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y corrió y estragó la tierra, haciendo grandes daños en los lugares que estaban debajo de la obediencia del rey, y no osaban salir á sus heredades y campos. Por esta causa partió el rey de Aragon, y con solos veinte y cinco de caballo se fué à Oitura, que se le habia.rendido entónces. Pero don Berenguer luego trató de se avenir con el rey, y él le recibió en su merced, obligándose de acoger al rey en paz y en guerra, en el castillo y villa de Chiva que le habia dado, que se habia hecho fuerte, y salieron allí á juntarse con el rey don Pedro de Albalate arzobispo de Tarragona y don Rodrigo de Lizana y en Valencia mandó juntar su hueste para ir contra Játiva, y fué al Vau de Barraga,

entre ellos habia por esta causa. Era el rey enemigo | terrible y perpétuo contra los moros, y muy constante, porque juntamente con las armas, con maña y astucia grande, y con dádivas y promesas ganaba las voluntades y aficion de los moros que estaban partidos y divisos entre sí, y desta manera los iba sojuzgando á su señorío. Entonces el alcaide de Bairen, ⚫ que decian Aben Cedrell, se concertó que no talasen la vega y ofreció, que si dentro de siete meses no fuese socorrido rendiria el castillo: y en seguridad desto entregó la torre que llamaban Albarrana, porque estaba separada, y defuera del cuerpo del castillo, para que estuviese en tercería, é hízose una cava entre ella y el castillo, y mandó jurar aquel asien-á donde envió el alcaide de Játiva, un moro natural de to á veinte moros de los ancianos y mas principales: y la torre se encomendó por el rey á don Pelegrin de Atrosillo, y en torno della se hizo su barbacana por los mismos moros. Entre tanto el infante don Fernando, con los caballeros de Calatrava y don Pedro Cornel, don Artal de Luna y don Rodrigo de Lizana, fué- | ron á combatir á Villena: y el rey porque se cumplia el plazo que habia asiguado al alcaide de Bairen, partió para Cullera, y de allí se fué á Bairen, y el castillo se le entregó, y quedó en él don Pelegrin de Atrosillo. Habian ido á servir al rey en esta guerra estando en Valencia, don Pedro Fernandez de Azagra señor de Albarrazin, don Pedro Cornel que era mayordomo del reino de Aragon, don Artal de Luna, don García Romeu, y don Jimeno de Urrea, y porque estaban desavenidos del rey, y fuera de su gracia se concertaron de volver á su servicio: y el rey por esta causa, en fin del mes de julio del año de mil doscientos cuarenta hizo juramento en manos de don Vidal obispo de Huesca, que todo el tiempo que fuesen sus vasallos, les seria señor fiel y leal, y los tendria cerca de sí en su consejo honrados y favorecidos, y con todo su poder procuraria su bien y acrecentamiento y desviaria todo el mal y daño que venir les pudiese, como buen señor lo debia hacer con sus buenos vasallos. Ellos hicieron pleito homenaje, que todo el tiempo que fuesen sus vasallos, les serian fieles y leales servidores, con sus personas y parientes. En este medio el infante don Fernando y los ricos hombres, y comendadores de Calatrava, que fueron sobre Villena, despues de haber estado en el cerco algunos dias, y combatidola, se levantaron del cerco, por que los moros pegaron fuego en las máquinas y mataron algunos cristianos que las guardaban: pero despues el comendador de Alcañiz, con los caballeros de la órden y los almogáraves cercaron la villa, é hicieron una bastida por donde los tuvieron tan acosados, que hubieron de enviar sus mensajeros al rey para que los recibiese, y mandó que se rindiesen y diéronse al comendador de Alcañiz, y á los caballeros de Calatrava. Entonces se partió el rey para Cataluña, y dejó por su lugarteniente general en el reino de Valencia, á don Rodrigo de Lizana, y de Cataluña se vino al reino de Aragon. Estando el rey en Aragon, don Pedro de Alcalá, que era primo de don Rodrigo de Lizana, hizo una entrada contra los moros de Játiva, y fué roto y vencido y preso con otros cinco caballeros. Por el mismo tiempo don Berenguer de Entenza estaba apartado del servicio del rey, y fuése á recoger á Játiva, y de allí salió á correr las cabañas de Teruel y pasó entre Ribarroja y Manizes, sin que osasen salir á él don Rodrigo de Lizana, ni el maestre del Hospital y los de Valencia, y no se atrevieron a posar a Riusec, que pasa por Torrente y Catarroya,

