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güedad de nuestros poetas), introdujo á Arnaldo Daniel, poeta proenzal, trovando en lengua lemosina. El arte de trovar (esto es, de inventar, de donde los poetas tuvieron el nombre de trocadores) era el entretenimiento de la gente bien divertida; y la poética, que llamaban Gaya Sciencia, esto es, ciencia alegre, era la ciencia de los palaciegos. Aun hoy se oye con veneracion el nombre de Ausías March (1), príncipe de los poetas lemosinos y gloria inmortal de la ciudad de Valencia, que fué su patria verdadera, como él mismo lo publicó cuando dijo en el Canto VIII de la muerte:

Esto es :

La velledat en valencians mal proba,
E no sé yo com fasa obra nova.

Si en valencianos la vejez mal prueba,
No sé yo cómo hacerme cosa nueva.

Garci-Lasso de la Vega, príncipe de los poetas castellanos, se preció de imitar á este insigne trovador, y tal vez le copió á la letra (2). Juan de Resa, capellan de Felipe II, pu

(1) Ausías March, poeta valenciano de familia oriunda de Cataluña, noble, señor de la villa de Beniarjo y de los pueblos circunvecinos, y amigo del desventurado Príncipe de Viana. Aunque imita algo al Petrarca, es original en el fondo, grave, sencillo, de sensibilidad esencialmente poética, espontáneo y verdadero en la expresion de sus pensamientos. Esa sensibilidad moral, á nuestro juicio la primera y más relevante cualidad del poeta, lo distingue y ensalza sobre todos los trovadores de su tiempo.

(2) Nos parece que Mayans, arrastrado por su amor á Valencia, va en esto demasiado léjos. Garcilaso, como Virgilio, y despues Ausias March y Lope de Vega, es de esos poetas de tierna sensibilidad que se parecen unos á otros, porque sienten y hablan de la misma manera. A quien imita á veces Garcilaso es á los italianos, á quienes imitó tambien el poeta provenzal de Valencia, y no es extraño que, siendo el mismo el modelo y semejantes los caractéres de ambos poetas, lo sean tambien sus versos.

blicó un Vocabulario de las voces lemosinas más extrañas de este poeta, con sus explicaciones en castellano, para que más fácilmente se pudiese entender. Y no será temeridad el pensar que el autor de dicho vocabulario haya sido Don Honorato Juan (1), natural de Valencia y obispo de Osma, muy apasionado á nuestro poeta, tanto que le leia á su discípulo el malogrado príncipe Don Carlos, y refiere Escolano (Histor. de Valencia, lib. 10, cap. 29) (2) que compuso un abecedario semejante. Don Baltasar de Romaní (3) tradujo nuestro poeta en lengua castellana, y publicó su traduccion en Valencia, año 1539, en fólio, cuya traduccion se apropió despues, año de 1579, Jorje de Montemayor, poeta bien conocido. Vicente Mariner (4), tambien valenciano, bibliotecario de Felipe IV en su real biblioteca del Escurial, hombre de maravillosa facilidad en traducir de

(1) Honorato Juan, natural de Valencia, discípulo de Luis Vives en Lovayna, gentil-hombre primero y del consejo del emperador Cárlos V, y despues maestro del príncipe D. Cárlos y obispo de Osma, en cuya ciudad murió en 1566.

(2) Gaspar Escolano, natural y cronista de Valencia, de la Academia de los Nocturnos, cura de San Esteban de dicha ciudad y predicador de Valencia y su concejo. Su historia contiene muchas noticias diminutas, informes, y acaso equivocadas, porque se escribió y se imprimió con demasiada precipitacion. Fué tambien poeta, y murió en Valencia en 1619.

(3) Baltasar Romaní, poeta valenciano, que tradujo á Ausias March al castellano de órden del serenísimo Sr. D. Fernando de Aragon, duque de Calabria, virey y capitan general de Valencia.

(4) Vicente Mariner de Alagon, valenciano, hombre de pasmosa erudicion é ingenio, gran latinista y helenista, que escribia versos latinos con facilidad verdaderamente extraordinaria. Sus obras impresas son innumerables, así en latin como en castellano, habiendo dejado ademas muchas otras manuscritas. Entre las primeras se cuentan una Vida, en latin, de Ausías March, y una traduccion latina en seis libros de los Cantos de Amor de este poeta. Fué en vida poco afortunado. Murió en Madrid en 1636.

griego en latin y tambien en versificar, habiendo sido quien más ha traducido en el mundo, y por ventura quien ha hecho más versos latinos (de cuya multitud de escritos, todos de su letra, soy testigo), redujo los Cánticos de Mosen Ausías March á Elegías latinas, y las imprimió entre sus Obras poéticas y oratorias.

78 El maestro Jaime Roig (1), valenciano tambien, y médico que fué de la reina Doña María de Luna, mujer del rey Don Alonso V el conquistador de Nápoles, escribió tambien en lengua lemosina con tanto ingenio, suavidad y dulzura, que parece un Anacreonte ó Catulo áun en lo pícaro, en que no debiera. Venga el más alentado poeta, y veamos si puede hablar con igual dulzura :

Entre les pies,
Espiritals
E corporals,
L'obra millor,

De mes amor,
A mon parer,
Es dotrinar
Dar exemplar,
E bon consell
Al qui novell

En lo Mon ve.

