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y devocion que los príncipes tenian al aumento del culto divino, y de allí adelante los obispos tomaron el título de Jaca. Conformóse esta limitacion por el papa Gregorio VII, anexado á esta diócesi el monasterio de las Santas Masas, que eran las reliquias de innumerables santos, que padecieron martirio en Zaragoza; por cuya memoria fué esta ciudad muy venerada en los tiempos antiguos, la cual segun Prudencio, y san Isidro escriben, floreció entre todas las otras, por las sepulturas de los santos mártires. Estaba este monasterio en esta ciudad, junto á las riberas del rio Orba, que ahora se dice la Guerva, y Faterno obispo de Zaragoza, con permision de su clero la anexó á la iglesia de Jaca, y así es hoy anexa esta parroquial al obispado de Huesca.

El rey don Sancho de Castilla, no contentándose con su reino, se apoderó de los estados del rey don Alonso, y del rey don García sus hermanos, y en el año de mil y sesenta se decia reinar en Pamplona, Alava y Castilla, hasta Pancorvo, y el rey don Ramiro en Aragon. Refiérese en la historia general de Castilla, que hizo guerra el rey don Sancho á los moros de la Carpetania, y Celtiberia, que segun el arzobispo don Rodrigo escribe, eran tributarios al rey don Fernando su padre, y los habia sujetado; y vino sobre Zaragoza, y túvola cercada, hasta que los moros se concertaron con él, y se le rindieron, y dieron por vasallos, y de su señorío; con tal condicion, que los socorriese y amparase, así de moros como de cristianos, siempre que se les ofreciese necesidad. Despues desto juntó el rey don Sancho gran poder de los moros con la hueste de Zaragoza, y de todas aquellas comarcas, y fué con un muy poderoso ejército á Sobrarbe, contra el rey de Aragon, y gastaron toda la tierra; y teniendo el rey de Aragon gran sentimiento y pesar, que el rey don Sancho viniese, no solo á socorrer sus fronteras, é hi

tó sobre las llamas el toledano, sin ninguna lesion, y esto conjeturo yo, que es lo que el papa dice de la ilusion toledana. Mas el rey don Ramiro segun parece por aquellas letras apostólicas, fué el primero de los reyes de España que mandó en su reino se admitiesen las reglas y constituciones canónicas, porque en todo se tuviese principal respeto à conservar la autoridad de la sede apostólica, y porque habia diversos abusos en el estado eclesiástico, y por descuido de los reyes pasados, duraban grandes corruptelas contra lo establecido por los sagrados concilios generales que hubo en la primitiva Iglesia, procuró que se congregase en la ciudad de Jaca concilio provincial, y concurrieron en él el arzobispo de Aux, que se llamaba Austindo, y ocho obispos, y los abades de los monasterios; los prelados fueron estos, Guillermo obispo de Urgel, hijo de Wifredo conde de Cerdania, que fué un muy notable prelado, Heraclio obispo de Bigorra, Estévan obispo de Oloron, Gomez obispo de Calahorra, Juan obispo de Leitora, Sancio obispo de Aragon, Paterno obispo de Zaragoza, Arnulfo obispo de Roda, Velasco abad del monasterio de San Juan Bautista, Bonizo abad del monasterio de San Andrés, y Garuso abad asaniense, que es el monasterio de San Victorian. En la primera sesion del concilio, estando el rey presente, y el in- | fante don Sancho, y el cende don Sancho sus hijos, y los barones y caballeros del reino, en presencia de todo el pueblo, en una voz dieron alabanzas á nuestro Señor, rindiendo gracias al rey, llamándole benignísimo y serenísimo príncipe, que habia tenido tanto cuidado de la restauracion de la Iglesia católica, y con grandes exclamaciones suplicaban á nuestro Señor, le diese victoria de sus enemigos. Entonces se confirmaron y restauraron muchos estatutos concernientes al estado eclesiástico, reformando las cosas sagradas y espirituales, en los abusos que duraban por las continuas guerras, y por el comercio que tenian con los in-ciese guerra á los moros que eran de su conquista, pero fieles, conforme á los estatutos de los sagrados cánones, y se instituyó y dedicó en aquella ciudad la silla catedral, que en la primitiva Iglesia estuvo en Huesca, declarando: que cuando la cabeza del obispado se cobrase de poder de infieles, la iglesia que se restauraba en Jaca, le fuese súbdita, y una misma cosa con ella, y la obedeciese como hija á su matriz. Anexó el rey á esta diócesi, los monasterios de Save, Lierde, Sietefuentes, Ciresa, Ravaga, y de San Emeterio, con todas las iglesias que habia, ó se edificasen desde el nacimiento de Cinca, hasta el valle que llamaban Lobera, que fueron en los tiempos antiguos los límites del obispado de Huesca, y de aquel valle, por la region de mediodía hacia el occidente, hasta lo llano á la plana mayor que se llamaban la liana España, y de allí discurriendo por rodeo hacia el septentrion, como se levantan los montes Pirineos, y dividen el reino de Aragon de Francia, incluyendo los valles hasta la villa de Aragues, que era la postrera del Val de Anso, hasta un lugar que se decia Moncubell, y de allí por la region de los vascones, como discurre el rio Aragon, y parte los límites del reino, incluyendo todo el valle de Orsella, que ahora se dice Valdonzella, con todo el Pintano; con las igle sias de diversos castillos, que eran Filera, Ruesta, Ull, Peña, Sos, Lobera, Uncastillo, Luesia, Librana, Eliso, Castelmanco, Aguero, y Morillo, que se edificaron en tiempo del rey don Sancho, padre del rey don Ramiro. Allende de la décima que se señaló á esta iglesia, anexó el rey la tercera parte de los tributos que recibia de los moros de Zaragoza y Tudela; tan grande era el celor