Liria, llamado Abenferri, por se escusar con el rey que lo que habia hecho contra cristianos, habia sido por defender su tierra, y que le habían corrido y estragado la comarca, y quebrantado las treguas que estaban asentadas entre ellos. El rey respondió, que si habia recibido ofensa y agravio, proveeria que se hiciese la enmienda como fuese razon, y pidió que le entregase á don Pedro de Alcalá con los otros caballeros. Despues desto, llegóse por ver á Játiva con treinta de caballo, porque nunca la habia visto: y subióse á un cerro que está junto á un castillo, y reconocido el sitio y término de aquella villa, parecióle que tenia la mas hermosa vega y campiña que hubiese en sus reinos, porque estaba muy poblado de cortijos y alquerías en torno della. El castillo está en lugar muy alto, y era de los bien labrados y bastecidos que habia en la morisma, y deliberó el rey de no partir de allí sin le haber por trato ó ganarle de los moros.

CAP. XXXVIII.-Del cerco que el rey puso sobre la villa y castillo de Játiva, y como don Garcia Romeu se salió del campo en desagrado del rey.

Con esta deliberacion puso el rey su real sobre el castillo da Játiva por la parte de la vega, y mandó que se reconociese si el cerro que está junto al castillo, y los collados mas allegados á él tenian tal disposicion que se pudiese asentar el real, y fué reconocido por don Rodrigo de Lizana y por don Beltran Ahones, y parecióles que era muy poca la agua que manaba de una fuente que allí cerca habia, y que no era bastante para el ejército, y que la subida era muy agra y dificultosa. La misma dificultad habia en todas las cumbres que estaban en torno del castillo, y andando el rey reconociendo el lugar á donde hiciese su fuerte, para tener mejor cercada la villa y combatirla, parecióle ser mas cómodo sitio junto à una alquería que decian Sallent, que estaba al pié de un cerro, en el cual se podia asentar el real, y habia abundancia de agua de un rio que corre por aquella parte, que nace de la fuente de Anna, y allí se asentó el real, y mandó hacer sus cavas, y fortificar aquel lugar, y talar la vega, y quebrantar los molinos: pero quedaban algunos que podian los moros defenderlos por estar en lugares angostos, y porque habia harta copia de gente en la villa. Los cristianos comenzaron de allí á correr toda la tierra, y hacian sus cabalgadas y presas contra los moros de los castillos que había en aquella comarca. Sucedió estando el rey sobre Játiva, que bajando de su tienda un adalid, que se llamaba Bartolomé Izquierdo, hirió á otro en presencia del rey, y acogióse á la tienda de don García Romeu, rico hombre de Aragon, hijo de don García Romeu, que llamaba el rey don Jaime el Bueno, que fué en tiempo del rey don Pedro

