La felicidad de la muerte cristiana , meditada en ocho días de retiro ó de ejercicios espirituales: obra con que se preparó para la muerte Félix Amat y que por encargo suyo publica Felix Torres Amat

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Félix Torres Amat
Imprenta de J. Verdaguer, 1832 - 260 páginas
 

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Página 2 - Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea el tu nombre, venga a nos el tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Página 220 - Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Página 230 - No todo el que me dice, Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése entrará en el reino de los cielos.
Página 225 - Tú, cuando ores, entra en tu cámara y, cerrada la puerta, ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará. Y orando, no seáis habladores como los gentiles, que piensan ser escuchados por su mucho hablar.
Página 221 - Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.
Página 57 - En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Página xv - Omnis qui natus est ex DEO peccatum non facit, quoniam semen ipsius in eo manet ; et non potest peccare, quoniam ex DEO natus est.
Página 125 - Y cuando tuviera el don de profecía, y penetrase todos los misterios, y poseyese todas las ciencias; cuando tuviera toda la fe posible, de manera que trasladase de una a otra parte los montes, no teniendo caridad soy un nada.
Página 125 - La caridad es sufrida, es dulce y bienhechora. La caridad no tiene envidia, no obra precipitada ni temerariamente, no se ensoberbece, no es ambiciosa, no busca sus intereses, no se irrita, no piensa mal, no se huelga de la injusticia, complácese sí en la verdad. A todo se acomoda, cree todo, todo lo espera y lo soporta todo.
Página 225 - Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os persiguen y calumnian, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, el cual hace nacer 'su sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos y pecadores.

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