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Balsenses.

Cæsarobricenses.

Caparenses.

Caurenses.

Colarni.

Cibilitani. Concordienses.

Elbocorii.

Interannienses.

Lancienses.

Mirobrigenses, qui Celtici. Medubrígenses, qui Plum

barii.

Ocelenses, qui Lancienses.
Turduli, qui Barduli.
Tapori.

147 Este orden muestra que siguió el Alphabeto de las iniciales, aunque no el de las sylabas: y quando procede guardando el Alphabeto ( lo que no siempre observa) no se debe graduar la situacion de un lugar junto à otro por el orden de la mencion, pues consta que no miró à las distancias, sino à las voces: y asi en estos lances no se debe buscar la situacion por el modo con que procede.

148 Propusonos estos nombres, al hablar de los tres Conventos pero, como se previno no distinguió la Chancillería à que tocaba catocaba ca da uno sobre lo que hablaremos al tiempo de individualizar lo que aqui por concepto

de division de la Provincia se

propone en comun. Pero al mismo fin agregaremos otros lugares, que mencionó Plinio mas arriba, desde el cap. 21. y no repitió despues. Tales

son

Eumenium, ò Æminium.
Conimbrica.

Callippo.
Eburobritium.

Merobrica.

Osonoba.
Balsa.

149 Ptolomeo añade otras varias Ciudades, como se verá aqui en las Tablas y Mapa, que se pondrán despues: y el número de todas fue cinquenta y seis, segun Marciano He. racleota, que refiere esta suma, aplicandola al nombre de Ciudades con elogio de insignes més ironμes vs. Este número le ajusto Marciano por el texto de Ptolo. meo, pues otras tantas Ciudades resultan por sus Tablas, y Marciano no tuvo mas guia para cosas de España, que à Ptolomeo. De aquel número resulta, que no vió en sus Tablas el nombre de Capasa, referido en las ediciones griegas de Ptolomeo como ultimo pue blo de los Lusitanos: pues con aquel eran todos 57. y Marciano contó uno menos. En

efec

efecto la edicion latina de Ul, ma no propone tal pueblo : ni le debemos reconocer: porque da latitud que se le aplica es veinte minutos menos que à Mérida, esto es, mas de cine co leguas y media de altura en Mérida, que en Capasa: lo que repugna en Ciudad de Lusitania porque ésta no bajaba ni una legua de Mérida al Mediodia, por tocar à la Betica quanto caía à la banda meridional de Guadiana que baña la Capital: y asi mas abajo de Mérida, y con mayor longitud (qual se supone Capasa) no podia haver Ciudad de Lusitania porque en caso

de haver tal pueblo en aquel sitio estaba al mediodia de Guadiana muy dentro de la Betica.

150 El número de Ciudades que propone Marciano con Ptolomeo es mayor que el de Plinio: y todavia nos constan por el Itinerario de Antonino otros pueblos no mencionados en aquellos. Segun lo qual parece que unos miraron à los mas famosos, y otros à los que encontraban por delante, sin mirar à que fuesen popu• losos.

De los pueblos que han de' jado algun vestigio se tratará al hablar de cada Obispado.

CAPITULO

SUCESOS MAS SUCESOS

, 151

V.

NOTABLES DE LOS

Lusitanos antiguos.

Mitidas las memo- à vista de haverse contentarias que de tiem- do los Romanos, despues dé pos y monumentos fabulosos la primera guerra Punica, han extractado algunos sobre con que el Ebro fuese el lími. la Lusitania, en especial su te entre las dos Potencias (cohistoriador Fr. Bernardo de mo refiere Livio) (1) queda la Brito, empiezan las mas se- Lusitania con el resto de la guras desde el imperio de los España Ulterior, abandonada Carthagineses en España: pues al dominio de los Carthagine-,

(1) Lib. 21. cap. 2.

ses,

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be Floro, (2) si España huviera unido sus fuerzas no solo no huviera quien la dominase, pero ni fuera posible que nadie entrase en ella. (3) En fin hasta despues de vencida, no supo que era invencible: y dejando abiertas las puertas sin resistir à nadie, entraron como por su casa los Extrangeros, no solamente à robar lo mejor, sino à mandarla, quedando tan arbitros del terreno, que ellos señalaban los límites como en alhaja del primer ocupante. Prefijado pues el Ebro por límite de los Carthagineses, à excepcion de Sagunto, quedó la Lusitania siendo parte de lo permitido à su dominio y en efecto consta por la Exhortacion de Anibal, (4) que los Carthagineses anduvieron por los vastos montes de la Lusita nia y Celtiberia siguiendo las presas de los ganados, porque les faltaria gente à quien perseguir, por estar à su mando. (5)

ses, como que sería despojo de la Republica, ò Gentes, que con fuerzas unidas proyectasen entrar à señorear sus campos: especie que sin dolor no puede ocurrir à la memoria, por renovar la de nuestra desunion, reconcentrada con el mismo terreno, no sé si por funesto influjo, ò por felicidad de la tierra, que dando en cada porcion quanto se necesita, no induce à la confederacion precisa entre los pueblos que penden unos de otros en sus frutos. Fertil España en todo, parece que perjudicó con la misma abundancia à los suyos, brindando à los extraños, y siendo presa de su avaricia, por no saber unirse à la defensa: cosa tan conocida de las Naciones, como ignorada de los mismos Españoles: pues si huviesen advertido su poder, uniendo la virtud, no huviera sido posible, que los Tyrios, los Celtas, los Griegos los Carthagineses, ni Romanos entrasen à dominarla, como confiesa Estrabón; (1) porque segun escri

152 Prevaleciendo despues los Romanos contra los

Car

(1) Qui si conjunctis viribus tueri se voluissent, numquam licuisset, nequé Carthaginensibus incursione facta majorem Hispanie partem nemine prohibente subigere, neque ante hos Tyriis, & Celtis, &c. pag. 158.