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su padre y habia ido á servir en aquella guerra con men Perez de Tarazona, y hízole rico hombre, como cien caballeros, que eran sus vasallos parte dellos, que se podia hacer, y era costumbre en los tiempos antiera obligado por la tierra que del rey tenia, y los otros guos sublimar en aquel estado á los que eran caballepor el sueldo que le pagaba. El rey por castigar aquel ros, que llamaban mesnaderos, que de tal manera desacato, arremetió contra el adalid, y al entrar por eran vasallos y de la casa del rey, ellos y sus padres la tienda de don García asió dél, y sacólo arrastrando y abuelos naturales de Aragon, que no hubiese memoy mandóle entregar á los porteros y dello don Gar- ria que habían sido vasallos sino del rey, ó de hijo de cía, aunque no se halló presente, se tuvo por muy in- rey, ó de conde que sucedia de linaje de reyes, ó de juriado y envió á decir al rey con García de Vera, y prelado de la Iglesia. Dióle entonces la baronía de Arecon otro caballero de los suyos, que no habia ido á ser- nos, y de allí adelante él y sus descendientes tomaron virle para que recibiese dél mengua ni afrenta, y que el apellido de Arenos, y fuése el rey para Cataluña, y si ningun malhechor no podia ser sacado de casa de de allí pasó otra vez á Mompeller, a donde se vinieron ningun caballero, ménos lo debia ser aquél en tal sa- á ver con él los condes de Tolosa y de la Proenza, y se zon de la suya, siendo él quién era, y de la ciudad que halla haber sucedido una cosa muy digna de memoria. sabia. Escusábase el rey diciendo, que era justo que Esto fué, que por via de declaracion y sentencia, el rey los malhechores fuesen castigados mucho mas riguro- don Jaime y Ramon Gaucelin señor de Lunel, y un samente en la guerra, y que aquella era su casa: por- caballero que se decia Albesa, determinaron que el que don García estaba en una tienda berberisca, que conde de la Proenza hiciese que la mujer del conde de el rey le habia prestado, y que aquel delito cometido Tolosa, que ellos llamaban la reina doña Sancha, sobre en su presencia, era en tanto desacato suyo, que no la separacion que se trataba con el conde su marido, debía pasarlo en disimulacion : y envióle á decir, que pidiese delante de jueces delegados por la sede apostópues le habia hecho tanta merced, llamándole señalalica, que se declarase entre ellos divorcio, y si no lo damente a su servicio, le rogaba, no buscase alguna quisiese pedir la reina, la echase el conde de la tierra ocasion, estando en aquella guerra, por donde tuviese de la Proenza, á donde estaba, y le quitase todo lo que causa de caer en su desgracia, y se desaviniese dél sin le habia dado, y de allí adelante no la favoreciese. Tamrazon, y que el rey le deseaba hablar. Pero todo no bien se ordenaba en esta sentencia, que el conde de bastó para que don García Romeu no se tuviese por Tolosa procurase, cuanto en sí fuese, el divorcio, y en desaforado y afrentado del rey. Entónces los moros de lugar del dote que tenia la reina del conde de Tolosa, Játiva, como es gente astuta é infiel, dieron aviso al se le diesen luego mil marcos de plata, y ciento en rey secretamente, que estaba en mano dellos tener de cada un año de su vida. Esto se determinó en Mompesu parte, y meter en la villa á don García Romeu, con ller, á cinco del mes de junio del año mil doscientos los caballeros de su compañía: y esto se dijo al rey en cuarenta y uno, y los condes lo aprobaron en presencia puridad, pero él mostró que lo preciaba poco, y que del conde de Ampurias y de don Jimeno de Foces, pela misma cuenta hacia dél, si estuviese dentro como ro no se declara la causa deste trato, y cuanto yo en el campo. Era mas el negocio sospechoso que ma- conjeturo, debió ser por casar al conde de Tolosa, y nifiesto y entendiéndose por el ejército, tuvieron los excluir de la sucesion de su estado á Juana su hija, que nuestros algun temor, y recelábanse unos de otros, estaba casada con don Alonso conde de Putiers, hermas por ser cosa súbita y repentina, que por el daño mano del rey de Francia: no obstante, que era prima que aquella gente pudiese hacer, aunque se juntara hermana del rey de Aragon, y doña Sancha su tia: y con los moros. Despues don García volvió al servicio no puedo entender porque causa la llaman en aquella del rey, y un hijo suyo del mismo nombre, fué casa- concordia reina, si no fuese por la costumbre que habia do con doña Teresa Perez, hija natural del infante don en aquellos tiempos, que á las hijas de los reyes llaPedro, hijo primogénito del rey y de la reina doña Vio- maban reinas, aunque no fuesen legítimas, como lo lante y deste casamiento no quedaron hijos, y fué el escribe el arzobispo don Rodrigo, de doña Teresa, mupostrero de aquel linaje, y doña Teresa Perez despues jer del conde don Enrique de Portugal: y así tambien de su muerte, quedó señora de los lugares y castillos la madre del mismo conde de Tolosa, que fué Juana, de Tormos, Pradilla y el Frago, y de otros lugares hija del rey Enrique de Inglaterra, y hermana del rey que fueron del señorío de don García Romeu, y casó Ricardo, hallamos haberse llamado reina. Este año por con don Artal de Alagon. Persistia el rey en el cerco, el mes de abril, don Pedro Fernandez de Azagra, seteniendo esperanza de tomar la villa, estándose que- ñor de Albarrazin con los suyos y con compañías do, sin peligro ni pérdida de los suyos y á cabo de de gente de caballo del rey de Castilla, hizo entrada en algunos dias los de Játiva, conociendo que no eran tierra de moros, haciendo guerra al rey de Granada. iguales al poder del rey, ni en la esperanza ni en las Este fué un muy notable caballero, y tuvo por hijos à fuerzas, trujeron sus tratos con él, y rindiéronle á don Alvar Perez, que sucedió en el señorío de AlbarCastellon, que dista una legua de Játiva, y juraron de razin, y á don García Ortiz de Azagra, y á don Fernan no entregar á otro la villa y castillo de Játiva, sino á Perez, y á doña Teresa Perez de Azagra, él, y pusieron en su poder las personas de don Pedro de Alcalá, y de los otros caballeros que allí se habian acogido. Éstas fueron las primeras condiciones que se concertaron con los moros de Játiva, que resultaron del primer cerco que el rey puso sobre aquella villa, que era despues de Valencia lo mas importante del reino. CAP. XXXIX. De la ida del rey á Mompeller y de lo que alli se trató entre el y los condes de Tolosa y de la Proenza.

