Obras completas del doctor d. Manuel Milá Fontanals ...: Opúsculos literarios

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A. Verdaguer, 1892
 

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Página 105 - Karlo, et in adjudha et in cadhuna cosa, si cum om per dreit son fradra salvar dist, in o quid il mi altresi fazet ; et ab Ludher nul plaid nunquam prindrai , qui, meon vol, cist meon fradre Karle in damno sit.
Página 427 - Los números cero uno dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve diez once doce trece catorce quince dieciséis diecisiete dieciocho diecinueve veinte...
Página 25 - Querrás hundirle, y crece mayor que de primero ; y si porfía la lucha, más florece y firme al suelo envía al que por vencedor ya se tenía.
Página 305 - Visitó sus templos, adoró sus reliquias y admiró su grandeza ; y así como por las uñas del león se viene en conocimiento de su grandeza y ferocidad, así él sacó la de Roma por sus despedazados mármoles, medias y enteras estatuas, por sus rotos arcos y derribadas termas, por sus magníficos pórticos y anfiteatros grandes...
Página 26 - ¿qué estás? ¿no ves el pecho desnudo, flaco, abierto? ¿Oh, no te cabe en puño tan estrecho el corazón, que sabe cerrar cielos y tierra con su llave?; ahonda más adentro; desvuelva las entrañas el Insano puñal; penetra al centro; mas es trabajo vano, jamás me alcanzará tu corta mano.
Página 20 - Mas, ya que la vida pasada ocupada y trabajosa me fue estorbo para que no pusiese este mi deseo y juicio en ejecución, no me parece que debo perder la ocasión deste ocio, en que la injuria y mala voluntad de algunas personas me han puesto...
Página 27 - ¡Oh son! ¡Oh voz! ¡Siquiera pequeña parte alguna descendiese en mi sentido, y fuera de sí el alma pusiese y toda en ti, oh Amor, la convirtiese!
Página 25 - Quien de dos claros ojos y de un cabello de oro se enamora, compra con mil enojos una menguada hora, un gozo breve que sin fin se llora.
Página 25 - ¿Qué vale cuanto vee, do nace y do se pone, el sol luciente, lo que el Indio posee, lo que da el claro Oriente con todo lo que afana la vil gente?
Página 306 - ... ver belleza tanta. Tu vista, que a tu fama se adelanta, al ingenio suspende, aunque divino, de aquel que a verte y adorarte vino con tierno afecto y con desnuda planta. La tierra de tu suelo, que contemplo con la sangre de mártires mezclada, es la reliquia universal del suelo. No hay parte en ti que no sirva de ejemplo de santidad, así como trazada de la ciudad de Dios al gran modelo5.

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