le fuése á buscar tan adentro en su señorío; juntó sus gentes y salió al rey don Sancho su sobrino, cerca del Grado, y hubieron batalla, en la cual fue el rey de Aragon vencido y muerto. Pero esta entrada del rey don Sancho, fué con color que el rey de Aragon ayudaba á los navarros, y juntó gran ejército de cristianos y de los moros, con quien el rey don Ramiro tenia guerra; y teniendo cercado el castillo de Graus en la ribera de Esera, que estaba en poder de los moros, corrió el rey don Sancho la tierra de su tio, y fué á socorrer á los infieles, y llevaba consigo, segun algunos escriben á Rodrigo de Vivar, que dijeron el Cid; y estando el rey don Ramiro en el cerco, fué acometido por diversas partes, y fué en la batalla muerto. Esto fué en el mismo año de mil y sesenta y tres, segun por muy ciertos anales parece, á ocho dias del mes de mayo, y llevaron á enterrar su cuerpo al monasterio de San Juan de la Peña.

En el mismo tiempo hubo en las montañas de Ribagorza y Pallás, un caballero que se decia Arnal Mir, bijo de Mir, que por su valor y esfuerzo grande hubo diversas victorias de los moros, y los persiguió y echó de los lugares fuertes que tenian en las montañas.de Pallás, y ganó dellos muchos castillos; señaladamente el castillo de Ager, que está en medio de un muy apacible valle, cubierto de grandes arboledas y bosques, y está en los confines del condado de Urgel, entre dos rios, que se llamaban Noguera y Nogueruela, y ahora se dicen Noguera Pallaresa, y Noguera Ribagorzana. Todo lo que se encierra entre estos rios, y por el mediodía,

desde el castillo de Santa Licinia, y por el septentrion,, muy vergonzosamente, y el rey de Aragon siguió la desde la cumbre de Montsec, ó fué conquistando por victoria, y pasó á Ebro, haciendo cruel guerra á sus este caballero de los moros, ó adquirido en patrimo- enemigos, y quedó apoderado de toda aquella parnio; y en tiempo de Alejandro segundo en el octavo año te del reino de Navarra, que el rey de Castilla habia del rey Filipo de Francia, hijo del rey Enrico, que usurpado. Quedando libre de esta guerra, porque Abfué año de mil y sesenta y ocho, fundó la abadía de derramen rey de Huesca, le habia quebrantado las San Pedro de Ager, y fué señor de muchos castillos treguas, se confederó con el rey de Castilla, y coy villas, en los condados de Urgel, Pallás y Ribagormenzó de hacer guerra á los moros. Era esta la prinza. Éste tuvo tres hijos, Arnal, que murió en vida del cipal empresa, perseguir ordinariamente á los moros padre, y Guillen, y otro que se llamó tambien Guillen, que estaban apoderados en las ciudades de Huesca y murieron sin dejar hijos. Tuvo dos hijas, la una se y Barbastro, por ser las mas vecinas, y muy prindijo Valentia, que casó con Ramon conde de Pallas, cipales de los ilergetes, así en la frecuencia, como en hijo del conde Ramon, y nieto del conde Suniario, y la la fertilidad y riqueza de la tierra, y ser allí la maotra hija se llamó Ledgardis, que casó con Ponce, viz-yor fuerza que estaba opuesta en frontera y á donde conde de Cabrera, y hubieron á Guerau, que fué vizconde de Cabrera, y repartió sus villas y castillos Arnal Mir, entre sus nietos, Arnal Mir, hijo del conde Ramon de Pallás, y Guerau de Cabrera, el cual sucedió en lo de Ager, y se intitulo de allí adelante vizconde de Ager. Estaba el condado de Pallás dividido entre dos señores en un mismo tiempo, que se intitulaban condes, porque en memorias auténticas se hace mencion, que en el año cuarto del rey Felipe de Francia, que fué año de la natividad de nuestro Señor, mil sesenta y cuatro, Artal Mir, conde de Pallás, estaba casado con la condesa doña Lucía, que fué hermana de Almodis condesa de Barcelona; y estos tuvieron dos hijos, al conde Artal, que sucedió al conde su padre en el estado, y á Oton de Pallás, y deste conde Artal sucedieron los condes Artales, puesto que muchas veces se confunden los nombres de Artales en Arnales.

