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sobresalgan insensiblemente de quatro á seis pulgadas por cada toesa de altura; y quando la hacina llega á la mitad de su elevacion, con corta diferencia, se estrechan las filas, á fin de formar el plano inclinado de la pirámide. El ensanche y la estrechez dependen del aumento ó de la diminucion del número de gavillas en el diámetro horizontal de la hacina; pero hay pocos que sepan formarla bien. Se podria, en todo rigor, determinar las proporciones por medio de algunas estacas en que se atasen cuerdas delgadas que indicasen la convexîdad que debia tener el centro de la hacina; pero son inútiles para el operario inteligente y diestro, que nunca se engaña á la simple vista. Quanto mas se difiera el batir ó trillar el grano, menos convexîdad se debe dar á la hacina, pues el peso de las gavillas le dan siempre demasiado.

III. Del modo de cubrir y fixar la cubierta de la hacina. Los que forman las hacinas sin varal en el centro se encuentran muy embarazados; acostumbran poner muchas gavillas con las espigas hácia á baxo, de manera que la menor ventisca las desordena, y la lluvia las penetra. Los varales evitan estos accidentes, y solo sirven para esto en las hacinas. Si su forma es redonda se atarán fuertemente al varal algunas gavillas con las espigas hácía arriba, con ligaduras de paja, mimbres, clemátides, sarmientos de vid silvestre ó agracera &c., y se cubrirán las espigas con paja sin grano, atándola fuertemente por cima de estas.

La misma operacion se executa con las hacinas quadrilongas ó en paralelógramo; pero con esta diferencia, que en lo mas alto de los varales perpendiculares se fixa otro horizontal, bastante largo para alcanzar á los otros dos ó quatro perpendiculares, y á estos varales horizontales se atan las gavillas que forman la última cu→ bierta. De esta forma quedan las hacinas preservadas de los viende las lluvias.

tos y

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Hay aun otro modo de cubrir las hacinas, impenetrable á la lluvia mas larga, y á propósito por consiguiente para conservarlas sin deterioracion un año entero.

Para este efecto se toma paja de centeno, se hacen unos lios 6 manojitos de tres á quatro pulgadas de espesor, y se atan fuertemente cerca de la cima. El número de estos manojitos de paja ha de ser proporcionado á la superficie que deben cubrir, igualándolos todos por ambos extremos sobre una longitud de tres pies. Dispuesto todo así, sube en la hacina el que dirige la formacion por una escalera; otro trabajador se pone á su lado, otro se queda casi en lo mas alto de la escalera, y otro en medio de ella; y en fin, los demas se quedan en el suelo para llevar hasta la escalera los manojos de paja. Et de en medio de la escalera toma con una horca un manojo, le alarga al segundo, que le recibe en otra hor

ca,

este le alarga al tercero, y así de uno en otro hasta que llega á los pies del primero ó primeros trabajadores que cubren la hacina; estos últimos colocan los manojitos en las hacinas en la misma disposicion que los albañiles las tejas, es decir, de manera que la segunda fila cubra mas de la mitad de la primera, la tercera mas de la mitad de la segunda &c. hasta la cima; en fin, la última fila de manojitos se cruza en la cima debaxo de los varales, sujetando el todo con otra fila atada fuertemente á cada lado en los varales transversales. Estos manojitos de paja pueden servir muchos años. A pesar de ser este método tan ventajoso como sencillo, solo se usa en ciertos paises de Francia: es lástima que no esté mas extendido.

CAPITULO XI.

DEL MODO DE SEPARAR EL GRANO DE LA PAJA.

SECCION PRIMERA.

De la trilla con azotes, máquinas, trillos y caballerías.

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E1 azote es un instrumento para separar el grano de la paja, compuesto de dos palos atados entre sí con correas por uno de los

extremos.

Varía la forma de este instrumento en nuestras provincias; en unas tiene el mango tan largo como el palo que golpea la paja; en otras mas largo, y en otras mas corto; en algunas partes el azote propiamente dicho es mas grueso y corto que el mango, quando en otras tiene el mismo grueso. Cada uno de estos instrumentos tiene sus ventajas y sus inconvenientes. El de mango largo y azote corto da los golpes con mas fuerza que el de mango corto y azote largo; pero este aunque no golpea con tanta fuerza, abraza mas superficie. El que tiene el azote corto, grueso y de una madera ligera es el que sacude mejor la paja; pero el que tiene el mismo grueso y longitud que el mango no la sacude bien. La disposicion de las correas unas respecto de otras es un punto esencial. Es necesario que el sacudidor pueda llamar hácia sí el azote fácilmente despues de haber dado el golpe; porque no es la fuerza sola de este golpe quien separa el grano de la espiga hasta cierto punto, sino que el rechazo ó rebote contribuye á ello mucho mas eficazmente. Por esta cau

sa los sacudidores no descargan á un mismo tiempo los golpes, sino uno tras otro, á fin de que el azote encuentre al caer levantada la paja por el golpe precedente. Es necesario, repito, que los golpes se sucedan, y que nunca caigan dos azotes á un tiempo, aun quando haya veinte sacudidores en una era. Es bueno que el extremo del azote se termine en un nudo de la misma madera, porque así no se gasta tanto y sacude con mas fuerza, hallándose el punto mas pesado en el extremo. Siendo grueso, y por consiguiente muy pesado este nudo, le será dificil al sacudidor descargar un golpe horizontal sobre la paja, porque toda la fuerza se hallará en el extremo, y no á lo largo del azote; si, por el contrario, el extremo es mas delgado que la otra punta donde estan atadas las correas, en este caso hará mas bien el efecto de un látigo que el de un

azote..

Hay varios modos de colocar las correas, á fin de sujetar el mango al azote, sin hacer perder á este su movilidad. Se ponen dos tiras de cuero dispuestas en cruz, y fuertemente atadas al extremo superior del mango, del qual sobresalen una pulgada; otras dos atadas del mismo modo, dispuestas como las primeras y atravesándolas, sujetan el azote al mango. Algunos ponen una tira solamente, tanto al mago como al azote; pero este método es defectuoso, porque la frotacion contínua de unas correas con otras las desgasta, y el trabajador se ve obligado á poner otras, y atarlas de nuevo, perdiendo en ello mucho tiempo. Me parece preferible el que el mango y el azote esten armados cada uno de una sola correa ancha y gruesa, reunidas por un botón doble de madera ó de cobre con dos cabezas redondas, aplastadas y unidas, lo qual los diferencia de los botones de calzones. Si tuviesen la circunferencia tan aguda como los últimos se gastaria mas pronto la correa; pero teniendo redondas las cabezas, la frotacion gasta muy poco la correa que roza contra ellas. En muchas provincias, el extremo superior del mango, que es de una madera muy compacta, está terminado en un boton Ílano por debaxo y redondo por encima. Este boton entra en la correa gruesa, ya sencilla, y mejor aun cruzada, atada fuertemente al azote. Es el modo mas sencillo y mejor que yo conozco. Generalmente se sustituyen á las correas vergas de toro, que se ablandan en agua quando se preparan los azotes, y estas vergas duran mucho mas que las correas.

Quando se sacude el trigo á jornal y no á destajo conviene ver si el azote del jornalero está en buen estado, exâminando cada azote de por sí despues de concluido el trabajo por la tarde, para obligar al jornalero á que le componga por la noche. No teniendo este cuidado gastará el trabajador la tercera ó la quarta parte del: dia en componer su azote, porque le interesa ganar muchos jornales

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