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Asentadas las cosas de la frontera de los moros, nombró el rey por su lugarteniente general á don Ji

CAP. XL.-De las cortes que el rey tuvo en Daroca, á donde el infante don Alonso fué jurado por primogénito y sucesor en el reino de Aragon, y de la diferencia que hubo, si se extendian los limites del reino, hasta las riberas de Segre.

Vuelto el rey para Aragon, residió en él mas tiempo de lo que solia: y en el año de mil doscientos cuarenta y tres viniendo el obispo de Valencia al concilio provincial que el arzobispo don Pedro habia convocado en Tarragona, fué preso por moros. Este año tuvo

cortes el rey á los aragoneses en Daroca, y vinieron á ellas los síndicos de la ciudad de Lérida, como lo acostumbraron en todas las que en este reino ántes desto se celebraron, y en ellas juraron al infante don Alonso su hijo, por primogénito heredero y sucesor, despues de los dias del rey en el reino de Aragon, hasta las riberas de Segre: porque del principado de Cataluña, quiso dejar sucesor al infante don Pedro, el mayor de los hijos que tenia de la reina doña Violante: y esto fué en fin del año de mil doscientos cuarenta y tres. Despues partió para Barcelona con propósito de mandar jurar al infante don Pedro á los catalanes y entonces se agraviaron, fundando querella del rey, que les habia perjudicado en que la ciudad de Lérida fuése desmembrada de Cataluña y unida con el reino de Aragon, y en que se hubiese entendido que la limitacion del reino fuese por las riberas de Segre, diciendo, que aquella region y territorio de Lérida era del principado de Cataluña, como afirmaban que parecia por las treguas publicadas á los catalanes, en tiempo de los reyes sus predecesores, por las cuales se declaraba, que se guardasen las treguas desde Cinca á Salsas, por donde entendian que se conocia manifiestamente que eran aquellos sus límites, y se incluian en ellos los lugares que están dentro de las riberas de los rios Cinca y Segre. Por esta causa teniendo cortes en aquella ciudad á los catalanes, á veinte y uno del mes de enero del año de la navidad de nuestro Señor de mil doscientos cuarenta y cuatro, hizo el rey cierta declaracion en que se contenia que aunque sin causa se podria dudar por algunos que no tenian sano entendimiento, sobre cuáles fuesen los límites de Cataluña y Aragon, queriendo evitar toda manera de contienda y disceptacion, para que perpetuamente se quitase todo escrúpulo que sobre esto pudiese haber, limitaba de cierta ciencia y acordadamente el condado de Barcelona con toda Cataluña, desde Salsas hasta Cinca, afirmando que esta limitacion del condado y de Cataluña, se podia buenamente comprender y colegir por los estatutos de paz y tregua hechos en las ciudades de Barcelona y Tarragona, y en otras partes. En aquella misma declaracion se contenia, que señalaba el reino y tierras de Aragon, desde Cinca hasta Hariza, y que así queria que se limitase: porque de allí adelante por razon de los límites no pudiese nacer alguna cuestionó contienda: y esta limitacion quiso que fuese perpetua para él y sus sucesores. Pero entendiendo los aragoneses que era en perjuicio de la conquista de Aragon, que en lo antiguo se tuvo por muy constante, que se extendia | hasta las riberas de Segre, y que declarar la limitacion del principado de Cataluña, de otra manera que habia sido ordenado en tiempo de los condes de Barcelona que la tenian desde Segre á Salsas, lo tuvieron por muy general y notorio agravio, y quedó sobre esto gran debate y diferencia entre estos señoríos. No solamente perjudicaba el rey al infante don Alonso en quitar el principado de Cataluña, pero en despojarle del señorío de la ciudad de Lérida y del condado de Ribagorza y de los otros lugares situados entre Segre y Cinca, de los cuales hizo entonces donacion con el principado de Cataluña al infante don Pedro, sin exhibir lo que tocaba al condado de Ribagorza, y á las otras villas y lugares que ganaron de los moros el rey don Sancho y el rey don Pedro su hijo, y el emperador don Alonso su hermano, que como arriba está dicho, tuvo la conquista hasta Pallás, y declaró el rey que le hacia donacion de Cataluña, desde Salsas hasta Cinca y esto fué oca- 1

TOMO IV.