mayor resistencia habia. Lo primero pareció de emprender á Barbastro, por el aparejo que se ofrecia de poder ofender á los moros por todas partes así por Aragon, Sobrarbe y Ribagorza, como por las montañas de Pallás, y por el condado de Urgel, porque el conde que era príncipe en aquellos tiempos y se llamaba conde y marqués, hacia con gran furia mucha guerra á los moros, y le eran tributarios los reyes de Balaguer, Lérida, Monzon, Barbastro y Fraga, y muchos otros, y le hacian parias. Púsose cerco sobre la ciudad de Barbastro, que está junto al rio Vero, en lugar muy ameno y fértil, y segun se contiene en algunas memorias, fué ganada en el año de nuestra redencion de mil y sesenta y cinco y murió en el cerco el conde de Urgel que por esta causa llamaron Armengol de Barbastro. Éste estuvo casado con la condesa Clemencia, y hubo en ella muchos hijos, y entre ellos, segun se entiende por muy evidentes conjeturas, fué la reina Felicia mujer del rey don Sancho de Aragon, y entonces dió el rey la iglesia de Barbastro á Salomon obispo de Roda segun en algunas memorias antiguas parece, en lo cual hay alguna contradiccion, por parecer en diversos instrumentos, que fué algunos años despues desto Arnulfo obispo de Roda, que

Dábase en estos tiempos grande favor y socorro á la conquista de los moros, de parte del rey de Francia, porque Balduino conde de Flandes, que era tutor del rey Filipo, y tenia el gobierno del reino de Francia, estaba muy aficionado á hacer la guerra contra infieles, y juntó un muy poderoso ejército, para pasar con él á España, puesto que la mayor parte dél se empleó en la guerra de Guiana, que se adquirió entonces á la co-lo fué en tiempo del rey don Ramiro. Con esta victoria rona de Francia.

Los anales antiguos de Cataluña conforman con los nuestros, en el año que el rey don Ramiro fué muerto, y añaden, que en el mismo fué tomado Casteldases, que se debió ganar de los moros.

CAP. XVIII.-Del reinado del rey don Sancho Ramirez. Muerto el rey don Ramiro, sucedió en el reino el rey don Sancho Ramirez su hijo, segun todos escriben, siendo de edad de diez y ocho años, fué principe de grande ánimo y esfuerzo, y el que mas continuó la conquista y guerra contra los moros, y mas estendió su reino de todos los príncipes pasados. Acabado de ganar todo lo que los moros tenian en las montañas de Aragon, Sobrarbe y Ribagorza, prosiguió adelante bajando á la tierra llana mas fertil y fructífera, en que los moros estaban fortalecidos. Pero en el principio de su reinado, tuvo guerra con el rey don Sancho de Castilla, procurando la venganza de la muerte del rey su padre, y por dar favor al rey don Sancho de Navarra su primo, que estaba despojado de la mejor y mayor parte de su reino; y juntó toda la gente de guerra que pudo, y con los navarros que seguían al rey don Sancho, hijo del rey don García movió, segun escriben, contra el rey de Castilla que estaba con su ejército en Viana, y hubo entre ellos una muy grande batalla, en la cual, el rey de Castilla fué vencido, y escriben que salió della

tan señalada, abrió el rey camino para las conquistas de los pueblos principales que tenian los moros en la region de los ilergetes, y para pasar la guerra contra el rey de Zaragoza, y contra los moros que estaban apoderados de los lugares mas fuertes é importantes de los vascones, celtiberos y edetanos, que estaban poblados en las riberas de Cinca, Gallego, Ebro, Jalon, y la Guerva, y de allí adelante hacian á los moros la guerra, nó como ántes, que iban como por ciertos pasos, sino 'con una furia y corrida increible, como gente que comenzaba á cobrar la posesion de la tierra llana en regiones muy fértiles y abundosas, en que se habian sustentado los moros con gran regalo tanto tiempo.

