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que

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practica como conviene, puede producir conseqüencias funestas, puesto que un veterinario que desea salvar la vida del animal han confiado, podrá causarle la muerte por una tentativa temeraria; y otro, por miedo de obrar inconsideradamente, dexará perecer el animal sin practicar un auxilio que suele estar á mano.

Como el fin de todo ciudadano sensible debe ser evitar estos dos extremos, no omitirémos medio alguno para indicar al artista veterinario las ocasiones en que debe practicarse el remedio de la sangría: porque hay muy pocas operaciones que sean tan freqüentemente necesarias; y así exîge con mas precision el que se conozca y se sepa practicar bien. No podemos disimular que entre los veterinarios que la hacen diariamente solo un corto número saben decidir quando es necesaria y quando no lo es. Sin embargo, es una operacion, por lo comun de la mayor importancia, que estando perfectamente indicada es de suma utilidad en las enfermedades. Para conocer los casos en que conviene ordenarla dividirémos este artículo en seis secciones.

SEC. I. De los efectos de la sangría practicada sin ligadura.
SEC. II. De los efectos de la sangría con ligadura.

SEC. III. Idea general de las enfermedades en que está indicada y contraindicada la sangría.

SEC. IV. Del tiempo en que se debe practicar la sangría.

SEC. V. De la eleccion del vaso.

SEC. VI. Del número de sangrías que se deben hacer.

SECCION I.

De los efectos de la sangría practicada sin ligadura.

Para dar una idea exacta de los efectos que produce la sangría hecha sin ligadura es necesario considerarlos en el estado mas simple, y en un animal sano y de buena constitucion ó temperamento. Las pruebas hechas en animales vivos son las únicas que pueden ilustrarnos en este punto; qualquiera otra podria engañarnos.

Si se abre un vaso sanguino, sea arterial ó venoso, pues importa poco siempre que la circulacion no esté interrumpida por una 'ligadura; la sangre, que está oprimida en estos vasos, y siempre dispuesta á evacuarse, se aprovecha de la abertura, y sale por ella en una cantidad proporcionada á la presion, al movimiento que experimenta, á la fluidez que tiene, á la capacidad de la cisura, y al calibre del vaso. El chorro ó caño de la sangre se mantendrá con la misma fuerza, ó disminuirá insensiblemente si el vaso abierto es venoso; y saldrá á saltos si es arterial. Fácilmente se concibe, te

niendo presentes las leyes de la circulacion, que en uno y otro caso sale la sangre siguiendo el movimiento que le imprime el corazon inmediatamente en las arterias, el qual se modifica en las venas por la accion de los músculos y de los vasos capilares: se ve igualmente que la mayor parte de la sangre que sale por la abertura proviene en las arterias de la coluna que hay entre la cisura y el corazon; y en las venas de la que hay entre la cisura y las extremidades.

Quando el vaso abierto es delgado hasta cierto punto, no puede salir la sangre sino gota á gota; lo mismo sucederá en un vaso grueso, la coluna de sangre que se presenta á circular se dividirá en dos porciones desiguales; una seguirá su curso natural, y la otra se evacuará por la abertura del vaso. Esta segunda porcion será mas considerable que la primera, porque la sangre no tiene que vencer la resistencia que presenta la coluna de la sangre contenida en las venas entre el corazon y la cisura, y en las arterias entre esta última Уу las extremidades. Ši, al contrario, la cisura es mas grande que el calibre del vaso, la sangre comprimida, como se ha visto, procurará evacuarse, y dirigiéndose con precipitacion hacia el parage donde encuentra menos obstáculos, acudirá por los dos lados a la vena ó arteria picada; las dos colunas de sangre se empujarán con movimientos directos y retrógrados para salir por la cisura. Aunque el movimiento directo sea siempre mas fuerte, no impedirá que la coluna retrógrada suministre alguna sangre á la evacuacion, en mayor ó menor cantidad segun sea la capacidad de la cisura. Esta experiencia de Heyde contra Bellini, repetida de varios modos por Haller una multitud de veces, sobre animales vivos, sirvió de base á la teoría que este último autor dió sobre la sangría.