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sion de algunas alteraciones que adelante sucedie

ron.

CAP. XLI

De la disension que se comenzó á mover entre el rey y el infante don Alonso su hijo primogénito.

Anduvo el infante don Alonso por esta causa apartado del rey, y estaba en la villa de Calatayud en el mes de febrero de este año, y con el infante don Fernando tio del rey, que ya se intitulaba abad de Montaragon, don Pedro Fernandez de Azagra, señor de Albarracin, don Gonzalo Ruiz, comendador de Almazan, don Pedro de Alcalá, comendador del Hospital de Calatayud, hermano de don Ferriz de Lizana, don Juan Gonzalez de Heredia, que fué muy buen caballero, y se halló en la conquista del reino de Valencia, á quien heredó el rey, y dió la villa y castillo de Azu→ beba, don Gil Garces de Deza, Dia Gonzalez, Gonzalo de Mesa, Gutier Ruiz, y otros caballeros de Aragon y Castilla, y siguió tambien esta voz el infante don Pedro de Portugal, con algunos lugares del reino de Valencia. Estaban los aragoneses y valencianos puestos en armas, favoreciendo las ciudades y villas, y los ricos hombres á la una, ó á la otra parte: y valiéndose el infante don Alonso del rey de Castilla, se temió no se comenzase entre padre y hijo guerra: y habia dello mayor sospecha, porque el infante don Alonso, hijo del rey de Castilla, en este mismo tiempo estaba en la ciudad de Murcia, que se le habia entregado con otros muchos castillos de aquel reino, por los moros que se habian rebelado contra el rey de Granada, por la guerra que entre sí tuvieron y siendo llamado por la una parcialidad, fué el infante con mucha gente de guerra, y entregáronsele los primeros lugares y castillos del reino de Murcia, y tentaba de hacer la guerra en el señorío del reino de Valencia: pretendiendo ser de la conquista de los reyes de Castilla. Tenia en Murcia gran número de gente de caballo y de pié, y estaban con él don Gonzalo obispo de Cuenca, Pelay Perez Correa, maestre de la caballería de Santiago, Martin Martinez, que era maestre del Temple en los reinos de Castilla, Portugal y Navarra, don Gonzalo Ramirez, hijo de don Ramiro Fruela, Hernan Ruiz de Manzanedo, don Diego Lopez de Haro señor de Vizcaya, alférez del rey de Castilla, don Lope Lopez, hijo de don Lope Diaz de Haro, don Alonso Tellez, que tenia entonces el gobierno de Córdoba, y don Juan Alfonso su hijo, don Pedro Nuñez de Guzman, don Alvar Gil, hijo de don Gil Malrique, y Pero Lopez de Franco, que le sirvieron en esta entrada. Entonces un caballero, que se señaló mucho en esta jornada, llamado Sancho Sanchez de Mazuelo, á quien el infante don Alonso por sus servicios hizo merced de la villa y castillo de Alcaudete, Cabo Bugarra, y de la torre de Rexin, que está entre Yecla y Chinchilla, tenia gente de guerra en las fronteras del reino, y traia sus tratos con el arraez de Algecira, que era rebelde al rey de Aragon. Por esta novedad el rey se fué acercando bácia aquella frontera, continuando siempre la guerra contra los infieles y estando en el lugar de Almizra, hizo merced al maestre Pelay Perez Correa, y á la órden y caballería de Santiago, el día de nuestra Señora de marzo deste año, del castillo y villa de Enguera, que está junto á Játiva, y era lugar importante en aquella frontera.

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CAP. XLII. Que la villa de Algecira se rindió al rey, y del matrimonio que se concertó entre el infante don Alonso de Castilla, y la infanta doña Violante, hija del rey de Aragon.

