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dia de san Nicolás. Por su muerte se siguieron grandes guerras en toda Cataluña, porque el pueblo se levantó contra el tirano, y duró la guerra mucho tiempo, y quedando el sucesor tan niño, padeció grandes adversidades y trabajos. Berenguer Ramon, segun afirman los autores catalanes, fué castigado por la mano de nuestro Señor, como lo merecia su fratricidio, y enmudeció, y murió despues en Jerusalen. Entre otros grandes trabajos que sucedieron por esta muerte del conde, y por las turbaciones que se siguieron en Catalu-traian de Bearne á Zaragoza, y tuvo batalla con los ña, fué que la ciudad de Carcasona, que hasta entonces estuvo pacíficamente debajo del señorío del conde don Ramon Berenguer el viejo, y de la condesa Almodis, despues de la muerte del conde su hijo Ramon Berenguer, fué perseguida y guerreada por los barones sus vecinos, que robaban y destruian sus términos, y cada dia prendian y mataban á los vecinos de aquella ciudad, y no teniendo quien los defendiese, el vizconde Bernaldo Anton se amparó della, ofreciendo á los vecinos, que los defenderia de sus enemigos, y juró que Ramon Berenguer, hijo del conde de Barcelona sucediese en su estado, y fuese de edad para tomar la orden de caballería, le entregaria aquella ciudad y todo el condado, sin ninguna condicion, y apoderóse de todas sus fuerzas, y tratóse de allí adelante, no solo como gobernador y defensor, pero como si fuera señor, porque los de aquella tierra estaban muy opresos de los señores sus comarcanos. Hácese meucion en estos tiempos del conde Ramon de Pallás, hijo del condé Ramon, que hubo de la condesa Valentia su mujer á Pedro Ramon, que se intituló conde de Pallás, y á❘ Arnal Mir. Tambien en este tiempo era conde de Besalú Bernardo Guillen, hijo del conde Guillen Bernardo el Gordo, y tenia el condado de Cerdania el conde Guillen Ramon, y que no declara si fué hijo del conde Ramon Wifredo, de quien se ha hecho mencion, lo cual parece verisimil por el nombre de Ramon.

ficar otra particularidad, puesto que yo hallé en ciertas memorias antiguas, que este destrozo hicieron los moros con furor y trato del rey don Alonso de Castilla, que ganó á Toledo, que tenia guerra con el rey de Aragon por el reino de Navarra, y que allí murió el infante don Ramiro, hijo del rey don Sancho de Navarra. Este mismo año mandó poblar á Ayerve, en las ruinas de un lugar muy antiguo, segun yo pienso, que los romanos llamaron Evellino en el camino que

CAP. XXVI.
- De las victorias que el rey don San-
cho Ramirez hubo de los moros y de los lugares que
en este tiempo se conquistaron y poblaron.

Fué el rey don Sancho muy excelente y victorioso
príncipe y tan guerrero, que jamás cesó de proseguir
la conquista contra los infieles. Combatió muchos cas-
tillos y lugares fuertes que tenian en frontera, en las
cuales grande tiempo se habian defendido. Los que se
nombran en la historia de San Juan de la Peña, y en
el tiempo en que se ganaron, son estos. En el año de
mil y ochenta, ganó el castillo de Coum y Pitilla, y tuvo
el rey una batalla con los moros junto à Zaragoza, y
este mismo año se refiere en aquella historia, que los
moros quemaron á Pina. En el año siguiente de mil |
ochenta y uno, se ganó de los moros Bolea, lugar muy
poblado y fuerte, en los pueblos ilergetes, y en la en-
trada y combate deste lugar, escribe un autor nues-
tro, que fue muy señalado el esfuerzo y valentía de
dos caballeros, del linaje de Torres, que de allí ade-
lante tomaron el apellido de Bolea, y en el mismo
tiempo dice que se dió el condado de Javierre y Latre,
á Pedro Jimenez de Pomar, y que despues se dió á su
hijo el lugar de Salillas, que él ganó de los moros. En
el año de mil ochenta y tres, se escribe en la misma
historia, que se ganó de los moros Graos, y entonces
cumplió el rey el voto de su padre, que habia ofrecido
aquel lugar si se ganase de los moros, al monasterio
de San Victorian. En el mismo año, escríben, que hu-
bo grande matanza de cristianos en Rueda, sin especi-

