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cilla cerrada por una simple película que la oruga dexa en la cascarilla del grano antes de trasformarse en crisálida, para facilitar la salida de la palomilla ó mariposa, porque en este estado carece de órganos á propósito para abrirse una salida.

Fig. 21. Crisálida del tamaño natural encerrada en un grano. Fig. 22. La misma crisálida vista en grande en un grano, dividido segun su longitud por un tabique NN, que ha hilado la oruga antes de trasformarse; este tabique ó separacion divide el interior del grano en dos celdas de capacidad desigual; la crisálida ocupa la mayor, y la otra O está llena de excrementos.

Fig. 23. Oruga convertida en crisálida, con poca diferencia de su magnitud natural.

Fig. 24, 25, 26, 27 y 28. La misma crisálida vista al microscopio, en diferentes edades y en diversas posiciones.

Fig. 29. Grano de trigo en que se ve la puertecilla P abierta, y el agujero por donde ha salido la palomilla.

Fig. 30. Palomilla de tamaño natural.

Fig. 31. Palomilla vista en grande, y en actitud de desovar sobre una gluma de trigo.

Fig. 32. Una de las antenas de la palomilla vista muy en grande, para mostrar sus articulaciones; está guarnecida de pelos.

Fig. 33. Una de sus barbas, aumentada tambien, y guarnecida de pelos; está igualmente compuesta de granos articulados unos con otros, pero su forma es diferente de la de los granos ó especies de cubiletes que componen las antenas.

Fig. 34. Una de las alas interiores formada por algunos tubos, y guarnecida de muchos pelos largos.

Fig. 35. Un pedazo de la membrana del ala de una mariposa, al qual estan adherentes las plumas.

Fig. 36. Plumas y fibras que cubren las alas de las mariposas. Fig. 37. Un montoncito de granos de trigo atados por la seda hilada por una falsa-polilla, la qual se ve en medio de este montoncito saliendo de su canuto.

Fig. 38. Oruga de la falsa-polilla.

Fig. 39. Mariposa de la falsa-polilla al salir de la crisálida.

Los trigos estaban aun en pie quando nuestros académicos lle gáron á Chasseneuil, cerca de Rochefoucauld; pero las cebadas estaban ya segadas. Exâmináron á la puerta del castillo el trigo de una heredad que debia segarse algunos dias despues, y viéron en diferentes espigas, por medio de una lente, el principio del estrago de los insectos; que las orugas se alimentaban de la sustancia del grano; que otras habian pasado ya al estado de crisálidas, y esperaban el instante de trasformarse en palomillas. Entonces, y por muchas observaciones posteriores, se convenciéron de

TOMO XV.

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que el mal comenzaba en el campo mismo. Esta observacion general empeñó á los académicos á seguir el insecto paso a paso en todas sus trasformaciones y en su multiplicacion.

La oruguita de la falsa-polilla de los trigos es muy lisa, y blanca enteramente, excepto la cabeza que es algo morena; tiene diez y seis patas, de las quales las ocho intermedias y membranosas no son mas que como unos botoncitos. Con el auxilio de una lente de mu cho aumento observáron que el extremo de estas mismas patas parece que estaba circundado de una corona completa de garabatillos. La mariposita que da esta oruga es de la segunda clase de las falenas ó mariposas nocturnas. Tiene una trompa y antenas con hilillos granujientos; lleva las alas paralelas al plan de su posicion; el color de las alas superiores es por lo comun acanelado muy claro, y algunas veces blanquecino y algo reluciente; y el lado interior de las alas inferiores está guarnecido de una franja de palos muy largos. Uno de los caractéres mas notables de la palomilla puede ser la figura y la longitud de las dos barbas, entre las quales está la trompa; estas barbas se elevan sobre la cabeza, encorvándose como dos cuernecitos de carnero. Las mariposas se derraman por los campos, se aparean, y establecen su posteridad en las espigas, aun antes que maduren.

Despues de haber considerado las orugas en los granos de trigo recien cogidos, y de haberlas exâminado tanto en el estado de crisálida como en el de mariposa, deseábamos ver, dicen nuestros académicos, como se perpetuan estos insectos, y miramos como una cosa esencial el seguir su propagacion. Encerramos algunas ma riposas en un vaso de cristal, en cuyo fondo habia algunos granos de trigo. En el número de mariposas que recogimos habia algunas apareadas; procuramos dexarlas en este estado, y las pasamos á un vaso muy limpio, en que las hembras fecundadas tuvieron la facili-, dad de poner sus huevos, porque nos ocurrió la precaucion de echar les diez ó doce granos de trigo antes de tapar el vaso.

Estos granos eran hermosos y muy sanos, por lo qual no se po dia ocultar la menor impresion que hiciese en ellos qualquier cuerpo extraño. Algunos dias despues observamos que estos granos tenian unas manchitas roxas mas o menos extensas, y con ayuda de un microscopio descubrimos que eran huevos de un color roxo naranjado, de forma oblonga, como la figura de una bellota, y que una hembra sola habia puesto de setenta á ochenta y cinco en una sola postura.

El hábito de observar estos insectos nos dispensó bien pronto de recurrir á la lente, y luego que un huevo se abria, veiamos an dar las orugas sobre un papel ó sobre los granos, aunque apenas tenian la quarta parte de una línea de largas. Al cabo de diez ó doce

dias, exâminando los granos de cebada y de trigo que habian sido en muchos experimentos colocados en el fondo de los vasos, vimos que los huevos estaban rotos, y así lo denotaba la blancura y trasparencia de su cascarilla.