CAP. XIX. - De los estados que Ramon Berenguer, conde de Barcelona, adquirió en Francia.

En el año veinte y cinco del reinado del rey Enrico de Francia, que fué en el año de nuestra redencion de mil y cincuenta y cinco, el conde de Barcelona, y la condesa Almodis, dieron la senescalía de Cataluña á un baron muy principal, que se llamó Ramon Mir, que era cargo de tanta preeminencia y jurisdicion, que no lo acostumbraban dar los príncipes sino á los mas poderosos y de su sangre; y este cargo tenia la jurisdiccion y autoridad y poder que el oficio de mayordomo en el reino de Aragon; que era lo mismo que tenían en el reino de Francia, desde el tiempo de los reyes fran

cos, los que lo gobernaban todo en la paz, y en la guerra.

la cristiandad muy discordes y divisos en la obediencia. Pero siendo los cismáticos vencidos, por reducir á la union de la Iglesia católica á los que estaban apartados della, y tambien por poner en buen estado las cosas eclesiásticas cerca de las ceremonias y culto divino, que estaban en España por las guerras continuas que con los moros habia, no tɛn ordenado ni recibido como conviniera, conforme á lo que estaba establecido por los sagrados decretos de los sumos pontifices, envió el papa Alejandro al rey don Sancho por legado, á Ugo Cándido presbítero car

No eran menores la fuerzas y poder que el conde de Barcelona Ramon Berenguer tenia en la Proenza y en los estados de Francia, que las de Cataluña, ántes por aquella parte iba acrecentando su estado y apoderándose de muchas fuerzas y castillos, y tenia con los vizcondes de Narbona, Beses y Bearne, y con los condes de Tolosa y Bigorra y Fox, sus ordinarias confederaciones ó pendencias, por lo que se habia adquirido en aquellos estados, por razon de los casamientos que los condes de Barcelona hicieron con hi-denal, y fué recibido por el rey y su corte con granjas de aquellos señores, y con el poderío grande que tenia en España, y con sus valedores y vasallos, y con los que eran aliados en aquellas partes, siempre se iba adquiriendo y aumentando en su señorío. Por este tiempo en el año de mil y sesenta y ocho, se concertó con el vizconde Ramon Bernardo, que llamaban Trencabello y con la vizcondesa Ermengarda su mujer, y le concedieron todo el derecho que pretendian tener en el condado de Rodes, y en el vizcondado de Coserans y Comenje y en Carcasona, Narbona, Minerva y Tolosa que habian sido del conde Rodgario conde de Carcasona, y de Oton su hermano conde de Rodes, que pertenecian á la vizcondesa Ermengarda que fué hermana y sucesora del conde Rodgario, porque la condesa Almodis mujer del conde de Barcelona, descendia de los señores de aquella casa, y fué condesa de Carcasona y madre de Guillen conde de Tolosa. Por este reconocimiento el conde de Barcelona y la condesa Almodis, dieron al vizconde Ramon Bernardo Trencabello y á la vizcondesa Ermengarda su mujer, el condado de Carcasona en feudo, exceptuando dél la ciudad de Carcasona y lo que pertenecia al obispo y al vizcondado; y Adalaida bija del vizconde y de la vizcondesa Ermengarda, ratificó aquel reconocimiento. Hecho esto, Ramon Arnal, que era vizconde de Carcasona y Ramon Jauzber vizconde de Rodes, prestaron al conde de Barcelona y á la condesa Almodis fidelidad y homenaje, como á legítimos señores, y los de la ciudad de Carcasona hicieron lo mismo, y poseyó el conde todo el tiempo que vivió, la ciudad de Carcasona y su condado pacíficamente, como patrimonio legítimo suyo y de sus herederos. Este mismo año murió Ramon Wifredo conde de Cerdania.

Por este tiempo, siendo conde de Barcelona Ramon Berenguer, se pobló por Guinardo conde de Rosellon la villa de Perpiñan, en el lugar que hoy está, á donde no habia sino dos ventas que llamaban las ventas de Bernardo de Perpiñan, cerca de las ruinas de la antigua Ruscine, de quien el condado tomó el nombre.