moros en el dia de Navidad del año de mil ochenta y cuatro en Piedra Pisada. Y en el mismo tiempo, refieren, que fué llevado al monasterio de San Juan de la Peña, el cuerpo santo de Indalecio, de la ciudad de Almería, que está no léjos de aquella ciudad, que antiguamente dijeron Urci, lugar muy celebrado en España citerior, en los mismos confines de la Bética, en la costa de los pueblos que dijeron bastetanos, y fué con grande solemnidad recibido el jueves santo de la cena, por el abad del mismo monasterio llamado Sancio, hallándose presentes el rey don Sancho y el infanta don Pedro su hijo. En el mismo año escribe este autor, que se ganó por el rey de Aragon, Arguedas, y á veinte y cinco del mes de mayo, Secastilla, y en el mismo mes dió una batalla á los moros junto á Tudela, y peleó con los moros junto á Morella, y segun este autor afirma, se halló en esta batalla el Cid, y fué vencido, y en el tiempo hay diversidad, unos escriben, que fué en mayo de ochenta y ocho, y en otras memorias se halla, que fué à catorce de agosto de ochenta y cuatro.

En el año de mil ochenta y cinco, hizo el rey don Sancho donacion al infante don Pedro su hijo, de los señoríos y estados de Sobrarbe y Ribagorza, y de allí adelante se intituló rey dellos, siendo obispo de Jaca el infante don García, y Ramon Dalmao obispo do Roda, Sancio abad de San Juan de la Peña, Poncio abad de San Victorian, y don Sancho Ramirez, hermano del rey, se intitulaba conde de Benavarri.

En este año, segun parece en anales antiguos, á veinte y cinco de mayo y dia de san Urban, se ganó de los moros por el rey de Castilla la ciudad de Toledo, y fué la mas hazañosa cosa que se obró contra infieles, despues que ellos se hicieron señores de todas las provincias de España, por ser aquella ciudad la mas principal que los godos tuvieron en su reinado, y adonde se representaba toda la magestad de su imperio, y ser la mayor fuerza que los moros tenian, así por la estrañeza del sitio, como por su grandeza y riqueza.

En el año de mil ochenta y seis á veinte y cuatro de abril, murió la reina doña Felicia, que segun está dicho, fué hija de Armengol de Barbastro, conde de Urgel, y de la condesa Clemencia, y antes se halia en algunas memorias, que fué casado el rey don Sancho con la reina doña Beatriz. Hácese mencion en este tiempo de Artal conde de Pallás, hijo del conde Artal, y de la condesa doña Lucia su mujer, que fué hermana de la condesa Almodis, como esta dicho.

En el año de mil ochenta y siete, pasaron de África á España los moros que llamaron almoravides, siendo llamados por el rey don Alonso, para valerse dellos contra los moros que en España estaban, por consejo de Abenabet rey de Sevilla, padre de Zaida, que casó con el rey don Alonso. Estos eran los mejores y mas preciados caballeros que habia en la morisma de Ber-bería, y pensando tenerlos el rey de Castilla en su ser

vicio, cuando se vieron en España hicieron guerra contra el rey de Sevilla y lo mataron, y ganaron la mayor parte de la Andalucía, y alzaron por miramamolin al general que envió con ellos el rey de Marruecos, y hicieron grande guerra y daño á los moros que acá estaban, y á los cristianos que les favorecian, y se apoderaron de todas las fuerzas y ciudades principales que quedaban en poder de los moros.

CAP. XXVII. -Como se ganó de los moros la ciudad de Tarragona, y se restauró en ella la iglesia metropolitana.

