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SALCEDO.

Escusado nos parece hablar de los doce linajes que tan conocidos han sido en Castilla, y asi solo nos limitaremos á decir que entre ellos hubo uno que llamaron de Morales Negros, á diferencia de otros qne dicen de Morales Blancos, que aunque en nobleza iguales, se tiene sin embargo por mas antiguo el primero. Hecha esta consideracion apuntaremos que precisamente de este último hubo un caballero llamado Fernando de Morales, que por los años de 1550, reinando D. Pedro de Castilla, tenia entre otras heredades en tierra de Soria una casa fuerte en un pueblo de esta provincia llamado, Aldea del Señor, cuya casa servia de fortaleza á su dueño, amparándose contra las entradas que en aquellos tiempos hacian los Navarros y Aragoneses en Castilla; alli buscaban refugio las gentes de aquellas tierras como sitio fuerte, y acaudilladas por el dicho caballero ofendian à sus enemigos cuando eran atacados. Lo inexpugnable de esta casa servia además á Fernando de Morales para guardar á su hija única doña Catalina de Morales, quien poniendo los ojos en un caballero Montañés, llamado Diego Lopez de Salcedo, heredero por linea recta de varon, de la casa de Salazar de la Cerca y de la torre de Nograro,

en las Encartaciones de Vizcaya, casó con él dándole su padre en dote la espresada casa fuerte. De aqui viene el cambio y sucesion de los Salcedos en la ilustre casa de la Torre y Aldea del Señor, tan notoriamente solariega y noble en todos tiempos, que el licenciado Juan Diez de Fuenmayor, del Consejo Real y Cámara del Rey D. Felipe II, hombre muy docto, solia decir que en casa alguna hallaba tan propiamente los requisitos para llamarse solariega que en la de la Torre de Aldea del Señor. De ella han procedido muchas y muy nobles sucesiones, segun veremos en el discurso de nuestra narracion.

Ya hemos dicho de qué modo Diego Lopez de Salcedo, primero de este apellido, fué Señor de la casa de la Torre de Aldea; ahora es preciso averiguar el origen y descendencia de este caballero y demostrar que procede por línea de varon del linaje y apellido de Salazar, de la casa de la Cerca y Torre de Nograro en las Encartaciones de Vizcaya. Sobre esto hay dos opiniones; una de Lope García de Salazar, consignada en el libro 21, título primero de su Historia, en que aparece que un caballero godo pobló en Castilla la Vieja, junto à Medina de Pomar, y de él comenzó el apellido Salazar; pero se tiene por mas probable lo que acerca de ello escribieron Hurtado de Salazar y Juan Perez de Rivadeneyra, los que opinan que es originario de los francos, no debiendo estrañarse esta variedad en cosa tan antigua, pues aun de los mismos Reyes que en aquel tiempo empezaron á reinar, y de su origen, hay tanta incertidumbre y variedad entre los escritores que nada cierto se puede afirmar. Así pues, volviendo al origen que nos ocupa, tenemos por mas cierto que despues de la batalla del Guadalete, cuando los moros apoderándose no solo de España sino de las provincias meridionales de la Italia, dieron lugar á

que Pelayo desde Asturias y Carlo-Magno y Pepino desde Francia tratasen de arrojarlos de la Península: pasaron desde este pais al nuestro unos caballeros nobles á vivir y poblaron en el valle de Sarafaiz, que corrompido el nombre comenzó á llamarse el Val de Salazar, defendiendo aquella tierra de la tirania de los moros y practicando muchas hazañas, asi en los tiempos que en aquellos valles estuvieron bajo el señorío de los franceses, como despues de la eleccion que hicieron los navarros del Rey Íñigo Arista en el año 819. En este tiempo estos caballeros no solo se hicieron señores del Val de Salazar, sino de otras muchas tierras en el reino de Navarra, y de ellos descienden en esta provincia los del linaje de Peralta, que son hoy Marqueses de Falces, y entre ellos hubo dos hermanos valerosos, de los cuales el mayor se llamó D. Gaston de Salazar, y el segundo D. Galindo de de Salazar, que ilustraron su apellido con famosos hechos en guerras contra los moros, y de ellos tuvo origen el linaje de Salazar.