CAP. XX.-Del legado que el papa Alejandro segundo envió al rey don Sancho de Aragon, para ordenar las cosas eclesiásticas y reformarlas.

Hubo al principio del reinado del rey don Sancho de Aragon en la Iglesia grande cisma, porque siendo elegido pontifice Alejandro segundo canónicamente, los prelados de Lombardía con favor del emperador Enrico cuarto, trataron que se hiciese eleccion de otro pontifice, fundando su liviandad y error en que Alejandro habia usurpado la sede apostólica sin vojuntad y consentimiento del emperador, y juntando su conciliabulo, fué por ellos elegido Cadolo Parmesano, y padeció en este tiempo gran adversidad la Iglesia católica, estando los reyes y príncipes de

de honra y fiesta, estando en ella don García su hermano obispo de Jaca, Arnulfo obispo de Rueda, el conde don Sancho Ramirez hermano del rey, que se intitulaba señor de Benavente, y muchos otros ricos hombres, y los principales eran estos, Fortuño Sanz, señor en Huarte, Lope Garces en Uncastillo y en Arrosta, Ramon Galindez en Estada, Pero Sanz en Boltaina y Marcuello, Aznar Jimenez en Gallipienzo, Sancho Fernandez en Atares, Galin Sanchez en Sos y despues en Arguedas, Iñigo Sanchez en Monclús, Jimen Garces en Boil, Fortun Sanz en Bailo y Eliso. Estos eran los ricos hombres y principales del reino en Aragon, y sus apellidos son tan diferentes de los que tuvieron sus descendientes, porque tomaban los sobrenombres de sus padres y de los lugares que entonces tenian en honor en las montañas y se fueron mudando por los que despues se ganaron en la tierra llana. A los llamamientos destos ricos hombres se acaudillaban y juntaban los caballeros, á quien ellos daban el sueldo que se acostumbraba dar en la guerra de las rentas de los lugares que tenian del rey en honor, y á todos aquellos que descendieron de los ricos hombres, y eran sus hijos primogénitos y legítimos ó parientes, llamaron ricos hombres de natura, puesto que despues, en tiempo del rey don Jaime el primero, y de allí adelante, se dió esta digdad y preeminencia á los caballeros de su casa, á quien acrecentaban y daban estado, á los cuales de caballeros mesnaderos, que entonces decian por la mesnada del rey, que eran de la casa real, los hacian ricos hombres, aunque en una ley de las siete partidas se dá diferente interpretacion á este nombre de mesnaderos. Entonces el rey con todos los de su reino dieron la obediencia al legado en nombre del papa Alejandro, reconociéndole como á verdadero vicario de Cristo, y puso el rey todos los monasterios de su señorío que estaban enagenados, debajo del amparo de la Iglesia, y reformaron los ritos y ceremonias eclesiásticas, con los oficios divinos, que primero estaban en grande confusion, y se redujeron á órden y reglas canónicas, conforme á lo que en tiempo del rey don Ramiro se habia ordenado por la sede apostólica. Con el legado envió el rey por su embajador al papa, al abad de San Juan de la Peña llamado Aquilino, y suplicó recibiese aquel monasterio que los reyes sus predecesores habian fundando y dotado de muchas rentas, debajo de la defension y proteccion de la Iglesia, porque los prelados se entremetian en ocupar las rentas y distribuirlas á su voluntad, contra la institucion de los reyes, lo cual fue concedido al rey de Aragon, y que él pudiese distribuir y anexar las rentas como le pareciese, con otras grandes inmunidades y exenciones, haciendo al abad de aquel monasterio inmediato á la sede apostólica. En lo de la celebracion de los divinos oficios,

siempre habia en España gran confusion y contienda, | rey don Pedro de Aragon y el conde de Barcelona á pretendiendo los españoles de conservarse en la cos- dar batalla al Cid, y fueron por él vencidos y presos, tumbre antigua de la iglesia de Toledo, que llama-¦ ban ley toledana, conviniendo que se redujesen á las sanciones y constituciones de la Iglesia católica romana, y así en la venida deste legado y con su asistencia se redujeron los oficios divinos al uso romano, y en el monasterio de San Juan de la Peña se introdujo en la segunda semana de cuaresma, feria tercera á veinte y dos del mes de marzo, y de alli adelante se conservó en este reino y fué algunos años antes que en el reino de Leon y Castilla, á donde no se celebró hasta que fué librada la ciudad de Toledo de la sujecion de los moros, como parece por arzobispo don Rodrigo.