Por el mes de abril de este año, pasó el rey con Ugo de Folcalquer, que era castellan de Amposta, y con todo el convento de su órden, y con su caballería, á ponerse sobre la villa de Játiva, y tuvieron algunas escaramuzas con los moros que salian á pelear con la gente del rey, y en ellas se señalaron, don Pedro de Vilargut de la órden de San Juan, y don Jimen Perez de Pina, y dos caballeros que se decian García de Aguero, y Guillen Pax. Pero el rey se concertó con el alcaide de Játiva, y levantó el cerco, porque se trató que se viese con el rey de Francia: y en el mes de junio de este año de mil doscientos y cuarenta y cuatro segun parece en algunas memorias, se vieron en Alvernia, en una casa muy devota, que se dice Santa María del Puy: y pasado mas de un año, volvió el rey á Valencia, con propósito de acabar la conquista de la otra parte del rio Jucar. Entonces sucedió, que el arraez de Algecira, recelándose que el rey tenia aviso de los tratos que se llevaban con Sancho Sanchez de Mazuelo, y con el infante don Alonso, temió no fuése contra él, y salióle de Algecira con treinta de caballo, y fuése á la ciudad de Murcia. Los vecinos de aquel lugar, que quedaban sin señor ni caudillo, dieron dello aviso al rey, y trataron de rendirle la villa, dejándolos en sus heredades, y en la secta y costumbres que tenian en tiempo de los almohades. Entregaron el lugar y tres torres que en él habia: y puso el rey sus alcaides en ellas, y mandolas ceñir con una muralla, y quedó hecho un fuerte como castillo y quedaron en él los cristianos separados de los moros, y en buena defensa, y acabado esto el rey se vino para Aragon. Prosiguiendo el infante don Alonso su conquista por el reino de Murcia, ganó en este año dos lugares muy importantes, que fueron Lorca y Mula, y en el mismo año tomó el rey su padre á Arjona | y Caztalla, y otros muchos castillos de aquella frontera. Estaban en este tiempo los reyes de Aragon y Castilla muy puestos en proseguir la guerra contra los moros á gran furia, y como en competencia, aunque entre sí estaban harto discordes: así por sus pretensiones ordinarias del derecho del reino de Navarra, como por querer cada uno extender su conquista. Pero hubo entonces entre los reyes buenos terceros, y confederándose por este tiempo, mediante matrimonio del infante don Alonso, hijo primogénito del rey de Castilla, con la infanta doña Violante, que fué la mayor de las hijas del rey: y fue llevada la infanta á Castilla, y celebráronse sus bodas en Valladolid, por el mes de noviembre del año de mil y doscientos y cuarenta y seis, con grandes fiestas. En el mismo año mediado el mes de abril, conquistó el rey de Castilla de los moros á Jaen, ciudad y fuerza muy señalada, y principal de la Andalucía. Como el rey habia en este tiempo acabado de sojuzgar á su obediencia todo lo que era de su conquista dentro en España, y lo tenia debajo de su señorío, para el bien de la paz universal deste reino, que era la cabeza de todo lo que se habia conquistado, puso todo su cuidado y pensamiento, en que se ordenase un volúmen de las leyes y fueros, y se interpretasen y declarasen los que estaban en obscuridad por la antigüedad del tiempo. Para esto mandó convocar cortes generales á los aragoneses en la ciudad de Huesca, y con consejo de los prelados y ricos hombres, y de todos los que concur

rieron á ellas, se declararon y reformaron, y corrigieTM ron los fueros antiguos del reino, y se ordenó un volúmen, para que de allí adelante se juzgase por él: y declaróse, que en las cosas que no estaban dispuestas por fuero, se siguiese la equidad y razon natural. Esta declaracion se publicó en las cortes, en la fiesta de la Epifanía, del año del nacimiento de nuestro Señor de mil y doscientos y cuarenta y siete.

CAP. XLIII. De los hijos que el rey tuvo en la reina doña Violante, y de qué manera los dejaban en este tiempo heredados en sus reinos.