Mientras la sangre se evacua, sucede que la coluna de la que viene inmediatamente del corazon á las arterias, y que está obligada á atravesar por los vasos capilares para pasar á las venas, encontrando menos obstáculos en razon del aumento de orificios por donde debe penetrar, acelera su movimiento. Los vasos colaterales, comprimiendo la sangre que contienen y procurando restablecer el equilibrio, impelen una porcion del líquido sanguino á los vasos donde experimenta menos resistencia. Lo que mas importa notar es, que el vaso abierto contiene menos sangre, que sus paredes estan mucho mas próximas unas á otras que antes de la sangría; y que aun quando en un tiempo determinado se evacue del vaso abierto mayor cantidad de sangre, lejos de ser este aumento superior á la pérdida es siempre inferior; porque el frotamiento, la fuerza de inercia y el corto tiempo forma todo un obstáculo para que la sangre corra el espacio comprehendido entre los sitios de

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donde es impelida y la cisura del vaso. Este movimiento se comunica sucesivamente y muy pronto de los vasos colaterales á todos los de la máquina, sanguinos, serosos, biliosos &c.; pero con tanta mas languidez ó debilidad, y en mas tiempo quanto mas distantes estan, mas pequeños son, y mas fuera se hallan del torrente de la circulacion de la sangre contenida en los vasos abiertos, ó en los que corresponden mas inmediatamente con ellos.

Esta afluencia de sangre, aumentada durante la sangría en el vaso abierto, se llama por los médicos derivacion: y es una diminucion de la cantidad de sangre contenida en los vasos mas distantes del abierto, y que se dirige á este circulando en menor cantidad en la parte remota, por quanto es preciso que el corazon de mas sangre al vaso mas vacío, y porque ademas el líquido sanguino se dirige con mas abundancia hácia el parage que le opone menos resistencia. Tal es la ventaja que se saca de la sangría de la vena yugular en las plétoras particulares de la cabeza que causan cefalalgias y vértigos. Como tendrémos ocasion de exâminar este objeto por menor, pasarémos ahora á inquirir los demas efectos de la sangría.

Si la sangre sale gota á gota, se formará poco a poco un cuajaron de ella, por la aplicacion y coalicion sucesiva de la parte colorante de la sangre espesada y seca por falta de movimiento y por el contacto del ayre. Este cuajaron ó grumo de sangre, tan constantemente observado por Haller, unirá los labios de la cisura, y dexará en fin ver la cicatriz luego que se caiga. Esta cicatriz estrechará el vaso y disminuirá su diámetro en el parage donde se encuentre situada, á menos que sobrevenga en la arteria un aneurisma, á que pueden dar lugar la fuerza y desigualdad de la coluna de sangre que forma el chorro, de modo que dilatando las membranas debilitadas por la herida, impidan la reunion de la mas interior; lo que se puede evitar valiéndose de los medios prescritos en el artículo aneurisma. (Véase esta palabra.)

Si se quita el cuajaron ó grumo de sangre antes que se haya cerrado la cisura, y el vaso roto es considerable, se renovarán los síntomas precedentes, el animal sangrado se desmayará, la circulacion se interrumpirá en toda la máquina, y la hemorragia se detendrá por este nuevo accidente. Este último efecto será otro tanto mas pronto, quanto la sangre se evacue en mayor cantidad en un tiempo determinado. El desmayo le causará el estado de los vasos sanguinos y del corazon, que no teniendo el fluido necesario para la propagacion del movimiento, le suspenden completamente, hasta que estimulada la naturaleza reanima sus fuerzas, y estrechando el calibre de todos los vasos, sostiene la compresion de la sangre tan necesaria para la vida. Si entonces se evacua de nuevo la sangre sin

formarse cuajaron de ella por la disolucion del líquido, ó porque le arrastra la fuerza con que es impelido, destruyéndose la compre sion tan pronto como se forma, los desmayos repetidos conducirán el animal á la muerte.

Al contrario, si la hemorragia se detuviese natural ó artificialmente, el estrechamiento general y proporcionado de todos los vasos, y la ley establecida de que la sangre en movimiento se dirige siempre hacia donde encuentra menos resistencia, harán que el equilibrio se restablezca con prontitud en todos los vasos; de manera que cada uno de ellos experimente una pérdida proporcionada á su calibre. Esta pérdida se propagará sucesivamente á los vasos serosos &c., los quales enviarán sus líquidos á remplazar en parte la sangre evacuada, ó separarán de ella menor cantidad de

suero.