En las fronteras de Cataluña, la conquista se habia continuado prósperamente, y se fueron los cristianos apoderando de lo llano, y se ganó toda la tierra que está entre Villafranca y Tarragona, con la mayor parte del campo, hasta encerrar á los enemigos en las sierras, y la mayor parte se fueron recogiendo y fortificando en las montañas de Siurana y Prades. Habia padecido la ciudad de Tarragona, desde el tiempo de los godos grandes daños, y quedó casi asolada é yerma, lo que fué principal causa del acrecentamiento de Barcelona, que en lo antiguo habia sido mucho menor poblacion. En este tiempo, porque aquella tierra se habia cobrado de poder de infieles, considerando el papa Urbano segundo, que aquella ciudad, en lo antiguo habia sido tan celebrada y famosa, que de su nombre le habia tomado la provincia citerior, que era la mayor parte de España, y que en lo espiritual, en la primitiva Iglesia habia sido tan principal prelacía, cometió á Bernardo, que fué el primer arzobispo de Toledo, despues que se ganó de los moros, que fué varon de gran santidad y religion, que estaba en aquella sazon en la corte romana, que con gran cuidado atendiese principalmente á la restauracion de la iglesia de Tarragona, dándole general comision, como á legado de la sede apostólica, para que entendiese en lo que concernia á la fundacion y aumento de todas las igle sias de España. Este prelado, segun el arzobispo don Rodrigo escribe, obtuvo entonces del sumo pontifice grandes gracias y privilegios, y fué instituido primado de las Españas, y viniendo por Tolosa, celebró en aquella ciudad concilio y asistieron á él, el arzobispo de Narbona, y todos los obispos de la Galia gótica, y llegado á España, entendió en la comision de su legacía, y por su ministerio fueron en un mismo tiempo dedicadas las iglesias de Tarragona y Toledo, que en el tiempo antiguo habian sido de tanta preeminencia entre todas las iglesias de España, y á donde en aumento de nuestra santa fé católica se habian celebrado diversos concilios generales. Por esta causa, aunque Tarragona estaba muy desierta, el mismo Urbano, dentro de breve tiempo la proveyó de pastor, y fué creado arzobispo Berenguer, que era obispo de Osona.

CAP. XXVIII. Que el rey don Sancho Ramirez ganó de los moros á Monzon, y los echó de algunos lugares fuertes

de las montañas.

Volvió el rey don Sancho á continuar la guerra contra los moros de la otra parte de Ebro, hasta las riberas de Cinca; y procediendo adelante con grandes victorias que alcanzó dellos, puso cerco á la villa de Monzon, en el cual se halló el rey don Pedro su hijo, y aunque el lugar era de su naturaleza y sitio muy fuer te, y el castillo estaba muy enriscado y fortalecido, y los moros estaban obstinados en defenderse, fué entrado el lugar por fuerza, y ganado dia de san Juan

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Bautista, que fué segun se escribe en antiguos anales, en domingo, en el año de nuestra redencion de mil y ochenta y nueve, y allí se detuvo el rey, hasta que pasó parte del mes de agosto del mismo año. Segun esto, parece ser manifiesto engaño, y error de los que escriben, que se ganó por los templarios, porque ni esta orden de caballería se habia instituido, ni vinieron á España hasta el tiempo del emperador don Alonso y del conde don Ramon Berenguer príncipe de Aragon, que fué el que les dió aquella villa, no embargante que este lugar se ganó otra vez por los moros, segun lo que el arzobispo don Rodrigo escribe, y se atribuyó la gloria de la toma dél, al esfuerzo y valor de un rico hombre de Aragon llamado Tizon, y refiere, que por cierto trato le fué hurtado, y que se entregó al conde de Barcelona.

En el año de mil noventa, se escribe en la historia mas antigua que tenemos de las cosas del rey don Sancho, que el rey moro de Huesca se hizo su tributario, y que fué el rey en ayuda del rey don Alonso, á la guerra que hacia á los moros en el reino de Toledo, y que en este mismo año pobló á Estella.

