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ES PROPIEDAD DEL AUTOR.

Imp. de M. MINUESA, Valverde, 5.

RESEÑA HISTÓRICA

DE LA

REAL MAESTRANZA DE
DE CABALLERÍA DE ZARAGOZA.

A principios del siglo VIII, por los años de 710 á 715, por causas bien conocidas y espresadas ya en el curso de esta obra 1, hicieron los moros irrupcion en España, sin que pudiera contrarestarlos el animoso rey Don Rodrigo, que puesto al frente de un ejército esforzado é imponente, pero numéricamente muy inferior á las hordas moriscas, voló á su encuentro y les libró batalla en las orillas del rio Guadalete.

Vencido y fugitivo Don Rodrigo, ó tal vez muerto en la pelea, pues jamás se ha sabido con fijeza cuál fué su desventurada suerte, internáronse los invasores en la Península, abalanzándose cual densa nube de voraces langostas sobre todos sus reinos, comarcas y provincias.

Solamente las montañas de Cantabria y de los Pirineos, en toda su estension desde el mar Océano hasta el mar Mediterráneo, se vieron libres de tan desastrosa plaga por el poco atractivo que ofrecian á los africanos sus áridas y nevadas sierras, y mas aun por la desesperada resistencia que opusieron un puñado de españoles guarecidos en sus cavernas y atrincherados en sus escarpados riscos é inaccesibles peñascos.

Fueron pues aquellas montañas como una inmensa muralla ó un incontrastable baluarte, opuesto á los agarenos 2 por próvida naturaleza y ofrecido á los

En varios pasages, particularmente en el tom. 1, pág. 33, núm. 76.

• Los que invadieron nuestra patria en aquella época se hallan designados en la historia

españoles como áncora de salvacion, por no estar decretada en los altos é inescrutables designios del cielo la ruina completa y total pérdida de España.

Pelayo con unos mil aguerridos montañeses de Galicia, Leon y Cantabria, reunidos en la sierra de Covadonga, y despues Garci-Gimenez con unos 300 no menos aguerridos montañeses de Aragon, Cataluña y Navarra, reunidos en las montañas de Sobrarbe, tomaron la heróica resolucion de resistir á los africanos y aun de reconquistar la patria, disputándoles palmo á palmo el territorio de la Península.

Y desde entonces empezó una lucha que duró 700 años, la mas encarnizada, tenaz y heróica que han presenciado y admirado los siglos, logrando al fin los españoles por premio de su valor, constancia y heroismo, salvar y libertar á España, dando muerte en reñidos combates y sangrientas batallas á millares de sarracenos y arrojando á los demás mas allá de los mares, en las costas y desiertos de Africa, de donde por su desventura y la nuestra habian hecho irrupcion en España.

De modo que, si bien todos los pueblos del Norte de la Península rivalizaron en arrojo, intrepidez y valentía para rechazar á los moros, sin embargo, á Galicia y Aragon cupo la gloria de ser los dos primeros y principales centros de resistencia.

Y entre las mas famosas y decisivas batallas libradas y ganadas contra los moros, descuella la de Alcoraz, cerca de Huesca, ganada por el rey Don Pedro I de Aragon con sus leales y valientes aragoneses, cuya señalada victoria se atribuyó en gran parte al poderoso ausilio y visible proteccion del ínclito y glorioso San Jorge; por lo cual, penetrado el rey del mas vivo agradecimiento y conforme con las ardientes aspiraciones de su pueblo, le reconoció y proclamó por patron del reino de Aragon, cuyos esforzados hijos han procurado en todos tiempos desde aquella remota época, obsequiarle y mostrarle su acendrado amor y piedad, edificando templos, levantando altares y formando asociaciones para tributarle culto y pelear en su santo nombre contra los mahometanos y demás enemigos.

En una de estas asociaciones ó cofradías, á la vez piadosas y guerreras, tuvo su origen la de los ricos-homes y caballeros de San Jorge, que al través

con muy distintos nombres: llámanse generalmente moros, por ser la mayor parte originarios de la Morería; árabes, por haber estado en posesion de la Arabia; africanos, por haber venido todos de Africa, de donde gran parte de ellos eran naturales ú originarios; sarracenos, por suponerles descendientes de la casa y familia de Sara, muger de Abrahan; agarenos, como descendientes de Agar, rival de Sara, esclava y despues muger de Abrahan; ismaelitas, como descendientes de Ismael, hijo de Agar; mahometanos, por ser fanáticos secuaces del falso profeta Mahoma, etc.

de tantos siglos, de tanlas guerras, trastornos, disturbios y vicisitudes, se ha conservado hasta nuestros dias, sin amenguarse en lo mas mínimo las prendas guerreras y preclaras virtudes de sus ilustres individuos, á quienes han colmado de gracias, mercedes y privilegios nuestros reyes por los grandes é importantes servicios que han prestado en todos tiempos á la patria y á la religion. Por merced del rey Don Juan de Navarra, obtuvieron privilegio de nobleza y la facultad de formar y establecer, para su gobierno espiritual y temporal, reglamentos y ordenanzas ú ordinaciones, como se decia entonces, y son las primeras y mas antiguas de que se hallan noticias en el archivo de esta ilustre corporacion.