Algunas partículas de materia harinosa que habia en el canal de ciertos granos llamáron nuestra atencion, y nos hicieron sospechar que la oruga atacaba el grano por el gérmen y en el canal. Nuestra duda se convirtió en certeza quando conocimos su manejo antes de empezar á picar el grano. Se introduce en el parage mas estrecho del canal, en donde queda inmóvil por largo tiempo; texe despues una tela extremamente fina, con la qual cubre toda su longitud, prendiendo los hilos á los dos lados del canal, y poniéndolos de modo que solo quede debaxo de la tela el espacio necesario para contener su cuerpo, dexándole libertad para trabajar. Alojada debaxo de esta gasa, que no cubre mas que la octava parte del canal del grano, principia á romperle ocultamente por el parage en que tiene la cabeza, y haciendo poco á poco un agujero redondo y capaz tan solo de dar paso á su cuerpo, va penetrando al paso que se alimenta, y logra en fin establecerse, dexando tras sí algunas partículas de materia harinosa y sus excrementos: estos residuos se pegan á la tela que cubre el insecto, y como es muy trasparente se distinguen con facilidad. Si se destruye esta telita, inmediatamente la repone, pasando muchos hilos sobre el agujero que la encubre.

ya

El agujero hecho por estas orugas está hacia el fondo del canal, y sobre uno de los costados del grano divididos por el mismo canal; así se ve con freqüencia que está encentado un lado solo, y que el insecto se trasforma aquí algunas veces en crisálida, sin haber llevado mas adelante su estrago. Tambien sucede muchas veces que las orugas mas vigorosas, y cuyas metamórfosis no son aceleradas por los calores excesivos, extienden sus estragos mas allá del pequeño reducto que habria bastado á otras, y consumen enteramente el grano. Si este no ha sido suficiente para alimentarse, pegan otro grano al primero y establecen una comunicacion entre los dos, á fin de encontrar bastante nutrimento en el segundo; acontece con freqüencia que no dexa tampoco de este mas que la cas

carilla.

Estos insectos son muy delicados en el estado de orugas: por fortuna no solo mueren muchos, sino que se matan entre sí quando dos ó mas se disputan la posesion de un grano. El que se apodera no permite que los otros participen de sus provisiones; de suerte que no se halla nunca mas que una oruga en un grano; lo que no sucede con los gorgojos.

Tales son las observaciones hechas por los dos académicos en

1760. En Mayo de 1761 volviéron al Angumoes, en cuya época principiáron á ver las palomillas en las especies de gabinetes ó casas que habian construido el año precedente. Estas primeras mariposas que saliéron á luz procuraban marcharse por las ventanas, lo que no sucede con las que nacen en otoño, que se quedan en el monton de trigo; y no se separan de él hasta que las remueven (1).

Es inútil buscar estos insectos, durante el dia, en las tierras sembradas de trigo, porque se mantienen ocultos todo este tiempo; salen al hacerse de noche, y volando hácia todas partes, se buscan mutuamente para aparearse en las espigas, aunque los granos esten verdes aun, sin sustancia harinosa, y poco á propósito en tal estado para suministrar alimento á las orugas que deben nacer; pero desde entonces hasta que el insecto sale del huevo toma consistencia el grano.

Los huevos recien puestos en las espigas son blancos, y se vuelven roxizos quando la oruga está para salir á luz; despues se introduce en los granos de trigo, de cebada &c., como se ha dicho, y como se ve en las figuras de la lámina...

A fin de llevar al cabo los conocimientos sobre el modo de existir de estos insectos quisiéron nuestros académicos convencerse por experiencia, de si las crisálidas subsistirian en tierra todo el invierno, expuestas á los rigores de la intemperie del ayre; verificáron los experimentos que, Madama de Chassepeuil habia hecho ya, y por los quales habia sabido que las orugas estaban vivas y tan vigorosas como lo permitian las circunstancias..

Nuestros académicos hiciérón construir muchas, caxas, divididas por su longitud en tres partes iguales, enteramente separadas, con el objeto de que las mariposas de la una no tuvieran comunicacion con las de otras; y el todo estaba cubierto con un vidrio grande. Sembráron en la tierra de la primera caxa cierto número de granos infectados de huevos, y los cubriéron con una pulgada de tierra; cubriéron la segunda y la tercera preparadas como la primera, una con tres pulgadas de tierra y la otra con dos. Todo quedó dispuesto así el 12 de Junio, y al 14 del mismo mes pareciéron algunas palomillas en la primer caxa; el 17 habia ya catorce nuevas, y solo dos en la segunda y una en la tercera. Estas palomillas taladráron la tierra, dexando un agujerito redondo en el parage por donde habian salido; y aunque sus alas estaban desorde

(1) Yo las he visto en esta época en el Baxo-Languedoc agarrarse á las vidrieras, á las cortinas de las ventanas y marcharse si no encontraban obstáculo. Esta diferencia procede sin duda de no estar tan entorpecido este insecto, á causa del mayor calor que se experimenta en dicha estacion en el Languedoc. Convengo, sin embargo, en que estas palomillas no procuraban salir antes de las nueve ó las diez de la mañana, y que el dia en que solo se experimentaban doce grados de calor no abandonaban el monton de trigo. Quanto mas cálido es el pais, tanto mayor es su multiplicacion: en la cosecha del año de 1783. causáron una merma de mas de un 6 por 100 en el trigo del granero.

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