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tal vez suele llamarse Celda la Iglesia y todo su adherente, como se lee en el Diacono Emeritense num. 43. donde refiere el decreto del Rey Re2 caredo, en que mandó al Conde Vacrila fuese delante del caballo del Prefecto de la Celda de Santa Eulalia (que era estonces el nombrado Redempto,) y la Celda en este caso significa la Iglesia de Santa Eulalia, lo que no desdice del estylo antiguo, pues una de las partes de los Templos del Gentilismo se llamaba Cella, y era donde ponian los simulacros de los Dioses.

Tambien advierto, que aunque Don Thomas Tamayo en las Notas al capitulo primero de Paulo Emeritense aplica à la Iglesia de Santa Eulalia de Mérida el Abad que por el Monasterio de este nombre subscribe en el Concilio once de Toledo [Florentius Ecclesiæ monasterii S. Eulalia Abbas, &c.] no se debe aprobar el pensamiento: porque siendo aquel Concilio puramente Provincial, donde no cuncurrió Obispo ninguno de fuera de la Carthaginense, à qué fin havia de ir al Concilio un Abad de Mérida? Es to repugna pero se infiere, que la bendita Santa Eulalia

tenia en la jurisdiccion de Toledo un Monasterio de su advocacion, donde havria alguna Reliquia, con que se propagaba su culto.

21 La devocion que toda la Ciudad de Mérida tenia con la Iglesia de Santa Eulalia correspondia à los incomparables meritos de la Santa, cuyo cuerpo era como prenda de todas las felicidades que los Ciudadanos podian desear, y por tanto acudian alli como à asylo en sus tribulaciones, y ella los oia, segun testifica Prudencio: Populosque suos carmine propitiata fovet. Alli iban las Procesiones de la Ciudad: alli se retiró el Obispo Paulo à morir: alli fue enterrado: alli recibió tambien sepultura el sucesor Fidel : alli se crió Masona: alli fue sepultado, como los sucesores, Inocencio, y Renovato: alli yace el Santo Joven Augusto: alli buscaban asylo hasta los hereges, segun vimos en el Conde Ariano Vacrila, à quien por tanto perdonó Recaredo: alli quiso introducirse el Ariano Sunna; pero de alli le repelió el pueblo, y aun el Cielo le excluyó con el triumpho que concedió à Masona. Alli cebó su avaricia el Ariano Nepopis: pero Dios hizo que

pron

prontamente fuese restituido el Pueblo, iba en Rogativa á

el hurto, segun todo consta pcr lo expuesto antecedente

mente.

22 Delante de esta Iglesia fue tambien el theatro en que el Cielo quiso ostentar una de sus mas graciosas maravillas, que refiere San Gregorio Turonense. (1) Hay (dice) delante del Altar, ò Iglesia de Mérida, en que es. tan las Reliquias de Santa Eulalia, tres arboles, (cuya especie ignoro) los quales ha Ilandose en Diciembre sin hojas, de repente en el dia de la Santa [que es à diez] al tiempo de amanecer se cubren de flores. Pero no es esto lo mas maravilloso, sino que las flores son blancas de figura de Paloma, en cuya especie voló al Cielo el purisimo espiritu de la Santa, y lo blanco renueva la memoria de la nieve con que milagrosamen te cubrió Dios su inmaculado cuerpo. Añadiase en esto mismo otro prodigio, de ser anuncio feliz de un buen año en sanidad y frutos, quando las flores brotaban desde luego: pero si tardaban, era indicio de algunos contratiempos. Por tanto anticipandose

la Iglesia de la Santa implorando su benéfico Patrocinio, y no cesaba, hasta que aparecian las flores. Si brotaban à la hora acostumbrada, conocian la tenian propicia, y era sumo el gozo. Recogian las flores, bañados todos de un regocijo indecible, y de la fragrancia que despedian, lisonjeando de una vez los animos y el sentido. Llevabanlas à la Iglesia, y se las entregaban al Sacerdote, haciendo una procesion muy festiva. Y por quanto flores tan mysteriosas no podian carecer se verificaba en de fruto, ellas otro beneficio, de que aplicadas à los enfermos, les concedian salud. Yo (dice S. Gregorio) lo he conocido asi varias veces. Veanse sus palabras en el Apendice II.

23 El sitio de este venerable Santuario estaba fuera de la Ciudad, como repetidas veces muesta el Diacono Emeritense, y se vé claro en el cap. 18. donde expresa, que para ir al Templo de la Santa se havia de salir de las puertas de la Ciudad. Fundóse alli, por quanto aquel fue el sitio de su triumpho, y en

(1) En el lib. 1. de la gloria de los Martyres, cap 91.

el

el mismo descansaba su cuerpo. La parte era la que mira al Septentrion, cerca del arroayo Albarregas, donde perseveraron las sagradas Reliquias hasta la traslacion, de que se hablará en la Vida de la San

ta.

24 Mantúvose aquel Templo en tiempo de los Moros; y despues de volver al domi, nio de los Christianos se eri gió alli Parroquia, que tiene adjunta una Comunidad de Religiosas del Orden de Santiago, trasladada alli desde Robledo en la Sierra de Montanches, en el año de 1530, segun Moreno, (1).

IGLESIAS DE SAN Cyprian, S, Lorenzo,y las de otros Marty

res.