Los dos hermanos cobraron en Navarra tanta opinion y heredamiento con su virtud y esfuerzo que provocaron contra sí, como acontecer suele, la envidia de los demás del reino, los que no solo se contentaron con quererlos mal sino que persuadieron al Rey, que por buenas conjeturas puede creerse era D. Garcia Iñiguez ó su padre Íñigo Arista, de la facilidad conque siendo tan poderosos, podia usurparle el reino y quererlo para sí. El Rey creido de este engaño comenzó å dar favor á los enemigos de D. Gaston y D. Galindo, quienes aunque fuertes, no lo eran tanto que pudieran oponerse a las fuerzas del Rey y de sus enemigos, y así les fueron tomadas todas sus posesiones y se vieron obligados à dejar el valle de Salazar, donde tenian sus palacios, y abandonar el reino

de Navarra, viniéndose á Castilla donde poblaron junto á Medina de Pomar, edificando sus palacios en un pueblo que de su nombre llamaron Salazar. El mayor de estos dos hermanos tuvo dos hijos, el primero se llamó D. Gaston como su padre, y el segundo D. García, á los que pareciéndoles estrecha aquella tierra para si y para los hijos de su tio D. Galindo, determinaron dejarla para que este se quedase en ella, yendo el mayor D. Gaston á poblar á Tobar, dando principio al noble linaje de este nombre, y el menor D. García á la Peña de Amaya, juntándose sus descendientes con el linaje de los Manriques que tenian alli su naturaleza, y siendo asimismo el progenitor del nobilisimo linaje de los Jirones, que aunque Gudiel en el Compendio que escribió de esta casa no les dá tan antiguo origen, es muy probable que el Conde Don Rodrigo, de quien lo empieza, descendiese del referido D. García.

D. Galindo de Salazar, que como hemos apuntado, quedó en el lugar de Salazar, junto á Medina de Pomar, tuvo varios hijos, entre ellos á Martin Galindez de Salazar, heredero como primogénito de los palacios de su apellido que su padre habia fundado. Deseoso de reprimir la furia de los moros en su comarca, edificó siete casas y torres fuertes que sirviesen de amparo á la gente de su tierra en sus continuas embestidas, y considerando que por el rio Ebro arriba era mas fácil la entrada de los enemigos, determinó fundar otra casa y torre fuerte en el valle de Tobalin, que en memoria de las hazañas que desde ella practicó su fundador, infundiendo terror á los moros se llamó, «Quintana de Martin Galindez. sucediendo esto por el tiempo que se nombraron Jueces de Castilla á Nuño Rasura y Lain Calvo, por los años 898, en cuya época murió, segun probables conje

turas, el dicho Martin Galindez, dejando por sucesor á su hijo

Gonzalo Martinez de Salazar, heredero de la hacienda y valor de su padre. Se distinguió en las guerras contra los moros, gobernando en Castilla D. Gonzalo Nuñez, padre del Conde Fernan-Gonzalez, por los años 908 de Jesucristo, y aunque no se halla escrito con quien casó, se sabe sin embargo que dejó dos hijos legitimos, Martin Gonzalez de Salazar, que sigue, y Ruy Martinez de Salazar, que casó y pobló en Villarias, teniendo un hijo y éste á su vez una hija que casó con un Señor principal de aquellas comarcas, llamado García Sanchez de Arce, dando principio este matrimonio al noble linaje de Arce.

Martin Gonzalez de Salazar, hijo mayor de Gonzalo, fué uno de los mas valientes caballeros que hubo en su tiempo y muy honrado del Conde Fernan-Gonzalez en cuya compañía se halló en la famosa batalla de Osma, que en union de D. Ramiro II de Leon, dió dicho Conde contra los moros en el año 936. En el año siguiente se halló con el mismo Conde en la guerra, que à favor del referido Rey D. Ramiro, se hizo al de Aragon. Posteriormente en la batalla de Simancas, en cuya jornada perecieron ochenta mil moros, en la victoria que FernanGonzalez alcanzó de los moros en las Comarcas de Aranda de Duero, y mas especialmente en la que con ayuda divina les ganó junto à Muñon en las riberas de Arlanza, por cuyo suceso fundó el Conde el monasterio de S. Pedro de Arlanza, y en la cual se particularizó notablemente Martin Gonzalez de Salazar en los tres dias que duró, llegando ya á tal estremo la privanza con el Conde Fernan-Gonzalez, que quiso que pues le acompañó en vida tambien le hiciese compañía en la muerte, man

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