En el año de mil y noventa y uno, se escribe en la misma historia, que pobló y fortificó á cinco leguas de Zaragoza el castillo y lugar del Castellar, junto al rio Ebro, por ser cómodo sitio y fuerte para hacer desde allí guerra contra el rey moro de Zaragoza, y despues ganó de los moros los lugares de santa Olalla y Almenara y á Nabal, lugar bien fuerte é importante, puesto en las faldas de la sierra de Arbe, al principio della á la parte de oriente, por donde baja á lo llano el rio Cinca y pobló á Luna. Diose el señorío de Luna á don Bachalla segun parece en memorias antiguas y fué el primero que divisa sus armas con la luna de plata, sobre el escudo que traia de campo rojo, que eran las armas de los reyes de Navarra, y sus descendientes tomaron el apellido de Luna, y aunque hubo diversas casas deste nombre, los que tuvieron el señorío de Luna, eran los parientes mayores que se llamaron Ferrenches y Artales, y diferenciaron despues las armas, poniendo en campo de plata luna jaquelada de oro y negro, lo cual segun yo conjeturo, se debió hacer, por haber emparentado con los condes de Urgel, que traian el escudo de jaqueles de oro y negro; y así los unos y los otros deste apellido tuvieron su origen de don Bachalla, y de don Martin Gomez, que peleó con el Cid por la ciudad de Calahorra. Continuando el rey la guerra con los moros, señaladamente contra el rey de Huesca, por lo que importaba aquella ciudad, que era tan principal, y la que tenían los infieles en opósito contra las fuerzas de la cristiandad; mandó fortificar tres castillos muy fuertes, que fueron Marcuello, harre y Alquezar, no solo para en defensa de los cristianos que hacian guerra en aquella comarca, pero fueron causa de la destruccion de los moros que estaban en Huesca, y en la tierra llana. Era Alquezar en aquellos tiempos por su fortaleza y sitio la llave y defensa de la entrada de Sobrarbe, puesta en un alto monte, de donde se divide la sierra de Arbe, por la ribera del rio Vero, que atraviesa aquella montaña. Desde este lugar que tenía un fuerte castillo, se hacia cruel guerra á los moros, corriendo y talando sus campos y huertas, y estragando y quemando los lugares que tenian entre Vero y Alcanadre, y pasando á Guatazulema, fué ganando el rey toda la tierra, que está á las faldas de la sierra, hasta llegar á Montaragon que está á una legua de Huesca, á donde fundó un monaste

Lo

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rio, á invocacion de Jesus Nazareno. De manera que por aquella parte y por la de Aragon desde Loharre, que está allende del rio Gallego, se proseguia la guerra contra los moros con grande furia. Fué este príncipe el que primero sacó á los infieles de los lugares fuertes vecinos á la montaña y los redujo á la tierra Ilana, y pasó en ella de tal manera la guerra, que dejó muy fácil á sus su cesores la conquista de lo restante, á cuyo valor y gran esfuerzo se debe atribuir la principal gloria de haber sacado del yugo de los moros las mas importantes fuerzas y lugares en que se habian defendido, desde las riberas del rio Ebro, hasta las de Cinca, y continuando la conquista mas adelante hasta el rio Segre. Instando con tanto ánimo en la guerra, se tuvo casi cierta esperanza, que ganados los lugares y castillos fuertes, que estaban á las faldas de la sierra, se podian fácilmente conquistar todos los otros que estaban en las riberas de Cinca, Alcanadre, Gallego y Ebro; porque de cada dia los moros se iban recogiendo y bajando á los lugares mas principales y poblados, desamparando las fronteras que tenian en la montaña y continuándose la conquista sin cesar un punto, ni un momento, la guerra se hacia muy cruel y muy saguinolenta contra Abderramen rey de Hues-nasterio otros monasterios é iglesias y capillas de su ca, que era muy poderoso y muy valeroso por su persona, y estaba confederado con los moros sus comarcanos, y con el rey de Castilla, y por el mes de junio, del mismo año de mil y noventa y uno, se fué á poner el rey en el castillo de Monzon, para dar favor al conde de Urgel, contra los moros de Lérida, Fraga y Tortosa.

á don Ramon, don Berenguer y don Guillen sus hermanos, y si estos no viviesen, nombra por sucesor al infante don Pedro su sobrino, hijo del rey de Aragon, y muriendo el infante sin dejar hijos, sustituye al conde de Barcelona, don Berenguer Ramon. En otro testamento del año mil y noventa, se hace mencion de la condesa Adalaida su mujer y se dice, que era condesa de la Provenza, y que tuvo dos hijos, el primero llamado Armengol, y una hija, que se llamó doña Sancha. Murió el conde Armengol de Gerp, en el año de mil y noventa y dos.

CAP. XXX. Del cerco que el rey don Sancho puso sobre la ciudad de Huesca, y de su muerte.

CAP. XXIX. Cuanto acrecentó su estado Armengol de
Gerp, conde de Urgel.