el

y que llegó hasta la ribera de Segre, y puso cerco so→ bre Monzon, Tamarit y Escarpe, lo cual se dice haber sucedido desde el principio del reinado del rey don Alonso, hasta el año de mil setenta y uno, que fué mas de veinte años antes que el rey don Pedro comenzase á reinar en Aragon. En la historia del arzobispo de Toledo solamente se hace mencion de la prision del rey don Pedro, y en las nuestras que fué vencido el Cid por el rey don Sancho en la batalla de Morella. En una relacion muy antigua de los sucesos y hazañas del Cid, ninguna mencion se hace, que fuesen presos en batalla el rey don Pedro, ni el conde de Barcelona, aunque allí se refiere que se combatió en Tovar con el conde de Barcelona, que habia grandes poderes, y lo habia burlado de su palabra, y lo desbarató Rui Diaz, y lo venció y le prendió gran compañía de caballeros y ricos hombres, mas por la muy gran bondad que en él habia soltó á todos. Así que dificultosamente se pueden concordar estos autores en hechos de que no se tiene otra memoria, sino la que ellos nos han dejado, y conócese notoriamente, que el vulgo fué siempre añadiendo á sus hechos muy señaladas cosas que fuesen de admiracion en sus cantares.

CAP. XXI.—De la guerra que hizo Rodrigo de Vivar,
que llamaron el Cid, contra los moros de Celtiberia.
En el mismo año que comenzó á reinar en el reino
de Aragon el rey don Sancho, segun parece por la
historia del arzobispo don Rodrigo, fué muerto el
rey don Sancho de Castilla, estando con su ejército
sobre Zamora, puesto que en antiguos anales se no-
ta haber sucedido su muerte en el año de mil seten-
ta y dos, y en esto conforma una relacion del reina-
do de los reyes de Leon y Castilla, escrita por autor
de aquellos tiempos, en que se escribe, que fué muer-
to á traicion, en la era de mil ciento diez, y ma-
tőle á traicion Vellido Dolfos, por mandado de la
infanta doña Urraca su hermana, si es cierto lo que
se contiene en el epitafio de su sepultura, que di-
cen está en el monasterio de Oña, á donde fué
enterrado. En su lugar fué alzado por rey don Alon-
so su hermano, que estaba en aquella sazon en To-
ledo, y juró primero que no habia sido muerto Don Sancho rey de Pamplona, fué muerto en Roda
rey don Sancho por su consejo, ni consintió en ella, á traicion, segun en las historias de San Juan de la
y esta salva y juramento recibió Rodrigo de Vivar, que Peña se refiere, por su hermano don Ramon, por codi-
llamaron el Cid, no se atreviendo otro alguno á reci- cia de suceder en el reino, y fué su muerte, segun afir-
birla del rey, y por ello vino en tanta desgracia suya,
man, año de mil y setenta y seis, y don Ramon tomó
que le mandó salir de su reino, con color que habia título de rey, y de miedo de su tiranía se huyó un hi→
quebrantado la paz y tregua que tenia con el rey morojo del rey don Sancho, que se llamó el infante don
de Toledo. Entonces refiere la historia de los hechos
del Cid, que juntó sus gentes y amigos, y toda la gen-
te que le iba siguiendo, y bajó de Castilla al reino de
Toledo, y de allí vino por la ribera de Henares arriba
por tierras de moros, hasta llegar entre Hariza y Ceti-
na, que es tierra de la Celtiberia, y pasó por Alhama
por un muy estrecho y angosto paso, por donde en
tra el rio Jalon y atraviesa la sierra que los antiguos
llamaron Idubeda, á donde se encierra la mayor par-
te de la Celtiberia, y por la ribera de Jalon pasó á Bu-
bierca y Ateca, y fuése á poner sobre un castillo muy
fuerte y enriscado, que decian Alcocer, el cual ganó
de los moros, y hizo desde él muchas correrías y pre-
sas. En aquella historia se refiere, que allí le salieron
dos capitanes moros que contra el envió el rey de Va-
lencia, con la gente que junto de aquellas comarcas, y
le tuvieron cercado algunos dias, y saliendo contra
ellos, fueron desbaratados y vencidos, y de allí fué
ganando los lugares de la ribera del rio Martin, y se
prosigue la relacion de otros grandes hechos y empre-
sas, hasta entrar poderosamente conquistando mu-
chos lugares del reino de Valencia y poner cerco en
aquella ciudad. Como quier que en el tiempo y en las
cosas que sucedieron hay tanta diferencia entre los
nuestros y este autor, que no puede ser mayor, por-
que en la historia del Cid se afirma, que salieron el

CAP. XXII.-Como se juntó el reino de Navarra con el de
Aragon.