25 En el Diacono Eme ritense vemos mencionadas otras Iglesias de Mérida, dedicadas à Dios con titulo de diferentes Martyres (pues solo estos se celebraban en lo antiguo.) Algunas se refieren en comun, diciendo per Basilicas Martyrum; otras se individualizan, expresando los nombres. Tales son la Iglesia

(1) Lib. 5. cap. 10.

del Martyr S. Cyprian, y la de S, Lorenzo, que sin duda serian de las mas antiguas, segun la antiguedad, y meritos de sus Santos titulares. Estas se expresan en el num. 20, donde vemos se aparecieron aquellos Martyres à una pobre viuda, culpandola de la poca devocion que tenia en acudir à sus Iglesias, siendo asi

, que frequentaba las de otros : Quare per reliquas Basilicas fratrum nostrorum ce‐ terorum Martyrum frequenter concurris, & ad nos venire contemnis? Aqui vemos no solo dos Iglesias con el titulo expreso que tenian, sino que havia otras dedicadas à diversos Martyres, Y para que no se juzgue, que era un Templo solo consagrado con el titulo de los dos, añade el Historiador la distincion, dicien→ do, que la buena muger acudió prontamente à visitar las Iglesias de San Cyprian, y S. Lorenzo, y lográ lo que deseaba: Ad eorum Basilicas cucurrit, &c. Vemos tambien lo propicio que se mostraba Dios con los que iban à las Iglesias de estos Santos à implorar su patrocinio, pues al punto que la viuda las visitó,

lo

logró su buen despacho. Pero no vemos el titulo de las demás Iglesias, supuestas en aquella clausula por lo que solo sabemos que havia otras, pero no à quien estaban dedicadas.

SANTA LUCRECIA.

26 Junto al puente de la Ciudad havia otra Iglesia in titulada de Santa Lucrecia, como refiere en el cap. 7. de la edicion de Moreno: pues aunque D. Thomás Tamayo y Bivar estamparon Leocricia, fue yerro del que escribió los Codices: y es muy de estrañar la nota de D. Thomás, que equivocó à la Santa de que ha bla nuestro Autor, con la Santa Leocricia de que trató Alvaro Cordobés: pues havien do padecido ésta en Cordoba al medio del Siglo nono, cómo es posible que fuese suyo el Templo de que trata el Emeritense, hablando del Si glo sexto? Claro está, que de ben reconocerse Santas muy diversas la que en Mérida tenia Iglesia en tiempo de los Godos, y la que trecientos la que trecientos años despues murió en Cordoba. Por tanto decimos, que la Santa mencionada en Paulo Diacono no es Liocricia la de

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Cordoba, sino otra llamada Lucrecia, la qual murió en Mérida (segun diremos en el capitulo de los Santos) y à ésta erigieron los Ciudadanos Emeritenses aquel Templo. Su situacion era junto al puente, segun da à entender el Diacono Emeritense en el capitulo 7. (por la razon que se apuntará en la Iglesia que se sigue) y como Santa Lucrecia murió en Mérida, es muy creible, que estuviese alli su cuerpo, edificando el Templo de su invocacion en el sitio donde havia sido su sepulcro.

SAN FAUSTO.
FAUS

27 Cerca de un quarto de legua, ò casi una milla de la Ciudad, havia otra Iglesia, de que era titular. San Fausto por la parte meridional de la Ciudad, esto es, ácia el puente: pues en el cap. 7. refiere Paulo Diacono, que llegando à la puerta del puente el familiar del Metropolitano Fidél, vió un globo de fuego que salia de la Iglesia de San Fausto, y llegaba à la de Santa Lucrecia, con cuyo resplandor venía una multitud de Santos, que llegando al puente, se metieron en la Ciudad: y consiguiente mente sabemos que estas dos

Iglesias caian à la parte meridional del rio, y que fueron ilustradas con prodigios del Cielo. El titular San Fausto sería el Martyr Cordobés asi

desde lo antiguo conservan los Vecinos de la Ciudad ir allá los Viernes de la Qua

resma.

Cauliana.

llamado, que en tiempo de MONASTERIO DE los Gentiles padeció con Januario, y Marcial: pues teniendo dentro de casa el nombre, y las Reliquias, no necesitamos recurrir à Santos extrangeros.

SANTA MARIA.

28 A mas distancia de la Ciudad, esto es, à legua y quarto, ò cinco millas, havia otra Iglesia con titulo de Santa Maria., la qual era Santua rio de mucha devocion: pues el mismo Diacono Emeritense, que al fin del cap. 1. nos da noticia del Templo, afirma que se fue à orar à esta Iglesia de la Virgen. Añade, que el vulgo la llamaba Santa Quintilina: y Moreno de Vargas se inclina à que es la Ermita, llamada nuestra Señora de Ureña, por ser una misma la distancia, y retener muestras de fabrica del tiempo de los Godos. El titulo vulgar de Santa Quintilina parece le reduce à que fuese Santuario de cinco Estaciones en memoria de la Pasion del Señor: pues Tom. XIII.

29 Demás de las Iglesias referidas, menciona el Diacono Emeritense el Monasterio de Cauliana, ò Cauliniana, que distaba unas dos leguas, ò casi ocho millas de la Ciudad, cerca del rio, segun se infiere de que en una inundacion destruyó el rio Ana las celdas de aquel Monasterio, como afirma el Diacono al fin del cap. 2. El sitio puntual fue donde está la Ermita de Cubillana, à dos leguas de la Ciudad, segun Moreno. Alli fue Abad el Santo Varon Renova→ to, que despues ascendió à la Sede Emeritense. Alli vivió tambien aquel dichoso Monge de que tratamos, al hablar de Renovato. Alli florecia la enseñanza de la juventud, pues havia Escuelas públicas, donde concurrian à dedicarse à las letras los que deseaban saber, como supone el Diacono, quando refiere la irrision que los Estudiantes de aquellas Aulas hicieron al ver borracho al Monge, que luego

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