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to y á la seguridad dél; lo cual se podria, segun nos dicen, asegurar si se hiciese un baluarte, al un lado, donde pudiese estar gente y artillería para batir así el puerto como la dicha lengua de tierra, donde los dichos infieles podrian intentar de cortarla y hacer el dicho fuerte. De lo cual os he querido avisar tan particularmente para que mireis sobrello y hagais la provision y prevencion que vereis convenir para que no se pueda seguir este daño. Y aunque no dubdo que vos lo terneis bien entendido y habreis mirado en lo que converná proveer sobrello, todavía por ser de tal calidad é importancia me ha parescido deciros lo que acá se entiende para poneros tanto mayor calor en la provision dello; y seré muy servido que me scribais lo que habreis hecho y proveido en ello. Del Escurial á 15 de abril de 1565. -Yo el Rey. -Gonzalo Perez.

Copia de minuta de carta de D. Garcia de Toledo al secretario Eraso. Santo Victo 15 de abril de 1565.

(Archivo del Excmo. Sr. duque de Medinasidonia.)

Ille. señor: A los despachos que recibí á los 12 deste, respuesta de los mios, escribiendo tan largo á S. M., terné poco que decir en esta, pues v. m. verá lo que á Su Majestad escribo.

El remitirme lo que por acá se ha de hacer, me paresce casi forzoso, pues no se está en parte que se pueda consultar lo que pasa, ni esperar mandamiento de lo que he de ha cer; pero deseo saber á lo que allá se inclinan para ejecutallo si pudiere. Dios lo encaminará, pues es cosa de su servicio, y por mí no quedará de procurarlo.

La provision del dinero, aunque debe haber sido traba josa, es muy corta en caso que queramos socorrer, porque la infantería, y las naves y el sueldo de los diez mil italianos consumirá cuarenta mil ducados al mes, y lo demás un mes de sueldo de las naves, victuallas y otros gastos es otra gran cuantidad. Y habiéndose de levantar con tiempo para juntallo, correrá mas meses de gasto. Esto es menester considerarlo allá, porque sin dinero no hay poderse hacer nada; y así torno á suplicar á Su Majestad haga mayor provision si no quiere que perdamos lo que tenemos, y dejemos de acudir donde debemos. Pasadas estas necesidades diré mi parescer sobre la empresa que tratábamos. Escribiré á su tiempo como v. m. lo manda.

He visto la lista de los capitanes, y aunque conozco po cos, segun la relacion tengo dellos, deben ser hombres de bien. Querríalos ver acá porque me hallo sin hombre, aunque en la mar como en la tierra mis vecinos no son tan liberales en partir conmigo la gente como lo fuí yo en dejar la mia en Córcega por traerles la suya, ni como lo soy en socorrer con la poca que me queda á Malta y á la Goleta, y ni por esto pienso perderme, pues con las manos llenas quien quiera se sabe proveer; y á fé que dudo que Su Majestad pagará un dia el no poderse servir su armada de la gente de sus reinos. Y si cuando el virey de Nápoles me llama con la armada y con lo que tengo yo le faltase á cualquier respuesta suya debríalo Su Majestad remediar, y debria tambien mandar á sus ministros que cuando yo le pediese la gente ó otra cosa acudiesen con ello, y á no hacerlo él verá algun dia lo que gana. Y es graciosa cosa que esto del dar la gente se toma allá como negocio mio y del virey. El mio bien sé yo que es de estarme en el puerto echando la culpa á otros que no me han dado la gente cuando la he pedido. Son co

sas las que sobre estas materias se podrian decir para dar mas pena de la que conviene tomarme andando en lo que ando.

Diz que allá hay gran grita de que soy mal quisto. Defiendan ellos la hacienda del Rey como yo lo hago. Vayan quitando ventajas, consumiendo sueldos á capitanes y soldados, váyanles á la mano que no roben y vivan con ruines libertades, y en suma defiéndanles la hacienda del Rey como yo la defiendo y veremos que dirán ellos. Aceptan una voz fundada en el aire de los reformados sin querer mirar que ninguno dellos puede decir agravio particular que le haya hecho. Mi fé, señor, hoy no se puede mas servir, porque el ruin ministro no vale para nada, y el bueno estas cosas están cerca de hacelle ruin, en especial si les diese crédito el que habia de ser defensor dellas. V. m. sabe bien cuantas veces le dije que tomaba cargo dificultoso de vivir en él con descanso; y el mayor trabajo es ver que se consienten allá voces sin fundamento, pues á fé que si quiero remediarlo con disimular con cosas que no se pueden hacer sin daño de la hacienda de Su Majestad que él se lo consienta en la hacienda y aun en lo demás, y creo que esto será mejor camino para haber alguna gratificacion de servicios hechos de muchos años atrás.