Quiso el rey por este tiempo ordenar de sus reinos, de manera, que entre sus hijos no pudiese nacer alguna discordia, y aunque antes habia nombrado por su heredero universal al infante don Alonso, que era el mayor y hijo de la reina doña Leonor, con quien fué casado primero, y parecia que era razon que sucediese en sus reinos, tuvo mas cuenta en que quedasen heredados los hijos del segundo matrimonio. Tenia entonces de la reina dona Violante cuatro hijos, y otras tantas hijas, que eran los infantes don Pedro, don Jaime, don Fernando y don Sancho, y las infantas doña Violante, doña Costanza, doña Sancha y doña María, é instituyó por heredero y sucesor al infante don Alonso en el reino de Aragon, designando sus límites desde Cinca hasta Hariza, y desde los puertos de Santa Cristina, hasta el rio que pasa por Alventosa, Declaráronse tambien los límites que podian ser dudosos entre los reinos de Aragon y Valencia, y el principado de Cataluña de esta manera. Primeramente se designaban hacia la parte de Teruel, á donde se dividian los términos de aquella villa con los de Moya, y por la ribera del rio de Alventosa, que va a dar en Mora y sus términos, y de Mora como van sus límites á dar á Alcalá, que era un lugar de los frailes de la Selva, y de allí á Linares, y Fortaner, y á las posadas de Atorella y á Cantavieja, iba la raya á salir al término de Castellot, y al que se divide entre Alcañiz y Morella: y de allí pasaba á Valderrobles, y salia al término de Orta, como dividia sus términos con Tortosa, y por las riberas de Ebro. Continuábanse los límites como discurre aquella ribera hasta Mequinenza, y pasaban á dar á Torrente, que era una villa del Hospital de Jerusalen, y de allí á Vililla, Vallobar, Alcolea, Pomar, Castillocebollero, y á Estada, y como va subiendo la sierra hasta Monclús y Ainsa, y á los valles de Sobrarbe, segun partian sus términos con Ribagorza, por la ribera del rio Cinca, hasta dar en Bielsa, que parte término con Gascuña, y dan vuelta á los puertos de Aspa, que confinan con la provincia de Aragon, y por las cumbres de los valles de Echo y Ansó, prosiguiendo los límites de Ansó por la sierra que divide aquel valle de los valles de Sarazal y Roncal, basta el monasterio de San Salvador de Leire por sus vertientes. Estos eran los límites del reino de Aragon en este tiempo, entre el reino de Valencia y Cataluña, en el cual dejaba heredero al infante don Alonso, excluyendo del reino de Aragon el condado de Ribagorza, y lo que se habia ganado de la otra parte de Cinca, que era de su conquista, que se adjudicaba á Cataluña, y en ella dejaba heredero al infante don Pedro, con el reino de Mallorca, y con las islas adyacentes. Desinuaba el rey los límites de Cataluña, de oriente á occidente, desde el puerto de la Clusa, hasta el río de Ulldecona, y de aquel rio como sale la pendiente de | Traseras, al paso de Miravete, y atraviesa el rio hasta Mequinenza, declarando, que Mequinenza se inclu

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yese dentro de Cataluña, de cuyo dominio dice el rey que era entonces: y desde Mequinenza, como seguian los mojones hasta Fraga y Monzon, y á los límites que partian término entre Ribagorza y Sobrarbe: y dejabale heredero en toda Ribagorza con sus términos, como se continuaban los montes Pirineos, y van á dar á Pallás y en Puigcerdan, y en la Seo de Urgel, hasta el puerto de la Clusa. Dejaba al infante don Jaime todo el reino de Valencia, desde el rio de Ulldecona, hasta la Muela, que parte término con Aguas, y desde la mar hasta el término de Requena, y de allí al rio de Alventosa, como va a dar en la mar. Por la parte de septentrion, eran los límites del reino de Valencia, como se continuaban los términos de Castelfabib, Adamuz y Alpuente, y parten término con los de Moya, y van á dar en Requena, comprehendiendo aquella villa de Requena con sus términos, en el reino de Valencia, como cosa de su conquista, desde el tiempo del emperador don Alonso. Pasaba el término de Requena á dar á la sierra de la Rua y á Cabuol, y á los Capdetes, y de allí discurrian los límites del reino entre Villena y Biar, hasta dar en el puerto que está de la otra parte de Biar, como se continua la sierra hasta la Muela, comprehendiéndose en el reino de Valencia, Castilla y Sejona con sus términos, como se partian con Buzoch, é iban á dar en la mar, que era lo que se habia conquistado de los moros hasta este tiempo, ó estaba muy cerca de conquistarse. Al infante don Fernando, que era el hijo tercero que el rey hubo en la reina doña Violante, dejaba todo el condado de Rosellon y Conflent y Cerdania, y el señorío de Mompeller y Castelnou: y los castillos de Lates y Frontinian, y el Omeliades, con el derecho que el rey tenia en el condado de Melgor, Monferrer, Pailla, Lupinian, y en el Carcasés y Termens, y en el Rodes, y Fenollades, y Gavaldan y en el condado de Aimillan. Ordenó, que el infante don Sancho fuese de la iglesia, y fué arcediano de Belchit, y abad de Valla- | dolid, y despues arzobispo de Toledo: y dejábales tres mil marcos de plata; y en caso que tuviese otro hijo varon, queria que fuese caballero de la órden de los Templarios: y si hija, que entrase en religion, en el monasterio de Jijena: pero esto no se cumplió, án tes naciendo despues la infanta doña Isabel, casó con el hijo mayor del rey Luis de Francia, que sucedió en el reino. Puso sus substituciones, llamando á sus hijos á la sucesion de sus reinos; y por su muerte, no dejando hijos substiuia á los hijos varones de la infanta doña Violante su hija, mujer del infante don Alonso, hijo del rey de Castilla: con condicion que estos reinos y estados, nunca fuesen de la jurisdiccion del reino de Castilla, ni se juntasen con aquella corona: pero quedase heredero en ellos uno de los hijos de la infanta doña Violante, y no reconociese superioridad alguna al rey de Castilla. No quiso el rey que esta disposicion fuese secreta, y publicóse en la ciudad de Valencia á diez y nueve dias del mes de enero, del año del nacimiento de nuestro Señor de mil doscientos cuarenta y ocho. Desto resultó, que no solo no se sosegaron las alteraciones que por esta causa se habian ya movido, pero se encendieron mas: y el infante don Alonso, y el infante don Pedro de Portugal y los ricos hombres de su opinion se valieron del rey de Castilla, y andaban con grandes compañías de gente de guerra, conmoviendo y alterando las ciudades y villas del reino.