No puede juzgar de la dulzura de estos versos el que no sepa pronunciarlos. Omito otros muchos poetas lemosinos, porque no es de mi propósito hacer catálogo de ellos. Algu

(1) Mossen Jaime Roig, caballero valenciano que acompañó á don Pedro IV de Aragon á Cerdeña en 1354, y fué médico de la reina Doña María, mujer del rey D. Alonso V de Aragon. Es ingenioso, fácil, erudito y agudo. Su libro se titula: Libre des consells, fet per lo Magnifich Mestre Jaume Roig, los quals son molt profitosos y saludables, aixi peral regiment, y orde de viure, com pera augmentar la devoció a la Puritat y Concepció de la Sacratíssima Verge Maria.

nos se conservan manuscritos; otros se hallan en el Cancionero general, y otros suelen acompañar las Obras del maestro Roig. Espero que mi eruditísimo amigo el Marques de Caumont nos dará un cumplidísimo catálogo de todos ellos. Uno hay que no se puede omitir sin ofensa de la lengua, en que fué tan casto (segun su tiempo), cuanto dejó de serlo en los pensamientos. Este fué el rector de VallFogona Vicente García (1), hombre de sumo ingenio y de admirable gracia (2).

79 Los dialectos de la lengua lemosina son la catalana, valenciana y mallorquina. La catalana ha recibido muchos vocablos de la francesa; la valenciana de la castellana; la

(1) Vicente García (el doctor), rector de Santa María de Vallfogona, diócesis de Vich, nació en Tortosa en 1580 y se graduó en Lérida de doctor en teología. Fué familiar y secretario del obispo de Gerona D. Pedro de Moncada, y rector por oposicion de Vallfogona en 1607. Vino á Madrid, en donde contrajo amistad con Lope de Vega; despues huyó de la córte, y, segun se asegura, fué envenenado con su criado, el cual murió, salvándose él, aunque quedando siempre enfermo. Murió en 6 de Setiembre de 1621. Escribió poesías profanas y sagradas.

(2) Sobre el provenzal, llamado tambien lengua de oc (sí, de hoc latino, en oposicion al oui, sí en frances del Norte), ú occitánica y lemosina, del lemosin, porque en este país se hablaba con más pureza, pueden consultarse, ademas de las obras que cita Mayans, el Tableau historique et litteraire de la langue parlè dans le midi de la France et connue sous le nom de langue provençale, de M. Mary Lafon; les Grammaires inedites du treizième siècle, de M. Guessard; la escrita por Raynouard bajo del título de Choix des Poesies originales des Trouvadours, y su Lexique Roman; las de Diez, en aleman, tituladas Poesía de los Trovadores y Gramática de las lenguas románicas; á Fauriel, Histoire de la poesie provençale; á Maudet, Histoire de la langue romane; á Bruce Whyte, Histoire des langues romanes et de leur litterature; á Cabrié, Le Trouvadour moderne; á Schnakemburg, Cuadro de los idiomas populares de Francia, y á Pierquin de Gembloux, Histoire litteraire, philologique et bibliographique des Patois.

mallorquina se llega más á la catalana, como hija della. De todas las tres la más suave y agraciada es la valenciana, y no me lo hace decir la pasion.

80 La lengua castellana tiene muchos dialectos, los cuales conservan en su variedad la memoria de los antiguos dominios. Pero dejando aparte las voces particulares de cada reino ó provincia y su especial pronunciacion, que áun en el trato comun son los caractéres que señalan y determinan á los de cada nacion, los más desconformes entre sí y que constituyen dos dialectos notoriamente reparables, son el portugués y el castellano.

81 El portugués, en el cual comprendo el gallego, considerado aquel como principal, porque tiene libros y dominio aparte, y dejando ahora de disputar cual viene de cual, el portugues, digo, aunque es dialecto distinto del castellano, es tan conforme á él, que si uno abre un libro portugués sin saber que lo es, suele suceder leer algunas cláusulas creyendo que es castellano. Y así, sin mucha diligencia pudo componer Jorge de Montemayor aquel soneto castellano y portugués que publicó en su Cancionero, y dice así:

Amor con desamor se está pagando,
Dura paga pagada extrañamente,
Duro mal de sentir, estando ausente
De mí, que vivo en pena lamentando.
Oh mal, ¿por qué te vas manifestando?
Bastábate matarme ocultamente,
Que en fe de tal amor, como prudente,
Podiais, esta alma atormentando.
Considerar podia amor de mi,

Estando en tanto mal que desespero,
Que en firme fundamento esté fundado,

Ora se espante amor en verme así,

Ora diga que paso, ora que espero,
Suspiros, desamor, pena, cuidado.

82 Del origen de la lengua portuguesa escribió harto

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