La persona de proveedor es menester que venga luego; y si Su Majestad me quiere dar algun descanso no me la envíe tal que sea menester trabajar con ella por darle á entender lo que ha de hacer. Soto tiene gran spiriencia y es aptísimo para este cargo y quizá mas conviniente teniendo el cargo que si lo tuviese otro.

yo

Pues á Su Majestad le ha parecido proveer el cargo de las galeras de Sicilia sin que yo haya podido decir lo que en la dicha provision me ocurre, no tengo que decir sino pasar

por ello; y cuando otra ocasion viniere, v. m. no se fatigue en estorballa, porque Su Majestad no piense que mis servidores y amigos tratan esto por mi propiedad, porque realmente estoy determinado de no hacer mas instancia sobre estos casos, no quiero que crea S. M. que con estas consideraciones que le cumplen á él me ha de pagar mis servicios: y de la instancia que hice en Monzon y en Barcelona sobre estos cargos creo que he ganado poco.

Por el cuidado que v. m. tiene en lo de la encomienda y juro de Pedro le beso mil veces las manos; y yo le juro que me lo debe al amor que le tengo: no sé yo otra causa para no haber rescibido esta merced y otras sino el servir con el amor que lo hago.

Las limosnas suplico á v. m. se solicite la conclusion dellas, y si no hubiere lugar mándeme avisar para que de mi miseria la haga yo á los mismos monesterios que allá escribí por reconoscimiento de la merced que Dios á mí me hizo en aquella jornada que fué mayor que la que nadie puede considerar.

Ha sido bien escribir al virey que cumpla el número de veinte buques; y será bien escrebille que haga una capitana conforme á como yo se la pidiere porque allí hay la abundancia necesaria de madera para ello y para las otras.

Lo que se escribe á D. Gabriel sobre los soldados pláticos que ha de enviar, es muy bien.

Al gran maestre se enviarán las cartas como Su Majestad manda.

A Francisco de Eraso se le dará la galera en volviendo á Mesina; y aunque esperaba de allá la órden de lo que se le habia de dar por el viaje de Alemaña, le daré acá lo que me pareciere, y haré por él todo lo que pudiere.

Huelgome mucho que vaya bien la visita, y holgaré mucho mas de cualquier bien y acrescentamiento de v. m.

El despacho de D. Alonso de la Cueva se le daré yo mismo en su mano en la Goleta. Y yo me he calado con mal tiempo en este puerto de Santo Victo, y he hecho tomar bizcocho á las galeras en Palermo, y de aquí á dos horas me partiré para Trápana á donde comencé á escribir á Su Majestad este despacho.

A mi señora Doña Mariana beso mil veces las manos, y v. m. le acuerde que le soy gran servidor.

Para pagar los soldados deste reino y socorrer con algo las galeras de Sicilia que no tienen consignacion, digo las que tenia á cargo D. Fadrique, se han tomado aqui catorce ó quince mil ducados de Villacis, oficial de la Cruzada, y con otra muy gran suma se acabará de pagar lo que en estas dos partidas se debe. Háme parescido avisar á v. m. dello para que Su Majestad lo sepa y que ha sido cosa forzosa. Del Santo Victo á 15 de abril 1565.

Al respaldo: A Eraso en 15 de abril 1565.

Carta original de Felipe 2.° á D. Garcia de Toledo. Madrid 16 de abril de 1565.

Que á D. Sancho de Leiva se le guarde la facultad de nombrar los capitanes de sus galeras.

(Archivo del Excmo. Sr. duque de Medinasidonia.)

El Rey.-Ille. D. García de Toledo, nuestro visorey y capitan general: D. Sancho de Leiva, nuestro capitan general de las galeras de Nápoles, nos ha significado que tenien

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