(2) Lib. 2. cap. 17. (3) Nee adiri quidem potuerit.

(4) En Livio lb. 21. cap. 43. (5) Satis adhuc in vastis Lusitanie, Celtiberiæque montibus pecora consectando, &c.

Tom. XIII,

K

Carthagineses, vino España à ser theatro de las armas del Senado, porque ni Roma podia menos de apetecer tan gran Reyno, ni este sufria el yugo, que se dejaba poner. Fue casi una continua guerra: pero como nos faltan proprios Historiadores, es preciso arreglarnos à los extraños, que suelen referir los sucesos à su modo, en especial Tito Livio, que disimuló quanto pudo las glorias de esta Nacion, por ensalzar las Armas de los Romanos.

153 Sea el primer suceso el que nos ofrece sobre los Lusitanos, (1) los quales (dice) al volver a su casa cargados de presas hechas en la Betica, fueron acometidos del Pretor Escipion Nasica à las tres horas despues de amanecer, y finalmente los venció, quitando la vida à doce mil, y haciendo prisioneros à qui nientos y quarenta, con pérdida de setenta y tres por parte de los Romanos. Hasta aqui Livio y aqui clama Resende sospechando sobre el candor del Historiador, y con razon: pues si se mira al hecho referido por Livio en el modo de la batalla, no queda tan des

(1) Lib. 35. cap. I.

airado el valor de los Lusitanos, como promete la relacion del triumpho del Pretor. Primeramente se debe tomar en cuenta que los Lusitanos havian venido caminando desde la tercera Vigilia y à este espacio de la noche se añadieron otras tres horas del dia: de suerte que quando los acometieron los Romanos, llevaban ya los nuestros unas cinco horas de camino, en que forzosamente havian de estar algo fatigados; y sin embargo de este cansancio en los unos, y del exceso que en salir de refresco llevaban los Romanos (recenti milite adversus fessos longo itinere concurrerat, como confiessa Livio) con todo eso fue tal el valor de los Lusitanos,que en el primer acometimiento turbaron à los Enemigos, perseverando en el combate. con tanta valentía, que por espacio de cinco horas estuvo incierto el éxito. El Pretor Escipion Nasica se vió en tal conflicto, que hizo voto à Jupiter de sacrificarle una fiesta, si vencia: poco à poco se fue igualando la batalla y finalmente echando el ultimo esfuerzo los Romanos, fueron vencidos los que

mu

mucho antes debian haver sido desbaratados, si empezando 'a pelea cansados, huvieran perseverado en ella tan sin brazo, ò sin armas, que en mas de cinco horas de combate no mataron setenta y quatro enemigos. Solo 73. expresa Livio pero esto se hiciera menos inverosimil, si no huviera historiado lo demás referido porque aquel turbar al Egercito Romano en el primer impetu, se hace acaso sin muerte de ninguno de los turbados? Use Livio en hora buena de solo el verbo turbar (que acaso sería mas.), Pero de qué se turban los Romanos, si pelean con quien no mata Soldados? Qué hacian los que contra ellos sostuvieron por cinco horas la batalla, con duda en todo aquel espacio de quien vence; si no caia ninguno de los Romanos? Si Escipion no pierde gente, y derriba à millares à los enemigos; cómo duda por cinco horas, si será vencido, ò vencedor? Qué aprieto le precisa à recurrir à los dioses, si tiene en pie à todos sus Soldados, tan felices que saben matar uno à docientos, pero no saben que cosa es caer de ciento uno? Aquellos doce mil Lusitanos que murieron,

es posible que sostuvieron por tanto tiempo la batalla (superiores en algun espacio) y entre ciento no mataron un enemigo? Livio dice, que no, (señalando solos 73. y para salir uno por ciento, debian ser ciento y veinte ) pero esto lo creerá quien quisiere: porque el Lusitano era muy agil, muy egercitado en la guerra, bien armado, y muy diestro en el manejo del es cudo, de la Lanza, y la flecha. Sirva pues de egemplar para conocer la cautela con que se han de leer los que refieren triumphos de sus gentes.

154 En el lib. 36. cap.46. refiere Livio otra batalla de los Lusitanos contra el Proconsul Lucio Emilio Paulo, (sucesor de M. Fulvio, el que conquistó à Toledo) en la qual por haver sido totalmente vencidos los Romanos, no tuvo que tergiversar confesando llegó à Roma (en el año 563. de su fundacion, Scipione, & C. Lelio Coss.) la triste noticia de que los Lusitanos lograron una total victoria, matando à seis mil del Egercito Romano, y poniendo tal terror en los demás, que no juzgandose seguros en las trincheras, donde se refugiaron,

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