.

CAP. XXXV.-De la muerte del rey don Pedro y de la sucesion de su hermano el rey don Alonso.

y de la otra parte de las riberas del rio Ebro, cuanto se podia extender en lo de su conquista. Fué el valor deste príncipe tan grande, y él tan diestro y venturoso en la guerras que emprendió contra los infieles, que si como sucedió en los reinos de Castilla y Leon, por el matrimonio de la reina doña Urraca, no le fuera forzado convertir todo su pensamiento en allanarlos, como lo hubo de hacer, hubiera adquirido la mayor parte de la gloria, que se alcanzó despues en muchos siglos por grandes príncipes, que sin ninguna contradiccion se emplearon en aquella santa guerra, y cuando mas convenia que ejercitase en ella, se hubieron de convertir las armas en hacer guerra contra los gallegos y leoneses, y pasaron muchos años, ántes que pudiese emplear sus fuerzas contra los infieles por sus fronteras, continuando la conquista de los reyes sus predecesores. De manera que la esperanza que quedaba, que con la union de los reinos se hacia tan facil la empresa, que representaba la destruccion de los reinos de los moros, aquello fué causa, que del todo se olvidase, lo que se alcanza a entender manifiestamente, cotejando lo que este principe pudo acabar, habiéndose reducido á lo de su propio estado, y á las fuerzas que tenia que emplear de los reinos de Navarra y Aragon, siendo tan débiles.

En el año de mil ciento seis en la fiesta de los apóstoles san Pedro y san Pablo del mes de junio, estando el rey en la ciudad de Huesca, que era la principal cosa de su reino, y adonde se debió celebrar la fiesta de su coronacion y caballería, se convirtió, á nuestra santa fé católica, y recibió el agua del santo bautismo en la iglesia mayor della, un judío que era en su ley el mas enseñado que hubo en aquellos tiempos. Bautizólo don Estevan obispo de aquella ciudad, y fué su padre espiritual el rey, y en memoria desta solemnidad se llamó Pedro Alonso, y fué su religion tan señalada, como la doctrina, en la cual era de los muy estimados que en España hubo. Éste compuso un solemne tratado, para mayor confusion del judaismo, el cual es celebrado por san Antonino en su historia, y por otros autores.

CAP. XXXVI.- De la muerte del rey don Alonso de Castilla, y que sucedió en aquel reino el rey de Aragon por el matrimonio de la infanta doña Urraca.

que

En vida del rey don Alonso de Castilla se trató, el rey de Aragon casase con la infanta doña Urraca su hija, que sucedió á su padre en los reinos de Castilla y Leon, por la muerte del infante don Sancho su hermano y no quedar hijo varon, y habia sido casada con el conde don Ramon, hijo del primer Guillelmo conde de Borgoña, que descendia, segun algunos afirman, de la casa de los reyes de Francia, y era hermano de Guido arzobispo de Viena, que fué despues elegido en sumo pontifice y se llamó Calixto segundo, y de Este van conde de Borgoña y de la condesa Clemencia, que fué mujer de Roberto, conde de Flandes, que llamaron de Jerusalen. Tuvo el conde don Ramon, en vida del rey su suegro, el señorío de Galicia, y no vivió mucho en él, y dejó un hijo, que nació, segun en antiguos anales parece, el primer dia del mes de marzo del año mil y ciento y seis, y criólo en Galicia el conde don Pedro de Trava. No pasaron tres años despues de la muerte del conde, que fué muerto el infante don Sancho por los moros con la mayor parte de la nobleza que le seguia, saliendo á socorrer á Uclés, que se habia cercado por el miramamolin y todos los mas ricos hombres de Leon y Castilla, porque el gobierno de aquellos reinos no viniese en poder de extranjero, procuraron, que el rey su padre casase á la infanta doña Urraca con el conde don Gomez de Campdespina, que era el mas principal de la tierra, y sobre esto se acordaron de tratarlo con el rey su padre, el cual tuvo de aquello grande enojo, y deliberó, segun afirma el arzobispo don Rodrigo, con el arzobispo de Toledo y con los prelados de su reino, que casase con el rey don Alonso de Aragon, pues cuando le faltara heredero, era á quien legítimamente pertenecia la sucesion de aquellos reinos, porque era bisnieto del rey don Sancho el Mayor, su abuelo. Por esto el rey don Alonso con gran aficion condescendió, en que este matrimonio se efectuase. Esto fué, segun se colige por el arzobispo don Rodrigo, que es muy grave y cierto autor de las cosas de aquellos tiempos, habiendo el rey don Alonso sucedido al rey don Pedro su hermano, como era forzado que fuese así, pues eran muertos el conde don Ramon y el infante don Sancho, que sucedió, segun se entiende por la razon de los tiempos, despues de la muerte del rey don Pedro, y el matrimonio se efectuó en vida del rey de Castilla, segun el arzobispo afirma, puesto que Muño Alfonso, en la relacion de los hechos de don Diego Gelmirez primer arzobispo de Santiago, que concurrió en aquel tiempo, escribe, que no se consumo, hasta ser muerto el rey don Alonso, y en esta parte entiendo, que se le debe mas crédito, como autor mas antiguo. Falleció aquel príncipe en la ciudad de Toledo, que él conquistó de infieles, en el año de nuestra redencion de mil y ciento y nueve aunque en el dia hay diversidad en los mismo anales antiguos, y en unos se escribe qué murió el dia de san Pedro y san Pablo, y en otros el postrero de junio, y habia reinado cuarenta y dos años. Fué el mayor príncipe que hubo en España, desde que la sojuzgaron los moros hasta su fin, y en cuyo reinado las cosas de la guerra se ejercitaron y prosiguieron con mas rigor y valor, y los caballeros castellanos mayor gloria alcanzaron en las armas y mas señaladas proeZas se acometieron, aventajándose sobre todas las otras naciones, y el rey fué por su persona tal, que siempre