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CAP. XLIV. Del cerco que el rey puso sobre el castillo de Játiva, y de las vistas que tuvieron él y el infante don Alonso su yerno en Almizra y como se concordaron en la limitacion de la conquista de los reinos de Valencia y Murcia.

Detúvose el rey en Aragon por estas novedades algun tiempo. Celebradas las bodas de la infanta su hija al cabo de diez y seis meses que habia salido del reino de Valencia, aconteció, que don Rodrigo de Lizana con sus compañías y con ciertas banderas de almogáraves, fué á correr las tierras de los moros que no estaban en treguas, ni eran sujetas al alcaide de Játiva, y hacian guerra á los nuestros: y volviendo don Rodrigo con buena presa, los moros que el alcaide de Játiva tenia en su obediencia, y los de Tous, Terrabona y Carcel, y la caballería de los moros de Játiva, dieron en ellos tan de rebato, que les quitaron la presa é hicieron daño en la gente de caballo. Desto dió luego aviso don Rodrigo, y el rey holgó de la nueva, porque el alcaide de Játiva le habia rompido la concordia que habia entre ellos, y le dió ocasion que fuése á poner cerco sobre Játiva. Luego partió de Aragon para el reino de Valencia, y fué à la villa de Algecira, á donde mandó que viniese el alcaide de Játiva, y pidióle que le entregase la villa y castillo, y dióle plazo de ocho dias, dentro del cual le habia de responder. De allí se partió para Castellon con la reina y con el infante don Fernando su tio, y con algunos ricos hombres, y volvieron los mensajeros del alcaide y respondiéronle, que no era justo de rendir el castillo por un caso como aquél, habiendo hecho don Rodrigo sus correrías contra los del señorío de Játiva, de la misma manera que lo pudiera hacer en los lugares de los enemigos, y que eran obligados à defender sus haciendas y guardar la tierra. El rey nombró al infante don Fernando, que fuese juez de la pretension y querella que el alcaide tenia, para que, como su vasallo, hiciese la enmienda ó la recibiese; y no quiso el alcaide admitir juez ningu→ no. Con este cumplimiento mandó el rey juntar los ricos hombres y caballeros, y la gente de guerra que tenia en las villas y lugares del reino de Valencia, y fué á poner cerco sobre aquella villa. Estaba entonces el infante don Alonso su yerno en el reino de Murcia, y habia ganado muchos lugares de aquel señorío, en el tiempo que el rey su padre estaba ocupado en la guerra de los moros, y en esta misma sazon se habia puesto en gran estrecho la ciudad de Sevilla, que era la mas principal y mas poderosa de toda la Andalucía: y rindiósele dia de san Clemente, con la villa de Carmona y otros muchos castillos. Con esta ocasion tuvo el infante desde aquella frontera su inteligencia con el alcaide de Játiva procurando que se rindiese aquella villa: y entendia en esto un pariente del obispo de Cuenca y antes que llegase la gente del rey á cercarla, habia diversas veces entrado dentro, so color de mandar hacer una tienda labrada á la berberisca para el infante; y sucedió, que al tiempo que estaba el rey sobre la villa, volvió él mismo á persuadir al alcaide que se detuviese, porque el infante iria en su socorro, si queria guardar la concordia que entre sí habian capitulado. Entretanto hubo diversas escaramuzas entre los moros de Játiva y los del real: y á caso un dia en cierta escaramuza que se movió con los de Játiva, que salian á defender que no les talasen los panes de la vega, un caballero de la casa del rey llamado don Pedro Lobera, se encontró con el herma

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