Despues de la entera espulsion de los moros y completa restauracion de España, á la cual no contribuyó poco la feliz reunion de los reinos de Castilla y Aragon bajo el glorioso cetro de los católicos reyes Fernando é Isabel, cesaron las continuas guerras y combates; pero así los reyes como los pueblos conocieron que no seria bueno ni prudente dormirse en sus laureles, sino que era muy conveniente y aun necesario, para disfrutar de los beneficios de la paz, estar siempre prontos y dispuestos para la guerra, procurando que la noble juventud española adquiriese y conservase la mayor destreza en el uso de las armas y manejo del caballo, dedicándose asiduamente en ejercicios ecuestres y juegos marciales. A ese fin, fueron confirmadas muchas de las mencionadas asociaciones, y modificados sus estatutos y reglamentos conforme á las circunstancias de aquella nueva época. Y entre ellas se distinguió la insigne cofradía de caballeros hijos-dalgo de San Jorge, la cual fué confirmada y autorizada á derogar sus antiguas ordenanzas ú ordinaciones y establecer otras mas adecuadas á los tiempos, por real privilegio otorgado en Segovia á 14 de mayo del año 1515, por el católico rey Don Fernando de Aragon, V de Castilla.

Los cofrades ó individuos de esta distinguida corporacion formaban tres clases ó brazos, que son el de los nobles, el de los hijos-dalgo y el de los caballeros de alguna órden militar. Antiguamente habian de ser naturales ú oriundos del reino de Aragon; actualmente se atiende menos á esta circunstancia, pero siempre se miran y exigen seriamente pruebas auténticas y positivas de nobleza. Los tres mencionados brazos elegian todos los años tres clavarios, uno cada uno, alternando entre los mismos la distincion de primer clavario presidente.

Cada uno de los tres clavarios llevaba una banda blanca de damasco, adornada con la cruz roja de la órden de Montesa en memoria y veneracion de San Jorge, en el dia de su fiesta; el siguiente á ella, en que se celebraba aniversario por los cofrades, y el dia de los apóstoles San Simon y San Judas, en que tenia capítulo la cofradía, y siempre que se reunia en corporacion.

En los referidos dias de la vispera y fiesta del Santo patron, salian los mencionados clavarios con dicha banda á pasear á caballo con acompañamiento de cofrades.

Tuvo en otros tiempos esta distinguida corporacion muy pingües rentas y gozó como queda indicado, de grandes preeminencias, debidas al aprecio y estimacion que mereció de nuestros reyes, como lo acreditan numerosas cartas y reales cédulas; pero con el trascurso de los siglos decrecieron sus riquezas y caducaron muchas de sus regalías; no siendo la menos estimable la prerogativa que tenia de ser contada y considerada como uno de los tres brazos, clases ó estados que constituian la nobleza del reino de Aragon, y de concurrir con los otros dos brazos ó estados, que eran el municipio y el cabildo eclesiástico, á la imposicion y distribucion de sisas y tributos municipales de la ciudad de Zaragoza.

No solamente los vireyes del reino y demás personas de la mas elevada gerarquía se alistaban en esta ilustrísima cofradía, sino que tambien se dignaron dispensarle el muy distinguido honor de figurar entre sus ilustres cofrades los soberanos de Castilla y Aragon, así antes como despues de la reunion de ambas coronas.

Las fiestas y obsequiosos cultos que la cofradía tributaba á su invicto patron San Jorge, no se celebraban en parroquia ni convento, sino siempre en la sala de la diputacion, llamada de San Jorge, que es la capilla en que se hallan colocados los retratos de todos los soberanos de Aragon hasta el rey Don Felipe V, de gloriosísima é inmortal memoria.

La ciudad, la real audiencia y la diputacion del reino, hicieron en lo antiguo frecuentes recursos al trono para quitar á la cofradía de San Jorge muchas de sus preciosas é importantes prerogativas; pero fueron siempre vanos sus esfuerzos y pretensiones, pesando menos en el ánimo de los reyes los impulsos de la envidia, rivalidad ó emulacion de los recurrentes, que los derechos adquiridos y los incontestables méritos de tan útil y distinguida cofradía.

En atencion á la decadencia de sus rentas, el animoso rey Don Felipe V, en las cortes que se celebraron en Zaragoza, año 1702, mandó: Que de las tres mil libras jaquesas de gastos menudos del consistorio de los diputados del reino, se asignasen en cada un año cincuenta doblones á la cofradía para hacer la fiesta á San Jorge con el lustre y veneracion correspondiente al santo patron del reino, y que esta cantidad se pagase en cada un año como cargo ordinario de ellas con preferencia á cualesquiera otros gastos 1.

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