Imágenes de página
PDF
ePub

pueblo se ve amenazado en su independencia, la lengua nacional se engrandece y endiosa á sus ojos; y si ha incurrido en la proscripcion decretada por gobiernos usurpadores ó tiránicos, refúgiase en el hogar doméstico, y entre los lares que venera la familia es objeto de culto cariñoso. Fuera de estos casos excepcionales, el pueblo habla la lengua que ha recibido por tradicion, sin conocer ni sospechar siquiera la clase de tesoro de que dispone, y la poetiza ó la aplebeya sin conciencia de sus actos.

Que esto haga el vulgo, es natural y se comprende sin esfuerzo; pero las mismas excusas por ningun caso son aplicables á los literatos y eruditos, que investigando y descubriendo las leyes del lenguaje, no sólo le manejan por mero instinto de imitacion, sino que le cultivan con arte, como un instrumento cuya forma y fines científicamente conocen.

Los filósofos que soñaron con la creacion de una lengua universal no sólo dieron por sentado, implícitamente, que el uso no es norma del lenguaje, sino que desechando todo punto de apoyo no tomaron lengua alguna, entre las usadas, por base de su fábrica convencional. Filólogos modernos que con apasionada predileccion consideran la facultad de hablar como la única que distingue y ennoblece al hombre sobre todas las criaturas, conceden en cierto modo, por este hecho, á la ciencia del lenguaje la primacía entre todas las especulaciones antropológicas. ¿Y cómo habia de elevarse el estudio de las lenguas á la categoría de ciencia, y entre ciencias excelentísima, si el lenguaje no reconociese más norma que el uso, arbitrario á las veces y siempre variable? Sin duda que aquellos fantásticos y ya extinguidos proyectos de una lengua universal, así como este moderno empeño de singularizar el habla como distintivo del hombre, andan fuera del círculo de la teoría que constituye soberano al uso, y bien examinados y traidos á sus naturales consecuencias, con ella rompen de frente.

Nadie, empero, que yo sepa, se ha tomado el trabajo de hacer estas ó semejantes confrontaciones, encaminadas á determinar los grados de autoridad que al uso hayan de reco

[merged small][ocr errors]

nocerse; porque los filósofos han mirado la cuestion de saber cuál es la norma del lenguaje como cosa de poca monta, ó como extraña á sus encumbradas lucubraciones, y propia y privativa de los filólogos; y los filólogos por su parte, ó por temor de filosofar apartándose de los hechos, ó por hábito irreflexivo, 6 por desden mal fundado, en proponiéndose la cuestion, repiten de coro que el uso es la norma del lenguaje; atreviéndose tan sólo, los que más ahondan, al notar las absurdas consecuencias á donde podria llevarlos semejante doctrina, á interpretar lo que ha de entenderse por uso, poniendo así algunas justas, aunque no suficientes limitaciones, al bronco sentido absoluto de la sentencia.

[ocr errors][merged small]

Y aquí como muestras de tales limitaciones, ocasionales casi siempre, rara vez deliberadas, permitidme recordaros los juicios rápidos que formaron sobre la materia de que trato algunos escritores ó humanistas ilustres, antiguos y modernos.

QUINTILIANO, tropezando con la dificultad que presenta la variedad de usos, enseña que por uso ha de entenderse el consentimiento de los eruditos, así como en punto de moralidad no hay otra costumbre respetable que aquella en que convienen los buenos (1). Saint-Martin y otros publicistas del presente siglo, trataron de sustituir la voluntad de los justos á la de las mayorías, y la soberanía de là virtud á la del pueblo, en la teoría de los gobiernos. De principios semejantes partia ya el sensato retórico latino tratando de determinar la norma del lenguaje; pero sin reñir, en apariencia, con la doctrina gene

(1) Ridiculum paene fuerit malle sermonem quo locuti sunt quam quo loquantur. Sed necessarium est iudicium...... In loquendo, non siquid vitiosi multis insederit pro regula sermonis accipiendum...... consuetudinem sermonis vocabo consensum eruditorum, sicut, vivendi, consensum bonorum. I 6.

મારે

ralmente recibida, que admite como suprema ley la del uso. Quintiliano, en puridad de verdad, concede á la erudicion preeminencia sobre el uso, pero no en són de doctrina nueva, sino á guisa de quien interpreta y desenvuelve una fórmula sancionada, indiscutible.

