Historia de la conquista de Méjico: poblacion y progresos de la América Septentrional, conocida por el nombre de Nueva EspañaVa. Baudery, Librería Europea, 1858 - 488 páginas |
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... guerra como pension de la libertad y como peligros de la paz , siendo en unas y otras igual el inconve- niente de la novedad ; porque las ciudades que se dispusieron á obedecer , supieron la fuerza que tenian para resistir ; y las que ...
... guerra como pension de la libertad y como peligros de la paz , siendo en unas y otras igual el inconve- niente de la novedad ; porque las ciudades que se dispusieron á obedecer , supieron la fuerza que tenian para resistir ; y las que ...
Página 30
... guerra civil que ocasionó don Pedro Giron , hijo del conde de Ureña , para ocupar los estados del duque de Medina Sidonia , cuya sucesion pretendia por doña Mencía de Guzman su muger ; poniendo en el juicio de las armas la ...
... guerra civil que ocasionó don Pedro Giron , hijo del conde de Ureña , para ocupar los estados del duque de Medina Sidonia , cuya sucesion pretendia por doña Mencía de Guzman su muger ; poniendo en el juicio de las armas la ...
Página 36
... guerra , y dejó sobre las áncoras con parte de la marinería los otros dos bajeles . Empezaban á vencer no sin dificultad el impulso de la corriente , cuando reconocieron á poca distancia considerable número de ca- noas guarnecidas de ...
... guerra , y dejó sobre las áncoras con parte de la marinería los otros dos bajeles . Empezaban á vencer no sin dificultad el impulso de la corriente , cuando reconocieron á poca distancia considerable número de ca- noas guarnecidas de ...
Página 37
... guerra , pues allí no habia ótro en qué discurrir , hablarian » con sus mayores y volverian con la respuesta . » Despidiéronse con esta resolucion , y quedaron los nuestros igualmente admirados que cuidadosos ; mezclándose el gusto de ...
... guerra , pues allí no habia ótro en qué discurrir , hablarian » con sus mayores y volverian con la respuesta . » Despidiéronse con esta resolucion , y quedaron los nuestros igualmente admirados que cuidadosos ; mezclándose el gusto de ...
Página 45
... guerra su valor y su obe- diencia , que son los primeros rudimentos de esta facultad . Consi- guió brevemente la opinion de valeroso , y tardó poco mas en darse á conocer su entendimiento ; porque sabiendo adelantarse entre los soldados ...
... guerra su valor y su obe- diencia , que son los primeros rudimentos de esta facultad . Consi- guió brevemente la opinion de valeroso , y tardó poco mas en darse á conocer su entendimiento ; porque sabiendo adelantarse entre los soldados ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 32 - Porque habiendo obispos y otros prelados no dejarían de seguir la costumbre que, por nuestros pecados hoy tienen, en disponer de los bienes de la Iglesia, que es gastarlos en pompas y en otros vicios, en dejar mayorazgos a sus hijos o parientes...
Página 335 - ... pasar de la otra banda para sitiar por todas partes el ejército. Ganóse alguna tierra de este primer avance. Los españoles no daban, golpe sin herida, ni herida que necesitase de segundo golpe. Los tlascaltecas se arrojaban al conflicto con sed rabiosa de la sangre...
Página 445 - ... capitán, que no me quitas la vida con ese puñal que traes al " lado? Prisioneros como yo siempre son embarazosos al vencedor. » Acaba conmigo de una vez , y tenga yo la dicha de morir á tus » manos, ya que me ha faltado la de morir por mi patria.
Página 168 - ... de morir en sus festividades, y se rompieron diferentes cárceles y jaulas donde los tenían y preparaban con el buen tratamiento, no tanto porque llegasen decentes al sacrificio, como porque no viniesen deslucidos al plato.
Página 45 - ... barbas tenía algo prietas, y pocas y ralas, y el cabello que en aquel tiempo se usaba era de la misma manera que las barbas, y tenía el pecho alto y la espalda de buena manera, y era cenceño y de poca barriga y algo estevado, y las piernas y muslos bien...
Página 336 - Habíanle ya desamparado los suyos y hallándose cerca un soldado particular que se llamaba Juan de Salamanca, saltó de su caballo y le acabó de quitar la poca vida que le quedaba con el estandarte que puso luego en manos de Cortés.
Página 65 - No hallamos que se refiera de otro español en estas conquistas semejante maldad: indigno por cierto de esta memoria que hacemos de su nombre...
Página 134 - ... sus felicidades, ni enciende sus cometas para que se adormezca nuestro cuidado, y se deje estar nuestra negligencia. Mi sentir, es que se junten nuestras fuerzas, y se acabe...
Página 58 - Cuando considero, amigos y compañeros míos, cómo nos ha juntado en esta isla nuestra felicidad, cuántos estorbos y persecuciones dejamos atrás, y cómo se nos han deshecho las dificultades, conozco la mano de Dios en esta obra que emprendemos, y entiendo que, en su altísima providencia, es lo mismo favorecer los principios que prometer los sucesos. Su causa nos lleva y la de nuestro rey, que también es suya, á conquistar regiones no conocidas, y ella misma volverá por sí mirando por nosotros.
Página 446 - Era Guatimozín mozo de veinte y tres á veinte y q.uatro años, tan valeroso entre los suyos, que de esta edad se halló graduado con las hazañas y victorias campales, que habilitaban á los nobles para subir al Imperio.