En este tiempo se halla en memorias antiguas, que don Sancho Ramirez, hermano del rey de Aragon, era conde de Ribagorza, y fué el segundo que yo hallo en la casa real que tuvo este título, puesto que algunos de los reyes, que despues reinaron, se intitularon reyes de Ribagorza, volviendo aquel estado á la corona.

Ramiro, y fuése para el reino de Valencia al Cid, á donde estuvo mucho tiempo y casó con una hija suya. Considerando los navarros, cuán grave caso fué aquél, y que no se podia esperar ningun bien para el reino, de rey que fuese tirano y tan malamente hubiese usurpado el reino, depusieronle de la dignidad real y eligieron de comun acuerdo por su rey y señor al rey de Aragon, el cual tuvo el reino de Navarra y á Nájara, y los otros lugares que se incluian entre Ebro y los montes de Oca, pacíficamente, puesto que segun en antiguas memorias se halla, se hizo reconocimiento al rey don Alonso de Castilla, por el rey don Sancho de Aragon, y por el rey don Pedro su hijo, por el reino y señorío de Navarra. Don Ramon siendo echado del reino por los navarros, y no teniendo á donde poder recogerse, se vino á Zaragoza, y fué por el rey moro acogido, y dióle casas, y heredamientos con que se pudiese mantener en estado, los cuales heredó despues una nieta suya llamada Marquesa, que fué casada con un caballero que se llamó Aznar Lopez, y los dejaron á la iglesia de Santa María la Mayor, y á los canónigos que en ella residian en tiempo del rey don Alonso el primero.

Por este tiempo hacia el rey mayor guerra contra los moros que quedaban en lo llano de Ribagorza, como en venganza de la muerte de su padre y ganó un casti

llo muy fuerte que se decia Muñones, junto á Secasti- | monasterios de su reino, y de las iglesias que se iban Ila, que está á una legua de Graos, y en aquel combate se hallaron con él, el obispo de Jaca, don García su hermano, Arnulfo obispo de Roda, Sancho Galindez | señor de Boltaina, é Iñigo Lopez señor de Buil, y porque fué muy señalada la victoria que allí hubo, subió á dar gracias á nuestro Señor por ella al monasterio de San Victorian. Esto fué por el mes de agosto del año de mil y setenta y seis.

En el mismo año la condesa doña Sancha hermana del rey de Aragon, que casó con el conde de Tolosa, dotó el monasterio de monjas de Santa María, en el término de Santa Cruz, que dijeron la Seros, á donde fué sepultada.

CAP. XXIII.-Del conde de Barcelona don Ramon Berenguer, Cabeza de Estopa.

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fundando y dotando en los lugares que se ganaban de los moros, hacia grande contradiccion don García obispo de Jaca su hermano, pretendiendo que se derogaba á la preeminencia y jurisdiccion ordinaria, y procedia contra cualesquier personas que se querian eximir, y traia sobre esta causa muy molestados á los religiosos, é inquietado el rey, y siendo muerto en Roma despues de la concesion de Alejandro segundo el abad Aquilino, envió el rey en su lugar al abad Sancio, que sucedió á Aquilino, y éste obtuvo confirmacion del papa Gregorio séptimo, de lo que habia sido concedido por Alejandro, y mediante la solicitud y buena industria de Galindo, abad de Alquezar, so impetró en el año de mil y setenta y cuatro, que pudiese el rey distribuir y anexar las rentas de las iglesias y monasterios, y capillas que de nuevo se fundasen en su reino de allí adelante, y de las que se edificasen y dotasen en los lugares que se ganasen de los infieles. Hubo por este tiempo gran diferencia y contienda, entre don Garcia obispo de Aragon y Jaca, hermano del rey, y don Ramon Dalmao obispo de Roda, sobre los límites de sus diócesis, y por persuasion del rey, dejando sus diferencias á su determinacion, se concordaron, y señalaron los límites. Pero por las necesidades de la guerra, el rey ocupaba las rentas eclesiásticas, y las distribuia en otros usos, aunque fueron aquellos príncipes tan católicos, y era tan grande su celo, cerca de las cosas sagradas y del culto divino, y tan confirmada su devocion y fé que con ser la guerra, no solo tan justa, pero sumamente forzosa y necesaria, en la cual no solamente se contendia por el acrecentamiento del reino, pero por su misma defensa, y por la conservacion de la religion, y como dicen, por las aras y templos sagrados, prosiguiendo una guerra perpetua con los enemigos de la fé que eran muy poderosos y tan vecinos, que ni la aspereza de las montañas les podia asegurar dellos, con todas estas circunstancias se tenia por grave lo que el rey hacia, y él, como muy católico y cristianísimo príncipe, reconociendo cuanto nuestro Señor se ofendia en ello, y el escándalo que se podia seguir del ejemplo, en el año de mil ochenta y uno, estando con su corte en Roda, en presencia de don Ramon Dalmao obispo de aquella iglesia, ante el altar de San Vicente, hizo pública penitencia, y satisfaccion, por haberse entremetido á echar la mano de las décimas y primicias que pertenecian á las iglesias, y mandó restituir todo