Del aumento de estos líquidos serosos ó blancos con la sangre, y de la diminucion de las secreciones resultará una proporcion diferente entre la parte colorante de la sangre y su parte blanca, y el trombus disminuirá: no hay cosa mas constante que este efecto de la sangría; aumentará segun la cantidad de la sangre evacuada: si es grande, la sangre mas movible circulará con mas facilidad, experimentando menos colisiones y frotamientos; debilitada la naturaleza por los esfuerzos que habrá hecho para restablecer el equilibrio necesario, se disminuirán las fuerzas, las secreciones y el calor, aumentándose la facilidad en contraer la fiebre y la sensibilidad.

que

Si la sangría se ha repetido con freqüencia, y sin dar tiempo á que se regenere la sangre, el animal mas sano y vigoroso á quien se quite así una gran cantidad de parte roxa, no podrá asimilar el quilo; y resultará una languidez suma en las fuerzas, en las secreciones, en las excreciones, y todo lo está destinado á evacuar se se detendrá en los vasos serosos &c. Detenidos estos líquidos, mal digeridos en el cuerpo, no podrán ser preparados, corregidos y acrisolados, de modo que el animal se hinchará y se pondrá hidrópico; y podrá ta:.bien suceder que estos males le acarreen la muerte, ó á lo menos que influyan sobre su máquina en todo el resto de su vida. Es necesario pues que haya cierta cantidad de parte roxa para que pueda asimilarse el quilo.

El mal que produce la evacuacion de una parte de la sangre se reparará al instante, y apenas será sensible en un animal ya formado y robusto; pero no sucederá así en los animales nuevos, á los quales la sangría y las hemorragias quitan los principios elementales de las fibras, tan necesarios para la buena conformacion interior y exterior de la máquina. Por consiguiente, las evacuaciones de sangre son en general dañosas y algunas veces peligrosas antes que el animal haya llegado á su total incremento.

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Tales son los efectos de las hemorragias, y de las sangrías sin ligadura en un animal fuerte y robusto; pasemos ya á exâminar los que estas producen en el mismo animal quando se practica con ligadura, que es el método comun.

SECCION II.

De los efectos de la sangría con ligadura.

Hay dos maneras de sangrar con ligadura los caballos: la una, y la sola que se debe practicar, es una simple compresion con los dedos sobre la vena yugular, y la otra es un cordon de que se sirven los mariscales poco instruidos, con el qual dan una ó muchas vueltas al cuello del animal. Este método puede causar accidentes, porque si el cordon comprime con fuerza los vasos del cuello, interceptará la circulacion de la sangre, y el animal vacilará y caerá en tierra próximo á sofocarse; este mal se remedia afloxando la ligadura. Siendo dirigida esta manera de operar la sangría por una mano ignorante, puede producir enfermedades muy graves. En atencion á esto, las personas que no puedan sangrar los animales de la vena yugular sin ligadura, evitarán las funestas conseqüencias que suelen seguirse, no comprimiendo mas que lo necesario para practicar la sangría; sin ocasionar una estrangulacion que acarreará siempre un peligro mas ó menos grande á la vida del animal que se les ha confiado. Entonces la ligadura solo produce en el cerebro una ligera llenura, insensible por la facilidad que la sangre encuentra en salir por la cisura de la yugular abierta, como tambien porque las carótidas estan casi tan comprimidas como las venas, y porque no se interrumpe completamente la circulacion de la sangre ni aun en la vena abierta. La plenitud del cerebro se destruye en breve por la abertura de la vena, en la qual circula la sangre con mas velocidad, sin que se retarde en los demas vasos del cuello: entonces la circulacion del cerebro se hace algo mas rápida, porque la sangre que sube por las arterias carótidas y vertebrales encuentra menos obstáculos; ademas que la cantidad de la sangre que sube es tambien inferior á la que se evacua por el efecto de la frotacion, de la fuerza de inercia, y del tiempo necesario para que todo se separe. En este supuesto, la sangría de la yugular disminuirá con mas prontitud que la de las otras venas la plétora del cerebro, aunque acelere en él el curso de la sangre; y esta aceleracion será ademas útil en algunas ocasiones, para que arrastre la sangre espesa que se haya pegado á las paredes de los vasos; lo qual producirá muchas ventajas, que se observan en las enfermedades del cerebro quando hay obstáculos particulares en la circulacion: estos obstáculos se

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