Tuvo Berenguer Ramon, hijo del conde Ramon Berenguer el viejo, cierta parte del condado de Barcelona, que él había ocupado tiránicamente, despues de la muerte de su hermano, y fue muy favorecido y amparado por Armengol conde de Urgel, que llamaron de Gerp, por un Castillo que tuvo en frontera junto á Balaguer, el cual fue muy señalado príncipe, y ganó muchos lugares de moros en la ribera de Segre. Éste conquistó la ciudad de Balaguer, Jugar muy principal de los pueblos ilergetes, en la ribera de aquel rio, dus leguas mas arriba de Lérida, en sitio muy apacible y fuerte, y fuele en aquella empresa muy favorable el socorro del obispo de Urgel, y del conde de Pallás, y de don Ramon vizconde de Cardona. Tuvo el conde de Urgel por tributarios á los reyes de Lérida y Zaragoza que le hacian parias, y sus castillos y fuerzas eran exentas, sin reconocer señorío al conde de Barcelona, y fué casado con la condesa doña Lucía, y hubo en ella un hijo, que se llamó Armengol, que sucedió en el estado, al cual dejó, segun parece por un testamento, debajo del gobierno de don Ramon vizconde de Cardona y de Ponce, que llama vizconde de Girona, y de Guerao su hijo, que tambien se llamaron vizcondes de Cabrera, y de Bernardo obispo de Urgel, y de don Ramon obispo de Pallás, y de don Artal, hijo de don Artal conde de Pallás; y sobre todos dejaba á Berenguer Ramon conde de Barcelona, y al rey don Sancho, que tuviesen el gobierno de su estado y de su hijo, para la defensa de la tierra, y mandaba, que cualquiera destos príncipes que tuviese el regimiento del condado acudiese con el rey don Alonso de Castilla, y se enviase allá su hijo, y quedase debajo de su guarda. En caso que muriese su hijo, llama a la sucesion del estado,

TOMO IV.

Dejó el rey don Sancho, de la reina doña Felicia su mujer, tres hijos, al rey don Pedro y á los infantes don Alonso y don Ramiro, y dedicó el postrero para la religion y culto divino, y quiso que fuese monje profeso en el monasterio de San Ponce de Tomeras, que es de la orden de san Benito en Francia, sobre la ribera del Javre, en el territorio de Narbona. Esto fué en el año de mil y noventa y tres, siendo abad de aquel monasterio Frotardo. Por esta causa anexó el rey á aquel mo

reino, con las décimas y primicias y heredades que tenian, y dió muchos lugares que estaban por ganar de los moros, en que habitaban cristianos, y les era permitido tener sus iglesias, y en algunas dellas residian obispos, lo cual mandó confirmar al rey don Pedro su hijo. Prosiguiendo este príncipe la guerra contra el rey de Huesca, determinó de estrecharla con todo su poder, porque entendió, que el rey moro tenia sus tratos con el rey de Castilla, y porque le socorriese, le ofrecia mayores parias que las que á él daba y habiéndose confederado con él, le envió el rey don Alonso al conde don Sancho con gente, para que viniese en su socorro. Teniendo esta nueva el rey, llegando los castellanos á Victoria, salió contra ellos desde Navarra, con los infantes don Pedro y don Alonso sus hijos, y no se atrevió el conde á pasar adelante y volvióse para Castilla. Entonces movió el rey con su ejército y puso cerco sobre Huesca, en el año de mil y noventa y cuatro, y teníala en gran estrecho por el mes de mayo, habiéndose ayuntado un muy grueso ejército de navarros y aragoneses. Era aquella ciudad en estos tiempos muy populosa y principal, y sustentaba mucha parte de la opulencia y dignidad que tuvo en los tiempos antiguos, en que fué una de las mas famosas que hubo en la provincia de España, que llamaron Citerior, la cual fué escogida por Quinto Sertorio entre todas las otras, para fundar en ella la mayor fuerza y pujanza de su estado, en la guerra que emprendió contra el imperio romano, en la cual Veleyo Patérculo encarece, que fué favorecido Sertorio de los españoles, de tal manera, que por cinco años estuvieron las cosas en balanza, que no se podia determinar, cuáles fuesen mayores fuerzas, las de los españoles, ó de los romanos, y llegaron á trance, que estuvo en duda, cuál gente habia de sojuzgar y señorear á la otra. Los muros y y torres de la ciudad estaban muy fuertes, y la gente que habia dentro tenia buen animo para defendarla, confiando en el socorro de Amat, por sobrenombre Almuzazait, que en otras memorias se llama Almozaben y Almuacen, rey de Zaragoza, y de la gente de Castilla, y el rey asentó su real en un cerro junto de la ciudad, que por esta causa se llamó el Pueyo de Sancho, de donde eran los enemigos muy ofendidos.

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