CERVANTES, que en medio de su desembarazada naturalidad, y á vueltas de no infrecuentes descuidos, cultivaba la lengua nativa con tanto esmero y cariño; Cervantes, qué no desperdiciaba ocasión de sembrar doctrina y filosofía en sus escritos, sólo en apariencia festivos y ligeros, mal pódia suceder que más de una vez no hubiese meditado sobre la jurisprudencia del lenguaje, y que aquí 6 acullá no hubiese decla rado sus opiniones sobre el particular. Consignólas, en efecto, en la segunda parte del Quijote, poniendo, segun acostumbraba, sus propios sentimientos en boca de los personajes que introduce. ¿Quién de vosotros no recuerda la severidad y du reza con que el héroe manchego corregia el hablar revesado de Sancho, motejándole de “preváricador del buen lenguaje ”? Y de aquí el diálogo interesante que se entabló entre el amo y escudero y el Licenciado, el cual interlocutor, á vueltas de otras razones, en que el autor del libro descubre su pensamiento, proclamó que "el lenguaje puro, el propio, el elegante y claro está en los discretos cortesanos, aunque hayan nacido en Majada Honda;-discretos, porque hay muchos que no lo son, y la discrecion es la gramática del buen lenguaje, que se acompaña con el uso" (1). Con la "discrecion," 6 como diriamos hoy, con los dictados de un criterio sano (2), limita Cervántes, por lo visto, la autoridad del uso, con la condicion ademas, de que sea uso cortesano, áun cuando no lo fueren los que le siguen. Cor saludables consejos previno el mismísimo D. Quijote á Sancho, para el buen desempeño de la gobernacion de la ínsula, y fué uno de ellos que hablase con decoro, por lo cual le amonesta que en vez de ciertos vocablos soeces

(1) Capítulo XIX.

έσ

(2) Cervantes por boca de Sancho distingue "discrecion” dę " ingenio ' (II 67).

[ocr errors]

se valga de otros no comunes, de institucion latina. “Y cuando algunos," advierte, "no entiendan estos términos, importa poco, que el uso los irá introduciendo con el tiempo, que con facilidad se entiendan, y esto es enriquecer la lengua, sobre quien tiene poder el vulgo y el uso." Claro paréceme aquí, que por vulgo entendia Cervántes lo que hoy de ordinario llamamos uso, y por uso una cosa harto distinta, y áun contraria al uso propiamente dicho, esto es, la facultad que ha de reconocerse á los hablistas y escritores, de dar entrada franca á vocablos nuevos, con la forma y significacion que segun las leyes de formacion de cada lengua, y las generales del pensamiento humano, hayan justamente de corresponderles (1). Pídalos la necesidad de los tiempos, cumplan con esas precisas condiciones, y Cervantes, por boca de D. Quijote, se anticipa á aprobarlos liberalmente, sin que importe que al principio no se entiendan por todo el mundo, que el tiempo se encargará de extenderlos y vulgarizarlos.

FENELON, en la carta que dirigió á la Academia Francesa, despues de asentar la soberanía del uso, la restringe en lo

(1) En el siguiente pasaje de la comedia El Rufian dichoso (II 1) entiende Cervantes por uso, el uso nuevo que deroga el antiguo, ya perfeccionando las artes, ora no sujetándose al arte. Habla la Comedia respondiendo á la Curiosidad:

Los tiempos mudan las cosas

y perficionan las artes;

y añadir á lo inventado

no es dificultad notable.
Buena fuí pasados tiempos;
y en estos, si los mirares,
no soy mala, aunque desdigo
de aquellos preceptos graves
que me dieron, y dejaron
en sus obras admirables,
Séneca, Terencio y Plauto,
y otros griegos que tú sabes.
He dejado parte de ellos
y he tambien guardado parte,
porque lo quiere así el uso
que no se sujeta al arte.

[ocr errors]
[ocr errors]

tocante á la lengua francesa, cual se hablaba en el dorado siglo de Luis XIV: "Los franceses, por punto general, aprenden su lengua por uso; pero el uso adolece de defectos en todas partes. Cada provincia tiene los suyos; Paris no está libre de ellos. Áun las personas más cultas no aciertan á corregirse de ciertos resabios de elocucion que en la infancia contrajeron en Gascuña, en Normandía, en Paris mismo, por el roce con domésticos Añade que Griegos y Romanos no se contentaban con aprender el habla nativa con arreglo sólo al uso, sino que, ya adultos, perfeccionaban aquellos conocimientos prácticos estudiando las reglas gramaticales, las etimologías, las acepciones metafóricas, el genio, en fin, y la estructura de la lengua. Ni vacila en recomendar á los escritores de nota que compongan nuevas voces, eufónicas, é introduzcan expresiones, ya simples, ya figuradas, á fin de enriquecer y hermosear el idioma.

LITTRÉ (el ilustre lexicócrafo cuya reciente pérdida lamentan las letras, el "honrado pagano" cuyo renacimiento celebra la Iglesia), al entrar é internarse en el estudio de la historia de la lengua francesa, á que dedicó muchos años de su larga vida, no era posible que no sintiese la necesidad de resolver esta cuestion preliminar. Su doctrina á este respecto está consignada en el prefacio de su gran Diccionario. Allí establece que el uso contemporáneo es el principal objeto que ha de tener en mira quien se proponga formar el inventario general de las voces que componen una lengua viva. Pero confiesa en seguida, que el uso contemporáneo no lleva en sí mismo los títulos que le abonan, y que ni podremos explicarlo razonablemente, ni discriminar en él lo bueno de lo malo, si no recurrimos á un uso anterior, si no nos remontamos á los orígenes. "Una lengua viva, que pertenece á un gran pueblo y corresponde á un notable grado de desenvolvimiento social," presenta, segun Littré, tres términos que deben estudiarse: "1.o el uso contemporáneo, propio de cada período sucesivo; 2.o un arcaismo, que en alguna época fué uso contemporáneo, y que ofrece la explicacion y da como

« AnteriorContinuar »