Luego que el maestro tenga impuesto al discípulo en la lectura de las sílabas de dichos cinco renglones, y se las señale á su arbitrio y sin detencion como las de los nn. 2 y 3, poco trabajo le costará enseñarle á leer todas las sílabas que se comprehenden desde el renglon 6 hasta el que inmediatamente precede á los diptongos, porque suprimiendo en todas ellas una vocal, igual á la que se observa entre las dos consonantes de cada sílaba, no hay mas diferencia que pronunciar éstas en un solo tiempo, así como ántes aprendió á decirlas en dos por la duplicacion de las vocales que acompañaban á las consonantes con que principiaban todas las sílabas de los nn. 2 y 3, y concluyen las de los cinco renglones de éste. Sirva de egemplo la preposicion del, la cual por estar sincopizada es claro que reune y confunde en sí los dos sonidos que hay en de el por la duplicacion de su vocal, como advertirá cualquiera á poco que reflexione, por ser idéntico el sonido con que concluye la sílaba de al sonido con que empieza la sílaba el: luego el que sepa leer estas sílabas, ó, lo que es lo mismo, las que contienen los nn. 2 y 3, no tendrá la menor dificultad en pronunciar y enterarse tambien en breve tiempo de las de este número. Lo que únicamente resta advertir es, que la u precedida de góq y antecedida de e ó i, siempre se liquida, y jamas suena á no poner sobre ella la diéresis, cuya nota por duplicar su valor deja siempre en la lectura á la pronunciacion una u clara y perceptible. En el presente número no se verifica esta circunstancia sino en las sílabas donde se halla la u entre q ye; pues aunque se verificaria lo dicho cuando se hallase entre qéi, lo he omitido por que no se usan en castellano semejantes combinaciones, y siempre se substituye en ellas lacálaq, como ménos espuesta á equivocacion, y con el ahorro de la nota diéresis : en las sílabas que empiezan cong, la he omitido igualmente á causa de ser todas las de este número de pronunciacion blanda y suave. Enterado, pues, el discípulo de lo dicho, y sabiendo leer perfectamente, tanto seguidas como salteadas, cuantas sílabas contiene este número, procurará el maestro imponerle (valiéndose para ello de la esplicacion que doy en la ortografía) en la formacion, número y modo de leer los diptongos y triptongos, por ser su conocimiento muy á propósito para facilitar la lectura del 6g, en cuyo caso diríamos reloj ó relog, que es como debe sonar, y no relocs segun leen algunos por verla escrita con x: de esta regla se esceptúa el nombre pro. pio Felix, pues aunque acaba con x, se iee como si concluyera con cs, y digeramos y leyéramos Felics. Fuera de este caso solo tiene la x pronunciacion de cs cuando está al fin de sílaba en medio de dicción, y sé deja en el escrito separada de las demas sílabas que contiene la palabra: v. g. ex-e-quias, ex-i-mir, en cuyos casos se lee (aun cuando sobre la e ó i que se la siguen no se ponga el acento circunflejo) ecs-e-quias, ecs-i-mir, y no ej-e-quias, eg-i-mir, &c. Núm. 5. Acostumbrado hasta aquí el discípulo á vencer las dificultades que precisamente se le han de haber ocurrido, y a prestar á la voz de su maestro la debida atencion, podrá éste pasar á instruirle en la lectura de las sílabas de dos consonantes y una vocal, cuya pronunciacion es casi tan suave y sencilla comb la de las del n. 2. Componense de 14 letras. de las cuales sirven para principio las 7 con-) sonantes b, c, d, f,g,pyt; para finales las 5 vocales, y para interponerse entre estas y aquellas la lylar, que siempre se liquidan en semejantes combinaciones. DPTO ELT Sabiendo leer el discípulo las sílabas de este número, le pasará inmediatamente á las del que se sigue, que no se diferencian.en otra cosa que en terminar end, l, m, n,vis y z, cuya pronunciacion aprendió ya en el n. 4. Núm. 7 y 8. Instruido el discípulo perfectamente en la lectura de estas sílabas, puede ya con el ausilio de lo que aprendió en los números anteriores leer la mayor parte de las voces de nuestro idioma, por estar regularmente formadas de sílabas y combinaciones iguales, á las referidas. Por seguir la idea de poner un egemplo á continuacion de cada número, que contenga dicciones compuestas en la mayor parte de las combinaciones que respectivamente abrazan, propondré al maestro la enseñanza del siguiente n. 9 (aunque rigurosamente no era precisa) para asegurar mas al discípulo en la del que tratamostià Núm. 9. 2 Así como muchas voces de nuestro idioma terminan en las siete consonantes que he dicho en el n. 4; así tambien muchas sílabas de que se componen, acaban no solamente con ellas, sino con otras letras de mas difícil pronunciacion. Tales son la b, c, gm,py t, cuyo sonido para el discípulo es el mas difícil de cuantos tiene que espresar en su carrera ortológica, ya leyendo palabras y oraciones seguidas, ya sílabas solamente. Por lo mismo he dejado semejantes combinaciones para este lugar, en el que por ser casi el término de la silabacion, le debo suponer, no solamente instruido en las lecciones antecedentes, sino con las disposiciones necesarias para aprender sin tanto trabajo la que nues vamente se le ofrece. A continuacion, pues, de dichas sílabas de tan difícil pronunciacion he puesto, para que el discípulo se radique en ellas, un suficiente número de palabras que en sus diferentes y variables combinaciones las contienen completísimamente. Las tres voces últimas de este número acaban en x, y se ponen aquí para que el maestro en señe la áspera y fuerte pronuaciacion que tienen al fin de palabra, segun lo que ya indiqué en dicho núm. 4 : 97 2 Núm. 10. Enséñensele al discípulo el valor y equivalencia de estos caracteres y cifras para que no le sirvan de embarazo en la lectura de f الله algunos libros de antigua impresion, que es donde únicamente se encuentran, y en seguida impóngasele en el abecedario bastardo, para que tampoco estrafie sus caracteres. A continuacion de él pongo igualmente un suficiente número de palabras, á fin de que leyéndolas sílaba por sílaba, no le quede ya en este ramo que desear.or Hasta aquí he debido considerar, yen efecto he considerado, las letras en abstracto con respecto á su union en sílabas, porque mi fin (segun el sistema de silabacion) no era otro que el que el niño las conociese y supiera nombrar como compuestas de una sola figura, sin relacion á las letras que comprehendian. Ahora es ya tiempo de que el maestro le enseñe á conocer las letras de que cada sílaba consta, y el lugar que ocupan en su composicion, porque no es tan fácil como al principio que se confunda con estas ideas. En dos razones me fundo para encargar á los maestros este deletreo mental: la primera en que los niños sepan dar razon de lo que hacen, pues en ello encuentran mucha complacencia; y la segunda en que cuando escriban lo hagan sin trastrocar las letras que forman las sílabas, ni confundir las voces en su division, como regularmente se verificaria en muchos si careciesen de esta especie de de-leireo, á causa de tener que ir formando las silabas en la escritura letra por letra, y no |