Tambien murió en este año el conde de Barcelona don Ramon Berenguer, y fué sepultado en la iglesia mayor de aquella ciudad. Dejó dos hijos, á Berenguer Ramon, que segun en las historias de Cataluña se refiere fué el mayor, y á Ramon Berenguer, al cual hubo en la condesa Almodis, que sucedió en el estado, y por diferenciarle del padre, le llamaron Cabeza de Estopa, porque tenia gran espesura de cabellos. Éste fué hermano de Guillen conde de Tolosa, que como dicho es, era hijo de la condesa Almodis, mujer del conde Ramon Berenguer el viejo, y casó Ramon Berenguer Cabeza de Estopa, segun se contiene en la historia antigua de los condes de Barcelona, con hija de Roberto Viscardo, aquel tan famoso y valeroso príncipe y capitan normando, duque de Pulla y de Mecina, cuyas hazañas son muy celebradas en las guerras que tuvo contra los moros en las conquistas de Calabria y de la isla de Sicilia. En los autores de las cosas de los príncipes normandos ninguna mencion se halla deste matrimonio, y solo Gaufredo autor destos tiempos, en la historia que escribió de Roberto Viscardo, y de Roger conde de Sicilia refiere, que en el año de mil ochenta, Ramon, que él llama conde de las provincias, casó con Matilde hija del conde Roger, y fué Ramon conde de Tolosa y San Gil. En los feudos antiguos de Cataluña parece que el vizconde de Aimerico de Narbona, hijo de Mahalta, hizo reconocimiento á don Ramon conde de Barcelona su hermano, por el castillo de Fonollet y su baronía, y por el castillo de Pera pertusa; y no señalan los tiempos mas de referirse que este Aimerico vizconde de Narbona, hermano del conde don Ramon, fué padre de Ermengarda vizcondesa de Nar-lo que estaba usurpado á aquella iglesia de Roda, que bona. Tuvo el conde don Ramon guerra con los seño res de Carcasona y Rodes, por el derecho y sucesion de aquel estado, y en ella le valió mucho el vizconde Aimerico su hermano. En una relacion antigua, que se ordenó en tiempo del conde de Barcelona, que fué príncipe de Aragon, se contiene, que el conde don Ramon Berenguer el viejo, al tiempo de su muerte partió á Cataluña por iguales partes entre sus dos hijos, y que á Ramon Berenguer, que se llamó Cabeza de Estopa, dejó la ciudad de Carcasona con todo el condado por mayorazgo, y que lo poseyó todo el tiempo de su vida pacíficamente.

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por esta causa había llegado á estar desolada, y perdida.

CAP. XXV. De don Ramon Berenguer conde de Barcelona, hijo de don Romon Berenguer, Cabeza de Estopa. En el año de mil y ochenta y dos, fué muerto el conde de Barcelona, don Ramon Berenguer Cabeza de Estopa, por su hermano don Berenguer Ramon, que no pudo sufrir que le fuese compañero en el estado, y por codicia de haberlo todo matóle cabe la Percha, en el camino de Girona á Ostalrich, pensando que los de la tierra le alzarian por señor. Dejó el conde don Ramon Berenguer de su mujer, que fué hija segun dicho es, de Roberto Giscardo, duque de Calabria y Pulla, que fué tan señalado príncipe en aquellos tiempos, un hijo de su nombre en la cuna, y de tan pocos dias, que habia nacido en la fiesta de san Martin deste año, y a él le mataron de allí á veinte y cinco dias, el

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