se señaló entre todos ellos, y despues de su muerte la nobleza y caballería de Castilla, se rindió á todo género de vicio y regalo, y recibieron grandes ultrajes de sus vecinos, como se encarece bien por autor del mismo tiempo. Estando el rey en el artículo de la muerte, dejó todos sus reinos á la infanta doña Urraca su hija, declarando, segun Muño Alfonso escribe, que si casase, se entregase el reino de Galicia á su nieto, y muerta la madre sucediese en todo; y aquel autor afirma, que despues de su muerte, los grandes del reino concluyeron su matrimonio con el 1ey de Aragon, habiéndose juntado sobre ello todos los que estaban en la guerra contra los moros. Tomó el rey de Aragon la posesion de los reinos de Castilla y Leon, sin contradiccion alguna, y ordenó el gobierno dellos, como buen príncipe, y entendió en defender la tierra de los moros con gran cuidado, cuanto le fué permitido, y duró la paz que él deseaba introducir en aquel reino y mandó poblar muchos lugares, que estaban yermos y entre ellos son muy nombrados Bilorado, Berlanga, Soria y Almazan. Mas este beneficio, y el acrecentamiento que se esperaba por el valor deste príncipe, mediante la guerra de los moros, duró muy poco tiempo por las novedades y movimientos que sucedieron en aquellos reinos.

CAP. XXXVII. De las guerras que hubo entre el rey de Aragon, y los que seguian el regimiento de la reina doña Urraca, en los reinos de Castilla y Leon. Púsose luego duda en los reinos de Castilla y Leon, en el matrimonio que se contrajo entre el rey y la reina por el parentesco que entre ellos habia, siendo bisnietos del rey don Sancho el mayor, y estando el rey con este mismo recelo, como el arzobispo don Rodrigo lo escribe, y por la liviandad que conoció en la reina, encargó las tenencias de las principales fuerzas y castillos de aquellos reinos, á aragoneses, confiándolas de su lealtad, en cuyo poder estuvieron mucho tiempo, y tomó título de emperador de España, como el rey don Alonso su suegro lo habia tenido. Dió grande ocasion á esto, que la reina, luego que murió el rey su padre, quitó el estado y tierra, á un muy señalado caballero y de gran fé y lealtad, y que mas deseaba la concordia entre aquellos príncipes, que fué el conde don Peranzures, que la habia criado, y considerando el rey su mal propósito, y la ingratitud de que usaba, mandó restituir el estado al conde, y porque en esto y en otras cosas, excedia los límites de mujer, y se trataba mas suelta y deshonestamente de lo que convenia, el rey la mandó poner con buena guarda en el Castellar que era un castillo fuerte á la ribera de Ebro. Entonces, segun parece por memorias de aquelos tiempos, vino al reino de Aragon, el conde don Peranzures, y recojióse en el estado del conde de Urgel su nieto, con la condesa doña Elo su mujer, y allí residió algun tiempo, como tutor de su nieto, y para mayor seguridad del rey, le hizo donacion de la fuerza de Balaguer, que llamaban la Azuda con las tres partes de aquella ciudad, y de sus términos, con la mitad de los castillos de Laurenz, Montaron, Huaso, Castellon, Algerre, y Albesa, que eran de la conquista de los condes de Urgel, y estaban aun en poder de infieles. Retuvo el conde don Peranzures, para sí y para la condesa su mujer, y para el conde de Urgel su nieto, la cuarta parte de Balaguer, y el rey les dió la mitad de la Azuda para que la tuviesen por él en feudo, y el conde hizo homenaje por lugares y fortalezas que se le

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